España cerró el período de enero a junio con una balanza comercial negativa de 8,8 billones de euros, un balance que se explica por los 11,3 billones de euros de diferencia entre las exportaciones e importaciones que el país registró con socios ajenos a la UE. En cambio, dentro del mercado interior de la UE, España cerró el primer semestre con un saldo positivo de 2,5 billones de euros.

La eurozona cerró junio con un superávit comercial de 21.200 millones de euros, 1.800 más que en el mismo mes de 2019, mientras que la Unión Europea (UE) terminó el mes con un saldo positivo de 20.700 millones, según la primera estimación publicada este viernes por la agencia de estadística comunitaria Eurostat.

En concreto, la eurozona mantuvo un saldo positivo respecto al resto de mercados internacionales en junio gracias a sus 170,3 billones de euros generados en exportaciones, un 10 % menos que en el mismo mes de 2019. Las importaciones de los socios del euro, por su parte, cayeron un 12,2 % en la estadística interanual, pasando de 169,9 a 149,1 billones.

Causas

Estos descensos se explican, añadió Eurostat, por las medidas de contención frente al coronavirus, que si bien han tenido un «notable impacto en el comercio internacional de bienes» durante el primer semestre, en junio ya se «han notado signos de mejora en comparación con otros meses».

La UE contó por su parte con un superávit comercial de 20.700 millones de euros en junio, con 154,5 billones en exportaciones (una caída interanual del 9,6 %) y 133,7 billones en importaciones (-12,8 % respecto a junio de 2019).

En el primer semestre del año, asimismo, la zona euro registró un saldo positivo de 85.900 millones de euros, lo que supone una caída respecto a los 95.800 millones de la primera mitad del pasado año.

Estados Unidos fue el principal socio comercial de la UE durante el primer semestre del año, dejando un saldo positivo de 66,5 billones de euros para los Veintisiete, con 171,7 billones en exportaciones y 105,1 en importaciones.

Respecto a China, la balanza comercial fue negativa (-87,9 billones) para los socios europeos en la primera mitad del año debido a la gran cantidad de importaciones que la UE requirió del país asiático, valoradas en 181,7 billones de euros.