«Hace 40 años que, en números redondos, en Europa no se investigan las materias primas«, subraya César Luaces, director general de la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (Primigea). Por ello, desde la Asociación consideran que es necesario hacer en Europa una investigación geológica exhaustiva, urgente y acelerada para poder recuperar la autonomía que ha perdido por su dependencia del exterior a lo largo de cuarenta años.
En este sentido, Luaces confirma que tanto la Unión Europea como los países que la integran optaron hace 40 años por traer las materias primas de fuera e incide en la importancia de llevar a cabo una investigación geológica en materias primas permanentes para imanes o para aplicaciones en informática y telecomunicaciones.
«Esta decisión de la UE, -confirma Luaces- ha colocado al continente en una situación límite y habrá que ver si ahora es capaz de dar la vuelta a la situación ya que, en la actualidad, las materias primas fundamentales están en manos de países «no particularmente amigos de Europa», como China o Rusia», advierte.
El representante de Primigea incide también en que el reglamento europeo de materias primas, que entró en vigor el pasado 23 de mayo, obliga a los Estados miembros a elaborar un plan nacional de investigación geológica para mayo de 2025.
Esta nueva normativa, que tiene como objetivo asegurar la autonomía estratégica de la Unión Europea en cuanto a materias primas críticas y esenciales para la competitividad industrial y la sostenibilidad económica de la región, contempla una serie de cuestiones importantes como la necesidad de que la UE diversifique sus fuentes de materias primas críticas, reduciendo su dependencia de países terceros; metas específicas para la extracción, procesamiento y reciclaje de materias primas críticas; la creación de reservas estratégicas de materias primas críticas para mitigar los riesgos de interrupciones en la cadena de suministro; o el establecimiento de alianzas estratégicas con países terceros que sean ricos en materias primas críticas, promoviendo acuerdos de beneficio mutuo y sostenibles, entre otras claves.
¿Cómo podemos acelerar los procesos?
Javier Targhetta, presidente de Primigea, explica que si «pretendemos impulsar una gran campaña de exploración cartológica y minera en España debemos llevarla a cabo de la mano de un organismo oficial como es el instituto Geológico y Minero Español. Sin embargo, una campaña de esta envergadura no la puede abarcar ni ese instituto ni ninguna otra entidad española, pero sí puede coordinarla y subcontratar empresas de exploración privadas y desarrollar un programa generado para identificar la existencia de yacimientos generales en España», incide.
Targhetta confirma también que no se ha comenzado a llevar a cabo el plan, «pero hay que ponerlo en marcha». Y para ello, «hace falta voluntad política y el Gobierno de España está convencido en llevarlo a cabo y serían necesarios decenas de millones de euros por parte del Estado».
España, uno de los países con más potencial de la UE
España es, entre los 27 países de la UE, de los que tienen mayor potencial de tener materias primas fundamentales, «pero hay que investigar primero para saber si hay recursos geológicos y facilitar los proyectos para su extracción acelerando los trámites«, advierte Luaces.
En concreto, Luaces pide que se mejore la tramitación administrativa de explotaciones mineras, «pues el proceso para la apertura puede durar entre siete y quince años», informa.
Javier Targhetta, presidente de Primigea matiza que «la minería es una actividad de largo plazo, tanto en su desarrollo inicial como en la recuperación de la inversión, por tanto necesita una estabilidad política, jurídica, fiscal, etc. Es decir, no solo el desarrollo de la propia mina, sino también, una vez que la mina se ha puesto en explotación debe recuperar la inversión realizada durante décadas y por tanto, cuanto antes comience la actividad, antes iniciará a obtener los beneficios derivados de tener acceso al metal o a la materia privada en cuestión que se esté explotando«.
En esta línea, el reglamento de la Unión Europea ha establecido un plazo de 27 meses. Luaces también considera que sería bueno que hubiera una única entidad encargada de tramitar el proyecto con el fin de acortar los plazos «que no supondría que se cumplieran menos requisitos ambientales o de seguridad», señala Luaces, ya que en «España se están dando pasos para cumplir con las exigencias europea sobre plazos y para hacer mapas cartográficos para detectar materiales minerales«.
España aprobó en agosto de 2022 la ‘hoja de ruta’ para la gestión sostenible de las materias primas minerales y el reglamento europeo mencionado se tramitó fundamentalmente bajo la Presidencia española de la UE.
Respecto a los materiales minerales que ahora están siendo muy demandados, Luaces explica que en España hay al menos tres proyectos de tierras raras e indicios para que pudiera haber otros cinco o seis; mientras que, en el caso del litio, hay tres o cuatro proyectos en tramitación, pero todavía ninguna mina abierta.
Unas 2.700 explotaciones mineras activas
En España hay unas 2.700 explotaciones mineras activas y el sector explota ahora mismo unos 70 tipos diferentes de rocas y minerales, según los datos de Primigea.
Los empleos directos en las actividades de extracción y primera transformación de minerales son unos 30.000, pero en el conjunto del sector, teniendo en cuenta también a la industria de transformación y el transporte de materias primas, se elevan a unos 320.000.
Además, toda la actividad en la cadena de valor de la materias primas minerales tiene impacto en 4 millones de puestos de trabajo.
Un 15% del volumen de negocio del sector (26.510 millones de euros en total) se debe a la componente extractiva y el 85 % a la industrial, y en España se suministran unos 220 millones de toneladas de materias primas minerales no energéticas.
El sector vive con preocupación, según César Luaces, que cada indicio o hallazgo de una materia prima fundamental sea respondido por una plataforma contraria a la extracción que surge a raíz de su aparición, cuando Europa y España tienen la mejor legislación ambiental y la más garantista en el mundo.
Por eso, lamenta que haya quiénes prefieran que no se extraigan en Europa esas materias primas con las mejores condiciones ambientales y no les importe que eso se haga en otros países con unas condiciones «lamentables».