Los transportistas califican de ‘piratería’ a las aplicaciones para compartir coche

Los transportistas califican de ‘piratería’ a las aplicaciones para compartir coche

Durante los últimos meses, tanto el sector del autobús como el del taxi se han puesto manos a la obra y han decidido combatir públicamente a estas nuevas amenazas, también llamadas redes de transporte colaborativo, entre las que destacan las aplicaciones móviles Blablacar o Uber.

Hace apenas dos semanas, la Confederación del Taxi de España exigió en un comunicado la retirada de la aplicación Uber, que conecta a conductores con pasajeros para desplazarse dentro de las ciudades e intermedia en el cobro de las mismas.

Un mes antes, en marzo, hacía lo mismo la Federación Nacional Empresarial de Transporte de Autobús (Fenebus) con Blablacar, que relaciona particulares que van a hacer un mismo viaje para compartir vehículo a cambio de un precio, al considerar que perjudica «seriamente» los intereses tanto de los usuarios como de los operadores de transporte.

El director de Fenebús, José Luis Pertierra, ha tachado el negocio de esta última de «intrusismo» y ha denunciado que mientras los operadores legales realizan servicios para los que están autorizados y contribuyen con sus impuestos a las arcas del Estado, esta actividad no cumple con sus obligaciones tributarias.

Sobre esta línea también ha insistido la confederación del taxi en el caso de Uber, una aplicación que consideran que fomenta el «transporte pirata» y la creación de una bolsa de fraude fiscal evidente.

El country manager de Blablacar para España y Portugal, Vincent Rosso, afirma que ni entienden ni comparten estas acusaciones, dado que, en su caso, la plataforma no es un sistema de transporte público y supone una nueva forma de viajar «que coexiste perfectamente con el conjunto de medios de transporte».

Además, Rosso asegura que no han sido denunciados en ninguno de los doce países en los que opera la red, al contrario de lo que ha sucedido en España, donde Fenebús lo ha hecho hasta en cuatro ocasiones.

Por otra parte, la Federación también ha criticado que no está claro si las compañías de seguros se harían cargo de un supuesto siniestro ni tampoco quién sería el responsable en caso de que se produjeran incidentes, como robos o ataques contra la integridad de los viajeros.

Ante esta acusación, desde Blablacar recuerdan que en España es obligatoria la contratación del seguro de responsabilidad civil a terceros y señalan que, además, a los usuarios de la red les aconsejan que certifiquen junto a su aseguradora que esto se cumple.

Blablacar cuenta con más de 6 millones de usuarios en toda Europa y ha conseguido convertirse en una de las redes digitales de referencia dentro de la llamada economía colaborativa. De hecho, según Rosso, la principal diferencia entre su plataforma y otras de transporte colaborativo como Uber es que sólo se comparten los gastos del viaje y no existe ánimo de lucro por parte de los usuarios.

Desde Fenebús, sin embargo, aseguran que «en realidad es un negocio porque imponen un precio al viaje» y este tipo de empresas tienen la «intención oculta» de establecerse en el mercado para después valorar la forma de convertirse en legales.

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