Jueves, 25 de Abril de 2024
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S. Máñez: «El cierre del Convent Carmen es una tropelía que no podemos consentir»

S. Máñez: «El cierre del Convent Carmen es una tropelía que no podemos consentir»

«El cierre del Convent Carmen es una tropelía que no podemos consentir». Así se expresaba Santiago Máñez, uno de los directores del espacio sociocultural esta mañana ante la resolución emitida por el Ayuntamiento en la que declara el cese de actividad del centro. Ha calificado como «ridículo» que se cierre «para siempre» un espacio que «ya no podrán disfrutar los valencianos». Del mismo modo se ha pronunciado Juan Mª Sánchez, el otro director de Convent Carmen, quien ha definido como «un ejercicio de violencia administrativa desproporcionada, radical y completamente irregular» la actuación del consistorio.

El Ayuntamiento de València ha oficializado esta mañana el cierre del espacio ubicado en el antiguo Convento de San José y Santa Teresa, al entregar la resolución a los afectados quienes la han recibido «diez minutos antes de empezar la rueda de prensa», indica Sánchez. El consistorio considera que el proyecto técnico del espacio «no coincide con el ejecutado» e incumple la normativa de contaminación acústica, además de predominar el uso exterior de restauración frente a la actividad sociocultural.

Como ya anticipó Economía 3, los responsables del Convent Carmen exponen que el consistorio «ha actuado en tres frentes»: el desarrollo de la actividad, la naturaleza y el alcance de las intervenciones (obras) sobre el espacio y la ontología del centro. Indican ambos directores que para ninguna de estas áreas «existe una causa objetiva para determinar el cese de la actividad del Convent Carmen». Aseveran que los criterios seguidos no son recogidos por la ley sino que «surgen de la opinión de los técnicos» lo que «suscita una indefensión jurídica» y «una actuación arbitraria» por parte del Ayuntamiento.

Señalan ambos responsables que «no damos el proyecto por perdido» por lo que agotaran todas las vías legales para evitar el cierre del espacio. En primera instancia se abre un periodo de 30 días en el que pueden recurrir la decisión del consistorio, algo que, según indica Máñez, lleve a anular la decisión hasta que se resuelva el conflicto para así evitar, por el momento, el despido de los 60 trabajadores que forman parte del Convent Carmen. «Me da la sensación de que tendremos que llegar a los tribunales judiciales», lamenta el director del centro.

Los responsables de Convent Carmen han denunciado que el cierre del Convent, decretado por el Ayuntamiento de València es una decisión arbitraria porque «no existe causa objetiva para ello». EFE/ Biel Aliño

Los tres frentes abiertos contra el Convent Carmen

Respecto a la primera de las áreas, la vinculada a la actividad desarrollada, indican desde el espacio sociocultural que “ha concluido en la necesidad de realizar una serie de subsanaciones que precisan autorización municipal” pero que «en ningún caso» suscitan la necesidad de cerrar el centro. Por otro lado, en cuanto a las obras, indica Sánchez que esta ha sido la única notificación que han recibido por parte del Ayuntamiento que pudiera suponer el cierre, pero que la conselleria de Cultura ya señaló que los cambios hechos en la iglesia y en el jardín son reversibles y no hay ningún tipo de afección patrimonial.

Por último, el Ayuntamiento plantea que el uso diario del espacio se corresponde a un uso sociocultural en el interior del edificio y en el exterior, un uso de restauración. «El aforo previsto en la zona exterior, donde se desarrolla la actividad de restauración, duplica el aforo correspondiente al interior, por lo que cabe que no se trate de una actividad subsidiaria de la del interior, sino que predomina la de restauración», argumentan fuentes municipales. Esta sería la principal argumentación que estaría detrás del cierre del Convent Carmen.

En esta línea, se defienden los responsables del centro indicando que tanto en exterior como en interior se desarrollan actividades socioculturales y consideran que que «se está forzando» la interpretación de la Ley de Espectáculos Públicos, que distingue entre salas polivalentes y restaurantes, ya que «es evidente» que Convent Carmen «no es el sumatorio de estos dos conceptos», sino «una sala sociocultural, tal y como está definida en la Ley» y, por lo tanto, «cualquier interpretación que distorsione dicha definición es subjetiva y arbitraria y, en consecuencia, denunciable».

También han manifestado que las alegaciones presentadas, en diciembre de 2019 frente a estos informes negativos del consistorio, «aún no han sido respondidas por el Ayuntamiento», lo que les deja en una situación de «indefensión manifiesta» y cualquier decisión de la administración mientras se mantenga esta situación podría ser «un ilícito penal».

Las consecuencias del cierre

La actividad sociocultural que desarrolla Convent Carmen ha supuesto hasta el momento una inversión, sostenida íntegramente con fondos privados, de más de 250.000 euros, y mantiene colaboraciones abiertas y continuadas con unos 40-50 agentes culturales de la ciudad. Asimismo, el centro ha realizado más de 240 eventos culturales en el antiguo jardín del monasterio y en el recinto de su antigua capilla, y por él han pasado más de 300.000 visitantes, con una alta tasa de repetición y éxito entre la ciudadanía.

Como ya apuntó Economía 3, entre las consecuencias derivadas del cierre de Convent Carmen se encuentra el despido de más de 60 trabajadores, el posible cierre del restaurante Sucede, así como poner en riesgo la viabilidad del espacio La Serena, entre otros. A su vez, afectará al futuro proyecto de hotel que se iba a instalar en Convent Carmen, que según indica Sánchez, deberá ser «más pragmático y extractivo» convirtiendo el espacio en un lugar privado al que solo tengan acceso los clientes y «cerrándolo al resto de valencianos», que hasta la fecha, suponían el 80 % de los visitantes del centro.

Los responsables de Convent Carmen han considerado que se está dando una «arbitrariedad administrativa», ya que, «teóricamente», el cierre del espacio implicaría el cierre de «todos aquellos que hacen lo mismo», sobre todo los que lo hacen «sin licencia, sin título habilitante o vulnerando la ordenanza de ruido», entre los cuales han nombrado al Jardí Botànic o la Plaza de Toros.
Han agregado que tanto el secretario municipal del Ayuntamiento de València, Manuel Latorre, como la concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, y el alcalde de València, Joan Ribó, «son conocedores de esta situación y la permiten».

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