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Mai Monterrubio, MyUniform: "Vamos donde las empresas españolas nos lleven"

Nuestra protagonista trabaja desde Baleares para que sus uniformes lleguen hasta América Latina. La digitalización de los procesos es su gran aliado. Sus grandes preocupaciones: la sostenibilidad y el reciclaje de la uniformidad

M. Monterrubio, MyUniform: «Vamos donde las empresas españolas nos lleven»
Publicado a 17/06/2025 18:23 | Actualizado a 20/06/2025 13:25

MyUniform nació en 1990 en Palma, (Islas Baleares) de manos de los pa­dres de Mai Monterrubio, su CEO. Nuestra protagonista se decantó por la Inge­niería de Caminos, nada que ver con la uniformidad: «Hace quince años decidí tomar las riendas de la empresa. Mis padres se han ido haciendo mayo­res y eso afectaba a la evolución de la empresa», expresa.

«Después de la pandemia de la co­vid-19, decidí darle un cambio con el fin de conseguir un crecimiento más notable», explica Mai.

– ¿En qué consistió ese cambio?

Lo primero que hicimos fue mo­dificar la marca para aportarle mo­dernidad y un aire más global.

También emprendimos un cam­bio interno que afectó a todos los protocolos y las formas de trabajar pero, sobre todo, a la forma de co­municarnos con el cliente.

Esta decisión nos llevó a inno­var y a digitalizar todos los procesos. Aportamos soluciones a los clientes para que les fuera más fácil traba­jar con nosotros a la hora de gestio­nar la uniformidad. Hablamos de ta­llas, personas, departamentos… Para dar solución a todas estas cuestiones, pusimos a su disposición una plata­forma, a la que se puede acceder des­de la web de forma privada, donde pueden gestionar toda esta informa­ción propia y ver solo las prendas que han elegido por departamento. No es necesario que vean todo el catálogo, ya que cada empresa es un mundo.

Análisis exhaustivo del cliente

– ¿Cómo trabajáis con el cliente?

Desde el principio analizamos qué es lo que precisan los clientes desde diferentes ámbitos como son la co­municación de la empresa, el propio trabajador o la normativa que afec­ta a cada puesto de trabajo. Con to­dos estos datos, llevamos a cabo un análisis, una propuesta económica y de imagen.

En función de lo que ellos precisan realizamos propuestas visuales. In­cluso, para las empresas más gran­des organizamos un showroom para presentar esa iniciativa y, finalmen­te, formalizar la venta.

– La empresa familiar exige mu­chas veces una visión a largo pla­zo. ¿Qué valores has heredado o has mantenido de tus padres?

La honestidad, la profesionali­dad, el valor del trabajo bien hecho y, sobre todo, el trato a las personas, tanto como si son clientes, provee­dores o colaboradores internos para que todo el mundo se sienta cómodo y esté a gusto.

– La sostenibilidad está cada vez más presente en vuestro sec­tor, siendo uno de los más conta­minantes. ¿Cómo abordáis esta si­tuación desde la compañía?

He dedicado mucho tiempo a ello. Pero me encuentro con un gran obs­táculo y es que nuestros clientes va­loran más el aspecto económico. Ven la uniformidad como un gasto y es difícil que hagan una mayor inver­sión porque ser sostenible cuesta más. De hecho, me preocupa mucho que las empresas no lo sientan como algo que se debería hacer.

Hemos trabajado muchas alter­nativas. Algunas de ellas, por ejem­plo, que los materiales sean recicla­dos o los algodones orgánicos.

Una nueva vida para el viejo uniforme

A esta última iniciativa, sí que se van apuntando muchas empresas. De hecho, los precios también van bajando cada año según va aumen­tando la demanda.

El gran dilema se centra en qué hacemos con el uniforme utilizado, que ya no sirve y que genera gran­des residuos, sin olvidarnos de la fa­bricación.

A esta situación se suma que los convenios colectivos recogen que haya una reposición del uniforme cada seis meses o cada año. Este he­cho hace que sea muy difícil que la empresa quiera invertir en calidad y sostenibilidad, ya que está obligada a reponer esas prendas al empleado cada poco tiempo.

Con lo cual, cuan­do la reposición se centra en un pe­riodo corto de tiempo y no en la ca­lidad que pudieran albergar esas prendas –que podrían durar entre tres y cinco años– es difícil que las empresas inviertan en esta sosteni­bilidad.

