Christian Lesaec (Asociación de Damnificados por la DANA de l'Horta Sud): "Las empresas no invierten por la incertidumbre"

Entender cómo avanza la recuperación tras la DANA implica mirar más allá de los datos y escuchar a quienes la sufrieron en primera persona. Más de 500 personas forman parte de la Asociación de Damnificados por la DANA en l’Horta Sud, una de las tres principales entidades que agrupan a víctimas y afectados por la catástrofe del pasado 29 de octubre. Su presidente, Christian Lesaec, conversa con Economía 3 dentro del seguimiento del Barómetro de la Recuperación.
Tras reunirse la semana pasada con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Lesaec explica que este viernes, en asamblea, la Asociación decidirá si acepta reunirse con el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, quien les llamó hace solo unos días, siete meses después de la catástrofe. Según afirma, el «cabreo es monumental» con el líder del Ejecutivo autonómico, y no todos los asociados están a favor de ese encuentro.
Con muchos expedientes del Consorcio de Compensación de Seguros aún sin cerrar, muchas empresas afectadas todavía no saben con qué recursos económicos pueden contar para reconstruir y volver a abrir. «No se atreven a hacer grandes inversiones porque la situación es de bastante incertidumbre y no saben muy bien por dónde tirar», asegura.
Aunque la situación ya no se parece a la de los primeros meses en la zona cero, el presidente de la Asociación de Damnificados por la DANA en l’Horta Sud mantiene la misma petición que desde el principio: que el gobierno autonómico y el central se entiendan, y no conviertan la tragedia en un arma política.
«Este gobierno ha sido desastroso en la gestión de la riada»
– Hace unos días, siete meses después de la DANA, el president Mazón se puso en contacto con las asociaciones de víctimas y damnificados para mantener una reunión. ¿Qué opinión os merece dicha llamada? ¿Tenéis más detalles sobre dicho encuentro?
No tengo más detalles. Yo no pude atenderle porque, al ser una llamada imprevista, ni siquiera vi quién me llamaba, así que no lo hice a propósito; simplemente no sabía que era él. Después hablé con su gabinete y les pedí que transmitieran mis disculpas por no haber podido atenderle.
En nuestra asociación tenemos una asamblea este viernes y vamos a hablar con todos los asociados para decidir si acudimos o no a la reunión. Estamos bastante divididos. Evidentemente, hay un cabreo monumental entre los socios y socias por la gestión de la riada por parte del gobierno de Carlos Mazón. Por tanto, una parte importante piensa que no deberíamos reunirnos con él. Sin embargo, otra parte cree que, vista la situación en la que está la Horta Sud —por ejemplo, hay centros escolares que están a punto de ser derribados y ni siquiera han empezado las obras—, estaría bien poder hablarlo y discutirlo directamente con él.
Pensamos que habría que reunirse, pero también entendemos el malestar que genera este gobierno, que ha sido desastroso en la gestión de la riada. Así que no sabemos qué va a pasar; dejaremos que la asamblea decida. Tendremos que buscar una solución de consenso que nos venga bien a los 530 socios.
«Si un gobierno falla, debería responder el otro»
– La semana pasada mantuvisteis un encuentro con el presidente del Gobierno. ¿Cuál fue vuestra sensación?
El presidente venía con los deberes hechos. Algunos de los puntos que queríamos tratar ya sabía que se los íbamos a plantear y vino con las respuestas preparadas. En otros temas, tomó nota y nos dio la sensación de tener una actitud constructiva. Por ejemplo, recogió nuestras preocupaciones sobre los ascensores y los presupuestos abusivos, así como la necesidad de celebrar un funeral de Estado, que ya va tocando.
También le reprochamos algunas cosas. Le dijimos que nos parecía muy tarde haber esperado siete meses para reunirse con las víctimas. Tampoco estamos de acuerdo con la actuación del Gobierno de España, ya que sentimos que no se asistió a las víctimas. Recuerdo la famosa frase de: «Si quieren ayuda, que la pidan».
Independientemente de que fuera competencia autonómica, somos valencianos, pero también españoles. Si un gobierno falla, al menos debería responder el otro. El problema es que ninguno de los dos actuó, y sobre ese aspecto tuvimos una pequeña discusión.
Al final, tomó nota y llegamos a una especie de acuerdo en varios puntos. También es cierto que el presidente nos dio una serie de datos, pero nosotros, como asociación, no tenemos forma de comprobarlos.
