Lunes, 14 de Octubre de 2024
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Opinión - Página 51

Del pensamiento a la intuición estratégica en la empresa (I)

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Socio director de Ifedes Un adelantado pensador español, Baltasar Gracián, hace más de 350 años, supo identificar la importancia de la planificación estratégica en su obra “Oráculo Manual”, de la cual los directivos de nuestro tiempo han hallado principios adaptables a nuestros tiempos y buenos consejos de actuación en el pensamiento estratégico. Hoy en día, la coyuntura empresarial exige esfuerzos diarios y continuados en el que el componente estratégico, aunque descuidado en muchas ocasiones, resulta fundamental para la adaptación y el posicionamiento en el mercado. Existe aún un alto porcentaje de pequeñas empresas que carecen de una mentalidad estratégica, como si de un complemento superfluo e idealista se tratase. Ya se ha superado la idea de la estrategia asociada a la planificación de largo plazo que se reflejaba en extensos documentos realizados concienzudamente. El cambio del entorno es muy rápido e imprevisible como para poderse reflejar todos los escenarios posibles en grandes planes a cinco años. Hoy se ha pasado de la planificación estratégica al pensamiento estratégico y cada vez más incluso a la intuición estratégica como respuesta al entorno competitivo actual. El pensamiento estratégico y la posesión de una estrategia, de un plan acorde a unos objetivos y basados en unos principios, permite anticiparse a obstáculos y problemas, y resolverlos incluso antes de que ocurran. La elaboración y puesta en marcha de un plan desde el pensamiento estratégico debería partir de las premisas del análisis y el conocimiento previo. A partir de ambas ideas podremos desarrollar un pensamiento estratégico que nos permita alcanzar y ocupar cotas de éxito. Pero su puesta en marcha requiere de un componente casual y aleatorio en tiempo y lugar: el factor creativo, el componente imaginativo. El punto de partida que desencadena una idea brillante no se aferra a ninguna premisa y a ningún análisis pormenorizado de la situación. Depende de factores casi involuntarios, irracionales e intuitivos, aquellos que escapan a la razón y que pueden concretarse en una idea brillante, la definición de la estrategia que nos impulse en un salto de calidad. Obviamente, para alcanzar dichas respuestas necesitamos conocer a la perfección la situación que se plantea. Pensar con componente estratégico implica saber hacia dónde queremos ir y dónde queremos posicionarnos. Pero también ser conscientes de dónde partimos, o lo que es lo mismo, conocernos a nosotros mismos y a nosotros en relación con nuestro entorno, nuestros competidores y nuestros clientes. Al mismo tiempo debemos conocer cómo queremos llegar a nuestras metas y con qué herramientas contamos. Y, finalmente, necesitamos estar alertas al cambiante sistema empresarial, adelantarnos y corregir “caminos” desviados o equivocados. El empresario con un desarrollado carácter estratégico podrá determinar y anticiparse a la necesidad de cambio, mejora e innovación que debería tener y planear las estrategias para el cambio, formular las líneas estratégicas de actuación y proveer los instrumentos que facilitarían su implementación. Finalmente, se deberán implementar las estrategias con un sistema de control y seguimiento para su posterior evaluación. Las aptitudes y capacidades a desarrollar Recientes investigaciones han aportado algunos puntos de vista para evaluar las aptitudes y capacidades de los directivos en el ámbito de la estrategia empresarial que facilitan la innovación y la mejora competitiva: A) Creatividad: es la capacidad para seguir una sucesión de ideas que vinculan los conocimientos entre sí de una nueva manera. Aspecto clave en la innovación. B) Pensamiento conceptual: es la capacidad de ir de lo concreto a lo abstracto y viceversa. Es saber observar la realidad del día a día de nuestra empresa y mercado y descubrir las reglas de funcionamiento y al contrario de los planes y líneas estratégicas saber materializarlas en el día a día de nuestra organización. C) Visión holística: es la facultad de ver “el todo” sin confundirse o detenerse en las partes. En otros términos ver solo la hoja, sino ver la rama, no ver la rama sino el árbol y no solo el árbol sino todo el bosque. Esto nos permite una capacidad de visión contextual y análisis que va a cualificar y relativizar mucho nuestras decisiones. D) Capacidad de expresión: es la habilidad de trasladar un pensamiento abstracto como puede ser una estrategia a una situación comercial, con imágenes claras y comunicativas, que sean convincentes para los demás y podamos mover hacia ella a toda la organización. E) Previsión: es la disposición y habilidad para advertir el giro de los acontecimientos. Esto significa poder imaginar varias potenciales situaciones futuras y poder crear distintos escenarios y pensar en posibles reacciones de nuestra empresa ante esas distintas situaciones. www.ifedes.com  

El futuro de Europa, según las empresas españolas

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Socio de Auditoría en Grant Thornton Incluso en los peores momentos de la crisis, los empresarios españoles se han mostrado como los más comprometidos con el proyecto europeo. En 2014, los primeros signos de recuperación económica han reforzado aún más su apuesta por Europa, e incluso comienza a verse con buenos ojos la dureza de los ajustes recetados por Bruselas. A través de nuestro informe “El futuro de Europa”, en Grant Thornton llevamos tres años analizando las posturas empresariales sobre temas fundamentales para la construcción europea como la integración económica, política y normativa, las ventajas y desventajas del euro, o el impacto de las medidas de austeridad en el crecimiento de las empresas. Durante todo este periodo, en el que hemos pasado del abismo de la prima de riesgo al comienzo de la tan esperada recuperación, nuestros líderes empresariales han mostrado un sólido compromiso con Europa, notable entre los 22 países que incluye la encuesta (miembros de la eurozona, resto de la Unión Europea y países vecinos). De hecho, pese a la crisis y a los problemas en el seno de la Unión Europea, en España los porcentajes de apoyo a una mayor integración son muy superiores a los de Alemania, Francia o a la media de la eurozona. Un 86% de los encuestados en España aboga en 2014 por una mayor integración económica en la Unión Europea (8 puntos más que el año pasado). El apoyo a una mayor integración política alcanza el 69% (6 puntos más que en 2013), mientras que un 72% desearía una mayor convergencia normativa (5 puntos más que en el año anterior). Estos porcentajes resultan muy superiores a los del resto de la eurozona, donde la media de apoyo alcanza el 62% en el caso de la integración económica, el 45% en el de la política y tan solo el 39% en la convergencia normativa. Las incontenibles subidas de la prima de riesgo, que solo pudieron ser conjuradas con la intervención tardía pero efectiva de las instituciones europeas, parecen haber dejado grabada en la memoria de nuestros empresarios la impresión de que la solución está en una Europa más cohesionada y de que la salida real de la crisis será imposible en solitario. Sin embargo, ese efecto no se aprecia en otros países, como Italia, que han pasado por circunstancias similares a las nuestras. En política, las cosas cambian Esta opinión generalizada de nuestros empresarios contrasta con los resultados de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, en la que los votantes han castigado duramente a los partidos políticos dominantes durante la crisis. Estas posiciones divergentes, que pueden parecer indicativas de un divorcio entre el empresariado y el resto de la sociedad, no son sino el reflejo de una visión menos pasional y más a largo plazo por parte de nuestras empresas, condicionada de forma significativa por la debilidad del mercado interior. Donde sí se aprecian unos mínimos resquicios en el europeísmo de nuestros líderes empresariales es en la valoración de los efectos del euro. La mayoría, un 73%, considera que, en general, la pertenencia al euro ha tenido un impacto positivo en la economía de nuestro país. Este porcentaje, a pesar de encontrarse alineado con la media de la eurozona, supone un descenso de 9 puntos respecto a la anterior edición del estudio en 2013. Una vez espantados los temores a una posible salida de la moneda única, parece que va habiendo más espacio para visiones críticas frente a los dolorosos efectos secundarios que hemos padecido en el proceso de devaluación interna al que hemos sido sometidos, en el que han sido seriamente afectados los beneficios empresariales, las remuneraciones de los trabajadores, pero sobre todo, el empleo. Tan solo un 4% apoyaría la salida de España de la unión monetaria, con lo que queda claro que nuestros empresarios no conciben la economía española sin el euro. Quizá la prueba más clara del apoyo a Europa por parte de las empresas españolas es su percepción sobre las políticas de austeridad promovidas desde Bruselas. En Grecia e Irlanda, la opinión de que estas políticas han perjudicado el crecimiento de los negocios es mayoritaria (69% y 64% respectivamente). Sin embargo, en España ese porcentaje alcanza tan solo el 31%. De hecho, un 45% de los directivos afirma que las políticas de austeridad no han afectado al crecimiento de sus empresas, e incluso un 20% considera que dichas políticas han resultado positivas. Probablemente nuestros empresarios, más que reconocer un beneficio directo de la austeridad, atribuyen a estas políticas la capacidad para sortear lo que podría haber sido un colapso económico que habría afectado no solo al crecimiento de las empresas, sino a su propia existencia. Mayor confianza Esa sensación de que lo peor ha pasado está detrás del fuerte aumento de la confianza de los líderes empresariales españoles. En términos absolutos, un 47% de los empresarios españoles se considera optimista sobre la evolución de la economía en los próximos doce meses, cifra muy inferior si la comparamos con el 84% en Alemania, pero superior al 40% en Italia y bastante superior al 23% en Francia. El indicador de confianza empresarial a futuro se ha demostrado como una predicción precisa de la evolución económica a corto plazo, por lo que esperamos que el optimismo recuperado se traduzca en un futuro próximo en mayores y más rápidas mejoras. Puede descargarse el estudio “El futuro de Europa” en www.GrantThornton.es

La Gestión Lean está de moda pero todavía queda mucho camino por andar

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Socio Director de LeanSis Productividad  Desde los años 80, y principalmente en los 90, se vivió un auge importante de la implantación del Lean Manufacturing, principalmente en el sector del automóvil. Fueron los años del “descubrimiento” por parte de occidente de las metodologías que venían de Toyota principalmente, y que justificaban la brecha existente entre los resultados de unos y de otros en materia de calidad, costes, stocks… Fueron años en los que todo el sector automovilístico mundial emprendió una carrera hacia la mejora de la productividad, adoptando los principios del “just in time” (JIT) a través del flujo continuo, la reducción de los stocks en curso, la reducción de los tiempos de entrega, etc. Se adoptaron los principios de la organización de las fábricas en células, la polivalencia para mejorar la flexibilidad, la calidad controlada por los trabajadores, el mantenimiento preventivo, etc. Estamos hablando de los constructores de automóviles (OEM’s) y de los principales proveedores de primer nivel (Tier I). Asimismo, hubo un primer empuje por involucrar cada vez más a los proveedores en esta estrategia, pero es cierto que ya iba llegando de manera diluida. Hoy todavía existen proveedores en el sector del automóvil que no disponen de un sistema robusto propio de la mejora de las operaciones enfocado a la mejora continua. Del automóvil a los servicios Los últimos años del siglo pasado y los primeros años de este comenzaron a aparecer implantaciones en nuestro país, en sectores como el farmacéutico, motivado en parte por el auge de los medicamentos genéricos, y se inició la implantación en el supermercado. La batalla por los precios y los diferentes modelos de distribución cada vez más ajustados, hicieron que el modelo Lean Manufacturing comenzase a implantarse rápidamente en toda la cadena de valor de los supermercados. Hoy en día, muchos de los grandes proveedores del sector ‘supermarket’, incluyendo sectores auxiliares como el plástico o embalaje, han emprendido la carrera del Lean. Si bien es cierto que la implantación ha sido fundamentalmente en las operaciones, también existe un enfoque importante hacia la eficiencia desde el diseño mismo de los productos. Ligado a este auge se ha producido una profesionalización cada vez mayor del sector, lo que ha favorecido la implantación de estos modelos. Por último, en esta década se observa que los sectores industriales más rezagados y que en muchos casos han sufrido fuertemente la crisis, se han visto obligados a replantearse los modelos de negocio y comienzan a adaptarlos al enfoque Lean basado en mejora continua. Estamos hablando de sectores fundamentales de nuestra comunidad, como el cerámico, mueble, calzado,… pero todavía en una fase incipiente. Hasta ahora hemos hablado de la implantación en un entorno industrial pero, ¿cuál es el estado del Lean en empresas de servicios? Lo cierto es que el potencial de mejora existente en este tipo de negocios suele ser muy importante; en parte, por la falta de tradición de medición y control de los recursos, y también porque en épocas pasadas los márgenes permitían descuidar el día a día. Aún así, existen implantaciones de éxito en el sector sanitario privado, restauración, empresas del mundo del marketing o puramente comerciales, pero es todavía minoritario. Mención especial merece el sector público en general, en el que las metodologías Lean brillan por su ausencia, más allá de implantaciones singulares conseguidas gracias a la voluntad de personas movidas por las ganas de cambio, que no por la implicación y el apoyo de la dirección. Una pena. Todo se andará. Lo cierto es que todavía queda mucho camino por recorrer. En los sectores más maduros se está dando el salto a la gestión global de la empresa siguiendo el enfoque Lean. Se va estructurando el soporte de las funciones más cercanas a las operaciones (mantenimiento, ingeniería, calidad, compras, RRHH), para conseguir alinearlas hacia el aporte de valor. Las funciones más alejadas, como finanzas, administración y comercial, siguen el mismo camino con un enfoque mucho más de Lean Office. Igualmente, todo el desarrollo de Proyectos e I+D mediante metodología Lean Projects. Mejoras cuantificables En paralelo, se da un paso más allá de los cuadros de mando integrales para romper las barreras interdepartamentales, implantando metodologías como el Hoshin Kanri, la gestión visual y la gestión de la comunicación mediante grupos interdisciplinares para procesos transversales complejos, como la tesorería. El objetivo es conseguir, en definitiva, el alineamiento de toda la organización incluyendo a los proveedores, y la erradicación sistemática de despilfarros en toda la cadena. En las empresas de servicios, en muchos casos todavía hay que comenzar por objetivar el aporte de valor y medir los recursos, algo a lo que todavía no se atreven. Está claro que la implantación de la gestión Lean va a suponer una mejora de los resultados, pero hay que poder cuantificarlos. No podemos pensar en mejorar, si todavía no se miden las dedicaciones a un cliente o proyecto en un bufete de abogados, en un hotel, en una clínica, en un restaurante, en un despacho de arquitectura, en una empresa de informática… Si todavía no existen estándares de procesos o ni siquiera procesos como tal… Lo cierto es que los que ya han arrancado han conseguido unas ventajas competitivas muy importantes respecto a la competencia, y sobretodo han conseguido que las personas se impliquen mucho más, porque entienden cual es su función dentro de la empresa. Si miramos atrás una década, las cosas han cambiado y cada vez la gestión está más enfocada al aporte de valor. La productividad de las empresas que emprendieron el camino Lean ha mejorado y mucho, pero es cierto que todavía quedan muchos por arrancar y mucho que mejorar. Como decimos en LeanSis, la mejora es infinita pero el tiempo vuela… www.leansisproductividad.com/

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Diseñando el futuro. ¿Quieres llegar a tu América? o ¿te conformas con llegar solo dónde quieres?

