R. Mas, Humana: «Creamos empleo con cada prenda que no acaba en vertedero»

Rafael Mas, director de Proyectos y Relaciones Externas
Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid y experto universitario en Gestión Directiva de Organizaciones No Lucrativas por la UNED, Rafael Mas, director de Proyectos y Relaciones Externas de Humana Fundación Pueblo para Pueblo, ha desarrollado su carrera profesional en ella desde 1998, desempeñando diferentes posiciones en las unidades productivas de Gestión del Residuo Textil, Gestión y Planificación de Proyectos de Cooperación, y en el área de Comunicación. Actualmente promueve las relaciones institucionales y las alianzas estratégicas con colaboradores.
Hablamos con Rafael Mas para profundizar en la labor de Humana Fundación.
¿Cuándo y cuál es vuestro objetivo? ¿Por qué nacisteis?
Somos una organización de la economía social que promueve la protección del medioambiente a través de la reutilización de textil y llevamos a cabo programas de cooperación internacional al desarrollo en África, América Latina y Asia, así como de apoyo local, sensibilización y agricultura urbana en España.
La sede central está en l’Ametlla del Vallès (Barcelona) y cuenta con delegaciones en Madrid, Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana y Galicia.
Humana nació en julio de 1987, en Barcelona, donde mantiene su sede social. El modelo en ese momento era similar al actual: recogida de ropa en contenedores, clasificación posterior y comercialización de las prendas en mejor estado a través de tiendas. Todo ello con una finalidad ambiental y social.
– ¿Qué tipo de proyectos lleváis a cabo tanto en el ámbito nacional como internacional?
Nuestros ámbitos de actuación son diversos. Uno de ellos es la protección del medioambiente. Somos pioneros en España en la recogida selectiva y gestión sostenible del residuo textil, con el objetivo de lograr su máximo aprovechamiento para convertirlo en un recurso con fin social.
Además, destinamos parte de los recursos obtenidos con la gestión del residuo textil a los municipios donde gestionamos la recogida selectiva. En este contexto se enmarca el Programa de Bonos de Ayuda a la Vestimenta a través del cual distribuimos vales de compra a nuestros colaboradores (habitualmente al área municipal de Servicios Sociales), que les hacen llegar a personas con pocos recursos para que puedan adquirir gratuitamente ropa en nuestras tiendas. En 2024, distribuimos 926 bonos de vestimenta a 38 colaboradores.
Por otra parte, la gestión del textil usado nos ayuda a generar recursos que se destinan a programas sociales tanto en España como en África, América Latina y Asia. En concreto, desarrollamos, con carácter anual proyectos con fondos propios y fondos procedentes de subvenciones y donaciones públicas y privadas en más de una decena de países. Estas iniciativas involucran anualmente a más de 100.000 personas y se llevan a cabo en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
En 2014 pusimos en marcha el Programa 3C Cultivemos el Clima y la Comunidad (agricultura urbana), que cuenta con 170 activistas (así llamamos a los participantes) en una decena de huertos urbanos de Cataluña y Madrid.
También contamos con un programa de sensibilización para difundir la importancia de la prevención de residuos y la reutilización del textil usado, relacionado con la sostenibilidad global, la protección del medioambiente y la cooperación al desarrollo.
5.400 puntos de recogida selectiva
– ¿Cómo contribuís al desarrollo sostenible y la protección del medioambiente?
Como especialistas en preparación para la reutilización, gestionamos las donaciones de ropa y calzado usado recuperadas gracias a una red de 5.400 puntos de recogida selectiva (ubicados tanto en la vía pública como en el interior de las tiendas Humana), para obtener el máximo aprovechamiento del residuo textil y darle una segunda vida.
Se calcula que, por cada kilo de ropa recuperado y no conducido a un centro de tratamiento de residuos para su incineración o disposición final, se evita la emisión de 6,1 kg de CO2. Las 19.074 toneladas recuperadas en 2024 equivalen a 77,2 millones de prendas, lo que evitó la emisión de 116.354 toneladas de CO2.
– La recogida y reutilización de ropa es una de vuestras actividades más conocidas. ¿Qué impacto tiene este modelo circular en términos sociales y ecológicos? El 17 de mayo se ha celebrado el Día Mundial del Reciclaje… vosotros decís que la ropa de segunda mano es un motor de empleo y crecimiento económico en África. ¿Tenía entendido que era un perjuicio?
Desde el inicio de nuestra actividad hace casi cuatro décadas, nuestro objetivo es la gestión eficaz de las donaciones de ropa usada, una filosofía vigente en una sociedad en la que el consumo hace que el volumen de prendas desechadas aumente progresivamente año tras año.

Planta de clasificación en Leganés (Madrid)
¿Dónde van a parar las prendas depositadas en los contenedores de ropa en España? El el año pasado, como ya he comentado, recuperamos 19.074 toneladas para clasificarlas y dimos una segunda vida a más del 90%. En función de su calidad, el destino de las prendas fue la venta en tiendas propias (21%), el reciclaje para aprovechar la materia prima (29%) o la exportación a África (41%).
El porcentaje que se exporta a África son prendas perfectamente reutilizables, pero por las que el consumidor europeo no está dispuesto a pagar, ya sea por moda o porque el estado de los artículos no cumple sus expectativas.
