Sábado, 20 de Abril de 2024
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Los excesos navideños nos pueden llevar a engordar entre 3 y 5 kg de media

Los excesos navideños nos pueden llevar a engordar entre 3 y 5 kg de media

Durante el mes de diciembre se acumulan comidas familiares, cenas de empresa y todo tipo de eventos sociales donde el exceso de comida y bebida toman el protagonismo. Si además, durante el resto de días se sigue comiendo sin moderación bajo el conocido lema “bueno, ya me pongo (a dieta) el mes que viene”, al subirse a la báscula uno se puede encontrar la sorpresa de haber aumentado de peso entre tres y cinco kilogramos.

Paula Crespo, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (Codinucova) recomienda optar por los alimentos más saludables durante las reuniones sociales y no poner los dulces como adornos de Navidad.

No obstante, ya pasadas las fiestas (aunque aún queda el roscón, los caramelos de la Cabalgata y probablemente algo de la caja de Navidad) desde el Colegio se recomienda acudir a profesionales titulados si se quiere empezar a cuidar la alimentación o bajar de peso. Y también, advierten de los peligros de realizar «dietas milagro» y ponerse en manos de «falsos» dietistas, ya que estos tratamiento pueden derivar en pérdidas de nutrientes y problemas de salud, especialmente para aquellas personas que tengan algún tipo de patología.

La enfermedad renal requiere de un ajuste nutricional muy calibrado y si no se hace bien se puede empeorar| E3

En un entrevista a Economía 3 la presidenta de Codinucova también nos habla de su guerra contra el instrusismo en este sector, así como sus principales reivindicaciones como la inclusión del dietista-nutricionista dentro de la salud pública o que «comer bien» sea una asignatura obligatoria en los colegios. Por otro lado, nos habla de la tasa al azúcar, paralizada por la Generalitat, y que desde el Colegio defiende ya que «el azúcar es un problema de salud pública de primer orden».

-¿Qué recomendaciones hacéis a la población?

-Desde el colegio hacemos mucho hincapié en el después de las navidades, que es cuando la gente quiere perder de manera rápida lo que ha ganado por los excesos de estos días. Y es cuando se recurre a algo que estamos denunciando desde hace mucho tiempo: las dietas milagro de la mano de “profesionales”, que no son profesionales. Lo que queremos es trasladar a todas aquellas personas que cuyo propósito sea cuidarse a nivel de alimentación, que recurra a nutricionistas y dietistas y que evite así el intrusismo, que es la lucha que tenemos en el Colegio.

-En un sector con tanto intrusismo ¿cómo podemos saber si estamos ante un profesional titulado?

-Tenemos una tasa de intrusismo muy alta. De hecho, tenemos un formulario en la web para denunciar casos, tanto por parte de los compañeros, como por parte de la población en general que se haya sentido estafada y que puedan denunciarlo y así también, desde el colegio podamos tomar medidas.

Ahora es muy fácil identificar profesionales, gracias al registro público de colegiados que tenemos en los Colegio, que también ponemos a disposición de la gente para este tipo de consultas, de hecho, nos llama mucha gente solicitando información.


«Una intervención nutricional también es una intervención, no médica, pero sí sanitaria. Al final, es adecuar un tratamiento a tu patología, si la tienes, o a tu estado»


Otra de las formas es que la gente no tenga el reparo de pedir la titulación o el número de colegiados, o por lo menos intentar identificar si se le intentan vender productos, si las dietas que les plantean no tienen nada de personalización: no se tienen en cuenta los gustos, aspectos de la vida…esto es un ejemplo de prácticas que desvelan que nos están dando algo estándar y que no hay un profesional detrás que le dedica un mínimo de tiempo a cada persona. Otro aspecto de sospecha son las dietas muy restrictivas, que hacen pasarlo mal y al final, con la alimentación no hay que pasarlo mal.

-El auge de los influencers y en general los canales de comunicación online son otras vías de intrusismo…¿hay que estar alerta?