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 Socio director Improven ¿Qué queremos ser? ¿Qué podemos ser? ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo alcanzarlo?… y ¿por qué no incluso llegar más lejos de lo que hoy imaginamos? Nuestra América. Ante un entorno de cambio cada vez más rápido, el proceso de reflexión estratégica es un ejercicio de cadencia cada vez más corta. Nos encontramos en un equilibrio inestable, y como empresa debemos aprender a disfrutar, a surfear esta ola de inestabilidad y por tanto, estructurar la compañía acorde a este entorno cambiante. Debemos llevar a la “empresa a su estado de flujo”. Como cuando Nadal golpea la pelota, no piensa el golpe, no reflexiona, … ejecuta y gana punto a punto, juego a juego, set a set, campeonato a campeonato, ATP a ATP (llegando a su América que jamás ni llegó a soñar cuando empezó a jugar al tenis de pequeño). Es necesario definir una hoja de ruta clara de revisión permanente, que indique claramente la propuesta de valor, cómo la ejecuta y qué necesita del equipo para asegurar la buena dirección. Es imprescindible ir ajustando permanentemente cada eje, para asegurar la correcta alineación de los tres vértices y situarnos en el centro de gravedad de este triángulo: ¿Cómo asegurarnos que nuestra empresa es capaz de estar en estado de flujo y por tanto gestionar el entorno cambiante, para llegar incluso más lejos de lo que puede imaginar hoy en día?. Los pasos imprescindibles son: 1. Ejercicio de empatía y escucha al cliente. ¡Nuestro cliente ha cambiado! Diferentes sencillos ejercicios que nos ayudan a profundizar en este proceso de manera estructurada son: a. Completar la frase: “ayudamos a nuestro cliente a resolver (la necesidad) mediante (soluciones)”. b. Mapa de empatía: nuestro cliente, ¿qué oye, qué ve, qué piensa, qué dice?, ¿Cómo somos y cómo nos ve? Revisar cómo es su proceso de compra, desde que tiene la necesidad hasta que llega a repetir. c. Realizar encuestas, reuniones presenciales (posible focus Group) para validar y afinar conclusiones. 2. Hacer partícipe al equipo de las reflexiones arriba indicadas. A la persona le permite hacer suya la construcción de la propuesta de valor, así como comprender no sólo cómo pueden mejorar lo que hacen, sino incluso planteándose qué deben dejar de hacer y/o necesitan aprender, e incluso reaprender. El talento (siempre escaso) se puede comprometer plenamente con el proyecto empresarial, haciéndolo suyo y generando un proceso de inteligencia cognitiva (de respuesta natural e inconsciente) a la par que viral, en toda la organización (estado de flujo). 3. Correcta implantación del proceso de agilidad estratégica, que asegure la capacidad de adaptación permanente. Debemos mantener ejercicios estructurados de revisión estratégica, en los que se desarrollen de manera planificada los siguientes pasos: a. Inspiración de las personas a través de la observación, del entendimiento del entorno, cercano y lejano. Búsqueda permanente de nuevos conceptos y tendencias, novedades. Con foco principal en la escucha activa del cliente y del mercado (cercano y lejano), la empresa debe generar alrededor suyo un conjunto de puntos aparentemente inconexos, que le permitan ir uniéndolos conforme lleguen a tener sentido. b. Idear y definir planes de acción. i. Poner en primer lugar ejercicios metodológicos de generación de ideas. Incentivar la cultura de la creatividad y de la innovación empresarial, todo es cuestionable y cambiable. Aceptación de lo diferente y del error. ii. Selección de las mejores ideas, y trabajo con ellas para ir aterrizándolas con mayor nivel de detalle y concreción, dándoles forma. iii. Evaluación de las seleccionadas, realizando análisis de pros y contras de cada una, así como estudios de viabilidad y rentabilidad. c. Pruebas Piloto. Validación y testeo, ejercicios en campo real, con cliente y en mercado. Reajuste de planteamientos, corrección, eliminación, aprendizaje, perfeccionamiento, adecuación. d. Multiplicar: Explotación de la misma e incorporación progresiva hacia la operativa de la compañía. 4. Asegurar el equilibrio temporal del conjunto de acciones y proyectos que se estructuran en la hoja de ruta empresarial. Sugerimos la siguiente metodología: a. Eje vertical: cercanía a lo que la empresa saber hacer (propuesta de valor actual), cómo lo hace (su modelo de negocio), donde lo hace (zonas geográficas y canales). Conforme más arriba del mapa más cerca de su zona actual de confort. b. Eje horizontal: partimos del corto plazo hacia el largo plazo. Lo que hoy impacta en la actividad de la compañía y lo que impactará en el futuro. Definimos una serie de cuadrantes, que ubicando las acciones definidas por el equipo, en los ejercicios de creatividad estratégica, nos permiten determinar el nivel de equilibrio de la compañía en el corto, medio y el largo plazo. Cuadrante 1: Acciones de supervivencia: Búsqueda de eficiencia y mejora continua. Un exceso de proyectos temporales en este cuadrante indicaría dificultad para asumir riesgos así como una falta de innovación, por lo tanto llevando a un bajo nivel de aprendizaje de la organización. Dificultad para adaptarse a cualquier cambio del entorno. La empresa está exprimiendo sus capacidades y existe alto riesgo de obsolescencia en su propuesta de valor. Cuadrante 2: Acciones de evolución continuista: Ligero cambios en la propuesta de valor y en el modelo de negocio para adaptarlo al entorno cercano a lo que hoy soy como empresa (modificaciones de producto, lanzamiento de nuestros productos y servicios en nuevos canales-internet, desembarco en nuevos países-exportación implantación internacional de lo que hoy hago…). Cuadrante 3: Acciones de evolución disruptiva: Nuevas propuestas de valor, nuevos modelos de negocio, nueva cultura empresarial necesaria,… Permite generar aprendizaje en la organización y mejora a capacidad adaptativa futura de la misma. Un exceso de proyectos en este cuadrante y bajo en los anteriores indica que se está “olvidando” el negocio actual, con el riesgo de que la viabilidad futura de la empresa se deje únicamente a la factibilidad todavía lejana de los nuevos proyectos. Ubicar los proyectos de la hoja de ruta de la empresa, en cada uno de estos cuadrantes, nos permitir entender la situación de partida de la compañía y por tanto el nivel de esfuerzos que debemos realizar para disponer de un portfolio de proyectos más coherente y equilibrado, que permita dotar de mayor sostenibilidad la propuesta de valor y facilitar generar la oportunidad de que la empresa llegue a su América, o al menos mucho más lejos de lo soñado por cualquiera de sus miembros en cualquier parte del proceso. www.improven.com

Dos caras de una misma moneda

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Senior Manager | Audit de Deloitte Profesor de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros En los últimos años y tras cientos de conversaciones con directivos de empresas españolas y con personas con mucha vinculación al mundo de la empresa y las finanzas y con otras sin tanta vinculación, he podido advertir una importante duda de dichas personas respecto al cambio de rol de la función financiera. Con estas líneas no pretendo más que dar mi humilde opinión a dicho respecto. Para empezar, creo que tiene sentido remitirme a la definición académica de función financiera (me ha dado pereza desempolvar mis viejos libros y apuntes de mis años de universitario y me he subido al carro de la nuevas tecnologías, utilizando un buscador de los más conocidos) y la que he considerado más acertada es la siguiente; “La función financiera tiene entre sus responsabilidades principales la captación de los recursos (escasos) y el destino de esos recursos (proyectos diversos)”, por tanto debe decidir: – Qué proyectos abordar. En todas las empresas hay múltiples proyectos que abordar y que requieren de recursos. La función financiera debe entender los proyectos y ordenarlos considerando la ponderación de riesgo vs rentabilidad. No obstante, la decisión final de inversión en un determinado proyecto no utilizará únicamente el orden establecido desde la función financiera, pero será tenida en cuenta (proyectos con baja rentabilidad y riesgo alto, deberían ser por si mismos desechados). – Cómo obtener los recursos financieros. Esta parte requiere de un ejercicio de valoración junto con la propiedad de la empresa, dado que una de las fuentes de financiación de las empresas son las obtenidas de sus socios/accionistas. Adicionalmente, se puede contar con la obtención de recursos ajenos, actualmente de distintas fuentes: • Entidades financieras: pueden proporcionar financiación instrumentalizada mediante préstamo, póliza de crédito y/o descuento comercial, financiación de exportación/importación y múltiples variantes de las anteriores o productos bancarios novedosos. Sin duda hay que evaluar el producto financiero bajo la óptica de que se adapte a las necesidades del proyecto a abordar y el coste financiero de la misma (en este punto incluiré la mención a los derivados financieros, seguro de que cada persona que lea este texto, tendrá su propia opinión al respecto). • Mercado Alternativo de Renta Fija (en adelante, MARF): es una novedad reciente y aunque está en una etapa muy incipiente deberemos tenerlo muy en cuenta. El Mercado Alternativo Bursátil, tal y como se explica por parte de Bolsas y Mercados Españoles, se configura como una iniciativa para canalizar recursos financieros a un gran número de empresas solventes que puedan encontrar en este merado una vía para obtener financiación mediante la emisión de títulos de renta fija, y donde dicho títulos se puedan negociar. Este mercado permite mayor flexibilidad y acceso para un universo de empresas más amplio, bajo mi punto de vista para aquellas empresas con una cifra de negocio superior a 50 millones de euros. En este mercado el emisor (es decir el demandante de la financiación) hace su propuesta de emisión de títulos de acuerdo a sus necesidades, tanto en plazo, como en periodicidad de pago de intereses y de devolución del principal, obviamente en condiciones de mercado para que pueda haber demanda de dichos títulos. • Financiación a través de Sociedades de Capital Riesgo, etc.: se trata de empresas especializadas en facilitar financiación (principalmente, mediante la entrada en el capital de las mismas) al objeto de permitir el desarrollo de proyectos. Son negociaciones ad-hoc y requieren de determinados condicionantes que no se desarrollan en este artículo. • Y como esquema general, las subvenciones, préstamos blandos, etc. que puedan conceder las Administraciones Públicas para el desarrollo de empresas, proyectos innovadores, apertura de mercados, etc. Nada desdeñable esta posibilidad y que conviene siempre considerar. Como conjunción del desarrollo de un proyecto, considerando los recursos requeridos para su desarrollo y el coste de los mismos queda por comprobar la obtención de una rentabilidad positiva para la empresa, dado que el fin de las empresas es la obtención de beneficios. Para ello se elaboran proyecciones financieras obteniendo las rentabilidades del proyecto, planes de futuro, etc. Todo esto que hasta aquí no ha dejado de ser un resumen de una función compleja y que requiere de un importante esfuerzo y conocimiento de muchos profesiones que se encuentran en las empresas españolas, se ha convertido en los últimos años en la función inversa. Me explico, la situación de las empresas españolas derivada de la crisis durante el periodo 2007-2014 (esperemos que este último sea el de final de la crisis) ha supuesto tener que adaptar estructuras de empresas a la realidad que el mercado les ha impuesto:– Caída de la cifra de negocios en rangos del 40%-70%. – Niveles de deuda que con los actuales cash flow se podrían pagar más o menos en “infinitos años”. -Plantillas de personal productivo dedicadas a otras funciones al estar parte de las capacidades de producción infrautilizadas. – Activos productivos y no productivos ociosos. -Restricción de acceso a la financiación de circulante y la no existencia de financiación de largo plazo. – Cambios en los modelos de negocio. Con todos estos condicionantes la función financiera ha tenido básicamente que intentar: a) Renegociar con entidades financieras cambios en las condiciones de la financiación mantenida con las mismas (incremento de los plazos de pago, reducción de las cuotas a pagar mediante carencias en la refinanciación acordada, etc.). b) Desinversiones de los activos de la empresa, bajo la premisa de lo que más caja genere, al objeto de reducir deuda. c) Realización de planes justificativos de decisiones empresariales (principalmente para ERES) a partir de información histórica y presente. d) Gestión de los recursos financieros presentes para cumplir con las obligaciones comprometidas por la empresa con terceros y dar continuidad futura a la empresa. e) Revisión de los cimientos de la empresa al objeto de identificar todo tipo de mejoras que puedan dar lugar a dicha continuidad. Sin duda y aunque parezcan actividades muy distintas las indicadas a lo largo de este artículo, las mismas son las dos caras de una misma moneda.  Finalmente y aunque no tenga nada que ver con el fondo de este artículo querría dejar después de las reflexiones anteriores los “brotes verdes” que estoy viendo en mí día a día, y que sin duda permitirán la vuelta a su origen a la función financiera y que son bienvenidas por todos los actores: a) Análisis de proyectos de inversión (adquisición de nuevas compañías/negocios, desarrollo de nuevos modelos de negocio, cambio de los sistemas de información, adquisición de activos productivos). b) Análisis de financiación (borradores y contratos de préstamos con entidades financieras, empresas analizando operaciones en el MARF). c) Incremento de personal en los departamentos financieros (adjunto al director financiero, controller financiero, etc.). www.febf.org  

