Martes, 23 de Abril de 2024
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Mario Cantalapiedra apunta las primeras señales de falta de liquidez en empresas

Mario Cantalapiedra apunta las primeras señales de falta de liquidez en empresas

En Economía 3 entrevistamos a Mario Cantalapiedra, economista que cuenta con casi 20 años de experiencia como profesor en centros como la Deusto Business School o la Universidad Nebrija.

Todavía está por ver

-Cómo ha cerrado el año la economía española? ¿Ha sido tan terrible o las previsiones se pasaron de extremistas?

Es difícil hacer previsiones en un entorno de tanta incertidumbre. En función de cómo evolucione la guerra de Ucrania, así como de los desequilibrios observados entre oferta y demanda, lo más probable es que convivamos con una inflación alta y un crecimiento lento durante unos cuantos meses y que, inclusive, podamos llegar a ver algún trimestre negativo en el crecimiento de nuestro Producto Interior Bruto (PIB).

Un contexto complicado

– ¿Cómo deberían los Estados hacer frente al actual contexto de alta inflación, costes de la energía disparados, cuellos de botella en las cadenas de suministro…? ¿Se apoya lo suficiente a las empresas?

Debido a que el impacto inflacionista para las empresas se concentra principalmente en el encarecimiento de la energía, deberían arbitrarse mecanismos de subsidio en los consumos energéticos. Especialmente las pymes y los autónomos necesitan un apoyo mayor.

Lo están pasando mal, muchas no se han recuperado de la pandemia y ahora se enfrentan a la elevada inflación, al encarecimiento de los costes de financiación y, en muchos casos, a la aparición de problemas de morosidad.

En este sentido, considero importante establecer un pacto de pagos que asegure que las empresas de dimensión más modesta cobren sus facturas dentro de los plazos legales.

– ¿Hemos tocado techo con la inflación o la situación aún podría ir a más en los próximos meses?

Me preocupa especialmente que la inflación subyacente siga creciendo, lo cual puede indicar que se estén empezando a consolidar los denominados ‘efectos de segunda ronda’, donde las empresas trasladen sus incrementos de costes a precios retroalimentando el crecimiento de esta inflación.

Trabajo por hacer

– ¿Es todavía la falta de innovación y de la apuesta por el I+D+i una de las principales carencias del tejido empresarial en España?

Sin duda, lo es. Queda mucho por hacer en este terreno, especialmente en el ámbito de las pymes. Creo que las empresas que basen su estrategia únicamente en competir en precio lo van a tener difícil en los próximos tiempos. Apostar por la calidad, por ser diferente, implica aplicar tecnología e innovar, no queda otra.

– ¿Considera débil la estructura financiera de las pymes españolas? ¿Qué consejos les daría para mejorar en ese aspecto?

Las pymes españolas suelen estar muy endeudadas y generar pocas reservas con las que afrontar las épocas difíciles, es algo en parte cultural.

Aconsejo apostar por la autofinanciación en las épocas expansivas para depender menos de financiadores externos; así como profesionalizar el área financiera para que esto lleve a gestionar aspectos tales como la liquidez o el control presupuestario.

Recomendaciones

– ¿Qué recomendaciones daría a una pyme para gestionar su relación con las entidades de crédito? En su opinión, ¿ha mejorado la relación banco-empresa en los últimos años?

Las relaciones con la banca, como tantas otras cosas en nuestra economía actual, han vivido tiempos mejores. En general, se han despersonalizado y se ha perdido parte de la confianza que antes existía. No obstante, la financiación de los bancos sigue siendo importante, por lo que las empresas deben gestionar y cuidar la relación con ellos como se hace con cualquier proveedor estratégico.

– Como experto en temas de innovación, ¿cuál opina que será el futuro de la banca? Concretando aún más, ¿qué futuro les espera a las oficinas bancarias en nuestro país?

Considero que seguiremos asistiendo a un proceso de concentración bancaria que busque crear nuevas entidades más rentables y con mayor dimensión, así como una apuesta decidida por la transformación digital.

En cuanto a las oficinas bancarias, a medida que la mayoría de las operaciones se realicen ya a través de banca electrónica, seguirán reduciendo su número y las que queden se reconvertirán en centros de asesoramiento personalizado para las operaciones más técnicas o complejas de los clientes.

Signos de alerta

– ¿Qué primeras señales pueden alertarnos de una falta de liquidez en la empresa?

Es importante atender al llamado ‘período de maduración’ de la empresa, es decir, el tiempo que por término medio el dinero invertido en la actividad tarda en volver a la tesorería una vez que recorre todo el ciclo productivo.

Cambios a peor en los plazos de almacenes, clientes o proveedores pueden alertar de esa falta de liquidez, especialmente cuando se dan varios de ellos y de forma significativa. Por ejemplo, el aumento del período medio de cobro a los clientes o la elevación de los períodos medios de almacén.

– ¿Qué opinión le merece el nuevo sistema de cotización de autónomos?

Aún no lo he estudiado en profundidad. No obstante, considero que el colectivo de autónomos es muy heterogéneo. No es la misma situación la de un autónomo que sea notario, farmacéutico o periodista. Y establecer un único sistema que contente a todos es muy complicado.

En cualquier caso, existen problemas, como la deducción fiscal de todos los gastos que realmente soportan los autónomos o la morosidad que sufren, a los que se debería dar una solución.

Y, en un momento económico tan complejo como el actual, yo no habría introducido una reforma de tanto calado como este nuevo sistema de cotización que complica todavía más la actividad de muchos autónomos que lo están pasando mal.

Las criptos, no tan claras

– Las criptomonedas no paran de ganar adeptos, aunque no están exentas de polémica. ¿Cuál es su opinión sobre este producto?

Las ‘criptos’ son un producto que, en apariencia, parecen tener un acceso más fácil para el ciudadano de a pie que otro tipo de inversiones y en el que se aplica poco aquello de «no invertir en lo que no se entiende».

Las criptomonedas y la tecnología que las soporta pueden aportar innovación y dinamismo al sistema financiero. Especialmente, la tecnología en la que se basan creo que sobrevivirá, aunque muchos proyectos de criptoactivos seguramente fracasarán. Al igual que con la crisis de las ‘puntocom’, en la que muchas empresas desaparecieron, pero internet sobrevivió.

En cualquier caso, invertir en criptomonedas no debería ser un acto de fe ni con connotaciones ideológicas. Como con cualquier otro tipo de inversión, se trata de analizar los posibles riesgos y rentabilidades, así como entender qué activo se está adquiriendo y cuál es su mecanismo de funcionamiento.

Creo que es importante profundizar en un marco de regulación que proporcione garantías y protección a este tipo de activos en la línea de lo que se está haciendo en Europa con el Reglamento sobre los Mercados de Criptoactivos, también conocido como ‘Ley MiCA’.

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