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Nigeria revierte su economía frente a la corrupción y los conflictos étnicos

Publicado a 28/04/2025 18:15 | Actualizado a 02/05/2025 10:44

El país más poblado de África está luchando por girar el timón de su economía. Sin embargo, la corrupción, los conflictos étnicos y religiosos son piedras en el camino que dificultan el trabajo del actual gobierno calificado como ‘semidemocrático’. Corrupción, conflictos étnicos, terrorismo, falta de garantías para los inversores internacionales, escasa inversión en formación en capital humano… son algunos de los aspectos en los que está trabajando Nigeria para revertir su economía.

En estos momentos, Bola Tinubu, que preside la República Federal regida por la Constitución democrática de 1999, sucedió a Muhammadu Buhari en 2023.

Nigeria revierte su economía frente a la corrupción y los conflictos étnicos

Vicente Pallardó, director del Instituto de Economía Internacional (IEI) de la Universitat de València (UV) califica las elecciones de este país como ‘semidemocráticas’ ya que una gran parte de la población no puede votar porque es peligroso; otra parte está condicionada por la etnia de la que procede el candidato, un aspecto más determinante que su programa de gobierno; y por otra, está en cuestión la comisión electoral.

A todo ello, se suma que el país debe buscar equilibrios entre cristianos y musulmanes. Con lo cual, «no se trata de una democracia liberal, tal y como la entendemos nosotros. A pesar de todo, es un país que celebra elecciones y, en principio, tiene organismos democráticos», explica Pallardó.

Un gran potencial de este gran país africano, poblado por más de 227 millones de personas, es que más del 70 % son jóvenes. Sin embargo, «la población no está formada, no hay inversión en capital humano, la corrupción domina el país, la población está desencantada y opta por la economía sumergida», informa Pallardó. A pesar de todo, el nuevo gobierno está buscando cambiar algunas situaciones. «Habrá que ver hasta qué punto es posible», matiza.

Los primeros cambios

Lo primero que habría que cambiar es la gestión pública. Pallardó reconoce que hay condiciones de partida que son complicadas de revertir como son las tensiones étnicas y religiosas. «El país está fragmentado entre la población del sur, mayoritariamente cristiana, y la del norte, musulmana». También hay presencia de grupos terroristas activos e incluso existen colectivos que buscan que su región sea independiente de Nigeria.

Todo este entramado, asegura Pallardó, «dificulta cualquier gestión gubernamental». A todo ello, se suman la imperante corrupción y la cantidad de ingresos que ha perdido por no haber invertido en el mantenimiento de su propia riqueza petrolera. «Estamos hablando de miles y miles de barriles que se podrían exportar cada día y que desaparecen en el proceso». Es decir, se pierden por infraestructuras inadecuadas y robos en tuberías que, incluso, explotan provocando víctimas mortales.

Entre las cualidades de Nigeria, destaca una minoría tecnológica muy conectada. Concretamente en Lagos, una ciudad portuaria ubicada en sus costas, cuenta con un hub digital, un indicador que demuestra que «hay una población que tiene ideas, aspiraciones y ganas de hacer cosas», manifiesta Pallardó.

El bitcóin

Otra de sus peculiaridades, revela Pallardó es que «se trata de uno de los países donde más se invierte en bitcóins del mundo». ¿Qué factores lo propician? Por un lado, la minoría de la población de Lagos, que está cualificada digitalmente y, por otro, la alta fluctuación de esta moneda que puede impulsar unos pequeños ahorros. «Jóvenes nigerianos que viven en los núcleos urbanos están invirtiendo en bitcóins, ganancias que posibilitan la apertura de pequeños negocios o irse al extranjero».

En concreto, el bitcóin está impulsando «el ‘relativo enriquecimiento’ de las minorías que tienen la suerte de acertar», destaca el director del IEI de la UV. Otro de los sectores que está repuntando es el cultural y de ocio, propiciado por élites urbanas creativas.

Por lo tanto, si se redujeran todas las cargas que tiene el país, sumado a la población joven y la posibilidad de conectarse con aquellos nigerianos que se han establecido en Reino Unido, «el país más poblado de África podría dejar de estar anclado permanentemente en el subdesarrollo».