El desconocimiento del riesgo no exime de sufrimiento

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Socio-Director S2 Grupo Siempre me han gustado las películas de abogados y de juicios. Siempre me ha llamado la atención la facilidad con que los supuestos abogados, magníficamente interpretados por algunos actores, estructuraban sus alegatos, algunos de ellos verdaderos discursos soportados sobre los cimientos de la ley. Entre todo eso siempre me llamó la atención uno de esos cimientos, el principio fundamental “Ignorantia Juris non excusat” , recogido en el artículo 6 de nuestro código civil, que viene a decir que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Es un principio contundente, autoexplicado, que desmonta cualquier argumento que intente seguir esa línea. No hace falta decir más. Está cristalinamente claro. Me he permitido en el título de este artículo hacer un juego de palabras sobre la base de este principio universal del Derecho Romano para intentar plantearles a ustedes, directivos, empresarios o profesionales de todo tipo, la situación en la que nos encontramos en materia de ciberseguridad.Todos ustedes pasan el día gestionando riesgos, formal o informalmente, analizando la probabilidad de que suceda un hecho y combinando esta probabilidad con el impacto que causaría sobre su negocio, sobre su vida, para evaluar, en tiempo real, el riesgo y tomar una decisión acorde al mismo. Riesgos A veces acertamos, a veces nos equivocamos y ponemos en marcha nuestro plan de contingencia con el fin de minimizar el impacto del suceso o de restaurar la situación inicial lo antes posible. El riesgo lo podemos mitigar, transferir, asumir, evitar, pero no ignorar. No sirve para nada. Si tiene que ocurrir, ocurrirá, por mucho que lo despreciemos. El mundo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha evolucionado a una velocidad de vértigo y son muchos los directivos, empresarios o profesionales que no han incorporado a su “catálogo de riesgos”, los derivados de las TIC y, sobre todo, los derivados de los aspectos relacionados con la ciberseguridad de los sistemas de información corporativa o con la ciberseguridad de los sistemas de control industrial. No los han incorporado y, por tanto, no los han evaluado. Simplemente no se consideran, son riesgos que parecen sacados de una novela de ciencia ficción, y tal vez sea así. A veces cuando me escucho hablar o cuando escucho a colegas del sector, sobre todo en los últimos años, me doy cuenta de que lo que damos ahora por normal y habitual, hace no más de tres o cuatro años, lo veíamos nosotros mismos como ciencia ficción. Pero es así. Tomar conciencia de los riesgos El mundo de las TIC es un mundo lleno de personas fascinadas por la tecnología como un fin en sí misma (geeks), en el que abundan personajes extraños (frikies), que han hecho que este sector endogámico levante una barrera que mantiene sus aspectos más técnicos y complejos a cierta distancia de la sociedad. En este contexto es muy común encontrar empresarios y directivos para los que la tecnología es simplemente un medio, a los que les cuesta, primero, aceptar las grandes ventajas de los avances de las TIC y a los que les cuesta, cuando ya han aceptado las ventajas que supone, visualizar y comprender los riesgos asociados al uso de las mismas. La complejidad de estas tecnologías, y el mundo un tanto extraño que las rodea, es lo que nos está impidiendo hasta la fecha, tomar conciencia de los riesgos derivados de su uso. La taxonomía de amenazas a la que nos enfrentamos ha variado, por tanto, sustancialmente. Hay un nuevo vector de ataque, un nuevo espacio, que no existía hasta hace relativamente poco, el ciberespacio, que lo ha cambiado todo. Necesitamos, como sociedad, tomar conciencia de su existencia en toda su amplitud y hacerlo seguro. Las instituciones ya se han puesto manos a la obra: “Las tecnologías digitales están cambiando el mundo”, así empezaba Neelie Kroes, la vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de la Agenda Digital Europea, su intervención en la jornada desarrollada en Bruselas el pasado 28 de febrero, titulada “A secure Network for Europe” en la que se revisó el estado de la estrategia europea de ciberseguridad y su paulatina aplicación justo un año después de su publicación. En un apasionado discurso en defensa de la necesidad de pasar definitivamente a la acción en materia de ciberseguridad, la vicepresidenta hizo un llamamiento global a la cooperación entre el sector público y privado con el fin de conseguir un espacio digital seguro tanto para ciudadanos como para instituciones. Con afirmaciones como “Sin seguridad no hay libertad, no hay privacidad” insistió mucho en el impacto que este tema tiene y va a tener en el desarrollo de la sociedad, instando a la sociedad en general a tomar cartas en el asunto y pidiendo una política decidida de inversión en el desarrollo de capacidades europeas a través de la investigación y el desarrollo, y el apoyo para conseguir una Directiva fuerte en materia de Seguridad de las Redes y de la Información (SRI/NIS) que, entre otras cosas, impida casos como el de las escuchas o como el de Snowden. Hagan sus deberes, por favor, atiendan ustedes las peticiones de las instituciones españolas y europeas y evalúen los riesgos a los que se enfrentan como consecuencia de la adopción de las TIC y tomen ustedes decisiones sabiendo a que se están enfrentando. No los ignoren, están ahí y están produciendo grandes daños irrecuperables a nuestro patrimonio: robos de dinero, estafas, secuestros de sistemas, espionaje industrial con robo de diseños y patentes, exfiltración de información sensible, sustracción de ofertas presentadas a concursos públicos, robos de información de personas relevantes y un largo etcétera. Como dice el título de este artículo “desconocer el riesgo no nos va a evitar el sufrimiento”.  www.s2grupo.es  

Ruta de las barracas Alcati

El móvil, la clave de futuro para el e-Commerce

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Profesor ICEMD, Instituto de Economía Digital de ESIC y Director de Desarrollo de Negocio de eDreams En Europa la gente revisa su móvil unas 150 veces al día, por lo que no hay duda de que se ha convertido en un compañero inseparable para nuestra vida diaria y que ya no podemos vivir sin él. El número de smartphones es una cifra que va en aumento año tras año y está previsto que en los próximos años continúe esta tendencia de crecimiento, pues se calcula según datos de Google y de Emarketer, que más de 5.000 millones de personas estarán conectadas a internet en 2016 y la misma cifra usarán dichos dispositivos en 2017, lo que representa realmente una ventana de crecimiento. La penetración del móvil ha impactado de forma revolucionaria en los usuarios y por ende también en el comercio electrónico. Y es que el hecho de que haya habido un cambio en la mentalidad de la sociedad y comprar por internet y vía móvil se haya convertido en una actividad habitual supone una gran oportunidad para la actividad comercial. Este impacto ha tenido, como no, su repercusión en el sector travel, líder del e-Commerce. Si en 2010 las búsquedas de viaje a través de Google vía móvil fueron de un 7%, en 2013 alcanzaron el 32%, 25 puntos por encima, y la previsión es que continúen creciendo a pasos agigantados en los próximos años. Además, los datos reflejan un uso 24/7 de estos dispositivos por parte de la sociedad: hay un 91% de españoles que duerme con el móvil, y ya incluso han aparecido móviles y tablets resistentes al agua que permiten su empleo en todos los lugares y momentos. Nos encontramos también que las generaciones más jóvenes están inmersas en el mundo de la movilidad ya que hasta el 38% de los menores de 2 años usan tablets con asiduidad. ¿La revolución móvil tiene que llegar? No nos equivoquemos, es ya una realidad y hay que saber aprovecharla. Esta radiografía de datos es un gran indicador sobre el potencial que tiene la movilidad en general y su repercusión en el turismo en particular. Por eso agencias de viajes como eDreams se vuelca en este tipo de proyectos tan estratégicos desde nuestros departamentos de I+D para ganar en competitividad, ya que es una palanca de crecimiento muy importante para el futuro. Oportunidades Los móviles han facilitado la creación de nuevos servicios en todo tipo de sectores, y de forma relevante para las empresas turísticas, de gran éxito entre los usuarios, como las aplicaciones de reservas taxis, los carsharing, las reservas hoteleras de ultra last minute y un largo etcétera. Gracias a toda esta oferta, las transacciones realizadas a través de dispositivos móviles se han visto multiplicadas en los últimos años. Hay sectores, como por ejemplo el de la moda, en el que ya hay empresas que están a la cabeza de todo esto, donde el 60% del tráfico ya lo reciben desde dispositivos móviles. El travel, por su parte, le sigue muy de cerca. En el caso particular de las agencias de viajes online, la movilidad ha ofrecido no solo la posibilidad de tener un nuevo canal de venta, sino también innumerables ventajas y servicios añadidos para ofrecer a los consumidores que no se podían hacer desde un pc tradicional. En eDreams, en concreto, las ventas hechas a través del móvil han crecido más de un 120%, una cifra que continúa con la tendencia de crecimiento respecto al año anterior donde también las reservas vía móvil aumentaron más de un 200%. Unos datos que solo reflejan la increíble evolución de este tipo de negocio y de lo que está por venir. Internet está tan interiorizado como fuente de inspiración para los turistas a la hora de planificar sus viajes que ya casi el 70% lo hacen antes de decir dónde o cómo lo van hacer y más de un 40% continúan haciéndolo de forma habitual en sus dispositivos electrónicos para búsquedas relacionadas con viajes y vacaciones. Por eso, y para aprovechar el gran potencial que el mundo móvil ofrece, las empresas del sector debemos invertir en tecnología y en personal específico para ofrecer un producto de calidad. Hay que trabajar con equipos multidisciplinares integrados por desarrolladores, diseñadores, programadores, personal de user experience, marketing y producto, entre otros, para dar respuesta a las necesidades actuales del mercado y de los usuarios en el terreno móvil y desarrollar APPs con las que los usuarios puedan llevar su propio agente de viajes en el bolsillo. Aún así, hablar de movilidad no significa hablar solo de smartphones. Las personas estamos continuamente conectadas a estos dispositivos, pero no debemos olvidar el pc y la tablet, ya que cada vez es mayor el uso de la multipantalla. Y es que esta inversión en movilidad no significa una desinversión en el pc tradicional, puesto que el pc no pierde cuota de mercado, sino que, por ejemplo, sigue siendo la pantalla más usada para visitar webs de viajes, aunque el uso de móvil y tablet crezcan en este terreno un 45% año tras año y casi 1/3 de los minutos totales se hagan frente a una pantalla de móvil. No existen usuarios únicos de móvil, tablet o pc, sino que los usuarios interactúan con la empresa a través de diferentes dispositivos según las diferentes horas del día y dependiendo del objetivo. El 90% de los usuarios empiezan en un dispositivo y finalizan la transacción en otro diferente. Porque lo que empieza siendo una consulta desde móvil a primera hora del día, continúa en un seguimiento y una profundización en el pc durante las horas de trabajo y termina en una compra por la noche desde la tablet. Dentro de los grandes cambios constantes en los que el sector e-Commerce se ve envuelto, la llegada del móvil ha sido uno de los más relevantes e importantes, y cualquier compañía que quiera seguir manteniendo un liderazgo en el sector deberá tomarse la movilidad como una de las claves de futuro. www.icemd.com/ 

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Nuevo marco legal para la refinanciación y la supervivencia de las empresas

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Director de Reestructuraciones y Refinanciaciones en PwC, entidad socia de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros  Desde el inicio de la crisis, son muchas la compañías de la Comunidad Valenciana que se han visto obligadas a iniciar un proceso de negociación con sus acreedores financieros, buscando acomodar su estructura de endeudamiento a unos niveles de generación de caja que habían sufrido dramáticas reducciones con la caída generalizada de ventas. En otros casos, la necesidad de refinanciar se veía acrecentada por una estructura de deuda excesivamente ‘pesada’, que estaba asociada a inversiones en instalaciones productivas que se habían llevado a cabo en años anteriores y que estaban dimensionadas para unos planes de crecimiento muy agresivos, mientras que nos encontrábamos en un momento de clara contracción de los mismos. Ausencia de acuerdo Muchas de estas compañías no han sido capaces de llegar a un acuerdo con sus acreedores financieros, terminando en muchos casos en concurso de acreedores, y la mayor parte de las que entraron en concurso lo hicieron posteriormente en liquidación. Baste señalar que, desde 2008, se han declarado en la Comunidad Valenciana más de 5.000 concursos de empresas, con la consiguiente destrucción del tejido empresarial. La falta de acuerdo con las entidades financieras en estos procesos ha podido deberse a múltiples causas: no estar ante un negocio viable, no proporcionar un plan de negocio creíble o carecer de credibilidad como gestores ante dichas entidades. No obstante, en otros casos, empresas con un negocio operativo viable y con un equipo gestor creíble, también se han precipitado en el concurso, tras un proceso de negociación fallido. ¿Qué ha sucedido entonces? La negociación con las entidades financieras es una negociación multilateral compleja, en la que se tratan de aunar muchos intereses particulares. Hasta ahora existían pocas herramientas que permitieran forzar el acuerdo en caso de consenso de una mayoría y siempre buscando un fin común superior, que no es otro que el de preservar el tejido industrial. El nuevo Real Decreto-Ley 4/2014, aprobado en marzo de este año y que se encuentra en trámite de discusión parlamentaria, introduce valientes modificaciones, que esperamos traigan como resultado una mejora en la culminación de los procesos de negociación. En este sentido, el Real Decreto–Ley 4/2014 introduce mecanismos que permiten arrastrar a entidades financieras disidentes cuando existan unas mayorías acordadas, forzando que amplíen plazos, otorguen carencias, incluso conviertan deuda en capital o se produzcan quitas, si así lo ha decidido una mayoría cualificada de entidades compañeras del ‘pool’ que financia a la compañía que lo solicita. Esto posibilita romper la dinámica de presión que algunos acreedores minoritarios ejercían en la negociación, buscando forzar acuerdos que iban encaminados a la defensa de sus intereses particulares mucho más que a la defensa del proceso de refinanciación. Estos mecanismos introducen la novedad de poder ser aplicados incluso en el caso de activos que cuenten con garantía real. Después de tanto tiempo de crisis, era necesario poder actuar sobre la deuda con garantías, ya que en la mayor parte de procesos es una parte muy relevante de la deuda la que ha ido tomando garantías a lo largo de sucesivas negociaciones. Para ello se establece una metodología de obligado cumplimiento, que permite calcular cuál es el valor efectivo de una garantía real, considerándose como deuda sin garantía aquella parte no cubierta. Esto supone que deudas que en principio estaban cubiertan por una garantía -pensemos en una segunda o tercera hipoteca-, pasan a ser consideradas como deuda sin garantía a los efectos de los cómputos de arrastre. Esto se produce cuando la valoración del activo con el que cuentan como garantía no cubre la deuda asociada en cargas previas. Por tanto, pasamos de tener una garantía real nominal, a constatar que dicha garantía no vale y, por tanto, a tratar esa deuda como lo que realmente es: una deuda sin una garantía real efectiva. También los accionistas Los mecanismos para preservar la compañía no solo afectan a las entidades financieras. En muchos casos son los accionistas o gestores los que dificultan la consecución del acuerdo de restructuración, anteponiendo sus intereses personales al bien superior del mantenimiento de la propia compañía. La nueva legislación contempla también este supuesto e introduce una presunción de culpabilidad para los acreedores que no apoyen un proceso de conversión de deuda en capital cuando este haya sido propuesto por las entidades financieras como una solución razonable para la situación de endeudamiento de la compañía. Esto puede parecer muy agresivo, pero si pensamos que la compañía no es capaz de soportar su deuda, desde un punto de vista financiero se podría considerar que el “equity” no tiene valor, ya que la deuda está en un orden de prelación superior. Desapalancamiento empresarial Pensamos que con todas estas medidas, y con algunas más que están por venir, se están dando pasos adecuados en el proceso de desapalancamiento de nuestras empresas, que debe culminar en el momento en el que las compañías se beneficien del fuerte esfuerzo que las entidades financieras han llevado a cabo en materia de provisiones. Esto no va a suceder a no ser que también se produzcan cambios en la estructura de gestión de las compañías, posiblemente unido a la entrada de nuevo capital para reforzar unos balances que están muy deteriorados. La nueva regulación otorga un marco regulatorio muy propicio para todo este tipo de operaciones de restructuración, en un momento de mercado en el que existe un alto “apetito inversor” por este tipo de situaciones, toda vez que lo peor de la crisis parece haber quedado atrás. Por tanto, es el momento de abordar los procesos de otra forma, buscando una restructuración efectiva de la deuda que permita sobrevivir al tejido empresarial y que, incluso, sea una oportunidad para mejorar la competitividad de muchos de nuestros sectores productivos. www.febf.org

