Jueves, 02 de Mayo de 2024
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La economía china crece menos, pero lo hace por encima del resto del mundo

La economía china crece menos, pero lo hace por encima del resto del mundo

Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que, a medio plazo, el ritmo de crecimiento de gigante asiático disminuirá paulatinamente hasta situarse en torno al 3,5 % hacia 2028, debido a factores como una «débil productividad» o el envejecimiento de la población. Por el momento, la economía china crecerá un 5,4 % este año, pero frenará hasta el 4,6 % en 2024 debido a la «continua debilidad» del mercado inmobiliario y a una «apagada» demanda proveniente del exterior.

«China va a crecer este año por encima del resto de las principales economías mundiales, pero lo va a hacer a un ritmo inferior al que se esperaba a principios de año». Así lo espera nuestro analista de cabecera, Juan José Figares, director de Gestión de Instituciones de Inversión Colectiva en Link Securities.

«Las bolsas chinas, que comenzaron el año muy fuertes, con los inversores descontando el efecto positivo que en esta economía tendría la reapertura decretada por el Gobierno de China a finales de 2022, se han venido abajo desde entonces, ya que no se están cumpliendo las expectativas de crecimiento (demanda) que manejaban los analistas», explica Figares.

Desde Economía 3 analizamos la desaceleración de China y cómo afecta tanto a la economía española como a la Unión Europea (UE).

El banco central chino confía en cumplir

El gobernador del Banco Popular de China (BPC, central), Pan Gongsheng, aseguró recientemente que China alcanzará el objetivo de crecimiento económico de alrededor de un 5 % este año. Además, ha señalado que, con el «efecto continuo de las políticas de ajuste macroeconómico», el impulso de crecimiento «se ha fortalecido», con una «recuperación estable de la producción y el consumo», una «mejora general del empleo y los precios», un «equilibrio básico de la balanza de pagos» y una «tendencia positiva de los principales indicadores».

Asimismo, durante su participación en un foro económico celebrado la semana pasada en Pekín, subrayó que la transformación económica china «ha avanzado de forma constante», con un «crecimiento rápido de la inversión en industrias de alta tecnología» y una «contribución del consumo al crecimiento económico del 83 %» en los primeros tres trimestres del año, lo que, en su opinión, «crea condiciones para mantener una estabilidad económica y de precios».

«La economía china necesita una velocidad razonable, pero lo más importante es lograr un desarrollo de alta calidad y sostenible, y cambiar el modo de crecimiento económico es más importante que perseguir una alta velocidad de crecimiento», afirmó Pan.

Más resistente, menos expuestos a China

Pese a las dudas que se ciernen sobre le economía china, la española es una de las economías europeas con menor exposición a las fluctuaciones del mercado asiático. Esto se debe, explica Figares, a que «está más basada en servicios que en infraestructuras». De hecho y, en esta misma línea, el propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos manifestó, en una conferencia en Alicante, que «la economía española es más resistente porque está menos expuesta a la economía china».

«La crisis provocada por la pandemia de la covid-19 -señala Figares- hizo saltar muchas alarmas en las principales economías desarrolladas. Sobre todo en lo que hace referencia a la enorme dependencia que tenían y tienen muchos sectores manufactureros europeos y estadounidenses de China».

Durante muchos años, las empresas occidentales han deslocalizado sus procesos de producción con el fin de reducir costes, aumentando su dependencia de países en vías de desarrollo, especialmente de China.

«La pandemia –aclara el experto de Link- provocó que muchas empresas se replantearan esta dependencia y optaran por reducirla, buscando otros países donde deslocalizar sus producciones como pueden ser algunos países del sudeste asiático, entre ellos Vietnam o incluso de Latinoamérica, como es el caso de EE.UU. con México».

