Sábado, 20 de Abril de 2024
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El doble filo de los fondos de inversión: El Caso Ombuds

El doble filo de los fondos de inversión: El Caso Ombuds

Todos sabemos, más o menos, que los fondos de inversión tienen una importancia trascendental en la economía actual, que se manifiesta en muchos y variados aspectos.

Los fondos de inversión canalizan el dinero de una multitud de inversores a la adquisición de participaciones, generalmente mayoritarias, en el capital social de empresas de cualquier país del mundo que, a entender de sus gestores, van a ofrecer una alta rentabilidad en un corto espacio de tiempo. Lo que también supone una gran oportunidad de crecimiento para las compañías en las que los fondos invierten; así como el acceso a otros mercados y formas de financiación, que antes tenían vedadas.

Repercusiones

En la mayoría de las veces, los fondos de inversión tienen una repercusión positiva tanto para quienes les confían su dinero -que suelen recuperarlo con suculentos réditos-; como para las empresas en que sus gestores invierten, que experimentan un espectacular cambio a mejor de su “status” económico tras la entrada del fondo en su capital social. Y, además, mantienen normalmente a los antiguos socios al frente de la gestión del negocio; aunque, eso sí, controlados por el gestor del fondo, que lógicamente hace valer su condición de socio mayoritario en la compañía cuando le conviene.

Así pues, la entrada de un fondo de inversión en el capital social de una empresa suele conllevar generalmente efectos positivos para todos los implicados en el negocio, inversores y compañías.

Ahora bien, cuando las cosas se tuercen, el tener un fondo de inversión como socio mayoritario en nuestra empresa puede tener unos efectos devastadores y sobrecogedoramente negativos, como los que está sufriendo actualmente el Grupo Ombuds.

La peor cara

El Grupo Ombuds constituye un grupo empresarial dedicado principalmente a prestar servicios de seguridad, controlado por dos gestoras de fondos de inversión: Alpinvest y el Grupo JZ, perteneciente a David Zalaznick y Joy Jordan; que hace unos años adquirieron una participación mayoritaria en el Grupo Ombuds a través de distintas empresas, manteniendo a sus antiguos socios y gestores al frente de la compañía, con una pequeña participación en el negocio y bajo su control.

Sin embargo, determinadas decisiones de inversión, auspiciadas por los fondos dominantes, han hecho que las iniciales expectativas de crecimiento empresarial del Grupo Ombuds hayan terminado en la basura y llevado a todas las empresas del grupo a concurso de acreedores con un elevadísimo pasivo; que seguramente desembocará no solo en su inminente desaparición, sino que acarreará graves responsabilidades personales para los antiguos socios y gestores del Grupo Ombuds, que han sido abandonados a su suerte por los fondos inversores.

De hecho, los anteriores socios y gestores del Grupo Ombuds tienen interpuesta una querella contra alguna de las gestoras de esos fondos por su deleznable actuación en las compañías del grupo.

Nuevas consecuencias

Pero el problema no termina ahí.

Como los fondos de inversión ostentan participaciones mayoritarias en numerosas empresas, las responsabilidades concursales del Grupo Ombuds se están pretendiendo extender no solo a otras compañías controladas por el Grupo JZ, sin relación alguna con el Grupo Ombuds; sino también personalmente a sus directivos, que pueden verse arrastrados a tener que asumir las deudas concursales de una empresa, cuya actividad siempre les ha sido ajena.

Y puede ocurrir lo mismo con las responsabilidades tributarias del Grupo Ombuds, que están siendo derivadas a sus antiguos socios y gestores; y también a terceras empresas y a sus directivos, simplemente por el hecho de que unos mismos fondos de inversión ostentan una participación mayoritaria en todas ellas; fondos de inversión que ahora les han dejado solos y han desaparecido totalmente, escondidos tras una maraña de empresas domiciliadas en paraísos fiscales, en los que se sienten seguros.

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