Gortázar, CaixaBank: «El problema de la vivienda exige consensos urgentes»

Los resultados económicos de CaixaBank durante el primer semestre del año discurren paralelos a los buenos datos de la economía española – registrando un beneficio de 2.951 millones de euros, un 10,3%—. Durante la presentación de resultados, el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, ha querido ir más allá de las cifras para poner el foco en uno de los grandes desafíos estructurales que atraviesa la economía española: el acceso a la vivienda.

Durante la rueda de prensa, Gortázar alertó de que la actual escalada de precios de la vivienda, con un crecimiento interanual en torno al 9 % durante 2025, no responde a una burbuja especulativa como la de 2008, sino a un grave desequilibrio entre la demanda creciente y la limitada oferta disponible. Una situación que, a su juicio, no solo no se está resolviendo, sino que amenaza con agravarse si no se toman medidas urgentes.

«No tenemos una burbuja inmobiliaria, pero debemos lograr aumentar la oferta para evitar cuellos de botella en la economía», advirtió el directivo.

El diagnóstico de Gortázar es claro: la creación de hogares sigue creciendo, y la falta de nuevas viviendas disponibles está tensionando el mercado, desplazando del acceso residencial a capas cada vez más amplias de la población. El consejero delegado considera que la competitividad del sector financiero —con condiciones hipotecarias todavía favorables— está ayudando a amortiguar parcialmente esta situación, pero advierte que eso no será suficiente si no se abordan los problemas de fondo.

Del populismo a la gestión: un llamamiento al consenso

El mensaje del máximo responsable de CaixaBank fue inequívoco en lo político. Llamó a despolitizar el debate sobre la vivienda y devolverlo al terreno de la gestión, donde —según dijo— realmente debe resolverse.

«Lo más importante para empezar a tomar medidas es arrancar la vivienda de planteamientos populistas y buscar consensos sociales», declaró.

Para Gortázar, no hay soluciones mágicas ni atajos: hay que liberar suelo, facilitar los trámites urbanísticos y atraer inversión privada, todo ello sin dejar de atender las necesidades de vivienda social. En su opinión, el sector público tiene un papel clave, pero no puede asumir en solitario el peso del desafío habitacional.

También reclamó ofrecer seguridad jurídica y condiciones estables que animen al sector privado a impulsar la construcción. Aumentar la oferta, insistió, es la única vía realista para evitar que el incremento de precios expulse a miles de ciudadanos del mercado.

«Si el nivel de incremento de precios se mantiene elevado, la demanda acabará por caer simplemente porque mucha gente no podrá llegar a los precios alcanzados. Esta situación no puede continuar ad infinitum», subrayó.

Un problema económico, pero sobre todo social

Más allá del impacto sobre la economía, Gortázar alertó del coste humano y social de no actuar. Definió la situación actual como un problema social de primer orden, que si no se afronta con decisión puede generar consecuencias duraderas tanto para la cohesión social como para el desarrollo económico del país.

«Necesitamos poder ofrecer vivienda adecuada. El problema es muy serio y requiere de consensos», concluyó.

Con estas declaraciones, Gortázar no solo lanza una llamada de atención al sistema político, sino que también marca la posición de CaixaBank como agente económico con voluntad de contribuir a una solución estructural. En medio de cifras récord, el directivo pone el foco en uno de los desequilibrios más urgentes y complejos de la España actual: el acceso a una vivienda digna y asequible.