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José María O’Kean: «España no tiene peso para ser locomotora europea»

Publicado a 22/04/2025 18:22 | Actualizado a 25/04/2025 12:43

Doctor en Economía por la Universidad de Sevilla y Executive Master en e-business por el Instituto de Empresa, José María O’Kean ejerce como catedrático en la Universidad Pablo de Olavide desde 1997, donde imparte asignaturas como Macroeconomía, Economía Digital y Pensamiento Económico. Su labor en el ámbito de la enseñanza se extiende también al IE Business School, donde, desde 1991, es profesor asociado de Entorno Económico y Análisis de Países, y donde ha sido reconocido hasta en nueve ocasiones como mejor docente en distintos programas.

Actualmente, el economista compagina su labor académica con la docencia en la sede sevillana de la EOI. Su línea de investigación aborda cuestiones como la competitividad empresarial, la creación de valor, los efectos del entorno macroeconómico y los cambios sociales, así como el papel de las TIC y la Economía Digital en la transformación económica.

José María O’Kean: «España no tiene peso para ser locomotora europea»

Pocos cambios en el crecimiento para 2025

– El turismo sigue tirando de la economía española, junto con el gasto de las familias y el gasto público. ¿Cómo cree que será el crecimiento económico de España este año?

Todo hace pensar que vamos a seguir más o menos igual. Dentro de los componentes de la demanda agregada, la inversión es el que está un poco más bajo ahora mismo. Ese es el componente que se puede recuperar y el que seguramente caerá un poco es el gasto público, porque tenemos que ajustarnos debido el plan de estabilidad al 3% del déficit. Lo que pasa es que, si la economía sigue tirando, el Estado va a recaudar y recaudando es difícil que disminuya el gasto público.

Al margen de que hay un gobierno de izquierdas que pretende que el Estado pese mucho en la economía, si la economía crece, los impuestos están muy relacionados con el crecimiento. Entonces se recauda más y eso permite gastar.

Creo que habrá pocos cambios en el crecimiento, quizá medio punto menos, pero el turismo sigue tirando fuerte y las exportaciones también.

Por otro lado, las familias han empezado a ahorrar un poco más, es decir, hay algo de desconfianza. Y si el consumo cae, lógicamente se notará, pero no parece que esto vaya a cambiar mucho.

Europa, lastrada por Alemania

– Mirando los datos de crecimiento de otros países de la eurozona, ¿podríamos decir que España es la locomotora de Europa en estos momentos?

España no tiene peso para ser locomotora europea. Es la cuarta economía, pero es casi tres veces menos que la de Alemania o dos menos que la de Francia, e incluso menos que la de Italia. Porque España vaya bien, Europa no va a ir bien. Europa va bien, si va bien en Alemania y Francia, y no es el caso. Lo que España pueda comprar a Francia o a Alemania son unas cantidades insignificantes como para tirar de la economía alemana o francesa.

Entonces, Europa está creciendo muy poco, tiene unos indicadores que son muy bajos y, sobre todo, está lastrada por una Alemania, que tiene una crisis muy importante, y por Francia, que tiene muchas dificultades de diversa índole.

– En Europa llevamos unos meses en un nuevo entorno de tipos de interés a la baja. ¿Los datos de inflación realmente invitan al optimismo? ¿Podemos dar por finalizada la batalla?

Si no ocurre nada, sí. La inflación está más o menos controlada, vamos a tener algunos repuntes porque los salarios van a subir. Si es una cosa moderada, creo que la economía lo puede asumir con tranquilidad. Después, el escenario geopolítico es altamente volátil en regiones como Israel, Siria, Irán, el Canal de Suez y el Estrecho de Ormuz.

Si llegara a ocurrir algo que encarezca el envío de gas, se puede originar nuevamente una subida, pero no va a ser tan letal como fue la guerra de Ucrania para Europa, sobre todo Alemania, que dependía de un porcentaje muy alto del suministro ruso.

¿Más capacidad de ahorro este 2025?

– ¿Podrán tener las familias más capacidad de ahorro este año si suben los salarios y baja la inflación?

No creo que sea una cuestión de que se ahorre más porque suban los ingresos, es más una cuestión de expectativas psicológicas. Si una familia piensa que hay que parar un poco el consumo y que es mejor hacerse una hucha para los tiempos malos, entonces ahorrará un poco más. En principio es lo que está pasando. Si en cambio piensa que el Estado le va a proteger y que la economía va a seguir creciendo, entonces seguirá manteniendo su nivel de consumo.

No parece tampoco que vaya a haber un cambio importante. Para la economía española, el 2025, si no ocurre nada fuera que nos afecte, no habrá muchos cambios. Otra cosa es que las situaciones geopolíticas cambien drásticamente y terminen afectando.

El debate de la jornada laboral

– Respecto a la reducción de la jornada laboral, ¿están las empresas españolas preparadas para hacer frente a este reto?

Ahí hay dos cuestiones, una que sí se está tratando y otra que en cambio no. Si tengo un pequeño comercio con una empleado que tiene que bajar su jornada laboral en dos horas y media, ¿qué hace el empresario? ¿Contrata una persona para dos horas y media? ¿Cierra el negocio dos hora y media antes? Eso es lo que se está debatiendo y que afecta a las pequeñas empresas y a las microempresas.

