A pesar del duro y largo camino que queda por delante, algunos de los municipios valencianos afectados por la DANA comienzan a ver avances en sus calles una semana después de la tragedia. Más de 70 localidades de la provincia de Valencia se han visto afectadas por las inundaciones del pasado 29 de octubre que han dejado más de 200 fallecidos y al menos 89 desaparecidos.
Tres de los alcaldes de las zonas afectadas -Sedaví, Aldaia y La Torre- ven imposible cuantificar en estos momentos los daños humanos y materiales que esta catástrofe natural ha dejado en sus municipios. Aunque en estos momentos los esfuerzos se centran en despejar las calles y en encontrar a los desaparecidos, todos coinciden en que la reconstrucción tras el paso de la DANA será larga, ya que muchos vecinos han perdido prácticamente todo lo que tenían: su vivienda, sus coches, sus negocios…
El agua ha arrasado la mayoría de los pequeños comercios y empresas de estos municipios, que no solo son una fuente de riqueza y trabajo, sino que también contribuyen a dar vida a los mismos. Por ello, reclaman que las ayudas anunciadas por el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana sean rápidas y ágiles.
Si hay algo en lo que estos tres alcaldes coinciden es en su inmenso agradecimiento por la gran solidaridad de los valencianos y del resto de España, la cual ha sido abrumadora y, en ocasiones, ha llegado a generar dificultades para gestionar todas las donaciones recibidas.
Recuperar cuanto antes la economía local
El alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, explica que la zona más castigada en el municipio es la colindante al barranco, que corresponde al casco urbano, donde hay comercios absolutamente devastados en los que habrá que volver a empezar. «Ahora mismo tienen el local vacío, estos días atrás estaban llenos de escombros, trastos, agua y lodo. Ahora se ha avanzado en ese primer problema, pero ya se visualiza la tragedia y el drama personal y económico de decir, ¿y ahora qué?», incide.
Sobre las ayudas que se están proponiendo desde la Administración central y autonómica, admite que entre los afectados «no hay mucha confianza en la agilidad y en la rapidez». «Es fundamental la rapidez, porque hay negocios que se están planteando si van a volver a abrir», agrega.
«Es terrible escuchar a las personas afectadas afirmando que cada día que pasa están peor porque ven la montaña más alta», manifiesta, a la vez que reclama que se agilice «la inyección de liquidez para darles oxígeno porque están muertos».
Por ahora, desde el Ayuntamiento no han podido elaborar un registro para valorar cuántos comercios se han visto afectados porque las calles estaban llenas de trastos. «Ahora hay que volver a empezar una actividad y es demoledor escucharles a muchos de ellos que se cuestionan qué van a hacer, porque está siendo muy duro», indica.
«No debemos olvidar», incide Luján, «que el pequeño comercio es la vida y la luz de las calles, presta servicios y suministra productos, muchos de ellos de primera necesidad y, lo más importante, un municipio sin comercio no tiene sentido». Por ello, asegura que van a trabajar «para recuperar cuanto antes la economía local».
Reconstruir de cero Bonaire
En el caso de Aldaia, el área empresarial más afectada es la zona del centro comercial Bonaire donde, pese a los bulos, afortunadamente no ha habido fallecidos en el parking. Este espacio tendrá que ser reconstruido en su totalidad. Se trata de una zona comercial muy singular porque la mayoría de los locales pertenecen a grandes firmas que «tendrán dificultades, pero no es lo mismo que un pequeño comercio, una pyme o un autónomo que cuentan con menos recursos».
En cuanto a los polígonos industriales que colindan con el barranco, tienen sus calles llenas de barro, aunque falta «una foto detallada para llevar a cabo un diagnóstico final de las empresas».
Guillermo Luján reconoce que están desbordados: «La envergadura de esta inmensa catástrofe es tal que no tenemos palabras». Ya se han cumplido siete días desde que ocurrió la DANA y en esta semana las calles de la localidad de Aldaia comienzan a estar un poco más despejadas de coches y trastos. Sin embargo, esto no ha acabado, ahora tienen que enfrentare a otro problema como son los garajes inundados de coches. «Vamos dando pasos, avanzando, pero las casas particulares, sobre todo plantas bajas y los pequeños comercios están arrasadas», explica.
Dificultades para gestionar el alud de solidaridad
La localidad de Aldaia necesita «de manera inmediata» contenedores de obra y maquinaria para resolver el problema de los garajes y fontaneros, pesto que están detectando, al retirar el agua de los garajes y los vehículos, que las tuberías de aguas fecales «están destrozadas». «Por tanto, tenemos un problema de salud pública si no le damos una solución rápida. Con lo que hay que retirar los vehículos y el fango y los restos de la tuberías de aguas fecales almacenarlos en un contenedor de la vía pública, retirarlos rápidamente e ir reponiéndolos para evitar un problema de salud pública», subraya.