Importaciones y exportaciones a la baja

China ha disminuido tanto las exportaciones como las importaciones con el resto del mundo en los primeros nueve meses del año. Las importaciones chinas se han reducido desde el exterior por la debilidad de la demanda interna. «El consumo interno no termina de arrancar en el país asiático tras la reapertura, -subraya el responsable de Link Securities– ya que muchos ciudadanos chinos han seguido optando por el ahorro».

Concretamente, -matiza Figares-, la debilidad de la demanda interna de China está provocando que muchos fabricantes de vehículos eléctricos chinos estén optando por exportar sus producciones a otros mercados, especialmente a Europa. «Estas compañías están casi todas en pérdidas y sobreviven gracias al apoyo de las autoridades», reconoce Figares.

Y concreta: «El vender a pérdidas es una práctica anticompetitiva que está haciendo mucho daño a los fabricantes de vehículos eléctricos europeos. En concreto, a los especializados en los segmentos medios y bajos del mercado, como es el caso de Volkswagen, Renault o Stellantis, que no pueden competir con los precios que ofrecen los fabricantes chinos».

¿Qué ocurre con Europa?

La Comunidad Europea, tras las protestas de los fabricantes, ha abierto una investigación para determinar si los fabricantes chinos se aprovechan de las ayudas oficiales para vender a precios bajos sus vehículos, «lo que supondría una situación de competencia desleal con respecto a los fabricantes europeos», apunta Figares.

Ante estos hechos, avisa, «el mayor riesgo es que el Gobierno de China tome represalias que afectarían sobre todo a las marcas automovilísticas más presentes en el mercado chino como Audi, Mercedes, Porche y BMW, entre otras».

De todas formas, aclara, «afectaría menos al sector del automóvil español debido a que estas marcas fabrican pocos modelos en España, la mayoría de ellos de gama media y baja, modelos que se verían menos afectados en el caso de que China adoptara medidas contra las exportaciones de vehículos europeos». Figares pone como ejemplo a Alemania como uno de los países más perjudicados «debido a la relevancia que tiene en su PIB el sector del automóvil, especialmente las grandes marcas, que tienen en China uno de sus mercados más relevantes», explica.

En lo que hace referencia a las exportaciones, «se están viendo lastradas por la debilidad de la demanda», incide. En todo ello «juega un papel importante el proceso de reducción de la dependencia china en sus procesos de producción de muchas compañías. De todas formas, se trata de un proceso lento, que se irá notando más con el paso de los años», corrobora.

Impacto en la industria, la tecnología y el lujo

¿Qué sectores se van a ver más afectados? La industria, la tecnología y el lujo dependen mucho del mercado chino, «ya que se trata de uno de los principales destinos de sus ventas, especialmente de las compañías europeas», destaca.

Las empresas de lujo que se verán más afectadas serán «los gigantes franceses del sector como LVMH, Kering, Hermes o L’Oreal, ya que el 35% de este mercado se concentra en China», aclara.

Figares advierte también que indirectamente, también se ven penalizados los productores de materias primas minerales, ya que «al caer la demanda china se resiente la demanda global de estos productos», ratifica.

Además, -continúa- «los graves problemas por los que está atravesando el sector residencial de China, un importante demandante de este tipo de productos, también se está dejando notar en la demanda de los mismos».

Dificultades para acceder al mercado chino

Las empresas europeas que operan en China se quejan «desde hace años de que el ‘campo de juego’ no está nivelado», informa Figares. Hasta ahora, las empresas chinas han tenido carta blanca para operar e invertir en occidente mientras que las occidentales se enfrentaban a muchas trabas legales y burocráticas para hacerlo en China.

«Hasta hace poco -aclara- los beneficios que esperaban sacar por su posicionamiento en China les compensaba. Sin embargo, el Gobierno chino está ‘apretando’ cada vez más con nuevas regulaciones y actuaciones cuestionables, como registros en las sedes de empresas extranjeras, y con medidas muy intervencionistas, haciendo menos atractivo e, incluso, no rentable estar presente en el país», concluye el experto.

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