La Fundación Mujeres al Timón visita Pago de Tharsys en una nueva jornada outdoor

La Fundación Mujeres al Timón ha celebrado una nueva jornada outdoor que ha tenido como protagonista a la bodega valenciana Pago de Tharsys. Las Mujeres al Timón que se sumaron a esta visita pusieron rumbo a Requena para acercarse durante un día al rico sector vitivinícola que ocupa esta región.
En esta ocasión, Rebeca García, directora de Marketing de Pago de Tharsys, ejerció de anfitriona de esta «magnífica» -tal y como la calificó la socia directora de Economía 3 y presidenta de la Fundación, Elisa Valero– experiencia. Hasta la fecha, las Mujeres al Timón han podido aprender de la experiencia de grandes empresas y asociaciones como Vicky Foods, Natural Cosmetic Lab, la Casa Ronald McDonald de Valencia y, más recientemente, Germaine de Capuccini.
Un viñedo ecológico y con historia
Pago de Tharsys está rodeada de 14 hectáreas de viñedo ecológico a una altitud de 800 metros sobre el nivel del mar. El cultivo ecológico que representa la bodega hace que las cepas se tengan que trabajar a mano. La bodega data de 1808, y de esa época conserva su cava subterránea excavada en la gran roca madre caliza sobre la que se asienta todo el viñedo.
De hecho, el nombre Pago de Tharsys es debido a los Tartessos, que colonizaron la zona hace 7.000 años y empezaron a plantar viñedo. «Donde hay vid, hay civilización», explicó Rebeca García, ya que es una planta que necesita ser cortada para seguir dando fruto. La bodega ha querido mantener ese nombre, así como el ‘Pago’, que significa que el viñedo está alrededor de la bodega.
La bodega, tal y como la conocemos hoy en día, fue fundada en el año 2002 por el padre de Rebeca, Vicente García, junto a su mujer Ana Suria. Toda la familia es una gran conocedora del sector. Su hermana, Diana García, es una enóloga de reconocido prestigio que está al frente de Domaines Jacques Thienpont, un grupo de tres pequeñas bodegas cuya joya, Le Pin, es un fijo en el ranking de los productos más exclusivos del mercado.
Aunque, como decíamos, la bodega se fundó en 2002, ya habían trabajado en ella desde finales de los setenta para poder tener fruto y un producto que vender, «con pocos recursos pero siendo visionarios y atrevidos», explicó Rebeca haciendo referencia a los dos fundadores.
Pago de Tharsys, una bodega única
Lo que hace único al vino de la D.O. Utiel-Requena es el suelo en el que se asientan los viñedos: un suelo calizo. «El vino es como las personas -expresó la anfitriona- su conservación depende del ADN (la tierra dónde se cría), de cómo es su vida (cómo se almacena y transporta) y de dónde vive (espacios en los que el consumidor lo tenemos)».
¿Se puede innovar en un sector aparentemente tan tradicional? En Pago de Tharsys, tienen claro que sí. Por ejemplo, con su producto estrella: el cava. En concreto, con el Cerámica Brut Nature Gran Reserva y otros cavas que tienen una etiqueta especial y reconocible, que rinde homenaje a los arcilleros que hacían las tinajas donde se conservaba el vino en la antigüedad.
Se venden 13 millones de botellas de cava al año en la D.O. Utiel-Requena. En Pago de Tharsys, el 80% de su producción es cava. Además, exportan el 50% de su producción, lo que refleja la importancia que están adquiriendo los cavas valencianos en otros mercados, aunque la Comunitat Valenciana sigue siendo un gran exponente en el consumo de los mismos.
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