Cuando posees un instrumento financiero recibes una ganancia por el mismo que son los intereses. A través de la liquidación de intereses, el dinero que te genera ese instrumento llega a tus manos. Veamos que es la liquidación de intereses y cómo se calcula.

¿Qué es la liquidación de intereses?

La liquidación de intereses es el proceso de pago de los intereses devengados por un producto financiero, especialmente en el caso de determinados productos de tipo fijo, como los depósitos a plazo fijo o los bonos del Estado.

En el caso de los depósitos bancarios tradicionales, el interés es la rentabilidad que el banco ofrece a los ahorradores a cambio de transferir su dinero durante un determinado periodo de tiempo. El banco utiliza entonces este dinero para prestarlo a otras personas o empresas.

 ¿Cómo se realiza la liquidación de intereses?

Los intereses pueden pagarse de varias maneras. Los intereses suelen pagarse anualmente, pero también pueden pagarse bimensualmente, trimestralmente o semestralmente, es decir, cada dos meses, trimestralmente o mensualmente.

Algunos bonos de tipo fijo tienen un «cupón cero», lo que significa que no se pagan intereses durante la vida del depósito, pero al vencimiento todos los intereses se pagan como una suma global junto con el reembolso del principal. El cupón cero no es habitual en la mayoría de los productos de ahorro ordinarios, aunque los gobiernos lo utilizan en algunos casos para los bonos del Estado.

Por último, también existe la posibilidad del pago anticipado, en el que el banco paga en forma de depósito o a los pocos días. Sin embargo, se trata de una forma residual de liquidación que casi ningún banco ofrece.

Diferencias entre devengo y liquidación de intereses

El devengo y la liquidación son dos conceptos diferentes, aunque a menudo se utilizan indistintamente. El devengo es un término contable que crea un derecho a recibir intereses sobre un depósito u otro activo financiero, mientras que la liquidación es el pago en sí.

Cuando se realiza un depósito bancario, el depositante tiene derecho a recibir intereses y el banco está obligado a pagarlos. En otras palabras, los intereses se acumulan. Sin embargo, los intereses solo se abonan en la cuenta corriente del depositante una vez finalizado el periodo especificado en el contrato de depósito.

¿Cómo se calcula la liquidación de intereses?

Los intereses se calculan sobre la base de la Tasa Anual Equivalente (TAE). Es la tasa de rendimiento sobre el valor nominal de un instrumento a tipo fijo. Por ejemplo, si un ahorrador tiene 10.000 euros en una cuenta de depósito fijo y la TAE es del 1%, el interés anual es de 100 euros.

Sin embargo, como hemos visto, el tipo de interés puede durar varios periodos. En este caso, será necesario utilizar una fórmula matemática financiera, el tipo de interés efectivo (TIE), para ajustar el tipo de interés nominal a los distintos periodos contables.

La fórmula es la siguiente:

EIR = (1+i/n)^n – 1.

Donde i es el tipo de interés nominal y n es el número de períodos contables de este tipo.

Fiscalidad de los intereses

El pago de intereses es una operación sujeta al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Independientemente de que se trate de un depósito de una entidad nacional o extranjera. En concreto, se trata de rendimientos del capital mobiliario y el contribuyente debe incluirlos en la base imponible de los intereses.

El tipo impositivo depende de la cantidad de beneficios generados y se divide en los siguientes tipos impositivos:

Los bancos retienen el impuesto correspondiente en función de los ingresos del contribuyente en el momento del pago, de modo que el ahorrador recibe una parte de los intereses tras la deducción de los impuestos correspondientes. El contribuyente debe entonces ajustar sus ingresos en su declaración de impuestos.