Son pocos los cartuchos que le quedan al Convent Carmen para defenderse y evitar el cierre de este espacio sociocultural. Desde que en septiembre de 2019 un vecino miembro de Amics del Carme presentará una denuncia contra el centro, los promotores del mismo se han defendido, hasta el momento con éxito, contra las acusaciones respaldadas por el Ayuntamiento de València. El próximo incendio que tendrán que apagar creen que será la catalogación del espacio. Actualmente están declarados como centro sociocultural, sin embargo, un informe del consistorio considera que deberían ser considerados como sala polivalente y restaurante, lo que supondría «una sentencia de muerte» para el Convent Carmen, según resaltan desde este espacio.

De materializarse la pérdida de la calificación como centro sociocultural, el Convent Carmen se vería obligado a cerrar y como informó Economía 3 la semana pasada la aprobación definitiva de la zona ZAS impediría la apertura del espacio tal y como se encuentra ahora mismo. Esto, como recoge en un informe la dirección del centro, conllevaría el despido de 50 trabajadores, el 80 % de ellos menores de 50 años, así como afectará al proyecto hotelero que pretendían. Recalcan que la actividad ha supuesto hasta el momento una inversión, sostenida íntegramente con fondos privados, de más de 250.000 euros, y mantiene colaboraciones abiertas y continuadas con unos 40-50 agentes culturales de la ciudad.

Explican los responsables del Convent Carmen que han recibido informes negativos por parte del Ayuntamiento sobre tres áreas distintas: el desarrollo de la actividad, la naturaleza y el alcance de las intervenciones (obras) sobre el espacio y la ontología del centro, es decir, «la tensión entre lo que dicen que somos y lo que somos realmente», señalan. Respecto a la primera de las áreas, indican desde el espacio sociocultural que «ha concluido en la necesidad de realizar una serie de subsanaciones que precisan autorización municipal».

Aseveran que «la dinámica de estas subsanaciones es perversa: hemos realizado aquellas que están en nuestra mano y están pendientes las que precisan autorización, que no podemos acometer aunque queramos. Así, estamos a la espera de lo que determinen para poder realizarlas», e indican que por su parte, «no suponen ningún inconveniente para nosotros».

Jardín del espacio sociocultural del Convent Carmen.

En cuanto a las obras realizadas sobre el antiguo convento, calificado como bien de relevancia local, un informe elaborado por la Sección Urbanística Zona Sur del Servicio de Actividades del Ayuntamiento, apuntaba que estas se habían realizado sin la previa autorización de la Dirección General del Patrimonio,  lo que «sirvió a Amics del Carme para armar su relato acerca de la supuesto afección patrimonial por las intervenciones», indican los responsables del espacio.

Exponen que presentaron una recusación contra el técnico que elaboró el informe, que aunque fue rechazada por la concejalía, sí que lograron que los informes no sean tenidos en cuenta. Además, apuntan desde Convent Carmen que un informe de la dirección territorial de Educación, Cultura y Deporte, avala que no se han producido daños sobre el patrimonio del Convento de San José y Santa Teresa.

El último área, la referida a la ontología del centro, es el foco que mantiene en tensión a los responsables del espacio sociocultural. Todo deriva de un informe con fecha del 5 de diciembre del 2019, elaborado por una técnica del servicio de Actividades del Ayuntamiento, en el que, como ha podido corroborar Economía 3, se expone que por motivo de las actividades desarrolladas, el horario del centro, así como el aforo, entre otros motivos, el Convent Carmen no se debería incluir como sala sociocultural, sino como sala polivalente y como restaurante.

Frente a este informe, la dirección del centro presentó el 19 de diciembre del año pasado un conjunto de alegaciones en las que defienden su catalogación como espacio sociocultural, un texto, que según señalan, aún no ha recibido respuesta por parte del consistorio municipal. «En las salas socioculturales se permite albergar actividades mucho más complejas y completas que en las polivalentes, incluyendo actividades sociales y culturales (que no reuniones) y representaciones que pueden contar la intervención de artistas o ejecutantes, además de que pueden contar de servicio de bar y cafetería», rezan las alegaciones.

En el Convent Carmen se han organizado más de 240 eventos culturales desde su apertura en 2018.

A su vez, exponen que «en Convent Carmen no se sirven las comidas, pues no existe servicio de camareros en mesa, lo que se ofrece son tapas y raciones en formato de autoservicio. Por otra parte no existe un ‘comedor’, sino que las mesas y las barras se encuentran en el jardín, al aire libre», con lo que no sería catalogado como restaurante. Además, exponen que el Ayuntamiento confunde las zonas del centro, y señalan que tanto el jardín como el interior de la capilla son espacios utilizados para actividades socioculturales.

«La mera observación de la naturaleza ontológica de Convent Carmen hace evidente su catalogación como sala sociocultural e impide, a todas luces, su catalogación como sala polivalente», recalcan. Advierten, que de dictarse un cese de actividad sin resolver las alegaciones, «quien así lo decrete podría incurrir en un ilícito penal que nos veremos obligados a elevar a un tribunal».

En esta línea, apuntan que de persistir el Ayuntamiento en su pretensión de catalogar al Convent Carmen como sala polivalente, «no cabra más que denunciar personalmente» a la técnica que ha elaborado el informe. Señalan a su vez que el Gobierno municipal se respalda en una «argumentación pobre» y que «existe una voluntad manifiesta de cerrar Convent Carmen sin importar qué».

«Desconocemos que puede motivar nuestro cierre, es decir, qué problema tan grave causa Convent Carmen para que esté siendo perseguido de este modo», lamentan desde el centro y relatan que sienten una «sensación de indefensión» ante el Ayuntamiento y la «desinformación absoluta» a la que se ven sometido sin una interlocución clara con el consistorio.