Máximo Buch: “El objetivo para 2015 es llegar a los 75.000 empleos nuevos”
Principal responsable de la política económica del Consell que lidera Alberto Fabra, Máximo Buch expone en esta entrevista las prioridades del Ejecutivo autonómico para 2015 en materia industrial, comercial y turística, todas ellas con un foco claro: avanzar en la creación de empleo. La cita electoral de mayo no condiciona el trabajo de la conselleria, porque las directrices en todos los casos “han sido consensuadas con los respectivos sectores y agentes sociales”.
¿Cuáles son las prioridades para 2015 de las áreas que forman la Conselleria?
– Esta Conselleria es competente sobre buena parte de la riqueza de la Comunidad Valenciana, pues el 18% del PIB regional es industria y energía, el 13% es turismo, el comercio está también cerca del 13%, y además tenemos el empleo como área de prioridad absoluta, puesto que la generación de empleo es la mejor política social que se puede practicar y es la prioridad del President Alberto Fabra.
Empezando pues por esa prioridad, tenemos el plan ‘Emplea’ para que se siga generando puestos de trabajo. Eso conecta con las otras áreas de la Conselleria porque, para generar empleo, la condición necesaria es que las empresas vayan bien y que crezcan, porque cuando estas crecen, contratan. Bajo ese marco general están las políticas de activación para el empleo, que son los programas del plan ‘Emplea’, que ayudan a que los trabajadores estén bien formados, que tengan servicios de ‘coaching’, que el Servef sea eficaz y eficiente como intermediador laboral, etc.
El Gobierno acaba de aprobar una medida que creo que va a ser muy importante y tendrá un impacto muy positivo: el Plan de Activación de Parados de Larga Duración.
Es el primer plan donde pide ayuda a las comunidades autónomas, porque se combinan políticas activas de las comunidades, con políticas pasivas de empleo. Además, con la implicación de los agentes sociales: CEOE, Cepyme, UGT y CC.OO. firmaron el acuerdo con la ministra Fátima Báñez en la Moncloa.
De ese programa, en mi opinión, lo importante no es que vayan a darse 426 euros durante seis meses a quien haya finalizado ya el cobro de la prestación por desempleo, sino el por qué se van a dar. La ayuda va dirigida a parados de larga duración, con una interpretación bastante amplia de dicho concepto –menos de seis meses de empleo en los últimos 18–, y su percepción queda condicionada a que el trabajador participe en las políticas activas de inserción laboral: que venga al Servef y participe en cursos, que pida entrevistas con empresas, etc. En suma, que se implique activamente en la búsqueda de trabajo. Se trata de evitar que los trabajadores, por desmoralización, tiren la toalla.
Así, los 426 euros van a suponer una ayuda importante, sin duda, para la gente que los necesite pero, sobre todo, servirán para movilizar a los desempleados que estaban desanimados. Además, los 426 euros son compatibles con otros ingresos hasta un tope máximo. Se puede conseguir un trabajo y seguir cobrando esa cantidad. Es decir, en ningún caso esta ayuda va a actuar como desincentivo a la búsqueda de empleo.
A partir de ahí están nuestras políticas de fomento del empleo, entre las que se encuentran las medidas para cuadrar oferta y demanda. Los funcionarios del Servef están visitando empresas para que sean conscientes de la demanda que tienen que atender y entiendan los perfiles profesionales que realmente necesitan las empresas. En este sentido, se ha montado una oficina de grandes empresas –aquellas con una facturación superior a 6 millones de euros–, para tener un conocimiento más directo de sus demandas de empleo. Solo conociendo bien las necesidades de las empresas se puede orientar adecuadamente al trabajador: enviarle a los cursos correctos, etc.
También tenemos las acciones de ‘coaching’, que complementa el Plan de Activación y que son sesiones y jornadas de mentalización. Es una actuación importante porque contribuye a que los trabajadores, que llevan mucho tiempo sin empleo, se mentalicen de que esta situación no está causada causado por ellos, sino por la situación de la economía. Cuando uno ha ido a veinte entrevistas de trabajo y le han dicho en todas que “no”, acaba pensando que ya no sirve para nada, que “el problema soy yo”, y hay que decirle: “El problema no es usted: el problema es la economía. Usted puede valer y si quiere mejorar le podemos ayudar”.
Objetivo: 75.000 empleos
– Con estas acciones en marcha, ¿cuáles son los objetivos cuantitativos en materia de empleo para 2015?
– Hemos acabado 2014 habiendo creado unos 50.000 empleos en la Comunidad Valenciana, y el objetivo para 2015 es llegar a 75.000 empleos nuevos. Es un objetivo ambicioso pero factible, porque el PIB va a crecer un 2,5%. Con este crecimiento del PIB estamos convencidos de que la cifra que le he señalado no es descabellada.