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Reforma fiscal: cuestiones básicas

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Director General y responsable del área Fiscal, respectivamente, de GB Consultores Financieros, Legales y Tributarios Como es sabido, la crisis económica que ha atravesado nuestro país durante los últimos años, además de suponer la destrucción de millones de puestos de trabajo, la reducción del consumo a niveles difíciles de prever, el ajuste más que significativo de determinadas partidas de gasto público y, en definitiva, la vivencia de determinadas situaciones, tanto a nivel empresarial como personal, que nunca habríamos imaginado, ha supuesto el aumento generalizado de la carga fiscal soportada por todos los contribuyentes, tanto a nivel personal como a nivel empresarial. Este incremento de la presión fiscal se ha venido justificando por el menor nivel de recaudación obtenido por las Administraciones públicas derivado, del mismo modo, de la crisis económica. Dicho aumento de la carga fiscal, al ir justificado por una situación calificada de extraordinaria, ha tenido desde el principio un carácter transitorio, por lo que no se contemplaba que fuera a mantenerse de forma permanente o estructural en la factura fiscal de todos los contribuyentes, sino de un modo “coyuntural”. No obstante, llevamos varios años que esos “añadidos” van siendo prorrogados año tras año, sin tener la certeza de cuándo volveríamos a los niveles de carga fiscal previos a esta subida generalizada, de modo que lo coyuntural se ha venido convirtiendo en estructural. Inicio del proceso Pero, recientemente, tras las manifestaciones de distintos expertos independientes previa solicitud del Ejecutivo, quienes determinaron la necesidad de una reducción de los impuestos directos (principalmente el IRPF y el IS), acompañada de un aumento de los indirectos (básicamente el IVA), el Gobierno ha concretado las distintas reformas que va a llevar a cabo en los principales impuestos en un plazo relativamente corto. En primer lugar, y desoyendo los consejos de los mencionados expertos independientes, no se va a realizar ninguna modificación de los tipos vigentes de IVA, manteniendo el tipo general al 21%, el reducido al 10% y el superreducido al 4%. No obstante, sí parece que se procederá a la modificación del tipo aplicable a determinados productos sanitarios, pasando del tipo reducido que hoy les es aplicable del 10%, al tipo general del 21%. Esta variación no trae por causa expresa un aumento de la recaudación, sino que deriva de una sentencia del Tribunal Europeo, en la que se ordena a España aplicar el tipo general a este tipo de productos, tal y como vienen haciendo los distintos estados de la Unión Europea. Por lo tanto, viendo que la reforma fiscal en cuestión no parece que, en principio, vaya a afectar significativamente al IVA, es de prever que las grandes modificaciones recaerán en el Impuesto sobre Sociedades (IS) y en el Impuesto sobre la Renta de la Personas Físicas (IRPF). Efectivamente, estos son los dos conceptos tributarios que van a sufrir una mayor variación, aunque para sorpresa de muchos, y pese a que en algún momento anterior se podía interpretar que incluso su estructura (o forma de cálculo) iba a ser modificada de manera sustancial, parece que no será así, sino que lo que va a variar son los porcentajes y algunos aspectos relativos a deducciones y reducciones aplicable en cada impuesto. Más concretamente, y teniendo en cuenta que lo que aquí se menciona es un Anteproyecto de Ley susceptible de modificaciones –por lo que trataremos de analizar los cambios de forma conceptual y no tanto numérica– , cabe destacar las novedades reseñadas a continuación. Principales modificaciones en el IRPF Respecto al IRPF, que como sabemos está compuesto por dos grandes bases imponibles, la base general (en donde se integran los rendimientos del trabajo, de las actividades económicas y del capital inmobiliario), y la base del ahorro (que incluye los rendimientos de capital mobiliario y ganancias y pérdidas patrimoniales), hay que destacar las siguientes modificaciones que, según parece, van a producirse: > Se reducen los tipos impositivos aplicables en cada una de las bases de modo gradual, de manera que en 2015 se producirá la primera rebaja para, en 2016, consolidarse los tipos definitivos, suponiendo para las rentas más bajas volver a los niveles previos a la crisis. Concretamente, los contribuyentes con rendimientos inferiores a 12.000 euros no tributarán por este impuesto, disponiendo de dichos ingresos de forma íntegra, no practicándoles siquiera retención. > Las retenciones y pagos a cuenta asumidos por los trabajadores y autónomos en sus ingresos periódicos serán menores, por lo que dispondrán de mayor liquidez, produciendo un efecto motivador en el consumo. > Algunas deducciones como la del alquiler desaparecerán. > Familias con miembros con discapacidades o calificadas de numerosas verán disminuida su carga fiscal global, al incluirse nuevas deducciones para estos casos, añadiendo a esto un aumento de los mínimos personales y familiares a nivel general. Dichos mínimos son importes fijos obtenidos por el contribuyente, exentos de tributación por el mero hecho de ser contribuyentes con determinadas características o por tener personas a su cargo. > La exención por los importes recibidos por un contribuyente con motivo de un despido calificado de improcedente, se aplicará hasta un límite de cuantía por año trabajado. > Se eliminará la exención de los primeros 1.500 euros recibidos en concepto de dividendo, teniendo en cuenta que, como se ha indicado, los tipos impositivos aplicables a estos rendimientos disminuyen significativamente. > Se propiciará que el contribuyente destine parte de sus ingresos al ahorro, eliminando de tributación los rendimientos generados por dichos depósitos, siempre que sean mantenidos durante un plazo mínimo de tiempo. > Se disminuirá el límite de aportación a planes de pensiones. Principales modificaciones en el IS En lo que respecta al IS, los cambios más significativos se producen en el tipo impositivo aplicable, que se verá reducido (al igual que en el IRPF) de forma gradual, pasando del 30% actual al 28% en 2015 y al 25% en 2016. Asimismo: > Se motivará a las empresas a la reinversión de sus beneficios, creando reservas indisponibles y mediante la posibilidad de aplicar una deducción por los importes reinvertidos (con un límite). De esta forma, se busca fomentar la autofinanciación de las empresas en detrimento de la financiación bancaria, con el fin de reducir su grado de apalancamiento financiero. > Las empresas de nueva creación aplicarán tipos del 15% para el primer ejercicio y siguientes. > Se eliminarán de forma definitiva la mayoría de deducciones, mejorando, básicamente, las relativas a I+D. Como se puede observar, las medidas que se reflejan en el Anteproyecto de Ley van a suponer una menor carga fiscal directa para la mayoría de los contribuyentes, concediéndoles mayor capacidad de generación de liquidez, lo que podría traducirse en un aumento del consumo, teniendo en cuenta que este es, a su vez, gravado por el IVA a los tipos actualmente vigentes que, pese a mantenerse al mismo nivel, dichos tipos sí son superiores a los existentes con anterioridad a la crisis.  Con todo ello se deduce que, en el ámbito de la imposición directa, volvemos a niveles previos a la crisis, lo que no sucede a nivel de imposición indirecta. En resumen, menor carga fiscal que estos últimos años, pero no equiparable a la existente con anterioridad a la crisis. En cualquier caso, es necesaria una reflexión: las constantes modificaciones tributarias de los últimos años causan a todos los niveles una gran incertidumbre, junto a una sensación de temporalidad de las medidas y, sobre todo, un alto grado de inseguridad jurídica, lo que provoca un importante efecto en la toma de decisiones de gasto e inversión. www.boronatconsultores.es

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Cuando el concurso no es suficiente

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Socio del Departamento Mercantil de Garrigues El artículo 176 bis de la Ley Concursal, introducido en la reforma operada por la Ley 38/2011, de 10 de octubre, establece un supuesto especial de conclusión del concurso: por insuficiencia de la masa activa. De acuerdo con el citado precepto, para que tenga lugar la conclusión del concurso por esta causa se requiere que el patrimonio del concursado resulte insuficiente para satisfacer los créditos contra la masa, y que no se prevea el ejercicio de la acción de reintegración, de impugnación o de responsabilidad de terceros, ni la calificación del concurso como culpable. Concurriendo estas circunstancias, y tan pronto como tenga conocimiento de la insuficiencia de la masa activa, la administración concursal lo pondrá en conocimiento del juez del concurso y aplicará la masa activa al pago de los créditos por el orden de prelación establecido legalmente. Concluida la distribución del patrimonio del concursado, la administración concursal deberá emitir un informe, afirmando justificadamente que el concurso no será calificado como culpable y que no existen acciones pendientes de reintegración de la masa activa ni de responsabilidad de terceros, o bien que lo que se pudiera obtener de tales acciones no sería suficiente para el pago de los créditos. Este informe se presentará al juez y se pondrá a disposición de todas las partes personadas por un plazo de quince días, transcurrido el cual sin haberse formulado oposición, se acordará mediante auto la conclusión del concurso por insuficiencia de masa activa. Pero, a mayor abundamiento, el apartado cuarto del artículo 176 bis prevé la conclusión del concurso en el mismo auto de declaración, cuando el juez aprecie “de manera evidente” que la masa activa no resultará suficiente para satisfacer los créditos previsibles, ni parezca posible el ejercicio de acción de reintegración, impugnación o responsabilidad de terceros. En este caso, pues, la conclusión del concurso tiene lugar de forma casi automática, en el mismo auto de declaración, y sin que se haya realizado en principio liquidación o reparto de ninguna clase de los bienes y derechos que integren la (insuficiente) masa activa. Por su parte, el artículo 178 de la Ley Concursal, en la redacción dada por la misma Ley 38/2011 antes citada, dispone en su apartado tercero que: “La resolución judicial que declare la conclusión del concurso por liquidación o por insuficiencia de la masa activa del deudor persona jurídica, acordará su extinción y dispondrá la cancelación de su inscripción en los registros públicos que corresponda, a cuyo efecto se expedirá mandamiento, conteniendo testimonio de la resolución firme”. Problemática peculiar Así las cosas, parece que la Ley impone la extinción de la personalidad jurídica, así como la cancelación de los asientos registrales correspondientes a la sociedad que sea declarada en concurso de acreedores, siempre que su patrimonio resulte inferior al valor de los créditos contra la masa, y ello –y aquí se presenta la problemática de la que trataremos en el presente artículo–, aun cuando la conclusión se acuerde en el mismo auto de declaración de concurso y sin que, por tanto, se haya efectuado previa liquidación o adjudicación de dicho patrimonio. De este modo, el patrimonio de la extinta persona jurídica entra en una suerte de periodo de latencia, que ocasiona numerosos e importantes problemas respecto a la titularidad de los bienes y derechos que lo integran. Así, por ejemplo, no podrían ser enajenados los bienes inmuebles del concursado, ni siquiera cuando el precio fuera a ser aplicado en pago de los acreedores, puesto que el titular registral (la extinta sociedad) carecería de la necesaria capacidad jurídica y de obrar para efectuar los negocios de enajenación. Quedarían asimismo vacantes las acciones o participaciones que la sociedad extinguida ostentara en otras sociedades mercantiles, como también se extinguirían los arrendamientos, los préstamos y cualesquiera otras relaciones jurídicas, debido a la súbita extinción de la personalidad jurídica de una de las partes. En sentido estricto, la extinción de un sujeto titular de bienes o derechos, sin atribución de los mismos, motivaría que tales bienes o derechos pasaran a ser “res nullius” y, por tanto, susceptibles de ocupación en el caso de los bienes muebles (exartículo 610 del Código Civil), y propiedad de la Administración General del Estado en el caso de los inmuebles (exartículo 17 de la Ley 33/2003, de Patrimonio de las Administraciones Públicas). En vista de este injusto resultado, se hace necesario buscar soluciones alternativas que profundicen en el espíritu de la norma, entre las que podemos destacar, en primer término, la interpretación conjunta del apartado 4 del artículo 176 bis, con el régimen de liquidación previsto por el mismo artículo, de manera que no resulte posible la extinción de la personalidad jurídica sin que se haya producido una liquidación concursal previa. De acuerdo con esta interpretación, que ha sido avalada por parte de la doctrina y también por algún sector jurisprudencial (ver auto del Juzgado de los Mercantil núm. 1 de Palma de Mallorca de 22 de febrero de 2012 y autos del Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Madrid de 24 de octubre de 2012 y de 3 de diciembre de 2012, entre otros), la extinción de la personalidad jurídica de la sociedad concursada no puede extenderse a los supuestos de conclusión del concurso en el mismo auto de declaración, cuando el deudor sea titular de bienes, derechos u otras relaciones jurídicas pendientes. En consecuencia, la extinción solo podrá tener lugar cuando, en el momento de la declaración de concurso, el deudor no ostente bienes o derechos en absoluto, o bien cuando, siendo titular de bienes o derechos (aunque insuficientes para el pago de los créditos), se haya hecho liquidación de los mismos en la forma establecida en el artículo 176 bis. En caso contrario, parece que la alternativa debería pasar por que el juez que haya acordado la conclusión del concurso por insuficiencia de masa activa, y consiguiente extinción de la personalidad jurídica de la sociedad deudora, habría de autorizar expresamente los actos relativos a los bienes o derechos que fueran de la titularidad de aquella, determinando en cada caso la persona competente para llevarlo a cabo y el título que le habilita. En función de la construcción doctrinal y jurisprudencial aceptada, los actos de liquidación de bienes y derechos habrían de ser llevados a cabo, o bien por la propia sociedad bajo autorización del Juez, entendiendo que su personalidad jurídica continúa de algún modo hasta la completa extinción de las relaciones jurídicas de que fuera titular; o bien por los socios, admitiendo una suerte de sucesión universal, en virtud de la cual estos adquirirían en comunidad la posición jurídica de la sociedad, si bien esta última solución nos ofrece serias dudas en cuanto que es característico de las sociedades de capital la separación del patrimonio de la sociedad respecto del patrimonio de los socios, en lo tocante a la responsabilidad ligada a cada uno de esos patrimonios. En todo caso, ante la deficiente reglamentación de esta materia, continúa quedando al arbitrio del juez acordar la conclusión del concurso cuando el concursado sigue siendo titular de bienes y derechos, así como determinar las consecuencias de su resolución. www.garrigues.com

