Sábado, 20 de Abril de 2024
Pulsa ENTER para buscar
Club Empresas Infonif Podcast Rankings Eventos Revistas

Un sólido sistema valenciano de innovación es necesario para el crecimiento económico

El III Foro Cañada Blanch ha concluido hoy tras dos jornadas en las que se ha mostrado la necesidad de impulsar la innovación como motor de la economía valenciana. Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie y catedrático de la Universitat de València ha resumido en sus conclusiones los contenidos de este Foro, organizado por la Fundación Cañada Blanch, Ivie, LSE, AVE y Bankia.

Francisco Pérez en las conclusiones del Foro Cañada Blanch

Francisco Pérez en las conclusiones del Foro Cañada Blanch

Pérez ha destacado tres debilidades de la Comunidad Valenciana que hacen que no avance al mismo ritmo que otras regiones españolas
1. El sistema valenciano de innovación (SVI) es más pequeño muchas empresas no innovan porque son demasiados tradicionales y sus empresarios no contemplan la innovación como una necesidad o su tamaño no le permite asumir los riesgos
2. La integración entre las distintas partes del SVI no es buena: no hay suficiente colaboración y cooperación entre Universidades, empresas, institutos tecnológicos, etc.
3. Los recursos públicos para apoyar la innovación son escasos
4. Los instrumentos financieros están poco desarrollados para responder a las necesidades de los proyectos muy innovadores

Para paliar estas dificultades, Francisco Pérez, según las conclusiones extraídas del Foro, propone:
1. Extender la cultura innovadora a las empresas
2. Lograr que las empresas inviertan más en I+D+i
3. Conseguir un sistema regulatorio favorable a la innovación, no solo para las grandes empresas, también para las pymes
4. Apoyo financiero, público y privado, más diversificado
5. Mostrar grandes casos de éxito que animen a otros a intentarlo

La economía valenciana ha sido una de las que más sufrió las consecuencias de la crisis en España, demostrando una menor resistencia que otras comunidades autónomas. Lo contrario ha sucedido en las regiones más innovadoras, aquellas cuyas actividades productivas están más basadas en el conocimiento, como País Vasco, Navarra o Madrid. 

Pero el FCB 2016 ha lanzado también otro mensaje importante: la innovación en las circunstancias actuales ha de responder a retos nuevos y, por eso, la concepción de la innovación, nuestra visión de la misma, ha de ser también nueva. Estos retos se derivan en buena medida de las varias tendencias de cambio de las últimas décadas: la actual oleada de cambio tecnológico derivado de la digitalización y el avance de la globalización. Una consecuencia de ambas es el fraccionamiento de las cadenas de producción y su internacionalización, y como consecuencia de ello, la multiplicación de las interacciones entre empresas y entre empresas y consumidores. Innovar ahora ha de ser innovar en medio de grandes redes, en un mundo más interconectado.

En ese escenario, las empresas han de competir pero también cooperar porque son eslabones de una misma cadena de producción del bien o servicio que acabará en el mercado. Innovar con éxito en ese escenario requiere en muchos casos configurar un ecosistema innovador resultado de la integración de muchos participantes, capaz de desplegar y aprovechar economías de red. Requiere también trabajar en red para detectar las necesidades de unos consumidores mucho más diversos y más sofisticados, que no solo demandan nuevos bienes y servicios, sino que quieren que estos se adapten a sus necesidades materiales y también emocionales, a sus deseos de seguridad o a sus valores. La innovación continua es una vía para responder al creciente nivel de exigencia de los consumidores.

 

Este conjunto de circunstancias limitativas hace de la economía valenciana una economía menos intensiva en conocimiento de lo que sería deseable y la aleja de las regiones españolas más avanzadas en capacidad de atracción y retención de talento y en aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías. 

¿Cómo paliar el efecto de los factores inhibidores? Como indica el estudio del Ivie, hay que extender la cultura innovadora haciendo que la innovación sea reconocida como un valor y desarrollando aspectos como la iniciativa, el talento y las porpuestas de mejora.

En segundo lugar, logrando que la innovación empresarial gane peso en el sistema de I+D+i: si las empresas dedican más recursos tendrán más capacidad de orientar a las otras instituciones del SVI, pero es difícil que tengan esa capacidad si los recursos vienen fundamentalmente del sector público y de la capacidad de captar recursos de los investigadores en convocatorias competitivas nacionales e internacionales. Para que la investigación aplicada y orientada a las necesidades de las empresas gane peso las empresas tienen que poner recursos, como ya hacen aquí y muchas más en otros sitios.

En tercer lugar, el entorno regulatorio tiene que ser favorable a la innovación y son lo para las grandes empresas. Es necesario que la competencia incentive a los innovadores, que la propiedad intelectual sea protegida eficazmente, que los recursos públicos apuesten por los innovadores y les ayuden a evaluar los riesgos y superarlos y que el marco jurídico permita todo eso.

Por otro lado, se necesita apoyo financiero, público y privado, estable, robusto y mucho más diversificado que en el pasado, con agentes distintos de los tradicionales y también con una banca adaptada a la inversión en la que los activos son también intangibles.

Y, por último, se precisan casos de éxito que convenzan a otras empresas a intentarlo.

 

campanya renda Generalitat
Caixa Ontinyent emancipar-te
Caixa Ontinyent emancipar-te
Ruta de las barracas Alcati

Dejar una respuesta