Mai Monterrubio, MyUniform: "Vamos donde las empresas españolas nos lleven"
Nuestra protagonista trabaja desde Baleares para que sus uniformes lleguen hasta América Latina. La digitalización de los procesos es su gran aliado. Sus grandes preocupaciones: la sostenibilidad y el reciclaje de la uniformidad

MyUniform nació en 1990 en Palma, (Islas Baleares) de manos de los padres de Mai Monterrubio, su CEO. Nuestra protagonista se decantó por la Ingeniería de Caminos, nada que ver con la uniformidad: «Hace quince años decidí tomar las riendas de la empresa. Mis padres se han ido haciendo mayores y eso afectaba a la evolución de la empresa», expresa.
«Después de la pandemia de la covid-19, decidí darle un cambio con el fin de conseguir un crecimiento más notable», explica Mai.
– ¿En qué consistió ese cambio?
Lo primero que hicimos fue modificar la marca para aportarle modernidad y un aire más global.
También emprendimos un cambio interno que afectó a todos los protocolos y las formas de trabajar pero, sobre todo, a la forma de comunicarnos con el cliente.
Esta decisión nos llevó a innovar y a digitalizar todos los procesos. Aportamos soluciones a los clientes para que les fuera más fácil trabajar con nosotros a la hora de gestionar la uniformidad. Hablamos de tallas, personas, departamentos… Para dar solución a todas estas cuestiones, pusimos a su disposición una plataforma, a la que se puede acceder desde la web de forma privada, donde pueden gestionar toda esta información propia y ver solo las prendas que han elegido por departamento. No es necesario que vean todo el catálogo, ya que cada empresa es un mundo.
Análisis exhaustivo del cliente
– ¿Cómo trabajáis con el cliente?
Desde el principio analizamos qué es lo que precisan los clientes desde diferentes ámbitos como son la comunicación de la empresa, el propio trabajador o la normativa que afecta a cada puesto de trabajo. Con todos estos datos, llevamos a cabo un análisis, una propuesta económica y de imagen.
En función de lo que ellos precisan realizamos propuestas visuales. Incluso, para las empresas más grandes organizamos un showroom para presentar esa iniciativa y, finalmente, formalizar la venta.
– La empresa familiar exige muchas veces una visión a largo plazo. ¿Qué valores has heredado o has mantenido de tus padres?
La honestidad, la profesionalidad, el valor del trabajo bien hecho y, sobre todo, el trato a las personas, tanto como si son clientes, proveedores o colaboradores internos para que todo el mundo se sienta cómodo y esté a gusto.
– La sostenibilidad está cada vez más presente en vuestro sector, siendo uno de los más contaminantes. ¿Cómo abordáis esta situación desde la compañía?
He dedicado mucho tiempo a ello. Pero me encuentro con un gran obstáculo y es que nuestros clientes valoran más el aspecto económico. Ven la uniformidad como un gasto y es difícil que hagan una mayor inversión porque ser sostenible cuesta más. De hecho, me preocupa mucho que las empresas no lo sientan como algo que se debería hacer.
Hemos trabajado muchas alternativas. Algunas de ellas, por ejemplo, que los materiales sean reciclados o los algodones orgánicos.
Una nueva vida para el viejo uniforme
A esta última iniciativa, sí que se van apuntando muchas empresas. De hecho, los precios también van bajando cada año según va aumentando la demanda.
El gran dilema se centra en qué hacemos con el uniforme utilizado, que ya no sirve y que genera grandes residuos, sin olvidarnos de la fabricación.
A esta situación se suma que los convenios colectivos recogen que haya una reposición del uniforme cada seis meses o cada año. Este hecho hace que sea muy difícil que la empresa quiera invertir en calidad y sostenibilidad, ya que está obligada a reponer esas prendas al empleado cada poco tiempo.
Con lo cual, cuando la reposición se centra en un periodo corto de tiempo y no en la calidad que pudieran albergar esas prendas –que podrían durar entre tres y cinco años– es difícil que las empresas inviertan en esta sostenibilidad.
También estamos intentando recoger los uniformes usados para convertirlos en otros productos y no solo en fibras para otros uniformes, sino en otro tipo de materiales que la misma empresa pudiera utilizar como merchandising. Esa sería la idea principal, ya que para mí esa es la verdadera circularidad. No vale que yo recicle para que luego lo use otro. Sino que yo mismo, lo vuelvo a utilizar. La empresa produce residuos que luego reutiliza.