Reivindican que la educación alimentaria sea una asignatura obligatoria en los colegios| E3

Sí, es nuestro grueso de instrusismo, además todo lo que está en internet está un poco en el limbo. Pero también internet es la ventana del conocimiento y nos ha ayudado a los nutricionistas a darnos a conocer, pero a la vez, ya que hemos alcanzado que se nos conozca, ahora estamos en el punto donde todo el mundo puede hablar de alimentación porque parece algo sencillo, que todo el mundo es capaz de hacer recetas para todo el mundo. Y bueno, si al final la gente sigue a otras personas para coger ideas de como cocinar no está mal. Lo malo es cuando sigues a estas personas para que te hagan una intervención.

Siempre lo comparamos como si te fueras a operar. Una intervención nutricional también es una intervención, no médica, pero sí sanitaria. Al final, es adecuar un tratamiento a tu patología, si la tienes, o a tu estado. Entonces, es tomárselo igual de en serio que aquel que acude a otro profesional para cualquier cosa, asegurándose que tenga la titulación. Porque es paradójico acudir a alguien porque quiero cuidarme, pero luego no cuido de: quién hay detrás, qué titulación o que conocimientos tiene, esto es muy importante.

-¿Qué peligros tiene ponerse en manos de un “falso” profesional?

-Mucha gente no es consciente, porque parece que cuando te dan un dieta la alimentación no puede hacer daño, y no es inocuo. Un mal tratamiento puede producir déficits nutricionales porque una dieta monótona en la que no se varia en nada o en la que no se tenga en cuenta las situación personal de la persona: que tome medicación (la medicación y la alimentación interaccionan muchísimo) , que analíticas tiene (que estado nutricional tiene previo al tratamiento), puede tener malas consecuencias para la salud.


«Reivindicamos estar dentro de sector de la sanidad público ya que solo acudirá al diestita-nutricionista la persona que se lo tome muy en serio o quién se lo pueda permitir, porque al final, es un servicio privado»


Si yo hago un tratamiento sin tener en cuenta nada de tu entorno, ni de tu situación personal, puede dar lugar a deficiencias nutricionales y si, además, se hace una intervención cuando hay una patología, incluso se puede empeorar. Por ejemplo, la enfermedad renal requiere de un ajuste nutricional muy calibrado y si no se hace bien puedes tener problemas.

-¿ Y volviendo a estas fechas, nos pasamos en Navidad, pero en realidad el problema con la alimentación viene de atrás?

-Nosotros identificamos como dos épocas donde hay más preocupación por el peso o más descontrol. En la Navidad, un pico de excederse y después uno de acudir a bajar peso, y también en el periodo previo al verano. Por eso, también es importante como identificar a un buen profesional, que es el que te intenta ayudar para que tu seas capaz de llevar una buena alimentación independientemente de la época a la que te enfrentes.


«Tenemos que quitarnos el concepto que la alimentación saludable es incompatible con disfrutar de estas fiestas»


Otra cosa importante es concienciar que, en estos días festivos, los días de «comilonas» y de salir no son tantos. Si haces una cuenta de días o de comidas no son tantos como para decir por comerte un polvorón: “bueno ya me pongo el mes que viene” y este es el problema. Que la gente alarga el hacerlo mal, antes, durante y luego un poco durante el después.

-¿Si decides “ponerte el mes que viene” cuánto puedes llegar a engordar?

-Pues hay estudios que dicen que si llevas durante un mes este descontrol puedes llegar a engordar entre 3 y 5 kilogramos, lo que significa una ganancia de peso considerable. Además, en el caso de las navidades, son “kilos” basados en una mala alimentación.

Los nustricionistas decimos en los casos generales, que el peso no debe de ser un indicador de si se está haciendo bien o no, porque hay otros recursos para ver que hay una mejoría. Pero en el caso de la Navidad, el peso es un indicador de cuanto nos estamos pasando de manera innecesaria y es alargarlo un tiempo que tampoco es necesario.

-¿Y en cuánto tiempo aproximado se pueden perder estos kilogramos?

-Es difícil de responder, depende de cómo lo hagas y de la persona, pero se estima que es una perdida de peso saludable perder entre medio y un kilogramo (máximo) a la semana. Esto es indicador que se está haciendo bien sin restricciones, con buena alimentación y unas buenas pautas. Pero es relativo, porque siempre al principio se pierde más rápido y luego se estanca un poco la pérdida de peso.