El otro debate, que no se está tratando, es que el salario por hora sube. Si se gana el mismo sueldo trabajando menos, el salario por hora sube. Eso va a hacer que los empresarios intenten repercutir esa subida de costes en los productos, por lo que la inflación subirá un poco. Todo el mundo cree que se subirán los precios y que los consumidores lo pagarán, y tampoco pasará nada. Al final es una medida que va a ser inflacionista y a lo mejor reduce los márgenes empresariales en aquellos sectores en los cuales las empresas no pueden repercutir en precio esa subida de costes.

¿Qué hacer con la vivienda?

– Las perspectivas para 2025 no dejan mucho margen para el optimismo en lo que se refiere a la vivienda, ya que se espera que los precios sigan subiendo, especialmente en el alquiler. ¿Cómo podemos abordar este problema?

Lo primero que se debe hacer es acotar el problema. Yo no creo que Huesca o Teruel tengan problemas de vivienda, ni tampoco otras muchas ciudades españolas. Entonces estamos generando un problema que parece que sea nacional y no lo es, es un problema de ciudades muy concretas, como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga. Son ciudades en las que está repercutiendo mucho el boom turístico que está haciendo que la poca oferta que hay, se la esté llevando esta demanda turística. Además, ha encarecido el suelo. Así que, una vez acotado el problema, las medidas que debemos de tomar tienen que ser acotadas, no generales.

Hay problemas en la oferta y en la demanda. ¿Hace falta más vivienda? Eso está claro. ¿Por qué no se construye? Porque se tarda prácticamente un año y medio en licitar una construcción de una vivienda, eso hay que acelerarlo. Por tanto, en lo relativo a la oferta, hay que construir más y acelerar todos trámites.

Además, toda la legislación que se ponga para acotar la subida de los alquileres, quita oferta. Si tu problema de oferta es que tienes pocas viviendas para alquilar y lo que haces es poner impedimentos y restricciones, los propietarios verán que no merece la pena alquilar y se crean más problemas que soluciones.

Por otro lado, para que bajen los alquileres hay que tener mucha vivienda, por lo que hay tocar la parte de la demanda. Tenemos una generación, los famosos millenials, quieren vivir en el centro de la ciudad o en un sitio cómodo para no tener que usar coche, y todo eso hace que la demanda presione en el mismo sitio donde la actividad turística está aumentando.

Hay que buscar incentivos para que opten por irse fuera del centro y también por comprar en vez de seguir alquilando. Para estos jóvenes, deberíamos de activar nuevamente la opción aquella de la cuenta de ahorro vivienda con desgravaciones fiscales para ir metiendo dinero en una cuenta corriente y a los seis años comprar un piso.

Fomentaría también la construcción de vivienda, haría que personas que están ahora mismo pensando solo en el alquiler se plantearán comprarse algo y empezaran a ahorrar, y que fueran contemplando zonas que no son puramente en el centro de la ciudad. Desde luego, medidas restrictivas, como limitar subidas y controlarlo todo, lo que hacen es reducir la oferta.

Recuperar competitividad frente a China y EE.UU.

– Francia y Alemania viven momentos de inestabilidad política y económica. ¿Cómo ve el crecimiento económico de la eurozona? ¿Podemos recuperar competitividad frente a China o Estados Unidos?

No lo veo bien. Alemania tiene una crisis muy profunda, más de lo que parece. Tenía un modelo basado en una energía muy barata que llegaba de Rusia y ahora la energía ya no es barata. Alemania ha tenido que cambiar muchas cosas y producir allí es más caro que antes.

Por otro lado, toda la ola proteccionista que está surgiendo en China y en Estados Unidos va a afectar muy negativamente a las exportaciones. Además, una parte de las exportaciones eran del sector de la automoción que se ha quedado muy atrás, mientras los coches eléctricos chinos han entrado de una manera fulminante, con una cantidad de fabricantes nuevos y de coches que son mucho más competitivos que los europeos. Ahí Alemania tiene que cambiar el modelo.

En el ámbito europeo, Europa no tiene gigantes tecnológicos. Los tiene Estados Unidos y los empieza a tener China. Europa tiene alguna empresa puntera, pero no al nivel de las grandes tecnológicas mundiales que son norteamericanas. Ahí no creo que podamos plantar cara a nada. Europa no es que esté en decadencia, sino que tenemos una forma de vivir distinta: queremos más gasto social y más protección por parte del Estado.

En el caso de EE.UU., las personas muy ricas se han hecho a sí mismas, no han heredado nada. Aquí en Europa no es así, suelen ser empresas familiares que se van heredando. En Estados Unidos, las personas más ricas del mundo han salido de Silicon Valley​​ y del ámbito tecnológico. Eso Europa no lo ha aprovechado y no tenemos a ningún magnate de ese nivel.

Por otro lado, el caso de Francia es distinto, es un país muy intervencionista, con mucho peso y con muchos problemas sociales internos y de inestabilidad política. Con Alemania también estamos ahí ante unas elecciones y la tendencia es a partidos más radicales. Estamos en una marcha atrás en este aspecto.

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