Trump y el brexit, la tormenta perfecta para la industria agroalimentaria

Trump y el brexit, la tormenta perfecta para la industria agroalimentaria

El anuncio por parte de la Administración Trump de aplicar a partir del 18 de octubre unos aranceles de hasta un 25% para productos agroalimentarios -entre ellos porcino, cítricos, aceite y vino- de los países que forman parte del consorcio Airbus (España, Francia, Alemania y Reino Unido) se suma a los riesgos que trae consigo un brexit sin acuerdo. La agricultura valenciana se ve inmersa en una tormenta perfecta.

La decisión norteamericana se produce tras el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a favor de Washington, en una prolongada disputa comercial que le permite imponer sanciones comerciales por valor de 7.500 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) anuales.

Las exportaciones agroalimentarias de la Comunitat Valenciana a Estados Unidos han ascendido a 116,68 millones de euros en el periodo enero-julio de 2019, lo que representa un incremento del 22,24% respecto al mismo periodo del año anterior.


Estados Unidos es el primer cliente de productos agroalimentarios valencianos tras la UE, con un valor de 116 millones hasta el mes de julio


Por productos, se sitúan en primer lugar las conservas vegetales, con un valor de 23 millones de euros y un descenso del 2,9% en este periodo. Los zumos y jugos se sitúan en segundo lugar con un valor de 22,6 millones de euros y un ascenso del 81% en el periodo analizado.

Le siguen las frutas con 17,9 millones de euros y un ascenso del 73%. A continuación se sitúan las legumbres, los pescados, los vinos y bebidas, los azúcares y las conservas de carne o pescado.

En el conjunto nacional, según datos de la patronal de agroalimentación, exporta más de 1.728 millones de euros en alimentos y Estados Unidos es el primer mercado fuera de la Unión Europea. El aceite proporciona ventas por valor de 400 millones de euros; 325 el vino y 88 el queso.


El castigo contra Airbus lo pagan los cítricos, el vino, el aceite y el queso


Mientras el presidente del Gobierno en funciones y el ministro Planas se muestran a favor de actuar con prudencia ante «el afán proteccionista de algunos dirigentes que tuitean por la noche», las organizaciones agrarias piden una respuesta contundente, rápida y equilibrada.

El presidente de AVA-Asaja Cristóbal Aguado asegura que “si la Comisión Europea no lo evita, habrá un daño considerable tanto para las empresas comercializadoras como para los agricultores. Otros países competidores como Marruecos aprovecharán la oportunidad y, una vez desplazados, más adelante será complicado recuperar ese mercado”.

La organización agraria reclama del gobierno en fuincines que fuerce la presión ante las autoridades comunitarias para encontrar una solución satisfactoria.

Aguado exige a la Comisión Europea, en caso de adoptarse los nuevos aranceles, que responda «estableciendo también un arancel del 25% a las almendras estadounidenses –que cada año inundan nuestro mercado y hunden los precios en origen– así como al resto de producciones agroalimentarias procedentes de este país».

Asimismo, pide a Bruselas que tenga preparadas medidas de compensación para los sectores y países afectados.Asimismo, el dirigente agrario solicita a Bruselas que estudie y tenga preparadas medidas de compensación a los sectores y países afectados.


Las organizaciones agrarias recuerdan a Bruselas el desastre que supuso el veto ruso


“Ha vuelto a ocurrir como con el veto ruso –critica Aguado– cuando por un problema político ajeno a la agricultura fuimos los agricultores quienes pagamos los platos rotos. Entonces Bruselas ni nos destinó suficientes indemnizaciones por las pérdidas causadas ni nos facilitó la apertura de mercados alternativos. Ahora, un problema derivado de las subvenciones otorgadas a Airbus es la que nos vuelve a perjudicar a los agricultores, en este caso de una manera especialmente paradójica, ya que se decide sancionar a las producciones agroalimentarias con un arancel del 25% frente al 10% para los productos aeronáuticos”. 

Con palabras parecidas se ha pronunciado La Unió, que también recuerda los efectos devastadores que tuvo el veto ruso. Para la organización agraria, la decisión de Trump es «un golpe más para el sector agrario valenciano».

Su secretario general Carles Peris teme que los aranceles suponga el fin de las exportaciones citrícolas al mercado norteamericano y ha reclamado igualmente que las autoridades españolas y comunitarias actúen «con responsabilidad para defender con contundencia nuestros intereses».


Las plagas del sector citrícola: ausencia de reciprocidad en acuerdos comerciales con terceros países, conflictos en el sector aeronáutico …


Por su parte, el presidente de Intercitrus, Enrique Bellés, ha declarado que “es un nuevo despropósito de la Administración Trump, que de concretarse supondrá un importante obstáculo para la entrada de nuestros cítricos en un mercado con gran potencial”.

Bellés ha lamentado que “una vez más, los productos agroalimentarios se ven perjudicados por cuestiones ajenas a su actividad. De la misma forma que las sanciones europeas a Rusia se tradujeron en 2014 en la imposición de un veto por parte de Putin, el presidente Trump descarga ahora sobre la agroalimentación española su reacción ante un asunto que atañe al ámbito del sector aeronáutico”.

Para Intercitrus, la posible imposición de estos aranceles introduciría una dificultad añadida en un entorno global cada vez más complejo, marcado por cuestiones como el Brexit o la ausencia de reciprocidad en los acuerdos comerciales firmados por la Unión Europea. La interprofesional espera que Bruselas «esté a la altura de las circunstancias, y consiga reconducir el conflicto, circunscribiendo la discusión política al ámbito que corresponde: el de las ayudas al sector aeronáutico».

Las organizaciones con implantación nacional advierten que la medida beneficia a países competidores que no se ven afectados por la medida. Sin mencionarlo, el director gerente de Asoliva se refería a Italia, Portugal o Grecia.


La industria agroalimentaria española pide medidas contundentes


El director de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas Mauricio García, cree que el objetivo de esta política causar «el mayor daño económico y político posible a Europa» y que encierra a la industria de alimentación y bebidas en una guerra comercial, con «la consecuente pérdida de competitividad frente a otros operadores».

El director general de la Federación Española del Vino José Luís Benítez, califica la decisión de «arbitraria e injusta» y lamenta que, «de nuevo, el vino sea objeto de represalia en un conflicto comercial internacional en el que no tiene nada que ver».

Por su parte, el conseller de Economía Sostenible Rafa Climent ha asegurado que la consellería «va a estar ayudando al mundo empresarial y a las empresas exportadoras con una actitud proactiva, es decir, trabajando para abrir nuevos mercados cuando aparece uno que no nos funciona bien».

Climent ha asegurado que presionarán al gobierno central para que «nuestros productos no se vean lastrados por medidas como ésta».

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