-¿Cómo podemos evitar el descontrol y conseguir un equilibrio entre días de atracones y cuidarse?

Entre medio y un kilogramo a la semana, se estima que es una perdida de peso saludable | E3

-Una cosa que también decimos es que la compensación no es una buena práctica, decir “hoy me paso y al día siguiente caldo y dos yogures». Lo importe es que cuando te enfrentes a una de estas comidas busques las opciones más saludables. Si la mayoría de esa comida la has hecho bien, porque te salgas en algún plato, entrante o picoteo de una sola comida, al día siguiente no tienes porque compensar con restricciones alimentarias.

-¿Cómo nos moderamos en las abundantes comidas familiares?

En realidad, las comidas caseras no son malas opciones de alimentación, el problema es que se prepara muchísima cantidad, porque son fechas en que en las mesas debe haber mucha comida aunque sean pocas personas. Se pueden reducir cantidades e incluir en los menús opciones más saludables, y quitarnos el concepto que la alimentación saludable es incompatible con disfrutar de estas fiestas, la familia y de los amigos. Es totalmente compatible si sabe como hacer.

Otro de los errores de estos días es poner los dulces como adornos de Navidad en casa. Hay que tenerlos guardados y esto hace que reduzca su consumo porque o se tiene que buscar, o se tienen que pedir al anfitrión. Intentar que la opción saludable sea la más fácil.

-Dices que hay que quitar el concepto que la alimentación saludable es incompatible con disfrutar de este tipo de comidas, que es posible si se sabe cómo hacer, pero ¿sabemos hacerlo bien?

Ese es uno de los principales problemas. La gente no es que no quiera hacerlo bien de forma consciente, es que no tiene herramientas u opciones. Nos falta educación alimentaria en general en la población y de hecho es una de las cosas que reivindicamos desde el Colegio, saber cómo comer bien.

-¿Qué soluciones proponéis para mejorar esta falta de educación alimentaria?

Es otra de nuestras principales reivindicaciones. Igual que se aprende a sumar desde pequeños, que se aprenda a comer bien y que sea una asignatura obligatoria en los colegios, no una actividad extraescolar.


«Recomiendo moderación ante todo y si deciden cuidarse, que lo hagan en manos de un profesional»


Además, otro de nuestro hándicap es que no estamos presentes en la sanidad pública siendo profesionales sanitarios. Al no estar en los hospitales, la gente no asocia que un dietista-nutricionista es un profesional sanitario. Esto es muy importante porque si en la salud pública no tienes este tipo de profesionales solo acudirá el que se lo tome muy en serio o aquel que se lo pueda permitir, porque al final, esto es un servicio privado.

-¿Otra de vuestras reivindicaciones es la tasa sobre el azúcar que finalmente paralizó la Generalitat?

Nosotros como profesionales podemos reivindicar, pero al final, la Sanidad pública depende de quien tiene el poder para poder llevar a cabo iniciativas.  Y el tema de la alimentación debe de ser prioritario

El azúcar es un problema de salud pública de primer orden, no se puede mirar hacia otro lado, ni dejar de apostar por iniciativas que mejorarían la salud de toda la población.

 -¿Otro tema son las bebidas alcohólicas?

El alcohol es el centro de muchos eventos sociales, y en España toda celebración gira en torno a la comida y la bebida está asociada a pasárselo bien. En mi opinión, creo que todavía no estamos viendo las consecuencias, sí se han visto las del tabaco, pero creo que aún nos queda un poquito para ver realmente las del alcohol.

Todavía tenemos por ahí el eco que no pasa nada “un poquito y con moderación”. El problema es que la gente no entiende que es la moderación, así que el mensaje no es útil y está demostrado que el alcohol está asociado a múltiples enfermedades.

Además, la bebida aporta calorías pero no aporta ningún nutriente (kilocalorías cero o vacías). No aporta nada, energía innecesaria. También está el efecto de la deshidratación aunque se trate de un líquido

-Y para terminar, ¿un último consejo?…

Moderación ante todo y si deciden cuidarse, que lo hagan en manos de un profesional

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