Marketing con personalidad: divide y vencerás

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Senior Manager en ONO Cable Telecom Company y profesor deICEMD, Instituto de Economía Digital de ESIC  El marketing y los marketinianos siempre ha/hemos estado obsesionados con entender a la estrella de nuestro partido: el cliente. Hemos querido entender cómo juegan, cómo se mueven en el campo, cómo deciden y, lo más importante, cómo marcan goles. Para ello, se ha estudiado al cliente desde diferentes ángulos, pero una de las técnicas se ha convertido por derecho propio en un ‘básico’ del marketing: la segmentación de clientes. Diversos han sido los ejes por los que se han segmentado a los clientes, pero si me tuviera que quedar con uno, un concepto por el cual entender mejor a mis clientes, ese sería, sin duda, según su personalidad. La personalidad es el aspecto que más nos diferencia a unas personas de otras, lo que nos guía en todas las decisiones de nuestra vida y, sí, también la manera como nos relacionamos con las marcas, los productos y las empresas. La personalidad conduce al propio origen de nuestras necesidades; posibles barreras y posibles estímulos. Afecta a cómo buscamos información para satisfacerlas, cómo comparamos alternativas, cómo realizamos el proceso de decisión y, también, cómo compartimos y recomendamos socialmente nuestras experiencias. La personalidad diferencia el comportamiento de las personas al mismo nivel que nos diferencia el si somos hombre o mujer. Si hay un concepto extendido con el que los marketinianos primero solemos segmentar es en si tu producto es para hombres o para mujeres; el género es una variable intrínseca a la persona, nos diferencia directamente en lo más profundo de nuestro córtex. Pues bien, la personalidad también lo es. Temperamento y carácter Es sabido que la personalidad se divide en dos grandes áreas: el temperamento y el carácter. El temperamento es la parte más intrínseca de la personalidad. Es la manera en la que nuestro cerebro responde automáticamente ante estímulos externos. Es constante; se desarrolla hasta la edad de unos 10-12 años, para mantenerse sin grandes cambios en el resto de nuestras vidas. Por su parte, el carácter es la parte de la personalidad que se modula con el paso de la vida; es un conjunto de las experiencias, educación y cultura vivida por una persona. El carácter puede matizar la manera como las personas presentan su temperamento a la sociedad. Por ejemplo, no es lo mismo cómo perciben lo ‘cool’ en occidente que en oriente, o cómo se percibía ‘lo moderno’ en España hace 40 años que a día de hoy. Si hacemos “zoom” en el temperamento, que es donde radica la parte más automática y constante de la personalidad, se observa que se pueden detectar tres grandes dimensiones que lo configuran. Estas dimensiones se relacionan de manera perpendicular, por lo que el modelo del temperamento se ilustra mediante un hexaedro o cubo de 8 esquinas; esta es la figura a la que podemos llamar cubo NoRiSo. La primera dimensión hace referencia a la Novedad (NoRiSo). La novedad es la primera macro-variable que configura la personalidad y actúa como un activador del comportamiento. Existen personas que, ante estímulos asociados como novedosos, activan su comportamiento y “se mueven”; sin embargo, otras personas, en respuesta a estímulos basados en la novedad, no activan en absoluto ningún tipo de actividad. Por ejemplo mi padre. Sigue utilizando la radio de sintonizador de rueda. La segunda dimensión es el Riesgo (NoRiSo). El riesgo es percibido de manera diferente dependiendo del temperamento que se tenga. Existen personas tendencialmente optimistas (menor riesgo percibido) y personas tendencialmente pesimistas (mayor riesgo percibido). Como es sabido, el riesgo es una variable que con total claridad influye directamente en el proceso de compra del consumidor: a mayor riesgo percibido, mayor coste percibido. Esta dimensión actúa siempre a modo de freno o inhibidor del comportamiento. La tercera y última dimensión es el aspecto Social (NoRiSo); existen personas que necesitan una interacción/reconocimiento social mayor que otras. Se suele tratar de personas cálidas, que comparten sus emociones, simpatizan con su entorno, disfrutan con la interacción social y ésta les produce satisfacción. Por el contrario, existen personas más independientes, que con lo que disfrutan es más con la soledad y el tiempo para ellos mismos. Una frase que les podría definir es “no hay mejor momento en el día que cuando me pongo a leer mi libro favorito”. Ocho tipos de personalidad Cuando combinamos estas tres dimensiones, claramente obtenemos personalidades que diferencian cómo se comportan los clientes. Dan como resultado los ocho segmentos de la personalidad: el metódico, el explosivo, el narcisista, el independiente, el fiable, el aventurero, el cauto y el apasionado. Cada uno de ellos tiene un comportamiento muy marcado, que afecta en todos las fases del proceso de compra de un cliente. Aquellos que están en esquinas totalmente opuestas tienen un comportamiento radicalmente diferente. Por ejemplo el metódico y el apasionado. Sin embargo, aquellas que están en esquinas próximas (por ejemplo, el apasionado y el sensitivo), comparten ciertos rasgos, pero diferencian su comportamiento en matices, que en algunos casos suponen la diferencia para captar o no captar a un cliente. Cada uno de los segmentos tienen necesidades diferentes y responden de manera diferente a los estímulos, buscan información de manera diferente para satisfacer sus necesidades, durante el proceso de evaluación de alternativas toman en consideración diferentes variables y las interpretan de manera desigual, el proceso de decisión es diferente y claramente comparten su experiencia de diferente manera. Entender el comportamiento de cada una de las ocho personalidades y segmentar a nuestros clientes según su personalidad, nos ayudará a definir propuestas de valor claramente ganadoras, que atraigan y fidelicen a nuestros consumidores.  www.icemd.com

La investigación policial económica y la responsabilidad penal de la persona jurídica

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Socio «Forensic» de Grant Thornton Tradicionalmente, la investigación económica se ha vinculado a la investigación de los delitos económicos, entendidos principalmente como aquellos en los que el delincuente utiliza la estructura económica para la obtención de un enriquecimiento ilícito o de unos frutos que legalmente no le corresponderían. Para su delimitación hay que acudir al Código Penal vigente, en lo relativo a aquellos títulos que alberguen delitos con este contenido, como los delitos contra el patrimonio y contra el orden socioeconómico, o los delitos contra la Hacienda Pública y contra la Seguridad Social. Por tanto, en este caso la investigación económica vendría a definirse como el uso de la estructura económica para la obtención de pruebas y vinculaciones que hagan avanzar un procedimiento penal originado por la comisión de un delito económico. Ahora bien, las unidades de investigación económica no solo persiguen los delitos económicos, sino que, al irse conociendo las fuentes de información de ámbito económico, se han ido concienciando de que la información obtenida podría tener valor en otro tipo de investigaciones. Otras investigaciones Efectivamente, la progresiva organización y sofisticación de los grupos criminales, ha llevado a que sus responsables se encuentren a determinada distancia de los delitos que originan los beneficios, haciéndose muy difícil llegar a ellos con datos suficientemente sólidos para su incriminación. Obviamente, estos cabecillas precisan de cauces y procedimientos a través de los cuales puedan obtener las ganancias provenientes del delito, y es ahí donde la investigación económica puede tener un papel de enorme importancia. Puesto que la casi totalidad de las bandas organizadas buscan el enriquecimiento ilícito, parece razonable que, una vez conseguido o en el proceso de conseguirlo, se deban establecer procedimientos y cauces para que el dinero fluya internamente; cauces y procedimientos que serán más complejos cuanto mayor sea el grado de sofisticación de la organización. En estos casos, el uso de la investigación económica se ha probado eficaz, siendo los procedimientos de investigación prácticamente idénticos a los utilizados en la persecución de los delitos económicos. Por tanto, en estos casos estamos ante el uso de la estructura económica para la obtención de pruebas y vinculaciones que hagan avanzar un procedimiento penal por cualquier tipo de delitos, no necesariamente del ámbito económico. Blanqueo de capitales El siguiente paso se produce cuando los responsables de la organización delictiva pretenden disfrutar del beneficio injusto con normalidad, dentro de la sociedad y alejando la posibilidad de que la policía o el fisco puedan dudar del origen de sus riquezas. El caso del blanqueo de capitales es paradigmático en este sentido, puesto que antes de su inclusión en el Código Penal, no dejaba de ser una utilización de la estructura económica para el aprovechamiento y utilización de los bienes generados por el delito, pero no para la comisión de un delito. Tras su tipificación como tal, el blanqueo de capitales ha pasado a ser un delito económico desde el momento en que se utiliza la estructura económica para la obtención de un beneficio económico; en este caso, convertir un dinero procedente del delito en dinero “justificado”. También puede hablarse de investigación económica cuando, a través del estudio mercantil y financiero de una empresa, se puede llegar a determinar que su función no es la de una sociedad normal, sino la de ocultar la actividad real de sus miembros tras una apariencia de legalidad, aportando a los tribunales datos e indicios que pueden convertirse en pruebas para una condena por otros delitos. Por supuesto, también debe considerarse la investigación económica en el caso de la búsqueda de móviles para otro tipo de crímenes, como homicidios, extorsiones, prevaricaciones o cualquier tipo de corrupción, en los que la causa oculta pueda ser la obtención de beneficios a través de tramas urbanísticas o societarias. Como consecuencia de todos estos razonamientos, podría decirse que la investigación económica consiste en la búsqueda de indicios y datos, en y a través de la estructura económica, que ayuden al órgano jurisdiccional a llegar a la verdad material de unos hechos referidos a conductas delictivas. Y en esta búsqueda de indicios se utilizan unos procedimientos que son independientes, en gran parte, de los hechos investigados, de forma que se practican tanto en la investigación de un delito fiscal a través del Impuesto de Sociedades, como en el seguimiento de unos fondos blanqueados o en el esclarecimiento del móvil de un determinado homicidio. Desde la entrada en vigor de la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, con la introducción de la responsabilidad penal de la persona jurídica, podemos apreciar que la definición presentada con anterioridad adquiere una nueva dimensión, siendo plenamente aplicable. Aparecen en el espectro penal nuevos delitos, los cometidos por las empresas, que podríamos clasificar, conceptualmente, como económicos desde el momento en que dichos delitos se cometen a través o en el seno de estructuras económicas, aunque su contenido o finalidad no lo sean. En ellos, el elemento determinante para establecer la autoría de la empresa, se encuentra en el análisis del control que ha ejercido sobre los autores materiales del hecho, directivos o empleados de la misma. Modelo de prevención penal De acuerdo con el Anteproyecto de Ley Orgánica por el que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, el análisis del control debido sería sustituido por el análisis de la existencia y eficacia de un modelo de prevención penal más ampliamente definido, circunscrito en una estructura económica como es la empresa. Por tanto, la búsqueda de indicios y datos, en y a través de la estructura económica, que ayuden al órgano jurisdiccional a llegar a la verdad material de unos hechos referidos a conductas delictivas, sigue definiendo la investigación económica, aunque incluyendo algunos matices. Lógicamente, la investigación económica enfocada a los controles existentes en la empresa y al funcionamiento real de sus controles, será objeto de investigación policial por los métodos tradicionales y por los de la investigación económica, aunque en este caso centrados en determinar la veracidad y realidad del control debido (según el vigente Código Penal) o del modelo de prevención penal y sus características (si se aprueba el anteproyecto citado). En todo caso, el matiz que se incluye en el mundo policial requerirá hacer hincapié en la formación de las unidades de investigación económica en el mundo de la gestión de riesgos y el control interno, para poder dar el apoyo técnico necesario a la autoridad judicial, que buscará en estas unidades un apoyo firme y objetivo en esta materia.

