Entre los objetivos más inmediatos para Luis Barcala, alcalde de Alicante, este año se encuentran: cancelar el plan de ajuste con el fin de elaborar unos próximos presupuestos que contemplen una reducción de impuestos, de un mínimo del 5 % en el IBI; y la ampliación de plantillas, para atender las necesidades de Policía Local, bomberos y otros servicios municipales. Además, destinará 30,5 millones del remanente de tesorería a cancelar los préstamos vigentes sin que mermen las inversiones.

– Ahora que ha pasado una fase inicial, ¿qué prioridades se ha marcado?

– Las prioridades son las que siempre me había propuesto: trabajar por y para la ciudad y sus vecinos. Poner a Alicante en el lugar que se merece y trabajar para que los alicantinos se sientan orgullosos de su ciudad. Hay mucho trabajo por hacer, pero estoy más que dispuesto a dar la cara para que Alicante sea una ciudad más próspera, más limpia, más accesible. Y en eso estamos, con determinación, para que la ciudad pueda despertar de estos años de parálisis.

– Usted ya fue concejal de gobierno en Alicante, por lo tanto, conocedor del funcionamiento del Consistorio. ¿Qué proyectos o aspectos es consciente de que no va a poder acometer en tan poco tiempo?

– Creo que no es el momento de pararnos a pensar en lo que no vamos a poder hacer. Es la hora de centrarnos en lo que podemos hacer y hacerlo, dentro de nuestras posibilidades. Los vecinos de Alicante no quieren una ciudad paralizada, como lo ha estado estos últimos años y este equipo de gobierno tampoco. No hemos venido para ser un mero equipo de transición, hemos venido a trabajar para que las cosas en Alicante se muevan y funcionen mejor. Y lo estamos haciendo.

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