Fulgencio reclama responsabilidad política para aprobar los Presupuestos

Fulgencio reclama responsabilidad política para aprobar los Presupuestos

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, afirmó que la política que desarrolla el ejecutivo presidido por Pedro Sánchez desde el pasado mes de junio trata de devolver a la sociedad los derechos sociales recortados con la crisis. Por ello, reclamó a las fuerzas parlamentarias un ejercicio de generosidad para aprobar los presupuestos.

Fulgencio, invitado a intervenir en el Fórum Mediterráneo, puso el énfasis en la recuperación del estado del bienestar, del diálogo político para alcanzar acuerdos en temas de Estado y en la necesidad de definir un nuevo modelo territorial.

En cuanto al escenario electoral, tras las declaraciones de Ábalos sugiriendo un superdomingo en mayo y ante la incertidumbre de sacar adelante los presupuestos, Fulgencio apostó, sin embargo, por un horizonte electoral en otoño del próximo año.

El delegado del Gobierno dió un repaso rápido a las circunstancias que llevaron a Sánchez a La Moncloa, como «la crisis de representación, la corrupción y la falta de ejemplaridad» en el anterior ejecutivo, tal y como dejó patente la sentencia del llamado caso Gurtel.

A estas causas añadió «la dejación en el problema catalán que derivó en una dinamización del independentismo».

Además, añadió Fulgencio, la salida de la crisis no se vió compensada por los que más la había sufrido, los trabajadores, «que se vieron instalados en la precariedad». La falta de interés por mantener el talento, la caída de la recaudación fiscal y las políticas económicas cortoplacistas, junto con el olvido de la inversión en ciencia y educación fueron otras causas que influyeron para promover un «cambio político más ético, hartos del estado de las cosas».

Balance de cinco meses

La situación parlamentaria, con un equilibrio partidista distinto, más fluído, favoreció el cambio de un Gobierno cuya actividad de cinco meses resumió Fulgencio: una agenda social para reconstruir el estado de bienestar; subsidio de desempleo a los mayores de 55 años; salario mínimo interprofesional de 900 euros que beneficiará a 2 millones de trabajadores; cotización de los autónomos en base a sus ingresos reales, que afecta a 3.2 millones de autónomos; pensiones de vuelta al Pacto de Toledo, con aumentos en las más bajas; regularización de los contratos de trabajo temporales; impuesto de AJD a cargo de los bancos; inclusión de la FP en el Marco Europeo de Cualificaciones; eliminación de impuestos a la energía …

No se olvidó tampoco de la política hídrica. «No vamos a renunciar a los trasvases», aseguró, para añadir que hay que buscar otras soluciones, como la que aportan las desaladoras.

Sobre las infraestructuras, Fulgencio aseguró que las licitaciones del Corredor Mediterráneo se han multiplicado por tres y detalló inversiones previstas -en caso de aprobarse los presupuestos- en carreteras, puertos, cercanías, aeropuertos, la ampliación de la V-21, el túnel de Serrería o el Parque Central, además de las ayudas a la vivienda.

Recuperar el clima de diálogo

El delegado del Gobierno hizo una defensa del diálogo no excluyente para alcanzar acuerdos, especialmente en aquellos temas que se desarrollan a largo plazo. Asimismo reclamó recuperar el debate propositivo en el Parlamento, más allá del ruido. «El diálogo, la negociación y el pacto forman parte de nuestra cultura democrática», señaló.

Una disposición al diálogo que, dijo, no tiene respuesta en PP y Ciudadanos que se enrocan en un ambiente de confrontación permanente y que, por tanto, dificultan la aprobación de unos presupuestos cuyo objetivo «es revertir las cicatrices de la austeridad y recuperar el pacto con la ciudadanía». De esta falta de voluntad puso como ejemplo la imposibilidad de transferir 6.000 millones de euros a las comunidades autónomas para hacer frente a sus obligaciones.

En cuanto al futuro, el delegado del Gobierno citó como retos la lucha contra la pobreza extrema y el cambio climático, lucha contra la desigualdad y la injusticia; el cambio demográfico presidido por el envejecimiento de la población europea y la inmigración; el protagonismo creciente de las ciudades y la despoblación del mundo rural y la disrupción tecnológica cuyo impacto puede generar la pérdida en todo el mundo de 50 millones de empleos en los próximos 15 años.

Blindar el estado del bienestar

Ante este panorama, Fulgencio aseguró que no queda más remedio que prever los cambios con el objetivo de blindar el estado del bienestar. «El problema -dijo- no es de gasto, es de ingresos«. Tras un rápido repaso por la coyuntura económica, enumeró los beneficios para las familias que supondría la aprobación de los presupuestos: mejora de las pensiones que benefician a 8,7 millones de pensionistas y de las pensiones no contributivas para 2.3 millones de beneficiarios.

Más becas, más aportaciones a la dependencia, cotizaciones de la seguridad social de los cuidadores; SMI, subsidio de desempleo a parados mayores de 52 años que beneficiarían a 140.000 afectados; aprobación del ingreso mínimo vital para un millón de beneficiarios; ayudas a comedores escolares; gratuidad de la escuela 0-3 años; aumento del permiso de paternidad a 8 semanas hasta equipararse en el futuro a las 16 semanas de permiso maternal; inversiones en vivienda social, I+D y duplicar los fondos para luchar contra la violencia de género.

«Me permito pedir a los partidos políticos parlamentarios -resumió el delegado del Gobierno- un ejercicio de generosidad para con los que han padecido la crisis«.

Financiación y modelo territorial

En el turno de preguntas, Fulgencio negó que tanto el gobierno central como el autonómico «levanten el pie del acelerador» en las reivindicaciones de una mejor financiación para la Comunitat Valenciana. Aseguró que el problema de la financiación exige negociación, que el punto final sería la reforma constitucional del modelo territorial pero, mientras tanto «hay que adoptar medidas».

Abundando en el tema, se inquirió si el tema de la infrafinanciación está limitado a la resolución del conflicto catalán. Para Fulgencio, se trata de un tema que requiere diálogo político y la «asunción de responsabilidades penales y civiles, que haya acumulado determinados cargos públicos».

Sobre las ayudas por los daños de las últimas lluvias, Fulgencio aseguró que es preciso agilizar el procedimiento actual. También informó sobre las necesidades de efectivos en las fuerzas de seguridad del Estado, afirmando que hay 1.716 agentes menos entre Policía Nacional y Guardia Civil, «lo que repercute en la calidad de los servicios públicos».

En cuanto a las infraestructuras hídricas, el delegado del Gobierno, reconoció el envejecimiento de las mismas, especialmente de los pantanos que «nos llevan a ser cautelosos en su llenado», si bien recordó que se trata de una competencia de la comunidad autónoma. Puso de plazo para el funcionamiento de la desaladora de Torrevieja marzo del próximo año, momento a partir del cuál la UE podría reclamar los fondos europeos transferidos para su ejecución.

Ante la acusación de «políticas de cerco al sector del automóvil» con el anuncio de la futura política energética y medioambiental y la consiguiente desaparición de los vehículo convencionales en 2050, Fulgencio recordó que uno de los grande retos de futuro es la sostenibilidad y revertir el cambio climático, para añadir que se prevé un cambio más que suficiente para la adaptación de la industria a una realidad que será idéntica para toda Europa.

«Tenemos que pensar -afirmó- que tipo de sociedad queremos dejar a nuestros hijos, hay que pensar a largo plazo».

Infonif Bases de datos
Dia de la dona
Ruta de las barracas Alcati

Dejar una respuesta

*