La carrera por los pisos para estudiantes se intensifica en la Comunitat Valenciana

Julio ya no es solo el mes de la preinscripción universitaria. Para miles de jóvenes que acaban de conocer sus notas de la PAU, también comienza la carrera contrarreloj por encontrar alojamiento. Con una demanda creciente y una oferta de vivienda cada vez más limitada, buscar un piso universitario se ha convertido en una auténtica odisea.

Este fenómeno se intensifica especialmente en comunidades autónomas como la Comunitat Valenciana, donde no solo la mayoría de los estudiantes locales —más del 90%— elige quedarse a estudiar, sino que además llega un flujo importante de jóvenes procedentes de otras regiones como Castilla-La Mancha, Murcia o Baleares. El atractivo de ciudades como València o Alicante, unida a su oferta educativa y calidad de vida, ha convertido a la región en un auténtico imán para universitarios.

Los estudiantes de Castilla-La Mancha, los que más se desplazan a Valencia

Según un estudio de la plataforma de LIVE4LIFE, la Comunitat Valenciana no solo retiene al 90,2% de sus estudiantes locales, sino que también es uno de los destinos preferidos por universitarios de otras regiones. Destaca especialmente Castilla-La Mancha, de donde procede el 12,4% de los nuevos alumnos que optan por trasladarse, siendo esta la comunidad autónoma con mayor flujo hacia el territorio valenciano. A esta cifra se suma más del 7,9% de jóvenes procedentes de Murcia y un 6,7% de Baleares.

«La Comunitat Valenciana está creciendo cada vez más como lugar idílico para estudiantes. Hay calidad educativa y ciudades muy atractivas para los jóvenes. Alicante y València son dos de los referentes», explica Alberto Añaños, CEO de LIVE4LIFE.

Aumenta el coste medio de una habitación

Este creciente atractivo de la Comunitat Valenciana como destino universitario repercute directamente en el mercado de la vivienda, que ya atraviesa una situación compleja en todo el país. Según el experto, el coste medio de una habitación en València ha alcanzado los 400 euros, lo que supone un aumento del 14% respecto al año anterior. En Alicante, el precio medio ha escalado hasta los 340 euros, con un incremento del 23%.

Uno de los rasgos característicos de estos desplazamientos es que los jóvenes que se emancipan al comenzar sus estudios suelen optar por el alquiler de habitaciones. Buscan, por lo general, compartir piso con amigos o incluso con desconocidos, priorizando el precio, la cercanía a zonas de ocio y campus universitarios, y la simplicidad en el proceso de arrendamiento.

«Los jóvenes tienen ya demasiadas complicaciones como para pararse en el tema contractual. Quieren una habitación en buenas condiciones, situada en un punto estratégico que favorezca su vida social y educativa, y a ser posible con gente con la que concuerden», detalla Añaños.

«València se ha convertido en un reclamo mundial»

El mercado de pisos para estudiantes, tanto en alojamientos compartidos como en residencias universitarias, ha registrado un notable crecimiento en los últimos años, impulsado en gran medida por el aumento de la demanda entre jóvenes universitarios.

Ciudades con una importante oferta educativa, como València y Alicante, se han consolidado como puntos estratégicos dentro de esta tendencia. En ellas, el alquiler de habitaciones y viviendas compartidas se ha convertido en una atractiva oportunidad de negocio dentro del sector inmobiliario.

Este auge se manifiesta en la alta ocupación, pero también en los niveles de inversión. En 2024, la inversión en residencias de estudiantes en España se situó entre los 600 y 700 millones de euros. Para este año, se prevé que supere los 1.500 millones, según datos de Cushman & Wakefield.

La gerente de la Residencia Trinitarios, en el centro de València, Elin Castillo, confirma esta evolución positiva. Desde que abrió sus puertas hace dos años, la ocupación ha sido consistentemente alta. Además de estudiantes nacionales, se ha incrementado la llegada de alumnos extranjeros no europeos, procedentes de países como Nueva Zelanda, India, Sudáfrica o Canadá. «València se ha convertido en un reclamo estudiantil mundial», señala Castillo.

Un segmento inmobiliario al alza

Las características particulares de este mercado han motivado una creciente profesionalización y especialización, tanto por parte de propietarios particulares como de agencias, que han adaptado sus servicios a la gestión de este tipo de alquileres.

Castillo destaca que el sector sigue expandiéndose, ya que «la demanda no para de crecer». El problema es que «la oferta no va al mismo ritmo, lo que necesariamente repercute en los precios de la vivienda existente». En otras palabras, hay cada vez más estudiantes en busca de alojamiento, pero el número de plazas nuevas no crece al mismo ritmo, lo que encarece las disponibles.

A ello se suma la capacidad económica de muchos de estos estudiantes y sus familias, especialmente los extranjeros. Castillo subraya que algunos estudiantes internacionales pueden afrontar con facilidad los costes del alquiler en València. «Por poner un ejemplo: para un estudiante de Londres, el alquiler de una habitación en València, en comparación con una en su ciudad, es de lo más asequible», añade. Así, lo que puede parecer elevado desde una perspectiva local, resulta razonable —e incluso barato— para quienes proceden de países con un nivel de vida más alto.

El incremento de los precios medios del alquiler en ciudades como València y Alicante también se explica por la confianza de los propietarios en los inquilinos estudiantes. Según el CEO de LIVE4LIFE, «los propietarios saben que el mercado de los estudiantes es muy fiable», ya que rara vez se registran casos de impagos o de ocupación ilegal. En general, los estudiantes suelen pagar puntualmente y abandonar la vivienda en las fechas pactadas, lo que supone una garantía para los arrendadores.