China busca evitar que su desaceleración económica acabe en deflación como Japón
Si China ya sufría una ralentización económica, los aranceles de un 10% a todos los productos chinos, que ha puesto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump «tampoco ayudan nada», explica Massimo Cermelli, profesor titular de Economía de Deusto Business School.
El analista añade que «las nuevas tarifas arancelarias impuestas por el presidente de Estados Unidos podrían restar al PIB chino entre un 0,3 y 0,4, especialmente a sectores como los electrodomésticos y la automoción».

Esta medida que ha tomado Trump -advierte Cermelli- «va a afectar a Estados Unidos con un repunte de la inflación”. «Es verdad que los aranceles le van a permitir recaudar más dinero pero los precios en este país seguirán creciendo», advierte.
De hecho, y debido al anuncio de la imposición de aranceles, «el dólar está repuntando» confirma el profesor de Deusto Business School. También prevé que «los tipos de interés no bajen en Estados Unidos, sino que suban debido a las presiones inflacionistas».
China ha devuelto la pelota a Estados Unidos y tal y como especifica en un comunicado la Comisión Aduanera del Ejecutivo chino, el gigante asiático aplicará un arancel del 15% a productos de carbón y gas natural licuado, así como uno del 10% a los de petróleo crudo, maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y camionetas.
Caída del mercado inmobiliario
El mercado inmobiliario también se está viendo afectado negativamente debido a la ralentización económica. En concreto, China anunció en octubre de 2024 nuevas medidas para revitalizar el sector inmobiliario, que habría tocado fondo debido a su excesivo endeudamiento, tras tres años de grave crisis de una industria que representa el 25% de su PIB.
El Gobierno avanzó una expansión de su programa de financiación para proyectos inmobiliarios, que alcanza los 562.000 millones de dólares. Además, las autoridades chinas también han impulsado otras medidas como el recorte de los tipos de interés, principalmente para los préstamos inmobiliarios existentes, y la flexibilización de las restricciones a la compra de vivienda.
El consumidor disminuye el gasto
Esta situación de ralentización de la economía china no es ajena al consumidor final ya que este ha decidido «disminuir sus compras», explica Cermelli.
De hecho, ha caído el gasto en la cesta de la compra. En este sentido, «China está trabajando para que la inflación esté bajo control y el país no caiga en una espiral deflacionista», corrobora.
Xi Jinping, presidente de la República Popular China, teme que la ralentización económica actual se pueda traducir en deflación y para evitarlo tiene previsto inyectar hasta un billón de yuanes (142.390 millones de dólares) de capital en sus mayores bancos estatales para aumentar su capacidad de apoyo a la economía en dificultades.
En concreto, «China está trabajando para evitar, lo que ha sufrido durante décadas, su amigo cercano, Japón, como es la deflación, que es muy peligrosa para la economía», corrobora.
Por su parte, las ventas minoristas han crecido un 3,5% en 2024 con respecto al año anterior. «El consumo se está estancando y el Gobierno chino está introduciendo incentivos fiscales para los sectores imobiliario, para la automoción y en concreto el vehículo eléctrico y está proporcionando apoyo financiero y fiscal a empresas tecnológicas clave», especifica.
La caída demográfica lastra el mercado laboral
A todo lo anterior se suma que su población ha disminuido por tercer año consecutivo a pesar del leve aumento de los nacimientos hasta alcanzar los 9,54 millones, a lo largo del mismo periodo, lo que ha hecho saltar las alarmas debido a los riesgos que esto supone para la economía del país asiático.
China ha perdido 1,39 millones de habitantes en 2024 hasta situarse en los 1.400 millones según datos de la Oficina Nacional de Estadística china (ONE).
Por otra parte, en junio de 2023, el Gobierno de Xi Jinping dejó de publicar la tasa de desempleo juvenil que alcanzaba el 21,3%. Ahora mismo ya se vuelven a conocer datos y esta se situaba a finales de diciembre por encima del 17% entre los jóvenes de 16 a 24 años en zonas urbanas.
Cermelli admite que «la caída demográfica ha lastrado también el mercado laboral». De hecho, «el Gobierno está muy preocupado por el desempleo juvenil». La gente joven se ha ido mudando en las últimas décadas del campo a la ciudad. A todo ello se ha unido, según el analista de la Deusto Business School, «a que la pandemia de la covid-19 ha pasado factura a los jóvenes desmontivándoles y generando una escasa participación en el mercado laboral», asegura.
De hecho, desde China están atrayendo jóvenes cualificados para que se incorporen al mercado laboral.
La IA impulsa la economía
China ha demostrado que está presente y a la última en inteligencia artificial, a pesar de las restricciones que le impuso Estados Unidos para frenar su capacidad para desarrollar microchips avanzados. «El gigante asiático ha conseguido alcanzar unos niveles de producción más efectivos que los que se están consiguiendo con inversiones millonarias», puntualiza Cermelli.
A pesar de que no está viviendo su mejor momento económico, el país ha corroborado que «se puede hacer lo mismo con un 95% menos de inversión», revela. Es decir, «puede seguir desafiando el comercio internacional y sobre todo el escenario internacional con la inteligencia artificial».
DeepSeek, la inteligencia artificial desarrollada por China que acaba de irrumpir en el mercado, ha costado 5,6 millones de dólares, 18 veces menos que el último modelo de ChatGPT, que ha superado los 100 millones de dólares.
Estados Unidos continúa con su empeño y sigue impulsando e invirtiendo en IA. Tres importantes empresas tecnológicas – OpenAI, SoftBank y Oracle– anunciaron al día siguiente de la toma de posesión de Donald Trump, que crearán una nueva compañía, llamada Stargate, para desarrollar infraestructura de inteligencia artificial en Estados Unidos en la que invertirán 100.000 millones de dólares en el proyecto para comenzar.
Inversión extranjera
Hace unos años,m China obligaba a establecer una joint venture con un socio local en el que este se quedaba con el 51% y el inversor extranjero solo contaba con el 49% de la sociedad. Actualmente, hace ya cerca de diez años que esta política ha cambiado y han renunciado a tener la mayoría en los diferentes negocios.
El país asiático sigue trabajando para ser más atractiva para los inversores extranjeros. Además, con la salida de su disruptiva inteligencia artificial DeepSeek, «plantándole cara a grandes gigantes tecnológicos», recalca Cermelli, están garantizando que China siga siendo un lugar atractivo para poder invertir en diferentes sectores.