Fotogalería: El agro pide relevo y profesionalización urgente del sector
La falta del relevo generacional, el minifundio, la profesionalización y dignificación del sector, el control de las importaciones o la digitalización son algunos de los temas que han puesto sobre la mesa representantes empresariales y Administración en el Hub de Empresas de Economía 3

De izda. a dcha., Ernesto Fernández, Guillermo Ramón, Regina Monsalve, Pedro Pérez, Tahiche Lacomba, Ángel del Pino y Pepe Palmer
El sector agroalimentario de la Comunitat Valenciana es el tercero más grande de España, detrás de Andalucía y Cataluña y aporta el 9,5 % del VAB y el 10,4% del empleo en el ámbito nacional. La industria del agro generó un valor de 12.512 millones de euros, un 21% del total de la industria valenciana.
El Hub de Empresa de Economía 3 ha sido el lugar elegido para hablar sobre el futuro del sector agroalimentario. El relevo generacional, la profesionalización y dignificación de la profesión, la falta de seguridad, la digitalización, la importación de productos de terceros países o la escasez de mano de obra son algunos de los retos a los que hay que dar soluciones de manera inmediata, tal y como han coincidido en señalar Ángel del Pino, director de Producción e Innovación de Anecoop; Guillermo Ramón, Managing Director de Implica Corporate Finance; Tahiche Lacomba, director general de Avramar; Pepe Palmer, CEO de Grupo Alsur; Pedro Pérez, director de Producción de Pedro Pérez Martínez; Regina Monsalve, secretaria general del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana (CAECV) y presidenta de Intereco; y Ernesto Fernández, director general de la Industria y Cadena Agroalimentaria de la Generalitat Valenciana.
La situación del agricultor valenciano ha sido uno de los primeros temas que ha introducido Sara Martí, coordinadora editorial de Economía 3.
Tahiche Lacomba, que puso en marcha Avramar en 2001, compañía acuicultora que se dedica a cultivar corvina, lubina y dorada tanto en España como en Grecia, ha explicado que tienen los mismos problemas que la agricultura. «En mi mercado, -ha recalcado- la frescura es fundamental, las horas cuentan». «Un pescado cuyo origen es Valencia es esencial tanto para el precio, la frescura y la calidad». Por ello, ha considerado «necesario» en su sector señalar el origen para valorizar el producto, un aspecto que «muchas veces no son capaces de comunicar».