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Traficantes de datos

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Socio Director de S2 Grupo  Dicen que la mentira más común en Internet es “He leído y acepto las condiciones de uso y privacidad de mis datos”. Aquí es donde empieza nuestra historia y una parte de nuestros problemas, al menos los relacionados con el uso que algunas empresas hacen de nuestra información en las redes sociales. Se aprovechan de nuestra inocencia, de nuestro afán por conocer, por compartir experiencias. Se aprovechan de que aún somos muchos los que confiamos en la buena fe de las personas, tanto físicas como jurídicas, para convertirse en los “traficantes de datos del siglo XXI”. Desde luego, el tráfico de datos no es comparable, en primera instancia –luego me explicaré-, al tráfico de seres humanos, ni comparable al tráfico de órganos, ni siquiera comparable al tráfico de armas, pero cuidado, el tráfico de datos puede ser un medio, no un fin en sí mismo. Si es o no peor que el resto de casos que hemos mencionado, el tiempo lo dirá. No sabemos dónde pueden acabar nuestros datos, ni para qué pueden usarse. Depende de quién seamos, de quienes sean nuestros conocidos y amigos, de dónde trabajemos, de dónde vivamos o de a qué tipo de información tengamos acceso. Depende de muchas cuestiones que pueden perfilar finalidades que en estos momentos no podemos concebir. Son muchos los que piensan que no son importantes como para que sus datos lo sean. Esto es un error, un gravísimo error que nos impide proteger como corresponde nuestra información, la de nuestras familias e, incluso, la de nuestros negocios. El hecho cierto es que se está traficando con nuestra información de forma, en mi opinión, totalmente ilícita. En muchos casos podríamos decir que es inmoral, pero no tengo nada claro que pudiésemos afirmar, de forma tajante, que sea ilegal. Es la “alegalidad” la especialidad de algunos gabinetes jurídicos de estos monstruos de la información. El manejo de información personal sin nuestro consentimiento atenta contra un derecho fundamental. A pesar de ello, ya sea porque se obtiene nuestro consentimiento con esa gran mentira de Internet a la que hacíamos referencia al principio de este artículo, o simplemente por la habilidad de moverse en el terreno de la indeterminación, el tráfico de datos permite el desarrollo de lucrativos negocios. ¿Por qué creen ustedes que valen tanto dinero las redes sociales en bolsa? Este es un problema desgraciadamente común en las redes sociales. Incluso algunos que parecen, en este sentido, más serios, tampoco lo son. Consiguen los datos en unas condiciones y luego cambian las reglas del juego de forma unilateral. Evidentemente, ya se han preocupado antes de avisarte de que lo podían hacer, a través de contratos que has suscrito, sin darte cuenta, y políticas de privacidad y condiciones de uso aceptadas, difícilmente comprensibles para la mayoría de los usuarios. Ejemplo concreto Ni siquiera los que trabajamos en este mundo de las tecnologías estamos exentos de riesgo. Hace poco me di cuenta de que mi perfil de LinkedIn está disponible para todo aquel que esté dispuesto a pagar un puñado de dólares. Aunque lo tengo bastante protegido y soy extraordinariamente escrupuloso con las personas que incorporo a mis redes sociales, he de reconocer que hasta que me ha pasado esto no he leído, ni la política de privacidad, ni las condiciones de uso. En este sentido, creo que puedo decir que soy una de esas personas que las ha aceptado por defecto y que se ha asombrado al revisar lo que aceptó: > El lema de LinkedIn “los Miembros son lo primero” no me extraña, es lo que realmente da valor a su compañía. En el punto 1.2 de las condiciones de uso, aceptas que al inscribirte en LinkedIn suscribes un acuerdo jurídicamente vinculante con LinkedIn Ireland. > En el punto 2.4 de condiciones de uso dice: “El perfil que crees en LinkedIn se convertirá en parte de LinkedIn y será propiedad de LinkedIn, salvo el contenido y la información sobre los que nos otorgas una licencia”. > Además, “contar con tu confianza es nuestra principal preocupación”, por lo que se comprometen a proteger tu información diciendo: “solo se proporciona a terceros con nuestro consentimiento, o en la medida razonablemente necesaria para mantener las funciones y funcionalidades de LinkedIn”. ¿Cuáles son las funciones o funcionalidades de Linkedin?, ¿quién las define? La respuesta es evidente: ellos. Y para rematarlo, entre un batiburrillo de cláusulas a cada cual más enrevesada, podemos leer: “Podremos modificar esta política de privacidad de vez en cuando. El acto de continuar usando LinkedIn después de que publiquemos o comuniquemos cualquier modificación a esta Política de privacidad significará que estás de acuerdo con los cambios”. Evidentemente, siempre podemos ejercer nuestro derecho y usar el enlace de “cerrar nuestra cuenta”, pero esto no vale señores; están ustedes jugando con la confianza y con la inocencia de mucha gente, incluida la de un servidor. Con todo esto, por menos de 1.000 euros al mes ofrecen la posibilidad de acceder a perfiles profesionales de personas que no están en tus círculos de confianza, cosa que en teoría no se puede hacer. Como dice su propuesta comercial, el perfil profesional de 300 millones de personas a un solo clic. Por tanto, sea lo que sea lo que publique en la red social, simplemente pagando un puñado de euros, mis datos estarían disponibles para cualquiera que los quisiese visualizar, sin importar el motivo por el que lo quiera hacer. Si además me centro en mi actividad profesional, la ciberseguridad, esta sería una magnifica fuente de información para diseñar ataques de ingeniería social contra blancos profesionales perfectamente perfilados donde lo conocería todo, o casi todo, de mi objetivo. Cruce de información Imagínense la información que podemos llegar a obtener de una persona mezclando la información profesional de este tipo de redes sociales con la personal de otras como Facebook. Imagínese lo que puede ocurrir si ese ataque de ingeniería social se diseña contra una persona del círculo de confianza de un presidente de una gran compañía de un sector estratégico que gestiona infraestructuras críticas en nuestro país. El tráfico de datos puede ser un negocio lucrativo y muy peligroso, incluso para la seguridad nacional. A pesar de todo lo dicho, creo que las redes sociales son absolutamente necesarias en un mundo global hiperconectado como el nuestro, y que dentro de ellas, en el terreno profesional, LinkedIn es una extraordinaria herramienta que, bien usada, puede aportar valor a todos los ‘stakeholders’, pero teniendo en cuenta que no todo vale. Los operadores de las redes sociales tienen que hacer un uso responsable de la información depositada en ellos y, como siempre, si la fuerza de la razón no es suficiente, tendrá que actuar la razón de la fuerza; Gobiernos de todo el mundo deberán caer con todo el peso de la ley sobre los maleantes que abusen de esa confianza que los ciudadanos hemos depositado en compañías que, aparentemente, van a hacer un uso legítimo de la información “sin trampa ni cartón”. www.s2grupo.es 

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Las 4 claves de la psicología del emprendedor

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Responsable de Orientación e Innovación Educativa de EDEM  Más de la mitad de los proyectos emprendedores fracasan por la personalidad de las personas que los llevan a cabo. ¿Cualquiera puede ser emprendedor o existen personas con unas cualidades especiales, que definen el espíritu emprendedor? En los últimos años, los estudios sobre la capacidad emprendedora han incluido las características psicológicas de las personas que emprenden. Los enfoques psicológicos sobre el emprendimiento han experimentado una revitalización por la importancia futura de los emprendedores para la creación de empleo. La actitud emprendedora es la conducta de administrar los recursos para generar unos resultados, según la actividad en que se desarrolla. Para que un proyecto empresarial tenga éxito es necesario conocer las competencias emprendedoras de la persona o personas que van a estar al frente del mismo. En numerosas ocasiones se ha comprobado que una misma idea empresarial puede ser un éxito o un fracaso en función del emprendedor que la ponga en marcha, encontrándose así con personas que pueden convertir en éxito casi cualquier proyecto que inicien. Si pensamos que el emprendedor “nace, no se hace”, cualquiera que reúna las características adecuadas está prácticamente predestinado a ser emprendedor y, a la larga, un empresario. La formación es clave Sin embargo, lograrlo está en función del contexto que le rodee y la influencia de factores culturales, económicos, sociológicos y psicológicos. En este sentido, la formación tiene un papel clave en el desarrollo de las competencias emprendedoras. Se puede aprender a emprender. Mucho se habla de las características psicológicas de un emprendedor, tales como: 1) Confianza en sí mismo; 2) Perseverancia y determinación, compromiso a largo plazo; 3) Energía; 4) Talento; 5) Habilidad para tomar riesgos calculados; 6) Necesidad de realización; 7) Creatividad; 8) Iniciativa; 9) Flexibilidad; 10) Responsabilidad; 11) Independencia; 12) Previsión; 13) Dinamismo; 14) Polivalencia, 15) Conocimiento del producto, mercado, equipos y tecnología; 16) Habilidad para tratar a la gente; 17) Adaptación a los momentos críticos; 18) Orientación hacia la utilidad o ganancia; 19) Optimismo: 20) Internalización; 21) Tolerancia a encarar la ambigüedad y la incertidumbre; 22) No conformismo; 23) Liderazgo, entre otros. Si los emprendedores son necesarios para asegurar el desarrollo económico, es importante considerar cómo se pueden identificar. Los determinantes importantes del comportamiento emprendedor son los rasgos de personalidad que presentan los individuos. Los emprendedores poseen rasgos característicos, que los predisponen a actuar de manera emprendedora.   Existen evidencias claras de la relación entre los rasgos de personalidad y la capacidad emprendedora. El siguiente paso es preguntar cuáles son estos rasgos de personalidad. Aquí es necesario considerar que sólo aquellos rasgos que han tenido fuertes argumentos científicos pueden ser considerados como integrantes de la personalidad emprendedora. Personalidad emprendedora Por fortuna, la literatura ha empezado a converger en un grupo determinado de rasgos en el que, en mayor o menor medida, están de acuerdo los investigadores. Considerando los trabajos de diferentes autores y nuestra práctica profesional en la selección y formación de emprendedores, podemos decir que los principales rasgos de la personalidad emprendedora son cuatro: ‘Locus’ de Control, Autoeficacia, Riesgo y Proactividad. > ‘Locus’ de control. Está relacionado con la creencia de que las acciones que uno realiza determinan los resultados que uno obtiene (‘locus’ de control interno). Las personas con un ‘locus’ de control interno alto piensan que ellos son capaces de controlar los resultados, por lo que dedicarán más esfuerzo y persistencia hacia los resultados deseados, lo que, a su vez, debería ayudar a iniciar una aventura empresarial y a mantenerla exitosamente. Por el contrario, las personas con ‘locus’ de control externo pueden ser más pasivas. Si uno piensa que no es capaz de controlar los resultados, no tiene razones para cambiar activamente su entorno y comenzar un negocio. El ‘locus’ de control se relaciona con otros aspectos de la personalidad, tales como la necesidad de logro y la iniciativa personal. > Autoeficacia. La autoeficacia se refiere a la convicción de que uno puede organizar y ejecutar efectivamente acciones para producir unos resultados. Refleja la percepción para realizar un trabajo o tarea concreta. La autoeficacia afecta a la elección de la acción y a la cantidad de esfuerzo ejercido. La relación entre autoeficacia y emprendimiento está justificada por diferentes motivos. En primer lugar, porque la gente evita carreras y ambientes que exceden sus capacidades y emprenden vocaciones para las que se juzgan capaces. En segundo lugar, porque la iniciativa empresarial conlleva importantes riesgos y dificultades, por lo que parece claro que los emprendedores necesitan altos niveles de autoeficacia. En tercer lugar, dado que la autoeficacia predice la perseverancia ante dificultades y la efectividad personal, también se relaciona con la actividad emprendedora. Finalmente, puesto que el incentivo para actuar es mayor cuando los emprendedores creen que sus acciones tendrán resultados alcanzables, la autoeficacia es un importante determinante de los comportamientos emprendedores exitosos. Propensión al riesgo > Propensión al riesgo. Es el rasgo de personalidad que determina la tendencia y disposición del individuo para asumir riesgos. Los individuos con puntuaciones altas en esta dimensión estarán inclinados a comportamientos de alto riesgo; es decir, considerarán las alternativas cuyas consecuencias finales puedan alejarse de su marco de expectativas de resultados. Por su parte, los sujetos con baja propensión al riesgo tenderán a comportamientos de bajo riesgo y evitarán las alternativas que puedan causar resultados que varíen mucho de sus expectativas. Es obvio que la actividad emprendedora implica, por definición, asumir riesgos de algún tipo. La propensión al riesgo es, junto con la proactividad y la innovación, una de las tres dimensiones de la llamada orientación emprendedora. En este marco, la propensión al riesgo se refiere a la disposición del sujeto a comprometerse con oportunidades bajo posibilidades de fracaso. La tolerancia y las actitudes positivas hacia el riesgo predicen la formación de intenciones emprendedoras. Igualmente, la propensión al riesgo está positivamente asociada con las intenciones de autoempleo a través de su influencia sobre ciertos predictores de éstas, como son la autoeficacia y la actitud positiva hacia el comportamiento emprendedor. > Personalidad proactiva. Esta se refiere a la tendencia a iniciar y mantener acciones que directamente cambian el ambiente circundante. Las personalidades proactivas identifican oportunidades y actúan sobre ellas, muestran iniciativa, realizan acciones directas y perseveran hasta que consiguen un cambio significativo. En contraste, las no proactivas fracasan en identificar y actuar sobre las oportunidades para cambiar cosas. La proactividad implica un énfasis en anticipar y prevenir problemas antes de que ocurran y una orientación a la acción, que incluye una interpretación creativa de las normas y un alto nivel de persistencia y paciencia para operar el cambio. La proactividad es otra de las dimensiones indispensables en la denominada orientación emprendedora, lo que supone perseverancia, adaptabilidad y disposición para asumir la responsabilidad ante el fracaso. También  se ha confirmado la relación entre la personalidad proactiva y el comportamiento emprendedor, tanto en empresas ya creadas como en la población general. Finalmente, también existe evidencia de una relación entre la proactividad en el contexto de la orientación emprendedora y el desarrollo empresarial por un lado, y la carrera exitosa por otro. El emprendedor se enfrenta a innumerables obstáculos que pasan por la falta de cultura emprendedora, falta de recursos y falta de conocimientos; consecuentemente, inseguridad en el terreno empresarial. Todo esto constituye un reto permanente para los emprendedores, que puede y debe apoyarse en la formación continua. Lo que está claro es que los emprendedores y su personalidad son claves para la economía. Ellos son los principales agentes del empleo y del crecimiento económico de un país.

