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Empresarios y comerciantes reaccionan a un fenómeno, la creciente presencia de ciudadanos rusos, que puede resumirse en algunas cifras: Mientras cerca de 40.000 británicos y 14.000 alemanes han abandonado la provincia en el último año, el incremento de la colonia rusa se cifra en 1.500 habitantes, un 11% más que hace doce meses, lo cual eleva la cifra total a cerca de 15.000 residentes.
El reflejo económico más inmediato se observa en la venta de vivienda. Según datos del Ministerio de Fomento, los compradores rusos son, por encima de los británicos, los principales responsables de que Alicante fuera en 2013 la provincia española que más compraventas ante notario registró por parte de extranjeros residentes, con un total de 3.442. A gran distancia se sitúan en esta clasificación las provincias de Málaga (1.922), Barcelona (1.086), Baleares (1.020) y Tenerife (822).
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Por lo que se refiere a los turistas, el 75% de los que visitan la Comunidad Valenciana elige la Costa Blanca, no en vano el aeropuerto ahora llamado Alicante-Elche alcanzó en 2013 las trece conexiones semanales con Moscú, a las que añade dos con San Petersburgo, lo que permitió la llegada de casi 130.000 viajeros, un 52% más que el año anterior. Y aunque en las últimas semanas la crisis ucraniana y la cotización del rublo han disparado algunas alarmas, lo cierto es que no parece que la tendencia vaya a remitir, ya que fuentes del aeropuerto informan de que tres aerolíneas rusas, Orenair, VIM Avia y Siberia Airlines, acaban de solicitar derechos de tráfico a la Dirección General de Aviación Civil rusa para operar entre Alicante y Moscú. Las dos primeras lo han hecho para volar durante la cercana temporada de verano, pero Siberia Airlines (S7 Airlines) ha solicitado una frecuencia adicional para operar cinco vuelos semanales entre Alicante y Moscú durante la temporada de invierno 2014-2015. Y la aerolínea española Vueling, que ya une Moscú y Alicante, en junio estrena una conexión veraniega con San Petersburgo que podría mantener en invierno si los resultados así lo aconsejan.
Ese aumento de la competencia podría solucionar el problema que hasta ahora detecta Alexander Chepurnoy, presidente de Casa Rusia y de la Asociación de Inmigrantes de Europa del Este en Alicante, quien explica que “es mucho más barato volar de Moscú a Barcelona que a Alicante”. Chepurnoy opina que las instituciones valencianas “deberían hacer más” para favorecer una relación con Rusia muy interesante y que cuenta con “muchos competidores”. Sobre todo en la capital, puesto que, a su juicio, la ciudad de Alicante “lo tiene todo” para atraer a ciudadanos rusos que valoran la combinación de clima, playa y buenos servicios sanitarios y de transporte, además de comercios atractivos.
En conversación con Economía 3, Chepurnoy confirma el ‘desembarco’ de compatriotas en la Costa Blanca: “Mientras, por efecto de la crisis, la mayoría de los trabajadores manuales que vinieron durante el boom de la construcción han regresado a sus lugares de origen, porque ahora en Rusia hay más trabajo que aquí, está llegando mucha gente que no sólo invierte en inmuebles, sino que se establece en Alicante”.
Pero, ¿por qué ahora y por qué aquí? El momento lo explica la mayor estabilidad económica que vive Rusia, la mejora del nivel de vida de la clase media y de la legislación sobre vacaciones, así como la flexibilización de la política de visados. Y el lugar, el hecho de que “Alicante ofrece un clima fantástico que el ruso valora mucho y, junto a ello, una seguridad y una estabilidad que ahora no existe por ejemplo en Egipto, Túnez y otros destinos que eran muy apreciados en mi país”.
Cayetano Sánchez-Butrón
El presidente de Casa Rusia señala un fenómeno que confirma Cayetano Sánchez-Butrón, titular del despacho de abogados Sánchez-Butrón, experto en asesorar a empresas españolas que buscan negocio en Rusia y otros países del Este, y que en los últimos años ha sumado numerosos clientes rusos con intereses en España: “Muchos empresarios que mantienen su negocio principal en Rusia, han afincado aquí a sus familias, mujeres e hijos, optando por la Costa Blanca no como segunda residencia, sino como residencia habitual”.