«Estuvimos en la UCI; ahora estamos en planta»
– ¿Cuál es la situación general en la zona siete meses después de la catástrofe?
Se ha avanzado, ya no estamos como antes: ya no hay barro en las calles, ya no están bloqueadas ni hay coches cruzados. El propio presidente hizo un símil bastante acertado al decir que ahora estamos en fase de cirugía. Y es verdad: estuvimos en la UCI, pasamos a cuidados intensivos y ahora estamos en planta, pero siguen existiendo daños internos que hay que ir reparando.
Eso, si hablamos en general. Porque si paseas por las distintas poblaciones de l’Horta Sud y otras comarcas afectadas, aún te encuentras con negocios llenos de barro y personas cuyas viviendas no han sido rehabilitadas. Hay mucha demanda para reparar, pero poca mano de obra, así que algunos están mucho mejor y otros siguen prácticamente igual que al principio.
Por ejemplo, en zonas como Castellar-Oliveral o Horno de Alcedo, los vecinos se quejan de que allí prácticamente ni siquiera han llegado las ayudas de la Generalitat.
«La facturación ha bajado en la zona»
– ¿En los negocios y empresas ocurre lo mismo? ¿Hay empresarios que han podido avanzar más y otros menos?
En cuanto al Consorcio, la situación es más farragosa. No todos los expedientes están cerrados, y el hecho de que un expediente no esté cerrado supone que no se puede avanzar. Por ejemplo, hay una ayuda de la Generalitat que está vinculada a la indemnización del consorcio. Muchas empresas, al no saber qué les corresponde, no pueden gestionar esa otra ayuda y se encuentran estancadas.
La facturación también ha bajado en la zona porque las poblaciones aún están afectadas. La gente está centrada en reparar, y hay una serie de productos que normalmente se compraban y que ahora no, porque cada uno está en lo suyo, que es reconstruir. No se atreven a hacer grandes inversiones porque la situación es de bastante incertidumbre y no saben muy bien por dónde tirar.
Es cierto que todo esto depende de la zona en la que estés o de las relaciones que tengas con el ayuntamiento correspondiente, lo que puede hacer que estés en una situación mejor o peor.
«Es triste haber tenido que pedir ayuda a Europa»
– ¿Cuál es vuestra valoración de la actuación del Consorcio?
En una primera o segunda reunión con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, hablamos de este tema y nos explicó que la prioridad, tanto por parte del Consorcio como del Gobierno, habían sido las viviendas afectadas, las personas y los vehículos. En tercer lugar, quedaban los comercios y la industria, y cuanto más pesada era esta última, más atrás se quedaba en la valoración. Según nos comentó la delegada, cuanto más grandes son las industrias, más difícil resulta valorar los daños producidos y más tiempo necesita el Consorcio para hacerlo.
– También os habéis reunido con instituciones en Bruselas, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. ¿Cómo veis la actuación por parte de la UE?
Al menos nos acogieron y pudimos mantener reuniones con distintos eurodiputados, con la propia Von der Leyen y con Roberta Metsola. Fueron bastante empáticos y acogedores. Sentimos que, por fin, algún organismo oficial nos escuchaba. Además, tuvo una repercusión importante: nos ha abierto las puertas para que el Gobierno de España se reúna con nosotros, y ahora Mazón dice que sí quiere hablar. Es un poco triste haber tenido que pedir ayuda en Europa para que en tu propio país te atiendan, pero es lo que hay.
«Las fuerzas políticas deben entenderse»
– ¿Cuál es vuestra principal petición ahora como asociación?
Hay una petición muy clara que he hecho desde el principio: las fuerzas políticas, tanto el Gobierno autonómico como el central, deben entenderse y actuar con una visión de Estado, no con una visión política. No deben anteponer los intereses partidistas, sino pensar en el interés de la nación y, en este caso, en el de los afectados. Desde el principio deberían haberse puesto a colaborar y trabajar juntos, en lugar de seguir echándose las culpas unos a otros.
También pediría a ciertos medios de comunicación que no empiecen a ensuciar la labor de las asociaciones y representantes que intentamos mantenernos al margen del foco político. Yo, personalmente, ya estoy recibiendo críticas en redes sociales de personas anónimas que opinan sobre mí.