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Transparencia y acceso a la información pública en el ámbito del urbanismo

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Abogado de Uría Menéndez La aprobación de la Ley de Transparencia facilitará en buena medida el acceso a la información pública, al remover el obstáculo de que la documentación accesible deba pertenecer necesariamente a un procedimiento terminado. La regulación de esta materia en el ámbito del urbanismo autonómico valenciano, a pesar de ser algo más garantista que la del régimen general previo a la Ley de Transparencia, debiera igualmente adaptarse a los nuevos principios. La Ley 19/2013, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, aprobada el 9 de diciembre de 2013 y publicada al día siguiente en el BOE, ya desde su preámbulo declara que sus objetivos fundamentales son: > Incrementar y reforzar la transparencia en la actividad pública, mediante la articulación de obligaciones de publicidad activa para todas las Administraciones y entidades públicas. > Reconocer y garantizar el acceso a la información, regulado como un derecho de amplio ámbito subjetivo y objetivo. > Establecer las obligaciones de buen gobierno que deben cumplir los responsables públicos, así como las consecuencias jurídicas derivadas de su incumplimiento, con la pretensión de institucionalizar una exigencia de responsabilidad para todos los que desarrollan actividades de relevancia pública. Acceso a la información Nos interesa en este artículo hacer algunas observaciones sobre la vertiente del derecho de los ciudadanos a acceder a la información teóricamente pública. En el régimen anterior al establecido en esta norma, a la que nos referiremos en adelante como la “Ley de Transparencia”, los ciudadanos en general, y los profesionales dedicados al Derecho Administrativo en particular, nos encontrábamos con un obstáculo importante a la hora de acceder a la documentación de las Administraciones Públicas. El derecho de acceso a la información pública venía regulado en el artículo 37.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común. Este precepto supeditaba el acceso de los ciudadanos a los archivos administrativos, de manera genérica, a la concurrencia de dos condiciones: los registros y documentos obrantes en tales archivos debían formar parte de un expediente que, a su vez, correspondiese a procedimientos terminados en la fecha de la solicitud. En la práctica, esta limitación suponía a menudo la imposibilidad de conseguir información y documentación en el momento en que podía ser relevante para el interesado; por ejemplo, para poder presentar alegaciones durante el procedimiento y no cuando este ya estuviese terminado. El nuevo régimen establecido por la Ley de Transparencia, en el capítulo III de su título I, pretende evitar estas disfunciones. Así, se reconoce el derecho de todas las personas a acceder a la información pública, que se define como cualquier contenido o documento que obre en poder de alguna Administración Pública, u otras entidades de derecho público, y que haya sido elaborado o adquirido en el ejercicio de sus funciones. Este derecho solamente se podrá ver limitado en aquellos casos en que sea necesario por la propia naturaleza de la información -por ejemplo, por motivos de seguridad nacional-, o porque entre en conflicto con otros intereses protegidos, como el derecho a la propiedad intelectual e industrial. Estos límites, lógicamente, ya existían con la anterior regulación de la Ley 30/1992. Pero la Ley de Transparencia ya no exige que los documentos solicitados formen parte de un expediente terminado. No obstante, hay que tener presente que el citado título I de la Ley de Transparencia no entrará en vigor hasta transcurrido un año desde la publicación de la Ley; esto es, hasta el 10 de diciembre del presente año 2014 (disposición final novena). Paradoja normativa Curiosamente, la propia Ley de Transparencia modificó, mediante su disposición final 1.2, el artículo 37 de la Ley 30/1992, que ahora proclama, simplemente, que “los ciudadanos tienen derecho a acceder a la información pública, archivos y registros en los términos y con las condiciones establecidas en la Constitución, en la Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, y demás leyes que resulten de aplicación”. Sucede que esa disposición final no se incluye expresamente dentro de la “vacatio legis” de un año, por lo que se produce una situación paradójica, donde el nuevo artículo 37 de la Ley 30/1992 estaría en vigor, pero no la legislación sobre transparencia y acceso a la información pública a la que se remite. No es descartable que una mayoría de órganos administrativos aprovechen esta discordancia para diferir la aplicación del nuevo régimen de acceso a la información hasta después de la fecha indicada del 10 de diciembre de 2014. En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que aquellas materias que tengan previsto un régimen jurídico específico de acceso a la información, se regirán por su normativa y por la Ley de Transparencia con carácter supletorio (disposición adicional primera). El caso del Rogtu Así sucede con el Reglamento de Ordenación y Gestión Territorial y Urbanística de la Comunidad Valenciana, aprobado por Decreto 67/2006, de 12 de mayo (ROGTU), que todavía recoge una regulación equivalente al originario artículo 37.1 de la Ley 30/1992. No obstante, el artículo 559.3.a).3º del Rogtu añade que “cuando se trate de procedimientos bifásicos o que se pueden dividir en varias fases, aunque tengan carácter provisional los actos de terminación de cada fase, se entenderá terminado el procedimiento a efecto del ejercicio del derecho a la información urbanística”. Este precepto cobra importancia en la tramitación de planes urbanísticos que son aprobados de manera provisional por el Ayuntamiento y definitivamente por la Generalitat. Hay que destacar, igualmente, otra medida adicional que, en este ámbito urbanístico, facilita el acceso, en relación con el viejo régimen de la Ley30/1992. Nos referimos al reconocimiento del derecho de todas las personas, aunque no tengan la condición de interesadas, a consultar durante el período de información pública toda la documentación escrita, gráfica y cartográfica que integre el instrumento o expediente (arts. 554.2.a) y 559.1.a) del Rogtu). A tal fin, los Ayuntamientos deben disponer de un ejemplar completo y diligenciado. www.uria.com/ 

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En mayo-junio, nuevo rebote a máximos

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Bolsa de Valencia Las bolsas españolas vivieron un magnífico mes de mayo, especialmente a partir de mediados del mismo, lo que se tradujo en la consecución de nuevos máximos. El IBEX 35 subió un 3,25%, elevando su rentabilidad anual acumulada al 8,89%, alza muy similar a la protagonizada por el Índice General de Bolsa de Valencia (IGBV), que fue del 3,78% en el mes, con un revalorización anual del 11,29%. Los mercados estuvieron expectantes y a la espera de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de principios de junio y de sus posibles medidas a tomar para combatir la deflación y revitalizar la economía. Como era de esperar, la institución no defraudó y anunció un paquete de estímulos dirigidos a alejar las políticas de deflación, suavizar el tipo de cambio del euro, impulsar la débil recuperación económica y, sobre todo, facilitar el acceso al crédito a empresas y hogares. Estas medidas fueron aplaudidas por los mercados, superando incluso sus expectativas y prolongando consecuentemente el optimismo entre los inversores, quienes permanecieron incluso impávidos ante la abdicación de Juan Carlos I. En consecuencia, junio ha arrancado con la misma fuerza que cerró mayo, acumulando en la primera quincena una revalorización cercana al 3%, tanto el IBEX 35 como el Índice General de la Bolsa de Valencia (IGBV). Volumen de negocio Estas subidas vinieron acompañadas de un elevado volumen de negocio, continuándose con la tendencia de los últimos meses. Así, en mayo la bolsa española negoció 72.226 millones de euros, un 50% más que en el mismo mes de 2013, superando la contratación acumulada anual los 341.446 millones de euros, con un crecimiento del 27,4% sobre el mismo periodo del pasado ejercicio. En cuanto al número de negociaciones, en mayo ascendió a 5 millones de euros, un 56,7% más que en el mismo mes del ejercicio anterior. En junio, por su parte, continúa esta positiva tendencia, negociándose en la primera quincena del mes más de 34.478 millones de euros, un 38,62% más que en la primera mitad de junio de 2013, con más de 2,5 millones de transacciones, lo que supone un 62% respecto al mismo periodo. En cuanto a las últimas operaciones corporativas, destacar la del debut en la Bolsa el 9 de mayo de Applus+. www.bolsavalencia.es

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Medidas del anteproyecto de ley de reforma tributaria

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Economista de Varona Asesores  La reciente publicación del anteproyecto de ley por la que se proponen la modificación de, entre otras, la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas, así como el Texto Refundido del Impuesto sobre Sociedades, supone una reforma en mayor profundidad de los principales tributos estatales, con el objetivo, a priori, de fomentar el crecimiento económico, creación de empleo y mejora de la competitividad. Mediante la redistribución de los recursos económicos disponibles, se pretende aumentar la renta disponible en el ciudadano, a fin de estimular el consumo, principalmente en los contribuyentes con las rentas más bajas y en familias que cuenten con miembros con discapacidad o familias numerosas. En el ámbito de las sociedades, se anuncia un descenso progresivo de los tipos impositivos, que, por el contrario, vienen acompañados de una reducción de los incentivos tributarios, mediante la eliminación de las deducciones fiscales que, a fecha de hoy, tienen derecho a su aplicación las sociedades siempre dentro de unos requisitos establecidos. Menos tramos en IRPF En el Impuesto sobre la Rentas de las Personas Físicas destaca la modificación de la tarifa aplicable a la base liquidable general, que reduce el número de tramos de los siete actuales a cinco, cambiando el tipo impositivo aplicable en dos etapas: 2015 y 2016. Con esta medida, el tipo máximo bajará del actual 52% al 47% en 2015, siendo en 2016 previsiblemente del 45%. Los contribuyentes con rentas inferiores a 12.000 euros, siempre que cumplan el resto de requisitos establecidos por el Impuesto, no deberán presentar declaración, al no soportar retención en sus rendimientos, disponiendo, por tanto, de mayor renta disponible mensualmente. Sin embargo, no todos los contribuyentes obtendrán beneficios con esta reconfiguración de los tramos impositivos, siendo determinadas rentas medias (entre 20.200 y 33.000 euros) las que podrán sufrir, dependiendo de su retribución, un aumento del coste fiscal durante el ejercicio 2015, que se verá reducido en el ejercicio 2016. Por otro lado, y como continuación al ajuste realizado en las retenciones de los rendimientos del trabajo, se produciría una rebaja del tipo de retención de los administradores de las entidades de menor tamaño (actualmente el 42%), pasando a ser del 35%, con excepción de los administradores de las entidades con un importe neto de la cifra de negocios inferior a 100.000 euros, que podrán aplicar una retención del 19%, y a los profesionales (actualmente el 21%), que deberán soportar una retención del 19%, o del 15% cuando el volumen de rendimientos íntegros sea inferior a 12.000 euros anuales. Tributación del ahorro La tributación del ahorro sufre, igualmente, modificaciones en los tramos impositivos, tanto en los porcentajes, como en los límites para cada uno de ellos, debiéndose imputar nuevamente todas las ganancias y pérdidas patrimoniales obtenidas en la base imponible, con independencia de si el período de generación es inferior o no al año y pudiéndose compensar en la base del ahorro rendimientos con ganancias y pérdidas patrimoniales siempre con determinadas limitaciones. El objetivo perseguido es la búsqueda de la neutralidad, así como en términos de equidad, por lo que se propone, como contrapunto, la supresión de la exención aplicable a los perceptores de dividendos y de los coeficientes de abatimiento. Otra de las medidas propuestas que más controversia han generado es la revisión de la exención aplicable a las indemnizaciones por despido, que quedaría fijada con el límite de 2.000 euros por cada año de servicio prestado, debiéndose tributar por el exceso en la base general. Se propone, igualmente, la supresión de la deducción por alquiler para homogeneizar el tratamiento fiscal del arrendamiento y de la propiedad, manteniendo un régimen transitorio para los alquileres de vivienda efectuados con anterioridad a 2015. Actividades económicas En el campo de las actividades económicas, se propone, después de años de continuas especulaciones, una drástica reducción de las actividades que se podrían acoger al régimen de estimación objetiva, destinándose este a actividades relacionadas, principalmente, con el consumidor final de los productos o servicios, y siempre dentro de unos límites de facturación muy inferiores a los establecidos hasta la fecha (de 450.000 euros a 150.000 euros de ingresos como umbral de exclusión). El nuevo Impuesto sobre Sociedades pretende fomentar la competitividad de las empresas mediante una reducción progresiva del tipo general del 30% actual, al 25% en el 2016, reduciendo y simplificando, sin embargo, las deducciones a aplicar por las empresas. El objetivo es reducir las diferencias entre el tipo impositivo y el nominal, manteniendo las deducciones por I+D+i , y creando una nueva reserva de capitalización de hasta el 10% de los beneficios del ejercicio. Igualmente, con el fin de mantener la recaudación en 2015, se prorrogan todas las medidas tomadas en ejercicios anteriores (pagos fraccionados incrementados y limitación de compensación de bases imponibles negativas y fondo de comercio), que afectan fundamentalmente a las grandes empresas. Se estudia, igualmente, la posibilidad de fijar un límite general del 60% a la compensación de bases imponibles negativas a partir el 2016. www.varona.es

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La escasez de programadores

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Socio Director de S2 Grupo Debo confesar que cuando me planteé escribir este artículo tenía muchas más dudas que certezas sobre el tema. A pesar de ello, comparto aquí mis opiniones, por si a alguien le son de utilidad o, simplemente, quiere contrastarlas con las suyas. Voy a hablar del mercado laboral de los programadores. Mucho de lo que aquí diga será aplicable a los ingenieros informáticos en general, aunque no se puede hacer una correspondencia directa entre ambas profesiones, ya que, ni todos los ingenieros informáticos son programadores, ni todos los programadores son ingenieros informáticos. Como fuentes de información dispongo de mi experiencia en las varias empresas en las que he trabajado, incluyendo la mía propia; de las conversaciones con otros empresarios y profesionales del sector; de los artículos – más o menos serios– que se publican sobre el tema en los medios de comunicación; de los estudios realizados, principalmente en EE. UU. y, por supuesto, de los rumores y cotilleos que se pueden leeren internet. Carencia de profesionales Empezaré diciendo que, según los mencionados estudios americanos, existe una importante carencia de profesionales programadores en EE. UU.. Como referencia, se habla de una necesidad de unos 95.000 programadores al año, frente a un total de unos 25.000 titulados en “Computer Science” que salen anualmente de sus universidades. Para complicar un poco el asunto, se estima que, por ejemplo, Microsoft solo contrata al 2% de los programadores que entrevista. Esto es común entre los líderes del mercado, que solo están dispuestos a contratar a los mejores profesionales. Poniendo un poco de orden, se puede establecer un modelo con tres diferentes niveles de empleadores: por una parte están las ‘start up’ tecnológicas y las empresas líder de desarrollo de software; por otra, las empresas de fabricación de alta tecnología, consultoras y proveedoras deservicios; por último, el resto de empresas industriales y de servicios no especializadas en tecnologías de información. Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace, considerada como la primera persona programadora de la historia El grueso de los empleos se encuentra en el segundo grupo, mientras que el primero solo está interesado en los profesionales de más talento y el último no suele aportar puestos de mucho interés para los técnicos. Simplificando mucho y yendo a los grandes números, el problema consistiría en un desajuste entre la demanda de este segundo grupo y la oferta que las universidades pueden generar. Sin embargo, incluso sobre esto hay opiniones: hay quien piensa que, más que una carencia, hay una discrepancia entre las capacidades de los profesionales disponibles y el tipo de puestos de trabajo que se demandan o, al menos, los que las empresas están dispuestos a contratar. Como nota al margen, y con el solo ánimo de poner los dientes largos, es interesante saber que un programador con experiencia puede ganar en EE. UU. entre 120.000 y 150.000 dólares anuales y que, incluso un programador sin experiencia, puede aspirar a un salario de unos 50.000 a 70.000 dólares al año. Hablamos en ambos casos de titulados universitarios pero, como podrá dar fe cualquier profesional español, son cifras que están lejos de lo que es habitual en estos lares. El caso español Aún así, salvando todas las distancias, hay un cierto número de aspectos del problema que creo que sí se pueden trasladar al caso español. Aquí se puede afirmar que, entre los programadores, la tasa de desempleo es bastante baja: un 7% según una noticia de “El País” de hace algo más de un año. Algunos dicen que esto es a costa de mantener unos salarios bajos y unas largas jornadas de trabajo. Hablan de ‘mileuristas’ y de jornadas de 10 a 12 horas. Aunque discrepo bastante de este punto de vista, especialmente en lo que se refiere a los salarios (no pongo en duda que se den casos), si comparamos con el deprimente mercado laboral español en general, creo que nadie puede poner en duda que los programadores están en una buena situación. Pero aún más interesante resulta analizar las soluciones que se le está intentando dar al problema en EE. UU. Por una parte, hay un importante movimiento para promover la enseñanza de técnicas de programación en todos los niveles educativos y profesionales de muchos sectores bastante alejados de la ingeniería informática. Tanto las universidades como los centros de enseñanza privados generan una amplia oferta de cursos, talleres y campamentos para aprender a programar. Las escuelas primarias y secundarias amplían su currículo con cursos de introducción a la programación para niños y jóvenes. Esto tiene varias lecturas. Por un lado, que se considera imprescindible para la empleabilidad de cualquier profesional una cierta capacidad para desarrollar programas simples; por otro, que casi todos vamos a necesitar esa habilidad en nuestro desempeño personal y profesional (cosa con la que no puedo estar más de acuerdo); por último, y esto es una opinión más personal, que probablemente, en bastantes casos, se está contratando a un programador profesional para tareas que podría desarrollar mejor una persona con otra formación y con una cierta habilidad para programar. Falta de vocaciones En cuanto a la falta de vocaciones, los americanos, con su espíritu práctico, se centran en dos aspectos del problema: ¿por qué el estereotipo del programador es el de un hombre poco atractivo, más interesado en las máquinas que en las personas, con pocas habilidades para las relaciones personales? En segundo lugar, ¿por qué son pocas las mujeres que optan por una profesión que perciben como claramente misógina? Ambos aspectos contribuyen a que se reduzca el número de estudiantes interesados en la programación. En mi opinión, en España, al estereotipo ‘friki’ que tiene el programador en EE. UU., habría que añadirle una componente nada despreciable de ‘pringao’. ¿Cuántos chistes circulan por la red haciendo referencia al informático que no sabe cómo sacarse de encima a los amigos que abusan de él pidiéndole que resuelva sus problemas con la tecnología? Sea como sea, más vale que seamos capaces de atraer más estudiantes hacia esta profesión, porque nos va a hacer falta; porque es una industria con futuro, que no requiere de infraestructuras industriales de las que muchas veces carecemos, y porque constituye, en resumen, una buena oportunidad para nuestra economía. www.s2grupo.es

