Ximo Puig se ha mostrado contrariado por el contenido del proyecto del presupuesto del Estado, asegurando que «confirma la tendencia y la cronificación de la infrainversión» en la Comunitat Valenciana, lo que contribuye a «solidificar la marginación a los valencianos».

Tras el análisis del proyecto, el president de la Generalitat ha asegurado que los PGE «dejan a la Comunitat Valenciana en el furgón de cola de la inversión por habitante», ya que, como ha explicado, mientras que el peso poblacional es del 10,6%, las inversiones serán solo de un 6,3%. Para Puig, si la inversión se situara en la media del conjunto autonómico, supondrían 334 millones de euros más. Sólo Navarra y Canarias figuran por detrás de la Comunitat Valenciana en inversiones, comunidades que gozan de un régimen especial.

Puig, además, ha insistido en la discriminación que padece Alicante, donde estima que la infrafinanciación asciende a 271 millones de esos 334 ya citados. «En 2018 -ha continuado Puig– un valenciano recibirá 150 euros, cuando debería recibir 217 para estar en la media». Esta diferencia con la media, de 67 euros por habitante en el caso autonómico, asciende hasta los 117 en el caso de Alicante.

Pérdida de puestos de trabajo

Por otro lado.el president ha criticado que, desde 2011 la Comunitat Valenciana ha dejado de recibir 2.650 millones de euro en inversiones, lo que se traduce en una pérdida de 31.000 empleos, «solo 3.900 este año».

El jefe del Consell ha considerado «escandaloso» que, si la inversión planteada para la Comunitat Valenciana es de alrededor del 7% de la de toda España, la inversión real, ejecutada, solo llegue a un 5%. «El propio ministerio reconoce que no se ha invertido más allá del 50%«, ha recriminado el president, que ha asegurado que si la Comunitat recibiera la inversión y la financiación adecuadas, el PIB crecería un punto adicional. Para Puig, estos presupuestos están «gripando un motor fundamental para el crecimiento de España».

El jefe del Consell ha puesto de manifiesto la incongruencia que supone la previsión de un aumento en la recaudación fiscal que integran la financiación autonómica contra las entregas a cuenta. Si en el primer caso los aumentos van del 6,1% del IVA al 4% de los impuestos especiales, la entrega a cuenta se queda en el 3,87%. Puig ha tildado esta financiación de arbitraria y ha acusado al Gobierno central de «profunda deslealtad». Puig ha recordado que, con los peores índices de financiación, la Comunitat Valenciana ha sido una de las que más ha reducido el déficit.

Ni un euro para financiar el transporte metropolitano

Respecto a los presupuestos que dedica el Ministerio de Fomento a la Comunitat Valenciana, Puig los ha calificado de «escasos y diametralmente opuestos a todo aquello que ha venido anunciando el ministro». El president ha resaltado que no se otorgue la subvención para el transporte metropolitano de València. «La Generalitat, el Ayuntamiento de València y el conjunto de ayuntamientos del área metropolitana hemos hecho aquello que nos decía el ministerio para ser incluidos en esta subvención», ha reivindicado Puig, quien ha pedido igual trato que otras ciudades que sí cuentan con ese apoyo del Gobierno, como es el caso de Madrid, Sevilla o Barcelona.

En cuanto a la inversión ferroviaria, planteada en 380 millones, el president se ha preguntado dónde está la prioridad para el Corredor Mediterráneo o la de la red de Cercanías, a tenor de las bajas inversiones apuntadas para infraestructuras como la plataforma de València a Castellón, la mejora de la línea Sagunto-Teruel, el túnel pasante de València o el cumplimiento del plan de Cercanías.

Respecto a este plan, Puig ha recordado que los 1.437 millones anunciados en una inversión prorrateada en 9 años han quedado en una partida de 20 millones para el presente año, cuando la inversión mínima hubiera tenido que ser de 150 millones.

Por otra parte, lo que se refiere al transporte por carretera, el president ha lamentado que el escaso presupuesto «alargue las obras año a año», como es el caso de las del puerto de Querol, las de la Font de la Figuera, o las de la variante de Cullera-Favara. Además, también se ha reducido el presupuesto para la seguridad vial «en un momento en el que se está volviendo a incrementar los accidentes de tráfico».