Otra cuestión importante que apunta el alcalde de Aldaia es la gestión de la altísima solidaridad particular y empresarial que están recibiendo de toda España. Están llegando productos, mantas o ropa «en cantidades ingentes», que no se pueden aprovechar «porque no sabemos el devenir de esta catástrofe». «Pedimos que aquellas administraciones que tienen mayor capacidad lo gestionen para que no nos ahoguen y, sobre todo, no perdamos esas oportunidades de solidaridad», añade.
Respecto a si los técnicos de Labora se desplazarán a las zonas afectadas para ayudar en la gestión de las ayudas, tal y como ha informado la Generalitat, el alcalde de Aldaia explica que les han comunicado que les van a hacer llegar oficinas móviles para atender todas las ayudas que se están planteando porque, al final, «lo más efectivo es que estas se ejecuten».
«Sedaví no tiene nada»
En la localidad de Sedaví y después de siete días de la catástrofe, con la llegada de los militares se ha avanzado un poco más. Sin embargo, explica su alcalde, José Cabanes, «que los que más han trabajado han sido los voluntarios anónimos y a los ayuntamientos de alrededor».
Sobre la situación del pequeño comercio y las empresas del municipio, «Sedaví ha sido asolado en su totalidad. No queda en pie ni un comercio, ni una empresa. Todas han sido derruidas y asoladas», reitera, a lo que añade que «todos tienen que empezar de cero porque lo han perdido todo».
Ante esta tesitura, el alcalde de Sedaví reclama la puesta en marcha de una línea de ayudas para todos los autónomos, «que se juegan todo su patrimonio, porque tienen que remontar y son necesarios en el municipio». «La gente no puede comprar comida, no puede comprar nada… Las grandes cadenas tienen otros puntos abiertos y pueden abrir, pero el pequeño comercio no tiene nada», continúa.
Cabanes confiesa que ha perdido funcionarios: «No tenemos ayuntamiento, no tenemos colegios, no tenemos almacén municipal, no tenemos vehículos propios, la policía no tiene vehículos, no tengo retén de policías… Sedaví no tiene nada».
Asegura que «todo lo que esté por debajo de dos metros ha sido asolado». «Solo tengo escombros y chatarra y por suerte tengo unos vecinos trabajadores y luchadores que están dándolo todo», resalta.
«Imposible» calcular los daños en la pedanía de La Torre
En el caso de la pedanía de La Torre, en el distrito de Poblats del Sud de la ciudad de València, han fallecido diez personas a causa de la DANA. En estos momentos, es «totalmente imposible» calcular el daño que ha causado el temporal en términos económicos, según apunta el alcalde de la pedanía, Rafael Arnal García. «Hay bajos, industrias, comercios o bares en los que todo está perdido. Ya no es solo el género que había dentro, es también la maquinaria, todo está inservible. Las pérdidas son, de momento, incalculables», añade.
Además de las viviendas y los negocios, Arnal recuerda que los vehículos son una pérdida importantísima para muchos ciudadanos. Aunque no se aventura a dar una cifra exacta, asegura que todos los coches que estaban en la calle ya no sirven para nada: «Si en el momento de la DANA había 2.000 coches, que igual me quedo corto, esos 2.000 coches ya no servirán. Yo tengo dos coches y no he ido ni a verlos, ¿para qué?».
A lo largo de su conversación con Economía 3, el alcalde de La Torre reitera en varias ocasiones su agradecimiento a los voluntarios que han acudido durante estos días a ayudar a la pedanía, destacando que los más jóvenes han sido quienes más han trabajado. «Hay que felicitar a toda la gente que viene a ayudarnos. Todo es gente de 35 años para abajo, toda la juventud se ha volcado con La Torre y supongo que con el resto de municipios. Tenemos que derivar gente a otros sitios porque tenemos exceso de gente para ayudar», resalta.
Agradece especialmente el apoyo que la pedanía ha recibido de otros municipios como Madrid, que «ha mandado una inmensidad de grúas, cinco furgonetas o cuatro quitanieves que están quitando el barro». «Es algo fuera de lo normal no esperábamos ni queremos esperar otra situación como esta para ver la solidaridad de la gente», agrega Rafael Arnal, quien asegura que le han llegado a llamar desde un pueblo de Soria para ofrecerle comida.