El petróleo, su mayor activo

En cuanto a los recursos de que dispone el país, «ahora mismo, solo tiene energía en forma de hidrocarburos», recuerda Pallardó. Sin embargo, advierte que «si el país quiere remontar debe hacerlo de la mano de la energía y gestionando mejor su economía». Su tasa de inflación, en los últimos años, ha llegado al 25 %, con un crecimiento del PIB de algo más del 3 %. «La tarta no crece, la inflación penaliza, el poder adquisitivo y el bienestar de las personas tampoco», corrobora Pallardó.

También se ven algunos atisbos de mejora, ya que el Banco Central de Nigeria (BCN), «un poco más independiente que los anteriores» matiza el director del IEI, ha conseguido estabilizar la moneda (la naira) nacional después de una gran depreciación, que explicaría también parte de la inflación.

Igualmente, el BCN ha modificado el sistema de fijación del tipo de cambio oficial diario, ha suavizado las normas sobre transferencias internacionales de dinero y ha tomado medidas contra la especulación con el objetivo de convertir a Nigeria en un destino atractivo para la entrada de divisas. Con lo cual, hay señales de que está girando el timón hacía la mejoría «pero muy precarias todavía», califica Pallardó.

Menos de dos dólares al día

La población vive con menos de dos dólares al día. Esta situación se ha debido a la depreciación de la moneda, que ha pasado de 2.200 dólares en 2022 a 880 en 2024. «Al perder la naira tanto valor, mientras la han estabilizado desde el BCN, nos encontramos con que en dólares se ha empobrecido mucho la economía», admite Pallardó.

En el foco de inversores internacionales

Nigeria es un país que está bajo el foco de inversores internacionales debido a su potencial como productor de petróleo. Sin embargo, «con una gran desconfianza por su alto nivel de corrupción», incide Pallardó. En ese sentido, Etiopía está mejor considerada por la inversión internacional que Nigeria, pero «es una mera cuestión del pasado reciente de cada país», admite el director del IEI.

El futuro de Etiopía se estropeó como consecuencia de la guerra de Tigray, aunque ya está recuperando su posición de país atractivo. «Mientras que en Nigeria, los inversores son precavidos», mantiene. Pallardó revela que se han producido muchos problemas con los contratos establecidos con las grandes petroleras multinacionales porque no ha habido una estabilidad en las condiciones, un equilibrio en las negociaciones y no se ha respetado lo firmado por parte de Nigeria.

«Muchas veces –incide– las compañías no están preocupadas porque las condiciones sean muy generosas para ellas. Entienden que en el siglo XXI, los países deben exigir más. Buscan estabilidad. Mientras que en Nigeria, no es que se hayan firmado contratos perniciosos para ellas, sino que no se les ha dado estabilidad a esos acuerdos». Este aspecto también están intentando modificarlo el Gobierno. «Se puede conseguir pero requiere tiempo y negociaciones para cumplir los compromisos».

De todas formas, a juicio de Pallardó, «Nigeria debería haber sacado más dinero del que obtenía de estos acuerdos con las petroleras». De hecho, «eran poco rentables para el país. Se deberían haber puesto condiciones más exigentes pero respetándolas», matiza.

Toda la producción del petróleo es estatal y las infraestructuras también. «Algo que ha hecho bien el nuevo gobierno es reducir drásticamente los subsidios que se repartían derivados de esos ingresos petroleros», reconoce. Con esta medida, el Gobierno ha reducido considerablemente la corrupción y ahora se invierte esa cuantía económica en proveer a la población de servicios como educación, sanidad, etc., para favorecer al conjunto de la población.

«Aunque esta medida puede parecer muy drástica para una población con una renta per cápita tan baja –dos euros al día– muchos de estos subsidios no iban a aquellas personas que más lo necesitaban, sino a las clases medias urbanas», corrobora.

Diversificación de la economía

Sobre la importancia de diversificar la economía para no depender tanto del petróleo, Pallardó admite que «no se está llevando a cabo significativamente». La razón que esgrime el experto es que «existen zonas del país que son inmanejables debido a las tensiones étnicas, terrorismo islamista… donde el Estado ni llega, ni garantiza la seguridad».

A pesar de todo, existen pequeños núcleos de actividad dentro de los ámbitos digital y cultural y en el agrícola, mucho menos de lo que debería ser en un país de la extensión de Nigeria, ya que las importaciones de alimentos representan el 17 % del total.

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