Para lograr ese crecimiento del PIB seguiremos ayudando a las empresas en las tres “íes” básicas: innovación, internacionalización e inversión. Con esto lograremos el crecimiento de las empresas y que cojan dimensión, porque sin determinado tamaño es muy difícil abordar procesos de internacionalización.
– ¿Qué prioridades hay en Industria?
– Seguir aplicando la hoja de ruta de la Estrategia de Política Industrial (EPI) que se diseñó hace un año y medio y que está dando muy buen resultado. Se están alcanzando la mayoría de los objetivos que se fijaron. De hecho, lo más importante es que el PIB industrial de la Comunidad Valenciana, incluyendo energía, ha aumentado dos puntos en los últimos 18-24 meses. La Industria ha pasado de representar el 16% del PIB al 18%. Como nos indican estas cifras, se está produciendo una reindustrialización de la economía de la Comunidad Valenciana, lo que significa que nuestra industria es competitiva y, por lo tanto, vamos a seguir apoyando en la misma dirección.
En línea con lo anterior, aunque el mercado doméstico parece que va a tirar más y el consumo se recupera y va a ayudar al crecimiento, seguimos operando en un mercado global y la gran oportunidad de crecimiento es la internacionalización. Hay que estar en los mercados que ofrecen oportunidades y que van cambiando. Hasta hace unos meses, Rusia era un mercado objetivo para todo y ahora tenemos grandes interrogantes sobre él. Así es el mundo en el que vivimos. Los objetivos cambian, pero las oportunidades siempre están ahí y para aprovecharlas hay que tener una visión global.
Y además de la internacionalización, en política industrial vamos a respaldar activamente la innovación y la especialización inteligente, entendiendo por ello apoyar especialmente aquellos sectores donde haya cierta potencia y capacidad de tirón. Hay grandes ventajas competitivas cuando un sector tiene fuerza por sí mismo, como el cerámico o el agroalimentario, porque las empresas se apoyan y complementan mutuamente, hay conocimiento y experiencia intercambiable, potencia para salir a vender, etc.
– ¿Cuáles son clústeres de referencia?
– Como clúster con un peso específico muy relevante por sí solo, aunque está fuera de industria, está el turismo, que es el negocio más importante que tenemos en la Comunidad Valenciana, seguido del sector agroalimentario y luego está el automóvil y todo lo que gira a su alrededor, que está teniendo una evolución espectacular: en 20 meses han pasado de 6.000 a 9.000 empleados directos en Ford y todavía piensan contratar más. En cuarto lugar tendríamos los materiales de construcción (cerámica) y el sector químico/plástico. Además de estos cinco sectores fundamentales, hay otros más tradicionales, también importantes, que así mismo vamos a impulsar: mueble, calzado y textil, que han sufrido mucho, pero están volviendo a crecer.
– Antes se ha referido a tres “íes”: innovación, internacionalización e inversión. ¿Qué iniciativas van a desarrollar para fomentar la inversión empresarial?
– La “i” de inversión la contemplamos desde una doble vertiente. Por una parte, que las empresas de la Comunidad Valenciana inviertan en bienes de capital, apuesten por mejorar su equipamiento y así mejorará también la productividad, porque muchas han estado paradas en materia de inversión estos años al faltarles dinero y mercado.
Luego tenemos la inversión extranjera, porque si algo cambió la Comunidad Valenciana fue Ford. Ojalá tuviéramos más casos como ese. Nos interesa que haya gente que vea en la Comunidad Valenciana una oportunidad, un ‘ecosistema’ favorable para poder establecerse. Eso significa puestos de trabajo y riqueza en cualquier sector.
– ¿Un inversor extranjero puede considerar atractivo venir a una economía como la española?
– Nuestro argumento es que somos puerta de Europa. Estamos en un nudo logístico, un puente hacia Latinoamérica y Europa. En China y Asia en general hay tanta capacidad de inversión, que también reconocen el interés de tener producción en Europa.
Uno de los grandes fabricantes chinos es dueño de Volvo y no fabrican los coches en China porque la gente no los vería igual. Los fabrican en Europa para venderlos como producto europeo. Saben que no es la misma calidad ni el mismo nivel de acabados: el sello UE es importante. O como el caso de Arcelormittal, que es propiedad de un empresario indio. Nos tenemos que acostumbrar a tener empresas cuyos dueños tienen su casa matriz en Asia, porque tienen dinero.
Comercio
– ¿Cuáles son las prioridades en materia comercial?
– Vamos a seguir impulsando la política de centros comerciales urbanos. Ahora tenemos el primer piloto en Gandia. El centro comercial urbano tiene un formato específico reconocido por la Unión Europea: el “business improvement district”. Desde el punto de vista legal se puede hacer que los comerciantes de una zona, por mayoría, toman decisiones de inversión y de estructuración de su centro urbano comercial.
– ¿Qué ventajas tiene este modelo?
