El Gobierno comienza a engrasar la maquinaria para los Presupuestos de 2026

El Gobierno de España comienza a engrasar la maquinaria de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2026, tras dos años con las cuentas prorrogadas —la última aprobación se remonta a 2023—. Este miércoles, el Ministerio de Hacienda ha dado luz verde a la Orden de elaboración de los PGE, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que constituye el primer trámite del proceso de las cuentas públicas del próximo año.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez mantiene su intención de presentar los PGE, pese al riesgo de que vuelvan a ser rechazados, ya que los apoyos parlamentarios no están asegurados. En 2025, el Gobierno renunció a aprobar nuevos presupuestos precisamente por esa falta de consenso, y dado que la aritmética parlamentaria no ha cambiado, queda por ver si esta vez logrará sacarlos adelante.

La orden publicada en el BOE establece los criterios y la orientación de los recursos públicos, con el objetivo de dar continuidad a la política económica y social impulsada por el Gobierno en los últimos años. Su publicación marca el inicio formal de la confección de los presupuestos, aunque este año ha llegado con cierto retraso respecto al calendario habitual, que suele situarse antes del verano.

Los objetivos de las cuentas

Entre los objetivos principales de las cuentas, según recoge el BOE, estarán impulsar «un crecimiento sostenible, justo e inclusivo»; favorecer la creación de empleo, especialmente en sectores de alto valor añadido; mantener y reforzar los servicios públicos esenciales; garantizar viviendas asequibles, especialmente para jóvenes; apostar por la sostenibilidad medioambiental, energías renovables, digitalización y lucha contra el cambio climático; y mantener compromisos en defensa e innovación.

La orden ministerial detalla aspectos como los criterios generales de presupuestación o el proceso de elaboración y tramitación de los presupuestos, y fija en el 12 de septiembre el plazo máximo para que los distintos gestores remitan sus propuestas a Hacienda.

El techo de gasto llegará «en breve» al Congreso

Junto a esta orden, los pasos previos para la elaboración del presupuesto incluyen la aprobación de la senda de estabilidad y del techo de gasto, que, según la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llegará «en breve» al Congreso.

La senda de estabilidad debe ser aprobada por las Cortes antes de que el proyecto de presupuestos reciba el visto bueno del Consejo de Ministros para su remisión al Congreso, un trámite que, según la Constitución, debe completarse antes de octubre.

Una vez aprobado este paso, comienza la tramitación parlamentaria, que suele durar alrededor de tres meses y que debería concluir antes de fin de año, de manera que las nuevas cuentas puedan entrar en vigor el 1 de enero.

A la espera de unos nuevos PGE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ratificó este pasado lunes que no adelantará elecciones aunque no logre aprobar nuevos presupuestos, ya que, en ese caso, seguiría funcionando con las cuentas actualmente prorrogadas (las de 2023). No obstante, aseguró que intentará conseguir el apoyo suficiente para aprobar unas nuevas cuentas.

Existen dudas sobre si el Gobierno logrará finalmente sacar adelante los presupuestos, debido a la falta de apoyos en el Congreso. La decisión dependerá de sus socios habituales, siendo especialmente relevante el respaldo de ERC y Junts. Para conocer el desenlace habrá que esperar a los próximos pasos en la elaboración del presupuesto.

El artículo 38 de la Ley General Presupuestaria regula qué sucede si los PGE no se aprueban a tiempo. La normativa señala que si las cuentas no son aprobadas antes del inicio del año, se prorrogarán automáticamente las del ejercicio anterior hasta que se publiquen las nuevas.

La prórroga no incluirá fondos destinados a programas o gastos ya finalizados ni a obligaciones extinguidas. Es decir, las partidas correspondientes a eventos o necesidades temporales quedarán excluidas del presupuesto prorrogado. Además, aunque se mantenga el presupuesto del año anterior, su estructura se puede ajustar a la organización administrativa vigente, lo que significa que se pueden realizar modificaciones para adaptarlo.

Salvo en 1989 y 1996, en España era habitual comenzar el año con los presupuestos aprobados. Sin embargo, desde 2011, la excepción se ha convertido en la norma, y desde entonces han sido prorrogados los presupuestos de los años 2011, 2016, 2017, 2018 y 2023.