Expertos coinciden: el desconocimiento de la construcción industrializada frena la inversión
«La construcción industrializada requiere una inversión inicial significativa en capital inmovilizado y circulante, lo que genera incertidumbre entre los inversores», explica Francisco Moreno, CEO de Sistemarq, compañía experta en la construcción de viviendas de manera modular y que tiene su sede en el Hub de Empresas de Economía 3.
Entre los obstáculos que se han encontrado para acceder a financiación, Moreno añade que «es la clasificación de la actividad constructiva según el CNAE, que la considera fija en un emplazamiento. Esto no se ajusta a la construcción industrializada, que se realiza en fábricas y luego se ensambla en el sitio, dificultando así la obtención de créditos y subvenciones específicos», incide.

Impulsar el crecimiento
Moreno matiza que «aunque estos nuevos sistemas ofrecen mayores prestaciones técnicas y garantías que la construcción tradicional, la percepción general sigue siendo que no son construcciones ‘reales'». Por ello, considera «fundamental» reconocer y abordar estos obstáculos «para permitir el crecimiento y la consolidación de la construcción industrializada en España», corrobora.
Enrique Martín, director asociado de AFI, añade que «la financiación del sector de construcción industrializada ha venido supeditado a la financiación obtenida por el promotor, habiéndose centrado el debate durante mucho tiempo en la modificación de la normativa que regula las tasaciones».
Para solucionar esta cuestión, desde el Clúster de la Edificación y AFI (Analistas Financieros Internacionales) han propuesto en un informe la creación de dos instrumentos financieros para facilitar el acceso a financiación, permitiendo un mayor crecimiento del sector.
Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente del Clúster de la Edificación y de la empresa Vía Ágora confirma que «la construcción industrializada se presenta como una solución innovadora para afrontar los desafíos que enfrenta el sector de la construcción residencial en España. Pero para lograr su consolidación debemos eliminar barreras como la escasez de instrumentos financieros que empujen la transformación del sector hacia la industrialización, de tal forma que contribuyan a poner en el mercado el volumen de viviendas que se está demandando en la actualidad».

Francisco Moreno, CEO de Sistemarq
Dos opciones de financiación
En concreto, el informe recoge el Instrumento de Financiación de Capital, que tiene como objetivo capitalizar a las empresas del sector, acompañando de forma minoritaria a la inversión de operadores privados y facilitando inversiones en activos fijos necesarios para la modernización y expansión de sus capacidades productivas. Este instrumento contempla un volumen de financiación pública de entre 300 y 600 M€, cuantía que permitiría cubrir la inversión necesaria para crear nuevas instalaciones y equipamiento.
El segundo instrumento, que está destinado a la Financiación de Circulante, está diseñado para facilitar la cobertura por el sector bancario de las necesidades de financiación a corto plazo que enfrenta la construcción industrializada. Según las estimaciones del estudio, se prevé que el instrumento debería cubrir entre 3.000 y 4.000 M€ para atender a las necesidades de financiación de materias primas y producción de componentes.
Este segundo instrumento, tal y como revela el estudio, se orientaría a aportar garantías al sector bancario privado para fomentar su financiación al sector en el proceso de crecimiento que se prevé para los próximos años, y que permitirá la consolidación de un sector industrial diferenciado y estratégico
Ajustes en la contratación pública
El informe hace alusión a la necesidad de ajustes en la contratación pública, pero, que cambios serían necesarios en las políticas administrativas para impulsar el crecimiento de la construcción industrializada.
Para Francisco Moreno «es crucial ajustar las políticas de contratación pública y promover su inclusión en el Código Técnico de la Edificación (CTE)».
También considera importante «tener en cuenta la reducción de plazos, los costes y la mejora en la sostenibilidad de estos sistemas». A su juicio, «la colaboración entre el sector público y privado permitirá aprovechar al máximo las ventajas de la construcción industrializada y contribuirá a solucionar el déficit habitacional en el país».
Enrique Martín coincide con Moreno en la necesidad de que los contratos públicos incorporen criterios relacionados con los plazos de ejecución, la reducción de residuos o de la huella de carbono, «factores que benefician a todos los operadores y en los que la construcción industrializada aporta ventajas», corrobora.
Adicionalmente, Martín aboga también por «flexibilizar en el caso de contratos de promoción de viviendas la posibilidad de licitar de forma conjunta la fase de diseño y la fase de construcción permite optimizar el uso de la construcción industrializada, ya que sus ventajas se incrementan cuando desde la fase de diseño se incorporan las técnicas constructivas que permite la construcción industrializada».
Alcanzar las 200.000 unidades
La demanda actual de vivienda supera, con creces, la oferta. Mientras que la necesidad de creación de hogares prevista por el INE se sitúa en el entorno de los 300.000 al año, los visados de vivienda de nueva construcción apenas se elevan por encima de las 100.000 unidades anuales. Una tendencia que se mantendrá los próximos años si el sector no es capaz de eliminar las barreras que le limitan: financiación, excesiva burocracia y falta de mano de obra que propicie el relevo generacional.
El objetivo de este modelo de financiación planteado es aumentar la producción de viviendas hasta las 200.000 unidades al año. Francisco Moreno lo califica de «ambicioso» pero lo ve factible entre cinco y diez años. «Para lograrlo, valora como esenciales medidas como las propuestas por el Clúster de la Edificación y AFI».
Enrique Martín recalca que «la consolidación de la construcción industrializada será una medida que contribuya a ese crecimiento». Sin embargo, «serán necesarias otras medidas que apoyen la oferta de nueva vivienda, mediante disponibilidad de suelo, así como otras medidas adicionales que faciliten la inversión y la financiación», asegura.
El CEO de Sistemarq, al igual que el representante de AFI, ponen sobre la mesa otra preocupación del sector: la escasez de mano de obra cualificada y el envejecimiento de la fuerza laboral.