También estamos intentando recoger los uniformes usados para convertirlos en otros productos y no solo en fibras para otros unifor­mes, sino en otro tipo de materiales que la misma empresa pudiera uti­lizar como merchandising. Esa sería la idea principal, ya que para mí esa es la verdadera circularidad. No vale que yo recicle para que luego lo use otro. Sino que yo mismo, lo vuelvo a utilizar. La empresa produce resi­duos que luego reutiliza.

Hay que tener en cuenta que la uniformidad va directa a incinera­ción porque, al ser personalizada, no se puede reutilizar y se puede pro­ducir incluso una suplantación de identidad del trabajador.

En otros países, la empresa deci­de el uniforme, firma un convenio con una empresa de uniformidad y son los propios trabajadores los que lo compran. De esta forma, dejas la responsabilidad del cuidado del uni­forme al trabajador.

MyUniform-instalaciones

Instalaciones de MyUniform

La gestión de la sostenibilidad

– ¿Esta iniciativa os ha llevado a la puesta en marcha de una nue­va empresa?

No, lo estamos gestionando con partners, pero es muy complicado que las empresas se acojan ya que se precisa de un determinado volumen para poder generar un producto que tenga un sentido. A pesar de todo, yo sigo trabajando en esta idea a ver si podemos unificar los uniformes de pequeñas empresas, que están más concienciadas.

A mi juicio, algunas grandes em­presas practican el greenwashing. Sin embargo, hay muchas pymes que juntas podrían llevar a cabo un gran cambio.

– ¿Os encargáis también de la fa­bricación de las prendas?

Históricamente, hemos sido dis­tribuidores, principalmente de marcas europeas, que fabrica­ban en Asia.

Al ir creciendo decidimos produ­cir por nuestra cuenta y contamos con proveedores externos especia­listas en cada tipo de prenda. De­pendiendo del volumen, produci­mos en Portugal, Pakistán, China, Bangladesh, etc.

– ¿Cuál es el perfil de vuestros clientes?

Son empresas de todos los tama­ños. Estamos presentes en todos los sectores de la empresa privada –ho­telería, restauración, sanidad, edu­cación, limpieza, etc.– y también contamos con clientes de las admi­nistraciones públicas.

Desde Baleares a México

– ¿Y hasta dónde llegan vuestros uniformes?

Actualmente, ya facturamos fuera de Baleares, nuestra área de influen­cia, pero existe mucha competencia.

Los uniformes están llegando hasta República Dominicana y Mé­xico ahora mismo. El objetivo es ampliar horizontes y globalizar la empresa gracias al proceso de digi­talización que ya hemos comentado.

Hemos elegido estas dos zonas para crecer hacia otras regiones in­ternacionales e ir detrás de otras empresas españolas que necesitan nuestros servicios.

– ¿Qué planes tenéis en estos países?

Ambos están en pleno crecimien­to. Tienen mucho éxito en el ámbi­to turístico, un sector que mueve la economía.

De hecho, se están desarrollan­do proyectos hoteleros que implican construcción, mantenimiento, y, por supuesto, servicios. Se trata de zo­nas nuevas que no tienen suminis­tros. Además, República Dominicana está muy bien posicionada geográ­ficamente para importar y exportar. También, está muy hermanada con España.

– ¿Cómo tenéis pensado crecer, orgánica o inorgánicamente?

La idea es crecer orgánicamente, entendiendo bien las necesidades de cada país y de los usuarios de nuestros uniformes para darles un servicio.

– Economía 3 cuenta con la Fun­dación Mujeres al Timón para visi­bilizar el liderazgo femenino. ¿Qué opinión te merece esta iniciativa?

Es importante dar visibilidad a las mujeres que estamos al man­do de compañías, pero tampoco me gusta que se haga una publicidad excesiva. En mi opinión, creo que hay que normalizarlo y dejar de ha­blar de esta cuestión.

Pero sí que estoy de acuerdo en que hay que visibilizar porque hay que dar ideas a otras personas y es especialmente necesario inspirar a las jóvenes y a las niñas.

Considero también que todos po­demos aportar y que somos muy di­ferentes. Es verdad que las muje­res tenemos una manera de liderar muy diferente a los hombres y este hecho enriquece mucho. Por ello, es muy importante que en las compa­ñías haya ambos sexos porque nos complementamos muy bien y es una manera también de que la empresa evolucione mejor.

– ¿Qué planes tienes para el fu­turo?

Me gustaría que en unos años, la empresa fuese un referente en la uniformidad, tanto en el ámbito na­cional como en el internacional.

Además, me gustaría que se nos reconozca por la sostenibilidad. Es decir, por ser pioneros en nuestro ámbito de actuación, contribuyen­do al cambio y que se vea la unifor­midad de otra manera y no como un desechable.

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