Pese a los aranceles, la exportación de muebles a Estados Unidos crece un 10%

«Las exportaciones a Estados Unidos han crecido un 10% entre enero y julio, y seguimos consolidando nuestro tercer destino tras Francia y Portugal», señala Amparo Bertomeu, directora general de la Asociación Nacional de Fabricantes y Exportadores de Muebles de España (Anieme), la patronal del mueble español. Sin embargo, la industria afronta este dinamismo en un contexto de incertidumbre por los aranceles impuestos por la Administración Trump.

«Nuestro sector vive siempre en la incertidumbre», añade Bertomeu. Los fabricantes españoles se enfrentan a un escenario en el que «desde que llega un pedido hasta que se fabrica y se embarca pasan como mínimo dos meses», lo que da cierto margen de maniobra, pero complica la planificación de costes y precios.

Algunas empresas de mueble tapizado están adoptando estrategias para minimizar el impacto, como enviar los proyectos prácticamente terminados a falta del tapizado final. Además, varias compañías cuentan con filiales propias en Estados Unidos, lo que les permite reducir los efectos de los gravámenes y mantener la presencia en el mercado.

Negociación de tarifas

Pese a estas medidas, la constante negociación de tarifas genera preocupación. Bertomeu señala que «desde abril del año pasado estamos gestionando la incertidumbre que provoca tener que estar cambiando y negociando constantemente la tarifa con el importador». En muchos casos, los sobrecostes se reparten entre importador, distribuidor y fabricante, afectando a la rentabilidad del sector.

Actualmente, los aranceles fijados por EE.UU. alcanzan el 50% en muebles de cocina y baño, el 30% en tapizados y el 15% en otros segmentos de mobiliario, tal y como se ha negociado desde la Unión Europea. «De todas formas, no sabemos cuánto van a durar estos aranceles. A lo mejor, pasado mañana dicen que ya no hay», indica Bertomeu, quien asegura que la patronal intensificará la promoción en Estados Unidos pese a la situación: «No vamos a dejar de hacer promoción en Estados Unidos; al revés, la vamos a intensificar».

Bertomeu reconoce que el mueble de cocina no se exporta tanto porque «necesita una empresa de montaje». Sin embargo, «tanto el mueble como las sillas tapizadas se venden muy bien, pero -especifica- van dirigidas a un público que no les preocupa tanto el precio. Mientras que un mueble de precio medio o medio bajo no se exporta con facilidad para el mercado americano».

La ofensiva de Trump

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha defendido los aranceles como una medida para revitalizar la producción nacional, en particular en Carolina del Norte, que «ha perdido completamente su industria del mueble frente a China y otros países», según afirmó en su red Truth Social.

Trump había anunciado la semana pasada que aplicaría a partir del 1 de octubre aranceles del 30% sobre muebles tapizados y del 50% sobre gabinetes de cocina y baño. Ahora ha advertido de que impondrá «aranceles sustanciales» a cualquier país que no fabrique sus muebles en EE.UU., aunque todavía no se han precisado todos los detalles.

Los países más afectados son China y Vietnam, los principales exportadores de mobiliario a Estados Unidos, junto con Malasia, Indonesia, Alemania y otras naciones europeas. México, sexto proveedor mundial y principal exportador latinoamericano, también podría verse afectado, aunque sus productos están incluidos en el tratado T-MEC, que protege parte de sus ventas al mercado estadounidense.

Efecto sobre precios y contexto global

La política arancelaria ya ha impactado en los precios internos. En agosto, los muebles registraron un incremento del 4,7% frente al mismo mes de 2024, y un 9,5% interanual en los segmentos de sala y comedor, según datos del Buró de Estadísticas Laborales (BLS).

Desde su regreso al poder, Trump ha intensificado su guerra comercial con gravámenes que oscilan entre el 10% y el 50%, afectando a aliados y competidores estratégicos, como India y Brasil. En este contexto, el mueble español debe convivir con un escenario de aranceles volátiles, donde la planificación a medio plazo se complica, pero la apuesta por el mercado estadounidense se mantiene firme.