Enrique Martín, director asociado de AFI (Analistas Financieros Internacionales)
Formación y relevo generacional
Moreno considera esencial «promover programas de formación específicos y fomentar el relevo generacional». Destaca iniciativas como las campañas de formación impulsadas por la Asociación Galega de Ceramistas y el Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana, en colaboración con la Fundación Laboral de la Construcción, «se trata de ejemplos sobre cómo atraer y capacitar a nuevos profesionales».
Para ello es fundamental «adaptar la formación a las nuevas tecnologías y métodos constructivos», admite.
Falta de financiación para las etapas iniciales
Por otra parte, las pymes deben enfrentarse a una serie de barreras para poder acceder a la financiación. Para Francisco Moreno «existe una falta de conocimiento generalizado sobre las ventajas de la construcción industrializada entre inversores y responsables de decisiones públicas». «Aunque ofrece beneficios como la reducción de tiempos, mejora en sostenibilidad y optimización de costes, la falta de información dificulta su adopción», matiza.
Además, -recalca- «las pymes carecen de acceso a instrumentos financieros públicos específicos para las etapas iniciales de sus proyectos, limitando su capacidad para invertir en nuevas tecnologías y procesos».
Iniciativas como el PERTE de Construcción Industrializada, que verá la luz en abril de este año, comenzará con una inversión inicial de 100 millones de euros, «cuantía insuficiente para cubrir las necesidades del sector», asegura el máximo representante de Sistemarq.
El representante de AFI añade que las dificultades que se encuentran las pymes a la hora de acceder a la financiación «son similares a las de cualquier empresa pequeña, que tienen problemas para acceder al crédito bancario». Sin embargo, «se suman las de un sector en consolidación, que aún no es bien conocido y que se asocia a la promoción inmobiliaria en términos de riesgos, lo que, tras la crisis de 2008, supone una barrera adicional para poder acceder al crédito», razona.
Por último, el modelo de financiación propuesto por AFI y el Clúster de la Edificación busca reducir la dependencia de las pymes del sector de la construcción industrializada respecto a los promotores. En concreto, -confirma Enrique Martín- el objetivo pasa por ayudar a consolidar un sector industrial que puede ser relevante para la economía, tanto de forma directa por el empleo y la actividad que genere, como por la contribución a la provisión de vivienda necesaria para la economía española.
«El poder disponer de financiación para invertir en mayor capacidad instalada y obtenerla de forma independiente de los promotores refuerza al sector para que actúe como uno nuevo, con un modelo diferenciado a otras economías y adaptado a las necesidades de la economía española», concluye el experto de AFI.