La escasez de agua, el coste de las energías tradicionales, tanto económico como medioambiental, y los residuos generados por el hombre, son los vectores desencadentes del cambio climático. Hoy la respuesta se llama economía circular. ¿Llegaremos a tiempo?

01. Deben fomentarse líneas de adaptación a nuevas condiciones de estrés hídrico y adaptación a salinidad de los suelos, siempre teniendo en cuenta la futura falta de agua. Se deberá trabajar en la adaptación varietal agrícola y en mejoras de las técnicas de manejo del suelo y del agua para hacer frente al cambio climático.

02. Se deberán revisar los planes hidrológicos, porque la sequía que sufrimos demuestra que los existentes no dan respuesta a los escenarios que vivimos de déficit, carencia de lluvias y aumento de las temperaturas. Deberemos reflexionar sobre qué tipo e instrumentos necesitan las cuencas mediterráneas en términos de cantidad y de calidad.

03. Se deberán rebajar los costes de la energía con una oferta donde haya cada vez más implicación de las renovables (hidráulica, solar y eólica) aprovechando las técnicas más desarrolladas.

04. Incongruencias ambientales del pasado se podrán reconvertir en nuevas oportunidades de disfrute del medioambiente, una nueva y mayor actividad económica y creación de puestos de trabajo. Todo ello conllevará inversiones de reparación, enmienda, mejora o revisión de instalaciones, equipamientos y áreas degradadas en la Comunitat Valenciana.

05. El funcionamiento a plena capacidad de las desalinizadoras reducirá el coste energético de la producción de agua, además de crear oportunidades de ocupación en el sector de las energías renovables. El uso de estas, asociadas a la desalación, permite evitar emisiones de efecto invernadero así como reducir el coste energético de la producción de agua. Todo ello redundará en la reducción del coste unitario del agua desalinizada.

06. Se incentivará económicamente la utilización de aguas regeneradas en riego que liberen caudales de agua natural. Esos incentivos requerirán de importantes inversiones en infraestructuras, acompañadas por mecanismos de financiación que consideren los principios de recuperación de costes y “el que contamina paga”.

07. Un sistema de sensores permitiría controlar las fugas de agua y repararlas en los casos en los que sea necesario, con el objetivo de que el agua que salga de los acuíferos llegue a los grifos de nuestras casas sin perderse por el camino. En definitiva, reducir las pérdidas en las redes de los municipios y aumentar la eficiencia del servicio.

08. Es necesario que los problemas del agua se traten como temas de Estado, con las mejores soluciones económicas y sostenibles medioambientalmente. Por lo que respecta a las cuencas mediterráneas, es necesario replantearse la planificación hidrológica con perspectivas de futuro realistas, que respondan a nuestras especiales necesidades.

09. Se deben adoptar planes de control del uso de fertilizantes y pesticidas. Se han contaminado los acuíferos y debe reducirse la llegada de estos contaminantes como primera medida.

10. El futuro pasa por la búsqueda de modelos de economía baja en carbono que reduzcan las emisiones a la atmósfera. Las políticas europeas y la Declaración de París nos obligan a trabajar en la descarbonización progresiva de la sociedad.

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