Tahiche Lacomba, director general de Avramar. Imágenes: Nala Estudio
Ángel del Pino, de Anecoop, cooperativa de segundo grado, cuyo volumen de comercialización ha superado las 740.000 toneladas, ha puesto el dedo en la llaga reconociendo que el problema global es el envejecimiento de la población en la agricultura. «Para nosotros es importante asentar la población donde se cultiva».
Del Pino ha hecho un llamamiento para conseguir que la agricultura sea rentable y atractiva para la gente joven con el fin de que haya continuidad en el mundo rural y evitar su despoblación. «Es necesario apoyar el relevo generacional» ha incidido.
Por ello, desde Anecoop, ha informado, están trabajado para obtener una mayor rentabilidad del trabajo de la agricultura y hacer atractivo el entorno rural.
Relevo generacional
Regina Monsalve, de Intereco, organismo que recoge 14 comités y que tiene como responsabilidad certificar los productos agroalimentarios ecológicos de origen vegetal o animal, transformados o no, ha señalado que ella es la primera generación de agricultores, al contrario de lo que suele ocurrir.
«Siempre pensaba que ‘comer hay que comer’. Un país no se sostiene si no puede dar de comer a sus habitantes. Lo hemos visto durante la covid-19, en las guerras que estamos viviendo actualmente…», ha recordado.
Monsalve, por su parte, ha defendido la FP para el sector ya que hay centros que están quitando el grado de agricultura.
Ha reconocido también que «los jóvenes no le ven el atractivo y la información que les transmitimos es negativa». «Estamos en un sector donde la incertidumbre es alta por una mala cosecha, el tiempo, las plagas…».
Pepe Palmer, de Grupo Alsur, empresa conservera malagueña de productos vegetales, ha coincidido con sus compañeros de debate. «Soy hijo, nieto y biznieto de agricultores. Todo el mundo ha dicho al campo no, estudia una carrera», ha revelado.
Ha indicado también que existe un problema de falta de mano de obra. «No es fácil encontrar trabajadores. Se trata de un problema que nos vamos a encontrar los próximos años si no cambiamos la imagen del agricultor».
Otra filón a debate que ha incorporado Palmer es que la Administración no facilita trabajar en la agricultura. «Hay que tratar la explotación como si fuera una empresa. Se trata de un bien que hacer rentable».
Un empresario más
A su juicio, el agricultor debería tener un trato fiscal diferente dependiendo de sus ingresos. «Es preciso proteger al agricultor ya que se trata de una especie en extinción y si no cultiva no comemos». Además, ha destacado que «si se abandona un campo, desde el punto de vista de la Administración no pasa nada».
Por ello, Palmer ha abogado por comenzar a valorar al agricultor y «tratarlo como un empresario más. Con lo cual, o nos espabilamos o en veinte años vamos a tener que ir a comprar alimentos a otros países a altos precios».
Ernesto Fernández, de la GVA ha recordado que su dirección general se creó en esta legislatura y tiene como principal objetivo ejecutar Ley de la Cadena Agroalimentaria en la Comunidad Valenciana. En cuanto al relevo generacional, ha clarificado que en la Comunidad Valenciana «estamos peor que el resto de España. Sobrepasamos los 65 años de media».
«La gente joven no se quiere quedar en los pueblos y no se trata solo de una cuestión salarial sino a otras carencias en cuanto a servicios que sí proporcionan las ciudades», ha explicado. El 50% de nuestros jóvenes, según en una encuesta del CIS, quiere trabajar en la Administración.
Con respecto a las normas que ha comentado Pepe Palmer, Fernández ha expresado que «no se puede crear legislación sin pensar en las diferencias que existen entre el mundo rural y la ciudad».
A su juicio, debería crearse una doble normativa ya que no puede tener la misma carga impositiva el que vive en la ciudad que el que está en el campo. «No se pueden poner las mismas trabas a una empresa que está en un pueblo rural que aquella que tiene su sede en la ciudad».
Otra cuestión a la que se ha referido el representante de la Administración es la burocracia administrativa. «Cada productor tiene su propia regulación sectorial. Actualmente estamos trabajando en medidas para llevar a cabo la simplificación administrativa. Si queremos evolucionar debemos reducir carga burocrática».
Tampoco se ha olvidado de mencionar otro problema estructural de la Comunidad Valenciana como son los minifundios.
Sobre la importación de productos de terceros países ha recalcado que «no es una cuestión de normativa sino de control por parte del Gobierno central».
También ha tocado otro tema espinoso como es la escasez de agua. «Es un recurso para todos. Hay agua suficiente. Tiene que haber una política hídrica común basada en criterios científicos».

Pedro Pérez, director de Producción de Pedro Pérez Martínez. Imágenes: Nala Estudio
Falta de seguridad
Pedro Pérez, de Pedro Pérez Martínez, compañía familiar con sede en Bugarra (Valencia) y productora y transformadora de algarroba, ha recalcado que «la agricultura es un negocio, una empresa. Si esta gana dinero todo funciona, sino es así morimos».
«Pero con la particularidad -ha apuntado Pepe Palmer- de que es estacional». Por ello, «es importante aportar garantías y seguridad al agricultor» ha asegurado.
En este sentido, Pepe Palmer ha especificado que ante la inseguridad, «el agricultor debe contar con herramientas para proteger un bien y contar con garantías de producción ya que está expuesto a inclemencias que no puede controlar».

Guillermo Ramón, Managing director de Implica Corporate Finance. Imagen: Nala Estudio
En este punto, Guillermo Ramón, de Implica Corporate Finance, empresa experta en fusiones y adquisiciones, además de crear valor y mejorar la eficiencia operativa ha subrayado que «ser empresario significa asumir riesgos». Ha reconocido que «se trata de un sector donde se asumen más riesgos que en otras industrias».
Ha expresado también que es difícil que un agricultor gane dinero a tiempo parcial y sobre todo con productos comodities.
Sobre el minifundio que ha puesto sobre la mesa el director general, Pedro Pérez lo ha definido como «una de las grandes lastras ya que no se puede automatizar. Hay que plantearse o somos empresarios o somos agricultores como nuestros abuelos».
Pérez ha puesto en valor una opción para acabar con el minifundio como es la agrupación parcelaria ya que «el agricultor tiene que ganar dinero porque sino se pierde el cariño». «El agricultor tiene que empezar a medir en hectáreas y no en hanegadas», ha señalado.
Otra diferencia de este sector con respecto a otros, tal y como ha recordado Pepe Palmer, es que en la agricultura el precio está relacionado con la oferta. «El agricultor debe valorar qué le interesa, ya que existe diferencia de precio entre una u otra parcela».
En cuanto a la regulación, Pepe Palmer Pido ha reclamado un trato personalizado para el sector teniendo en cuenta el tipo de producción que es. «No se puede tratar igual a este sector donde la inseguridad hace que no crezca. Pedimos protección, no intervención, para garantizar que un tipo de cultivo garantice el suministro a la población», ha corroborado.
El mundo laboral
Sobre la escasez de mano de obra y la falta de técnicos en determinados procesos como el podado, Ernesto Fernández ha defendido que «no podemos pensar que todos los trabajadores pueden ser indefinidos ya que la agricultura es temporal».
Sobre la inseguridad mencionada por Pepe Palmer, el representante de la Generalitat Valenciana ha reconocido que «en cualquier actividad empresarial siempre va a haber un riesgo, la cuestión está en cubrir esos riesgos». Ha recordado que de los seguros agrarios, dos terceras partes del coste los cubre la Administración.

