Viernes, 26 de Abril de 2024
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Los resultados avalan a los empresarios valencianos pese a la incertidumbre

Los resultados avalan a los empresarios valencianos pese a la incertidumbre

En un momento que Miguel Otero, investigador principal de Economía Política Internacional del Instituto Elcano, describe como de «incertidumbre radical», y cuando se cumple un año del comienzo de la guerra de Ucrania, los empresarios valencianos logran sacar pecho de unos buenos resultado económicos. Así lo corroboran los datos de la memoria anual de actividades de 2022 presentada por Vicente Boluda, durante la Asamblea General de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE).

Y es que la asociación cerró el ejercicio con un total de 180 miembros, que en conjunto generan 290.000 puestos de trabajo en la Comunidad Valenciana, una factura equivalente al 63% de su PIB. Además, según consultas internas de la patronal, el 62% de los socios planean aumentar su plantilla en 2023.

El empresario y presidente de AVE, Vicente Boluda.

Durante su intervención en L’Alqueria del Basket, el presidente de AVE, Vicente Boluda, ha puesto en valor la figura del empresario como generador de empleo y riqueza. Y ha asegurado que son los empresarios «los verdaderos motores de la economía y los que, junto a nuestros trabajadores y colaboradores, estamos sacando al país adelante».

Un momento decisivo

El investigador Miguel Otero ha arrancado su ponencia resaltando la discrepancia de percepción entre la versión macroeconómica, caracterizada por un pesimismo militante, y la micro, que observa como la situación no es lo dramática que se esperaba. Pese a los preocupantes datos globales, los empresarios valencianos continúan creando empleo.

Son muchos los retos a los que las empresas están teniendo que hacer frente. Otero ha apuntado que «la economía global se va a desacelerar menos de lo pensado, pero continúa la incertidumbre», en un contexto geopolítico «marcado por la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos» y en el que «todas las regiones desaceleran su crecimiento, menos Asia, y China va a volver a crecer por encima del 5%».

Miguel Otero, investigador principal de Economía Política Internacional del Instituto Elcano.

El investigador también ha apuntado otros aspectos de los que los empresarios deben estar vigilantes. Entre ellos, la importante caída del Euro frente al dólar y las repercusiones que ello conlleva en un contexto de inflación, especialmente para países endeudados como el nuestro.

También la necesidad de captar inversión de los países del continente africano y quién es capaz de responder a esa llamada, en un momento de reordenación de los pesos geopolíticos. Europa se juega mucho en este contexto, ya que, de no logar la inestabilidad en el sur global, el profesor asegura que podemos vernos afectados por los flujos migratorios.

Del «off shoring» al «near shoring»

El mundo avanza hacia un paradigma en el que se prima una mayor seguridad de las cadenas de suministros a costa de precios de producción más altos. La pandemia y la guerra han hecho que muchos empresarios se planteen no producir allí donde es más eficiente, sino donde sea más seguro.

«La guerra de Ucrania nos ha demostrado que la comunidad internacional va mucho más allá de los márgenes de la democracias occidentales. La realidad es que quienes están sancionando a Rusia en la actualidad son los países de Occidente y sus aliados; pero la mayoría de lo que se conoce como el sur global se mantiene en una posición de “business as usual” con rusia», ha explicado el investigador.

Para Otero, Estados Unidos se ha dado cuenta de que si quiere competir con China, que ha acaparado mucha presencia en el sur global, debe estar en condiciones de plantear una oferta atractiva. El gigante asiático, asegura, solo ofrece dos cosas: infraestructuras y seguridad. Y ha apuntillado que «para muchos países del sur global eso es más atractivo que lo que ofrecemos desde Occidente».

Una nueva política industrial

Para poder competir, explica el experto, Estados Unidos está convencido de que no le queda otra que seguir desarrollando política industrial. La linea mantenida por Europa ha discurrido durante mucho tiempo alejada de la industria, debido al rechazo que causaban unas políticas que se creía que no funcionan y que creaban desequilibrios en el mercado.

«Al final los Fondos Next Generation no son otra cosa que política industrial. Es un ejercicio de transformar las economías europeas a través de ayudas y deuda pública. Estamos hablando de hasta 90.000 millones de euros de deuda con préstamos. La clave estará en cómo se usen esos fondos», asegura Otero.

Y sentencia: «Lo más importante es lograr una mayor colaboración público privada. En China, así como en Estados Unidos, esta colaboración es mejor que en muchos países de la Unión Europea. Eso es lo que hace que algunos países progresen más que otros. El Estado ha vuelto con fuerza, y serán aquellos países con una capacidad fiscal más fuertes quienes implementen mejor esta política industrial. De todas las ayudas de estado de los últimos años, el 50% ha sido para empresas alemanas y el  30% a empresas francesas».

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