La ropa usada dinamiza la economía África
Varios estudios recientes confirman que el sector de la ropa usada en África es un factor de dinamismo económico. La ropa que exportamos es para ser vendida a precios bajos a comerciantes locales con el fin de satisfacer la demanda de vestimenta, impulsar la actividad económica local y generar recursos para el desarrollo.
Vendiendo la ropa a precios asequibles a la población se consigue mayor dignidad para las personas, creación de puestos de trabajo estables en los países de destino, la generación de flujo económico y la eliminación de las posibles mafias surgidas si la ropa se regalara.
– ¿Cuáles son los principales retos logísticos o de concienciación con los que os encontráis?
Estimamos que cada ciudadano consume anualmente 25 kg de textil y desecha aproximadamente 22, de los que cerca del 90% son depositados en contenedores diferentes a los de textil y no en el punto de recogida adecuado.
No hay cifras oficiales en España sobre la cantidad de textiles recogidos selectivamente por todos los gestores autorizados, como nosotros. Sin embargo, se calcula que apenas es el 12% (la media europea es del 38%).
Por lo tanto, y con el objetivo de contribuir al cumplimiento de los objetivos legislativos, es necesario llevar a cabo una buena recogida selectiva de este residuo en origen y que sea recuperado para garantizar su máximo aprovechamiento y reutilización.
– ¿Qué papel juega la colaboración con ayuntamientos y otras entidades públicas en vuestro trabajo?
Es esencial. Desde el pasado 1 de enero, la UE obliga a los municipios de los Estados miembros a asegurar la recogida selectiva del residuo textil y establecer unos objetivos para su reutilización y reciclado. Así que las grandes y pequeñas ciudades españolas están obligadas a recoger de forma separada los residuos textiles.
Las administraciones locales realizan licitaciones públicas para adjudicar el servicio. Nosotros, concretamente, contamos con un millar de colaboradores entre ayuntamientos, entidades públicas no municipales y empresas.
Fuera de nuestras fronteras
– Has comentado que también impulsáis proyectos de cooperación en países del Sur Global. ¿Podrías contarnos alguno reciente y su impacto?
Como ya he dicho, la gestión del textil usado nos genera unos recursos que destinamos a programas sociales, tanto en España como en África, América Latina y Asia. Disponer de fondos propios facilita la sostenibilidad de estos programas y el acceso a financiadores externos como AECID o la UE para llevar a cabo iniciativas de cooperación internacional que involucren a un mayor número de personas.
Desarrollamos los proyectos de cooperación bajo el paraguas de la Federación Humana People to People, que integra a 29 organizaciones en el ámbito mundial y que comparten valores y programas.
Tras 38 años de actividad, 2,4 millones de personas se han beneficiado de los proyectos de desarrollo en los países del Sur de la mano de contrapartes o socios locales. Se han destinado más de 30M€ para formar profesores de primaria, impulsar la agricultura sostenible o la lucha contra el VIH/SIDA, entre otras acciones.
39 empleos por 1.000 toneladas de textil
– ¿Cómo se gestiona la financiación de la fundación y en qué medida dependéis de donaciones o de vuestros propios recursos?
Un dato significativo es que generamos un puesto de trabajo indefinido a tiempo completo por cada 25 toneladas de textil recogido o, lo que es lo mismo, 39 puestos por cada 1.000 toneladas. Esta capacidad de creación de empleo junto al beneficio social que generamos nos convierte en un actor relevante de la economía social.
– ¿Cómo veis el futuro de Humana y qué objetivos os marcáis para los próximos años?
2025 es un año incierto con muchas incógnitas, entre ellas la inestabilidad de los mercados internacionales; la obligatoriedad de la recogida separada de residuo textil en toda la UE; el comienzo de las pruebas del nuevo RAP textil RE-VISTE (RE-VISTE es la marca comercial de la Asociación para la Gestión del Residuo Textil: esta entidad es la respuesta a la responsabilidad ampliada del producto -RAP- que contempla la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada en 2022 y que es, a su vez, la transposición de la directiva marco de residuos de la Unión Europea) y el auge de la moda ultrarrápida nos hacen ser precavidos, aunque esperanzados.
Contamos con 54 tiendas y seguiremos abriendo más porque el de la moda de segunda mano es un sector en auge al que muchos ciudadanos aún no se han incorporado. Sigue habiendo poca oferta y seguro que crecerá significativamente en los próximos años. Reutilizar la ropa es la mejor manera de evitar que se convierta en un residuo. Y evita el gasto económico, energético y ambiental que comporta la producción de una prenda nueva que sustituya a la anterior.
– ¿Qué puede hacer cualquier persona que quiera colaborar con vosotros? ¿Qué mensaje lanzáis a la ciudadanía y el tejido empresarial?
Nuestro mensaje principal es una llamada a la transparencia y a la confianza en un proceso de gestión de la ropa usada que permite dar una segunda vida a las prendas de las que nos deshacemos. Esta transparencia en la trazabilidad del residuo textil es fundamental para aumentar el porcentaje de donaciones. Es un mensaje extensible a las administraciones y al tejido empresarial.