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La Albufera, un espacio con alto valor paisajístico y económico tocado por la DANA

Publicado a 27/11/2024 18:22 | Actualizado a 29/11/2024 13:24

En el Parque Natural de La Albufera, una de las postales más icónicas de Valencia, pervive todavía el recuerdo de la Pantanada de Tous de 1982. Ahora, cuatro décadas después, este espacio natural revive aquella catástrofe tras el paso de la DANA que azotó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre.

Salvador Llop, presidente de la SAT 990, la Sociedad de Arroceros del Palmar, recuerda que tras la Pantanada de Tous, los almacenes de arroz comenzaron a construirse más altos para evitar que, en caso de que hubiera una catástrofe similar, se inundaran. «La Albufera ya superó esto en los años 80. Lo superó y el agua se filtró. Y aquello era difícil porque allí aparecía de todo. Fue capaz de superar eso y superará esto», destaca Llop.

La Albufera, un espacio con alto valor paisajístico y económico tocado por la DANA

Las escenas cotidianas y la actividad diaria de La Albufera han cambiado mucho tras las inundaciones del pasado 29 de octubre. Según un informe de evaluación realizado por el Servicio Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia, el daño causado por el temporal en el humedal «no es comparable a ninguno otro vivido anteriormente», con un nivel de inundación «sin precedentes». Las inundaciones han llevado al lago todo tipo de residuos, sobre todo cañas y plásticos de todo tipo, pero también aceites, pesticidas, electrodomésticos e incluso algún coche.

Pesca y agricultura, actividades tradicionales de la zona

Es difícil cuantificar el impacto que esta DANA ha causado en un espacio de tan alto valor paisajístico, cultural y económico para Valencia. Por ahora, el informe del Ayuntamiento estima en 9,5 millones de euros el coste de los trabajos necesarios para la restauración y recuperación de La Albufera. A esto se sumarán los gastos que el tejido empresarial de la zona deberá asumir para reactivar su actividad económica, así como las pérdidas ocasionadas por el temporal.

La Albufera sigue siendo una zona de actividades económicas tradicionales, que son también patrimonio en el imaginario colectivo valenciano, como la pesca o la agricultura vinculada al cultivo del arroz. Además, la zona del humedal supone un importante revulsivo económico en términos turísticos, especialmente por el sector de la restauración. Solo en El Palmar, una pedanía de 700 habitantes, hay unos 35 restaurantes, cuyas mesas han permanecido vacías en las semanas posteriores a las inundaciones.

Los agricultores de La Albufera tratan de levantarse

Desde la ONG internacional Greenpeace consideran «vital» el apoyo de la Administración al sector agrícola de La Albufera, en especial al arrocero, puesto que garantizar la actividad económica supone sustentar la vida de miles de agricultores, pero también la biodiversidad del humedal.

Los arroceros de la zona luchan por recuperarse del impacto causado por la DANA. A la pérdida de numerosos kilos de arroz debido a las inundaciones, se suman las reparaciones necesarias en las infraestructuras afectadas. Además, es crucial que el agua recupere las condiciones óptimas para el cultivo.

Las inundaciones se han llevado por delante muros de contención en La Albufera que, según el presidente de Arroceros del Palmar, serán la primera reparación a ejecutar. «Si no, no podemos vaciar los ‘tancats’ y no podemos trabajar», apunta Llop. Además, muchas bombas de riego han quedado debajo del agua a causa de la crecida del lago.

El presidente de la Asociación de Arroceros del Palmar, Salvador Llop. Imagen: Economía 3.

No obstante, el impacto económico más grave se encuentra en los graneros, donde se guarda el arroz cosechado en el mes de octubre. «Un porcentaje de arroz importante del que habíamos cosechado se ha tenido que tirar. El arroz es un ser vivo que si se moja, vuelve a nacer como si fuera una semilla y ya no sirve. Separar grano a grano el arroz en un granero es un trabajo considerable, por lo que toda la parte húmeda hay que tirarla», explica Llop.

Esperan una campaña 2025 «normal»

La Asociación de Arroceros del Palmar maneja alrededor de 2,2 millones de kilos de arroz almacenado, de los cuales habrá que desechar más de 250.000 kilos, lo que supone más de un 10 % de la producción. «Ese es el primer golpe a corto plazo. Nosotros tenemos que sembrar en mayo. Entre enero y mayo habrá que vaciar todo lo que ha quedado dentro de las parcelas conforme se vayan secando y saber si el agua tiene las condiciones adecuadas. Entendemos que sí, pero tendrán que decirlo quienes sepan de esto», añade.