Sánchez-Butrón encuentra diferencias entre los ‘pioneros’ que hace unos 15 años comenzaron a llegar sobre todo a Torrevieja. Entonces se trataba “del magnate que podía adquirir residencias muy lujosas”. Ahora, desde hace “unos tres años, aparece otro tipo de inversor con un poder adquisitivo medio, a partir de 200.000 euros, hasta el millón. Unos son puros inversores que quieren comprar un inmueble de alto standing y ya está; pero otros lo hacen porque quieren vivir aquí, desplazar a sus familias, a sus hijos”.
Los colegios privados de la provincia han detectado en sus aulas un significativo aumento de matriculados que optan, mayoritariamente, por los centros que ofrecen un alto nivel de inglés.
Además de Torrevieja y toda la comarca de la Vega Baja, los municipios costeros de las Marinas, como Moraira, Altea, Dénia o Jávea, así como Alicante capital, reciben su cuota correspondiente porque, como dice Sánchez-Butrón y confirma Chepurnoy, “su nivel de adaptación a la cultura y las costumbres españolas es muy grande, no tienen la tendencia a aislarse dentro de su comunidad que es habitual entre los ingleses o los alemanes”. Por ejemplo, “les gusta hablar español”, explica el abogado, “y aunque nosotros tenemos una compañera rusa en el despacho, no sienten una especial necesidad de tratar con ella”.
INVERSIÓN A LARGO PLAZO
El bufete alicantino, que a su oficina en la avenida de Maisonnave suma un despacho en Madrid y otro en Los Montesinos, es testigo de que las inversiones rusas no se limitan a la adquisición de inmuebles, porque se están constituyendo empresas mixtas para promover viviendas -en las que la parte rusa adquiere el suelo y los socios españoles se encargan de la construcción- que luego venden a ciudadanos rusos. Además, según aumenta la colonia de compatriotas, los rusos van incrementando su participación en otros negocios, como la restauración y el comercio textil. “Se nota que han venido para quedarse”, concluye.
La reciente modificación legislativa que facilita la obtención de permisos de residencia a quienes adquieran una vivienda a partir de 500.000 euros ha tenido efecto, a juicio de Sánchez-Butrón, pero la competencia aprieta: “Portugal da más facilidades para obtener permisos de trabajo, residencia y nacionalidad, y los rusos lo valoran mucho, porque también es un país europeo con buen clima y la seguridad y estabilidad que buscan”.
Otra prueba de la creciente presencia de inversión rusa en España la constituye la creación de una Asociación de Empresarios Rusos en España que se presentará oficialmente el próximo mes de junio en Altea y cuyo máximo responsable es el presidente del Rotary Club de Calpe, Oleg Zhuravlev.
También en Alicante, se ha creado una publicación mensual llamada “Todo en ruso”, que distribuye 15.000 ejemplares en las provincias de Alicante, Valencia y Murcia. Según explica su director comercial, Antonio Navarro, la publicación se distribuye gratuitamente en 500 puntos seleccionados entre los que frecuenta la comunidad rusa, como hoteles, oficinas de turismo, restaurantes y comercios de todo tipo. Además, la empresa organiza exposiciones de arte ruso y diversos eventos para poner en contacto a sus lectores con los anunciantes. “Los rusos forman ya una colonia consolidada que se ha adaptado muy bien a Alicante y cuenta con un alto poder adquisitivo”, explica.
La existencia de este nuevo cliente ha sido detectada por empresarios de diversos sectores, como los gestores de Aqualandia y Mundomar, exitosos parques de ocio ubicados en Benidorm, que contratan azafatas de habla rusa para atender los stands promocionales con los cuales buscan captar clientela en los centros comerciales de la provincia. Y también acuden a su llamada los numerosos establecimientos del sector textil que buscan en las agencias de trabajo temporal y en los portales de empleo al personal capaz de atender en ruso a los cada vez más habituales clientes que apenas entienden el español y con dificultades realizan sus gestiones en un básico inglés.