NIIF 15, nueva norma sobre reconocimiento de ingresos para las empresas

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Director de KPMG – Valencia El Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB por sus siglas en inglés) y el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera de Estados Unidos (FASB por sus siglas en inglés), acaban de publicar una nueva norma sobre reconocimiento de ingresos ordinarios. Esta norma sustituye a la mayoría de directrices sobre reconocimiento de ingresos ordinarios contempladas actualmente en los PCGA estadounidenses y en las NIIF. La publicación de una norma conjunta sobre reconocimiento de ingresos ordinarios es un logro importante en términos de convergencia, pero para las empresas, el verdadero trabajo acaba de empezar. La nueva norma llega más de cinco años después de que los organismos publicasen la primera versión de sus propuestas conjuntas sobre ingresos ordinarios. La dilación del proceso ha provocado que muchas empresas hayan aplazado el análisis de su impacto a la espera de disponer de una norma más asentada. No obstante, nos encontramos con una norma ya publicada, que afectará a uno de los indicadores de la información financiera más importantes —los ingresos ordinarios—, cuyo alcance se extenderá a la práctica totalidad de las empresas que formulen sus estados financieros de acuerdo con los PCGA estadounidenses o las NIIF. Los nuevos requerimientos afectarán a empresas diferentes de modos distintos. Las empresas que venden productos y servicios en una oferta combinada, o las que participan en proyectos de largo plazo, circunstancia que resulta habitual en sectores tales como el de telecomunicaciones, software, ingeniería, construcción e inmobiliario, podrían experimentar cambios significativos en el reconocimiento de los ingresos ordinarios. En otras empresas que desarrollen actividades menos complejas, los cambios serán mínimos. En cualquier caso, todas las empresas deben evaluar la magnitud del impacto y el modo en el que se verá afectado su modelo de negocio, sin olvidar la necesidad de mantener un canal de información con sus inversores y analistas. Cambios más relevantes En resumen, los cambios más relevantes serían: 1º. Obligación de separar entregables u obligaciones de rendimiento, que previamente se trataban como gastos por incentivos o provisiones. Por ejemplo, terminales móviles o mantenimiento de vehículos. 2º. Aunque no exista evidencia observable de un precio individual de un entregable, se puede asignar un precio basado en otras técnicas, como coste más margen, enfoque de mercado ajustado o el método residual, lo que implicaría anticipar ingresos en determinados sectores. Por ejemplo software. 3º. Para las licencias de propiedad intelectual hay que evaluar si otorgan un derecho de uso o acceso y, según el que sea aplicable, el ingreso se reconoce a la entrega del derecho de uso o durante el plazo de acceso, lo que puede implicar anticipar ingresos si se otorga un derecho de uso. Puede afectar a sectores como distribución de películas, música o farmacéutico.  4º. Cuando el precio incluye importes variables (descuentos, concesiones, dudas sobre cobrabilidad, derechos de devolución etc.), el ingreso se debe reconocer solo por aquella parte en la que no sea altamente probable que se vaya a producir una reversión del ingreso, considerando la probabilidad y la magnitud de la reversión. Sin embargo, para royalties sobre licencias de propiedad intelectual en las que el ingreso se determina por el uso o venta, el ingreso se debe reconocer en la fecha posterior de entre la que se produce el uso o venta y cuando se entrega la obligación a la que se ha asignado parte del precio. Este cambio puede implicar anticipar ingresos en determinados sectores, como automoción o distribución y cualquier otro en el que el precio esté sujeto a variabilidad. Asimismo, el diferimiento del ingreso al uso o venta es exclusivo para royalties sobre propiedad intelectual y no afecta a otros sectores como minería. 5º. El ingreso se reconoce cuando el cliente obtiene el control de los bienes o servicios. Para ello, hay que evaluar si existe una transferencia discreta o continua de los bienes o servicios. Si la transferencia es continua, entonces el ingreso se reconoce por el grado de avance. Debido a que la norma desarrolla ampliamente las condiciones para las que una obligación se entregue de forma continua, se podría anticipar el ingreso en el sector inmobiliario o de contratos de venta de bienes de equipo. 6º. Los contratos en los que existe un componente financiero significativo deben ser objeto de descuento o periodificación financiera. En este sentido,si existe un plazo superior a doce meses desde la fecha del anticipo a la entrega del bien o servicio, se debe reconocer un gasto financiero, que posteriormente revertirá como ingreso, de forma similar a la práctica española en el Plan General de Contabilidad. 7º. Las modificaciones contractuales, dependiendo de las circunstancias, generan un contrato separado o modifican el ingreso de las obligaciones satisfechas previamente, lo que puede implicar en determinados casos anticipar o diferir ingresos. 8º. La norma exige capitalizar los costes incrementales de obtener un contrato, si se espera recuperarlos, salvo que la duración del contrato sea inferior a doce meses. Asimismo, bajo el cumplimiento de determinadas condiciones, se pueden capitalizar los costes de cumplimiento de un contrato a firmar en un futuro. Estos criterios se hacen extensivos a todos los contratos y no sólo a los de construcción. 9º. Por otro lado, se han desarrollado los criterios aplicables a contratos de consigna, intermediación, facturación sin entrega, ventas con pacto de recompra y garantías. Todas las compañías están afectadas Algunos aspectos de la nueva norma afectarán a todas las empresas. Los nuevos requerimientos de información a revelar son amplios y es posible que sea necesario introducir cambios en los sistemas y procesos de captura de la información, con independencia  de que no se produzca un cambio significativo en las magnitudes principales de los estados financieros. La nueva norma entra en vigor en enero de 2017, aunque los responsables de preparar la información conforme a las NIIF pueden optar por aplicarla de forma anticipada. Aunque la fecha de entrada en vigor parece lejana, lo cierto es que las empresas deben iniciar cuanto antes el proceso de transición para asegurar una adecuada gestión del mismo, tanto desde una perspectiva interna como externa. Para que la nueva norma pueda ser aplicada por las empresas españolas, debe ser adoptada por la Unión Europea para su aplicación por las empresas cotizadas, y posteriormente traspuesta mediante una Resolución del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) para su aplicación al resto de empresas. Por ahora el ICAC no se ha pronunciado al respecto. www.kpmg.com/es

Ruta de las barracas Alcati

¿Cuentas con los directivos que necesitas hoy?

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Socio de Improven Los tiempos dinámicos, inciertos y cambiantes que atraviesan nuestras organizaciones ponen en evidencia el papel clave que deben desempeñar los directivos, tanto como elementos dinamizadores para sus equipos, como mejores gestores de sus empresas en mercados tan competitivos. Alguna de las enseñanzas que nos deja la crisis es que, para volver a crecer, además de una buena estrategia se necesita contar con un equipo directivo capaz, valiente y comprometido. Capaz, porque el guión de hoy exige nuevas habilidades, como liderazgo, creatividad, capacidad ejecutiva, desarrollo de personas, análisis… Valiente, porque hay que tomar nuevas decisiones en medio de más incertidumbre, pero con mayor rapidez. Comprometido, porque solo el esfuerzo, el ejemplo, la pasión y el apego a los valores del negocio contagiarán al resto de la organización. Personas con talento Estoy convencido de que las personas con talento son, como nunca antes, el factor clave del éxito de las empresas, mientras que estas acabarán compitiendo en términos de calidad directiva, como ventaja competitiva diferenciadora en sus mercados. En el día a día de nuestros proyectos de estrategia y gestión del cambio en empresas familiares de tamaño medio, he comprobado sobradamente que solo con una estrategia empresarial adecuada no se consigue volver a crecer. Para cambiar una situación y aprovechar las oportunidades que existen en los mercados, resulta más decisivo contar con un plan bien ejecutado por parte de un equipo directivo participativo y comprometido, que contar con un plan lentamente aplicado por parte de ejecutivos pasivos o parcialmente consultados. Considero que las diferencias actuales entre unos directivos y otros no se encuentran tanto en su historial académico o profesional, como en su actitud ante los cambios y su capacidad de reinventar su puesto y su función ante las necesidades impuestas por el mercado. Las compañías en las que sus directivos solo parecen estar interesados en mantener el estatus quo, resistirse al cambio y reír las gracias al jefe evitando cualquier tipo de opinión en contra, lo van a tener mal; y ellos también. En una época como la actual, no podemos perder la oportunidad única de cambiar sistemas obsoletos basados en el poder o el miedo. Se necesita reinventar, y esto solo se consigue cuando se está dispuesto a cuestionarlo todo, hasta como hace uno mismo las cosas. ¿Cuáles son los rasgos que debe poseer hoy un directivo para seguir aportando valor a su organización? Después de haber asesorado muchos equipos directivos estos años, quiero destacar tres competencias que me parecen críticas para estos tiempos, diferenciadoras, y que creo conviene priorizar y alentar en nuestra gente con rapidez, con el fin de incrementar su valor: > Foco > Equipo > Resiliencia Foco, equipo y resiliencia  Foco. Es la habilidad de saber prestar la atención a las cuestiones verdaderamente claves en cada momento. Puede parecer obvio, pero muchos directivos se pierden todavía en cuestiones y tareas que en estos momentos son intrascendentes, en lugar de enfocarse en lo que aporta mayor valor y es fundamental para la organización. ¿Dónde poner el foco? Sin lugar a dudas en todo lo que guarda relación con la excelencia para los clientes, las nuevas oportunidades y la rentabilidad de la empresa. Conseguir que todos los miembros de nuestra organización queden organizados y enfocados a prestar una comprensión, atención y servicio excepcionales a los clientes, es la máxima prioridad directiva. Luego está conseguirlo de la forma más rentable posible. El resto de actividades, honestamente, es secundario. En una empresa del sector de servicios industriales, el deseo de estandarizar y ejecutar los procesos del negocio de manera perfecta, acabó provocando efectos contrarios a los deseados: exceso de burocracia, empeoramiento del servicio, incremento de los costes y la complejidad y, finalmente, pérdida de rentabilidad. Volver a situar al cliente en el centro del negocio, simplificando actividades y procesos, y mejorando la gestión de los directivos, contribuyó a cambiar la marcha del negocio. Equipo. Desde hace años se habla del trabajo en equipo como el camino que tiene que llevar a alcanzar la excelencia de nuestras empresas. La crisis lo tiró por los suelos. No porque haya dejado de ser cierto, sino porque los temores y la incertidumbre, frutos de la falta de autoestima y aplomo de muchos directivos, han hecho que se vuelva a comportamientos individualistas cuando precisamente se necesita lo contrario. Solos no alcanzaremos el grial empresarial, tenemos que volver a trabajar juntos. En una empresa familiar de tamaño medio y con un comité de dirección inoperante por la fuerte personalidad de su primer ejecutivo, se consiguió establecer la figura de un comité operativo en paralelo (sin dirección general), en el que los directivos de cada área empezarán a trabajar abiertamente alrededor de proyectos y objetivos comunes, pero sin justificaciones, reproches y miedos. Al cabo de unos meses, los resultados fueron mayor seguridad del equipo y confianza, con un mejor diálogo y comunicación en el comité de dirección. Resiliencia. Los expertos han definido la resiliencia como la capacidad de mantener el equilibrio en medio de las adversidades. Por ejemplo, cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones. Es también la capacidad para sortear dificultades, aprender y reponerse de los fracasos, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas. La palabra proviene del latín “resilio” e implica volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial. Las empresas necesitan hoy directivos resilientes, capaces de cuestionarse continuamente, de levantarse de los fracasos y ayudar a levantarse a otros, que no dejen de hacer lo que toca, y que pese a que los resultados puedan tardar en llegar, no pierdan de vista el objetivo.  Un joven director general “heredó” la dirección de una empresa. Llegó a tomar decisiones difíciles en medio de un ambiente familiar enfrentado, porque los resultados no llegaban. Al final, su valentía, perseverancia y buen juicio le dieron la razón; su empresa es de las que está saliendo reforzada. Los tiempos actuales son la mejor oportunidad para que los directivos de cualquier empresa mejoren su empleabilidad, demostrándose a sí mismos, a sus equipos, a sus empresas y a la comunidad empresarial, que son las piezas críticas y necesarias para sacar adelante los negocios. www.improven.com

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