Llop pide paciencia para llevar a cabo los análisis del agua, ya que La Albufera es «un lago vivo con puertas abiertas al mar» y «dejar pasar unos meses para el agua filtre». «No corramos más de lo necesario», reitera.

En caso de que el agua tenga las condiciones óptimas en mayo, los arroceros no tendrían problemas para llevar a cabo la siembra. Por tanto, la cosecha sería «normal» con un sobrecoste por todas las reparaciones en las infraestructuras. «Más allá de eso, entendemos que la campaña arrocera debe ser una campaña normal», agrega.

Respecto a la posibilidad de que lleguen ayudas, el presidente de la Asociación de Arroceros del Palmar se muestra muy pesimista: «Dependerá de lo que los seguros colaboren y dependerá de que las cosas funcionen. Hay una agonía generalizada por no saber si sembraremos. Los gastos de reparación los pagaremos de donde sea. Queremos ser capaces de producir por nosotros mismos la campaña 2025, porque de lo que tenemos que cobrar, ¿cuándo será ? Los seguros pagarán lo que paguen y será lo mínimo».

Proteger la biodiversidad para proteger la economía

Desde Greenpeace alertan de que los residuos que han llegado a La Albufera «ponen en peligro todo el ecosistema y pueden afectar gravemente a la biodiversidad de este espacio de alto valor ecológico». En consecuencia, también ponen en riesgo la actividad agrícola, especialmente la gran superficie dedicada al cultivo de arroz, «vital para la actividad económica dentro del espacio, fundamental para la biodiversidad y seña de identidad de este parque natural».

La ONG reclama que se proporcionen todos los recursos necesarios para extraer el máximo posible de residuos sólidos en todas las zonas «para no agravar su impacto sobre el ecosistema y acelerar las medidas de recuperación». Además, Greenpeace pide realizar evaluaciones y monitorizaciones constantes de la calidad del agua y de los suelos, y vigilar posibles episodios de afección directa a la fauna.

Los humedales, vitales frente a las inundaciones

Para una correcta gestión de este espacio protegido, Greenpeace recuerda a los responsables públicos que el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de la cuenca hidrográfica de La Albufera, establecía normas, directrices y recomendaciones para la gestión de toda la cuenca hidrográfica. «Este plan, ignorado durante numerosas legislaturas, pretendía, entre otras cosas, la correcta gestión de cauces y el deslinde del dominio público hidráulico, así como la restauración de la cubierta vegetal en toda la cuenca que alimenta el humedal, incluido el canal del Xúquer», apuntan.

Vista general de la basura traída hasta los arrozales de La Albufera por la fuerza del agua de las inundaciones provocadas por la dana del pasado 29 de octubre. Imagen: EFE/Kai Försterling.

Episodios como el vivido recientemente solo van a ir más, por lo que es necesario recuperar y preservar los humedales, como La Albufera. Se trata de ecosistemas que, por su alto valor ecológico, «protegen frente a las inundaciones, ya que actúan como esponjas absorbiendo agua y mitigando así el avance de la crecida y su impacto en las poblaciones circundantes», resaltan desde Greenpeace. Por tanto, la protección y la conservación de La Albufera, señalan desde la ONG, debe ser prioritaria.

La hostelería, muy tocada por la DANA

Además de la paralización de actividades tradicionales como la pesca o la agricultura, la restauración es otro sector que está notando los estragos de la DANA. Tras las inundaciones, algunos restaurantes de la pedanía del Palmar, referentes gastronómicos en arroces, han permanecido cerrados, mientras que otros han estado abiertos para dar servicio a los vecinos de la zona.

Si bien el agua solo entró en un par de locales del Palmar, desde el temporal solo unos pocos turistas se han acercado a La Albufera en autobús. La situación ha llevado a algunos restaurantes a plantearse solicitar un ERTE. «En términos de turismo, esto ha hecho una salvajada de daño. Los restaurantes tienen la percepción de que tener la puerta abierta es como símbolo de estar vivos, pero sin recibir a nadie», señala Llop.

El impacto de la DANA en este sector ha llevado al Ayuntamiento de Valencia a lanzar una campaña específica de turismo para El Palmar con el objetivo de apoyar a la hostelería. Durante una reunión con la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, representantes de hosteleros, pescadores y barqueros expresaron su preocupación por la caída en la facturación. Aunque la pedanía no ha sufrido daños directos por las inundaciones, se ve afectada por la difusión de «bulos», según el Ayuntamiento de Valencia.

María José Catalá anunció que se realizará una campaña específica de turismo de El Palmar para impulsar la hostelería: «La mayoría de sus clientes son turistas extranjeros y con toda la empatía del mundo vamos a lanzar una campaña para que los turistas vengan y puedan disfrutar de la estupenda gastronomía que hay aquí».

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