– Reúne mucha más variedad de comercio en sí mismo; tiene comercio tradicional, restauración, ocio, cultura, etc., y se puede decorar o señalizar la vida pública de una forma concreta, para que se identifique como tal espacio comercial integrado.
Yo recomiendo a quien quiera conocer esta tipología de centro comercial que vaya al centro de Gandia, donde ya se está haciendo. Hace meses que firmamos el convenio y ya tienen señalización, cartelería, etc. La experiencia del cliente es más interesante, porque el centro de la ciudad está vivo. Si se fija, los centros comerciales que se construyen fuera de las ciudades lo que intentan reproducir es un ambiente urbano: sus calles, sus plazas, etc. Démosle la vuelta: utilicemos en los centros comerciales urbanos las técnicas de marketing y de fidelización del cliente que utilizan los centros comerciales que están en el extrarradio.
– ¿Algo más en comercio?
– Intentamos desarrollar por consenso una normativa que regule los horarios comerciales, que resulte cómoda y evite las imposiciones. Que las cosas salgan cuando los comerciantes vean que les sale rentable. El debate de las aperturas en domingo, por ejemplo, es un poco artificial. Se produce porque se percibe que hay gente a la que no le interesa abrir el domingo. Vamos a dejar que evolucione, que sea una solución “a demanda”, no impuesta.
Turismo
– ¿Cuáles son los proyectos y prioridades en materia turística?
– Seguir trabajando en la diversificación de orígenes. El mercado exterior más importante para nosotros sigue siendo el inglés, pero ha caído este año. La cifra final ha remontado gracias a franceses, alemanes, nórdicos y rusos hasta hace unos meses. Ahora seguramente tendremos que contar con que caigan los rusos, salvo que se produzca otro cambio. Vamos a ir a más ferias y más variadas.
Tenemos un destino a potenciar por la novedad del aeropuerto, que es la provincia de Castellón. La Agencia Valenciana de Turismo tiene un presupuesto específico para patrocinar líneas aéreas que vayan al aeropuerto de Castellón. La existencia de vuelos ‘charter’ y ‘low cost’ es lo que dinamiza el turismo y lo que queremos es que haya líneas desde otros orígenes diferentes a los clásicos, que vayan Castellón. Eso hará que haya un punto de inflexión en el número de turistas extranjeros que acuden a Castellón, que es para lo que se hizo el aeropuerto.
En materia de productos turísticos, nuestro objetivo es diversificar. Nuestro principal producto es el sol y la playa: el 70% de los turistas vienen por este reclamo, pero tiene una limitación estacional y de capacidad. Benidorm está lleno al 100% en agosto. ¿Qué interesa entonces? Desestacionalizar, cosa que Benidorm ha hecho con mucho éxito, consiguiendo ocupaciones altas todo el año.
Pero hay que impulsar nuevos productos turísticos. Por ejemplo la gastronomía, que tiene la gran ventaja de que sirve como reclamo doce meses al año. Además, la Comunidad Valenciana no era nadie hace 20 años en el mundo gastronómico y ahora tiene una gastronomía reconocida internacionalmente, que ha movilizado mucho a turismo de alto poder adquisitivo.
Tenemos también el turismo deportivo, algo que por ejemplo hace mucho la ciudad de Castellón: organiza eventos amateurs y llena los hoteles los fines de semana. Hay muchos deportes que en el norte de Europa no se pueden practicar en invierno, pero aquí sí los doce meses del año.
Otra oferta que hay que potenciar es la cultural. En Valencia tenemos la Ciudad de las Artes y las Ciencias, con una gran capacidad tractora, que ahora va a ser aún mayor. Estamos viendo los contenidos de las propuestas de los operadores del Oceanogràfic y les hemos pedido que dinamicen el Ágora y que propongan acciones para activar el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y el Hemisfèric, lo que va a suponer un cambio en el atractivo de la ciudad. Quien se quede con la gestión del Oceanogràfic y el Ágora, se quedará además con un porcentaje de lo que mejore la facturación de las demás instalaciones, por lo que toda iniciativa que contribuya a mejorar los ingresos les beneficiará.
Un turismo que se fomenta relativamente poco es el de las fiestas populares. Hay festejos –al margen de las Fallas, las Hogueras o la Magdalena-, que son muy atractivas y hay que usarlas como enganche, porque se producen muchas pernoctaciones fuera de temporada: moros y cristianos, Semana Santa, etc.
Y otro de los productos que potenciaremos es el turismo de salud que, por ejemplo, tiene mucho éxito en Alicante. A largo plazo queremos construir un nuevo proyecto: convertir a la Comunidad Valenciana en la residencia permanente de personas de la tercera edad. El fenómeno ha nacido de forma espontánea, sobre todo en Alicante: hay comunidades estables de alemanes, noruegos o ingleses, pero no está organizado ni estructurado. Hay que trabajar más en la oferta sanitaria, porque falta vertebración; ‘empaquetar’ mejor dicha oferta, porque es una gran oportunidad.