La reunión de ayer entre Uepal y la Conselleria de Industria tuvo una parte protocolaria y otra de enrocamiento. La asociación empresarial alicantina quiso presentarse ante el conseller alicantino Rafael Climent y dar a conocer su hoja de ruta. El titular autonómico que sabía que el presidente Ximo Puig recibía esa misma mañana a CEV Alicante escuchó, pero no se salió del guión.

El presidente de Uepal, Juan José Sellés, expuso al conseller  que «creemos en una estructura autónoma, con identidad propia y jurídica constituida de abajo a arriba, en la que sabemos quiénes somos, que espacio ocupamos y tenemos un proyecto en el que todos los sectores, todos los empresarios alicantinos tienen cabida”. Eso espacio está dentro de la CEV, pero como «organismo independiente«, siempre ha mantenido Sellés.

Pero desde la Conselleria tienen claro que no van a entrar en disputas entre empresarios. El gobierno valenciano ayer dejó meridianamente cristalino que una cosa es la patronal y otra, el tejido asociativo. Y es precisamente aquí, donde a Climent y a su equipo hay que reconocerle un esfuerzo por atender a todos los colectivos -grandes, pequeños y medianos. Fuentes de Industria, indicaron que una y otra vez, el conseller remitió a Uepal a llegar a acuerdos y consensos entre ellos.

«Es necesario que os sentéis y habléis para llegar a acuerdos y poder sentiros representados y hacer concesiones las dos partes, puesto que la conselleria necesita tener un único interlocutor. Se tiene que conseguir una cohesión territorial en el ámbito empresarial», subrayó Climent en un comunicado tras la reunión. Y ahí radica uno de los problemas, Uepal no se siente representada y quiere un espacio propio en las mesas de negociación.

Las buenas palabras del responsable de Industria fueron una brisa de aliento que motivó que Uepal enviara otro comunicado manteniendo su postura. Mientras eso ocurría, Ximo Puig señaló con firmeza que la CEV era el interlocutor. Así que la visita de Selles y parte de su ejecutiva sirvió para que unos se enrocaran y los otros reforzaran su papel de patronal, al menos frente a la administración autonómica, de quien dependen parte de los convenios y, sobre todo, el principal vehículo de representatividad.