Milei año uno: Terapia de shock para revivir una economía en crisis
El pasado mes de diciembre se cumplió un año de la llegada a la Casa Rosada de uno de los mandatarios más polémicos de los últimos años. Sus radicales medidas económicas, punta de lanza de una campaña política tan controvertida como fulgurante, hicieron de la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina el epicentro de todos los focos internacionales. Aclamado por figuras como el magnate y fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, que ha alabado recurrentemente la gestión del mandatario en sus redes sociales, y criticado por muchos otros, lo cierto es que sus medidas económicas de shock (choque) están teniendo resultados notables en las cuentas argentinas.
Todavía es pronto para poder valorar lo acertado –o no– de su gestión, pero llegamos justo a tiempo para evaluar el resultado de las primeras medidas adoptadas por Milei, cercanos a cumplirse los 400 días de gestión.

El primer año del presidente Milei
Tras su elección el pasado año, eran muchos los analistas que veían en la histórica inestabilidad política argentina el primer escollo al que habría de enfrentarse Javier Milei. Lo cierto es que, transcurridos más de 13 meses, la imagen outsider del mandatario, autodefinido como liberal-libertario y antiestado, ha sabido mantener intacta dicha retórica pese a encontrarse al frente del aparato estatal. En términos económicos, explica el profesor asociado en el Departamento de Economía Aplicada, Estrutura e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Sanabria, a la hora de evaluar la aplicación o no de sus medidas, hay que tener en cuenta que Javier Milei cuenta con poca representación parlamentaria, lo que le lleva a depender de otras fuerzas para aplicar sus medidas.
«Lo que ha hecho hasta ahora es un ajuste drástico, una política de shock que busca contener la demanda pública para, a su vez, contener un déficit que estaba desbocado. Al déficit propio del Gobierno hay que sumarle el que tenía el Banco Central de Argentina (BCRA), que estaba financiando al sector bancario con deuda a corto plazo para mantener la líquidez. Esa línea dura ha logrado reducir drásticamente el gasto y contener el saldo presupuestario. La parte complicada la tendrá en lo local y en ver cómo consigue implementar toda una serie de cambios estructurales que permitan al país no volver a caer en algo que lleva ocurriendo desde hace décadas. Se encuentra ante un problema estructural», explica el profesor.
Recortar el Estado
Desde que asumió la presidencia, Javier Milei ha mantenido su promesa de aplicar una serie de recortes fiscales y presupuestarios agresivos, una postura que ya había sido central en su campaña electoral. Su propuesta de un «ajuste» económico que reduzca el tamaño del Estado ha sido una de las piedras angulares de su plan de gobierno. Durante su campaña, Milei prometió recortar subsidios, eliminar ministerios, y reducir el gasto en áreas como la educación, la salud y la seguridad, que, según él, habían crecido desmesuradamente en los últimos años sin generar mejoras sustanciales.
Algunas de esas medidas para adelgazar el peso estatal se tradujeron en el cierre de 13 ministerios y el prescindir de 30.000 empleados públicos. Otras más polémicas se han centrado en reducir en más de un 70 % el gasto público destinado a pensiones, educación, salud y otros servicios. El coste ha sido alto, pero la medida se tradujo en un superávit fiscal que ha provocado el derrumbe de la histórica inflación argentina. Es importante destacar que ha llevado a cabo todas estas acciones pese a estar en minoría en las dos cámaras del Congreso.
¿Qué ha logrado Milei hasta la fecha?
A un año vista, explica Sanabria, lo cierto es que ha logrado contener la hiperinflación. «El gobierno anterior no quería tomar ningún tipo de medidas en este sentido para no tener que afrontar el coste político. En este sentido, Milei ha hecho bandera de la tabla rasa a la hora de eliminar gasto. Hasta la fecha empiezan a verse atisbos de lo que parece una cierta recuperación asociada a esa menor inflación. La cuestión será ver cómo mantiene esta situación a largo plazo. Es todavía pronto para tenerlo por seguro, pero será difícil que lo logre hacer porque Milei lo apuesta todo a la iniciativa privada exclusivamente y necesitará establecer un modelo productivo distinto, menos dependiente de la cotización del peso o de la captación de dólares».
En el ámbito económico, algunos especialistas han cuestionado la efectividad de los recortes sin una reforma estructural más profunda. Si bien la reducción del gasto público puede ser vista como un paso necesario para frenar el déficit fiscal, otros señalan que las reformas laborales, la mejora de la competitividad y la atracción de inversión también son claves para garantizar el crecimiento sostenido.

Javier Milei durante su comparecencia en el Foro de Davos.
De forma paralela, el gobierno de Milei también ha promovido la desregulación y la venta de activos estatales como parte de su estrategia de reducción del déficit. En 2024, la Administración vendió varias empresas públicas y dios pasos decididos para privatizar la aerolínea estatal Aerolíneas Argentinas, a capitales privados, con el objetivo de reducir la carga financiera que representaban estas empresas para el Estado.
Aunque la venta de activos fue vista como una medida para generar ingresos a corto plazo, ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de estas decisiones, especialmente en sectores estratégicos.
Sostenibilidad de la deuda externa: señales positivas
En cuanto a la deuda externa, Milei ha logrado estabilizar la situación en un contexto muy delicado. En 2024, Argentina no solo cumplió con sus compromisos de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros acreedores internacionales, sino que también logró mantener la deuda externa en niveles relativamente controlados. Según el informe del BCRA, la deuda externa bruta se mantuvo en 45.500 millones de dólares en 2024, lo que representó un leve descenso respecto a 2023, a pesar de la alta inflación y la volatilidad de los mercados globales.
«Por el momento Milei ha centrado su primer año de gobierno en la contención de la inflación, dolarizar la economía y cerrar el BCRA, que no tengo muy claro que lo pueda lograr», explica el profesor Sanabria.
Lo cierto es que históricamente Argentina ha dependido de la entrada de dólares, divisa con la que paga sus exportaciones. Su moneda, el peso argentino, es muy inestable poque no cuenta con una reserva fuerte y sólida de dólares que la respalde. Eso hace que sus exportaciones sean muy oscilantes en los mercados internacionales. Sin embargo, la llegada de Milei cuenta ahora con un clima internacional favorable que podría beneficiar la llegada de capital extranjero al país.
«Esto le puede beneficiar aparentemente, pero será importante ver qué tipo de inversión extranjera llega. Las privatizaciones del pasado han servido para cambiar el capital de manos, pero no para reconvertir el tejido productivo. Lo que necesita Milei es esto último, la cuestión será ver qué empresas se instalan en Argentina y si suponen una profundización del modelo primario exportador hacia uno más productivo», concluye el profesor de la UCM.