La Diputación de Castelló dejará a cero la deuda con los bancos, tras ordenar hoy la devolución de los 18,7 millones de euros pendientes de abonar. En sus dos mandatos, Javier Moliner, ha logrado el objetivo de pagar los 140 millones heredados de la etapa de Carlos Fabra.

Moliner zanjará la deuda institucional con los bancos tras consolidar una trayectoria de siete años aplicando criterios de eficacia en la gestión. Recordó que en 2011 recogió una institución con una carga financiera de 13,5 millones entre pago de intereses y amortización de los 140 millones de deuda.

Para ello el tesorero de la Diputación y el diputado de Hacienda, Salvador Aguilella, han iniciado hoy la tramitación que permitirá la devolución de 18.761.148,18 euros de deuda que mantenía la corporación, medida que será aprobada en el pleno de este mes.

Moliner resaltó que la medida libera a la institución de la deuda que era «un lastre a la hora de planificar inversiones en los pueblos. Hoy es un día de felicidad y satisfacción del compromiso cumplido al haber firmado ya el decreto para poder cancelar esa deuda, y permitir con eso que todo el dinero pueda destinarse a inversiones”.

En estos años, Moliner hizo bandera de su política de recurrir a recursos propios para financiar sus actividades «sin solicitar ni un solo préstamo a los bancos, pese a multiplicar la capacidad de inversión de la Diputación«.

El primer presupuesto de Moliner, en 2012, incluía 13,5 de los 116 millones presupuestados para devolver deuda 13,5 millones de euros, cantidad que se redujo en 2017 a 4,5 millones, a pesar de crecer el presupuesto hasta más de 131 millones.

En sus siete años al frente de la corporación, el gobierno de Moliner ha seguido aumentando la inversión directa en los municipios, hasta superar en 2017 «la cifra récord de 42,7 millones de euros y consolidarse así como la institución que más invierte en los municipios de la provincia», destacó.