Hay que tener en cuenta que la uniformidad va directa a incineración porque, al ser personalizada, no se puede reutilizar y se puede producir incluso una suplantación de identidad del trabajador.
En otros países, la empresa decide el uniforme, firma un convenio con una empresa de uniformidad y son los propios trabajadores los que lo compran. De esta forma, dejas la responsabilidad del cuidado del uniforme al trabajador.

Instalaciones de MyUniform
La gestión de la sostenibilidad
– ¿Esta iniciativa os ha llevado a la puesta en marcha de una nueva empresa?
No, lo estamos gestionando con partners, pero es muy complicado que las empresas se acojan ya que se precisa de un determinado volumen para poder generar un producto que tenga un sentido. A pesar de todo, yo sigo trabajando en esta idea a ver si podemos unificar los uniformes de pequeñas empresas, que están más concienciadas.
A mi juicio, algunas grandes empresas practican el greenwashing. Sin embargo, hay muchas pymes que juntas podrían llevar a cabo un gran cambio.
– ¿Os encargáis también de la fabricación de las prendas?
Históricamente, hemos sido distribuidores, principalmente de marcas europeas, que fabricaban en Asia.
Al ir creciendo decidimos producir por nuestra cuenta y contamos con proveedores externos especialistas en cada tipo de prenda. Dependiendo del volumen, producimos en Portugal, Pakistán, China, Bangladesh, etc.
– ¿Cuál es el perfil de vuestros clientes?
Son empresas de todos los tamaños. Estamos presentes en todos los sectores de la empresa privada –hotelería, restauración, sanidad, educación, limpieza, etc.– y también contamos con clientes de las administraciones públicas.
Desde Baleares a México
– ¿Y hasta dónde llegan vuestros uniformes?
Actualmente, ya facturamos fuera de Baleares, nuestra área de influencia, pero existe mucha competencia.
Los uniformes están llegando hasta República Dominicana y México ahora mismo. El objetivo es ampliar horizontes y globalizar la empresa gracias al proceso de digitalización que ya hemos comentado.
Hemos elegido estas dos zonas para crecer hacia otras regiones internacionales e ir detrás de otras empresas españolas que necesitan nuestros servicios.
– ¿Qué planes tenéis en estos países?
Ambos están en pleno crecimiento. Tienen mucho éxito en el ámbito turístico, un sector que mueve la economía.
De hecho, se están desarrollando proyectos hoteleros que implican construcción, mantenimiento, y, por supuesto, servicios. Se trata de zonas nuevas que no tienen suministros. Además, República Dominicana está muy bien posicionada geográficamente para importar y exportar. También, está muy hermanada con España.
– ¿Cómo tenéis pensado crecer, orgánica o inorgánicamente?
La idea es crecer orgánicamente, entendiendo bien las necesidades de cada país y de los usuarios de nuestros uniformes para darles un servicio.
– Economía 3 cuenta con la Fundación Mujeres al Timón para visibilizar el liderazgo femenino. ¿Qué opinión te merece esta iniciativa?
Es importante dar visibilidad a las mujeres que estamos al mando de compañías, pero tampoco me gusta que se haga una publicidad excesiva. En mi opinión, creo que hay que normalizarlo y dejar de hablar de esta cuestión.
Pero sí que estoy de acuerdo en que hay que visibilizar porque hay que dar ideas a otras personas y es especialmente necesario inspirar a las jóvenes y a las niñas.
Considero también que todos podemos aportar y que somos muy diferentes. Es verdad que las mujeres tenemos una manera de liderar muy diferente a los hombres y este hecho enriquece mucho. Por ello, es muy importante que en las compañías haya ambos sexos porque nos complementamos muy bien y es una manera también de que la empresa evolucione mejor.
– ¿Qué planes tienes para el futuro?
Me gustaría que en unos años, la empresa fuese un referente en la uniformidad, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Además, me gustaría que se nos reconozca por la sostenibilidad. Es decir, por ser pioneros en nuestro ámbito de actuación, contribuyendo al cambio y que se vea la uniformidad de otra manera y no como un desechable.