Ángel Del Pino, director de Producción e Innovación de Anecoop. Imagen: Nala Estudio
Ángel del Pino ha explicado que desde Anecoop «estamos consiguiendo que las cooperativas se unan para hacer rentable su negocio. Ahora estamos trabajando para que el agricultor sea profesional y se garantice su cultivo«. Del Pino ha vuelto a recordar la necesidad de «cambiar la imagen del agricultor» porque, «de esta forma no atraemos a nadie».
«Los agricultores tienen que ganar tamaño comprando tierras o uniéndose con otros. Es un paso que ya hemos comenzado, -ha expresado del Pino- vemos que las tierras que están abandonadas se van agrupando y empiezan a funcionar».
Del Pino ha enfatizado también que «el agricultor debe establecer una guía para saber qué debe plantar para luego poderlo vender».
Sobre la falta de mano de obra, ha acentuado que «hay que robotizar el campo porque la gente no quiere trabajar a tiempo parcial».
Ernesto Fernández ha explicado que han creado el Observatorio de la Economía Agroalimentaria Valenciana. Una de las conclusiones que arrojó este nuevo organismo fue que «el tamaño de la cooperativa sí importa». Las más pequeñas tienen una rentabilidad baja, por debajo de la media Europa. En cambio, en las grandes, la rentabilidad estaba por encima de la media. Por lo que ha resaltado la importancia de crear cooperativas más competitivas. «No podemos introducir en el mercado productos que no gustan al consumidor. Por ello, hay que intentar ver como unimos el sector cooperativo».
Los riesgos de los productos importados
El representante de Anecoop ha puntualizado que «las normativas nos protegen porque nosotros somos capaces de hacer una agricultura que otros no pueden hacer».
Sobre los productos que importamos y que llegan a nuestro país sin cumplir con nuestras normativas, Del Pino ha reclamado cláusulas espejos.
A juicio de Pepe Palmer es necesario establecer aranceles para proteger nuestros productos para todo lo que entra en Europa, sobre todo desde Holanda y su puerto de Rotterdam, pero teniendo en cuenta que «nosotros también somos exportadores».
Para Ernesto Fernández, «no se trata de un tema de normativa sino de control. Con la trazabilidad alimentaria podríamos tener un control de cualquier alimento».
«Estamos exigiendo el máximo control a nuestros agricultores y estamos importando productos que no se rigen bajo las mismas normas», ha destacado.

Regina Monsalve, secretaria general de CAECV y presidenta de Intereco. Imagen: Nala Estudio
La digitalización del sector
Regina Monsalve defiende la innovación del sector. «Fuimos los primeros por apostar por la digitalización porque trabajamos en la agricultura ecológica».
«La revolución de la IA nos permite analizar datos que vienen por satélite para saber si se adelanta la producción, adelantarnos a posibles plagas que nos puedan afectar… Con estos medios hemos profesionalizar el sector y conocer todo el ciclo vegetativo» ha explicado Monsalve.
Ángel del Pino ha reconocido que «desarrollos hay muchos. Ahora hay más de 800 empresas que ofrecen tecnología a los agricultores. Pero hay que hacer un cribado para saber lo que funciona y lo que no».
En Valencia contamos con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), las universidades, el instituto tecnológico Ainia. «Como nos faltaba el sistema de transferencia, desde Anecoop no hacemos innovación pero sí la transferimos a nuestros agricultores», confirma Del Pino.
Ernesto Fernández ha mencionado el cuaderno digital, un modelo que se les hace muy cuesta arriba a nuestros agricultores mayores de 65 años. Por ello, «estamos buscando de qué manera les podemos ayudar y la única manera es la externalización de ese servicio».
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