El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se subieron hoy en Castellón a uno de los primeros trenes que cubrirán el trayecto desde la capital hasta Vinaròs tras el aumento de las frecuencias de paso. De esta forma se resolvía una reivindicación histórica de hace más de 30 años, que se hace realidad un año después del anuncio realizado por el anterior gobierno del PP.

El viaje inaugural de este servicio, que, de momento financia Renfe, al no estar firmado aún el contrato entre Fomento y la empresa estatal, triplica el número de trenes, 12, que coenctan Castellón y Vinaròs, siendo 154 a la semana, con una oferta de 82.000 plazas.

Sin embargo, la polémica presidió el acto dado que la invitación al presidente de la Diputación de Castelló, Javier Moliner, para participar en el acto le llegó hoy mismo, una hora antes, lo que motivó su plante al ministro y la petición de que «de la cara» y explique porqué se han paralizado algunas de las inversiones en la provincia. Se considera un acto de «deslealtad institucional», además de «una muestra del sectarismo del gobierno de Sánchez, que apartar a quienes no coinciden» con su forma de gestionar, insistió Moliner.

Todo ello, sin restar importancia a la puesta en marcha del servicio «gestado por el anterior ministro». Asimismo, Moliner reclamó a «Ábalos que solvente los problemas diarios que padecen los castellonenses que se desplazan en tren a Valencia».

El acto central, celebrado en el hall de la estación de Castellón, fue espacio para la protesta de los castellonenses que usan los cercanías para acudir diariamente a trabajar. Pidieron «menos AVE y más cercanías y regionales. Que no te quiten el tren«. Junto a ellos estuvo un grupo de trabajadores que reclamaba más personal para atender el servicio.

Ábalos resaltó que, pese a no estar firmado el convenio con Renfe para financiar el servicio, se había acordado ponerlo en marcha con cargo al presupuesto de la compañía hasta que se firme el contrato Estado-Renfe. «Hemos optado por esta decisión porque este servicio no podía esperar» y recalcó que «hubiera sido posible haberlo hecho antes», porque todo depende de «la voluntad política de los gobiernos»

Puig resaltó que «es un día alegre para Castellón y el Consell por atender un compromiso» que atenderá a miles de personas. Asimismo, reiteró que seguirá demandando la necesidad de mejorar las comunicaciones ferroviarias del Corredor Mediterráneo.

El primer día del servicio ya recogió las primeras protestas de los usuarios, que consideran elevado el precio del billete de ida y vuelta, 15 euros al ser trenes de media distancia, así como por el hecho de que no pare en algunos muncipios, como Santa Magdalena de Pulpìs.

Sobre la petición de suprimir el peaje de la autopista AP 7, Ábalos ha recordado su compromiso de liberalizar la autopista cuando revierta al Estado el 31 de diciembre de 2019. En ese sentido, el ministro ha dicho que el próximo 30 de noviembre “vamos a dejar bien claro el futuro de la AP-1 en Burgos, y ese va a ser el modelo a seguir”.

Antes de llegar a la fecha que pone fin a la concesión de la AP-7, el ministro ha anunciado que se realizará un estudio que determine las actuaciones que debe llevar a cabo la concesionaria para que el estado de conservación previo a su reversión sea el adecuado. También se desarrollarán unos análisis de la demanda de tráfico y estudios de conectividad que permitan determinar, junto al resto de administraciones y agentes implicados, qué actuaciones son las óptimas para alcanzar dichos objetivos.

El ministro ha aprovechado para recordar la necesidad de un consenso que genere un modelo territorialmente equilibrado que garantice la suficiencia de los recursos para la conservación de la red de carreteras.

Antes del acto instituciona,  Ábalos mantuvo una reunión con la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, quien le trasladó la necesidad de potenciar esta comunicación ferroviaria con el norte provincial, así como la alta velocidad para el Corredor Mediterráneo.

Ábalos recibió la petición de la alcaldesa Marco de potenciar las comunicaciones porque «permitirán a la ciudad convertirse en capital económica y cultural de la provincia». Al tiempo que logrará incrementar el flujo comercial entre el Baix Maestrat y Castelló.