Barómetro de recuperación empresarial tras la DANA: Pasados los 100 días, todo parado
Con una nueva entrega del Barómetro de recuperación tras la DANA, Economía 3 vuelve a evaluar la situación en las áreas industriales afectadas por la catástrofe, donde empieza a percibirse un moderado optimismo, aunque con cautela. Este sentimiento es especialmente palpable en Catarroja y Paiporta, dos de los municipios más golpeados por las inundaciones.
Más de 100 días después de la DANA, las empresas de la ‘zona cero’ de la provincia de Valencia centran sus esfuerzos en proteger el empleo y reactivar su actividad lo antes posible. Son conscientes de que la competencia no se ha detenido durante este tiempo.

Tras más de tres meses, los empresarios expresan su frustración ante problemas aún sin resolver, como la falta de un suministro estable de Internet y la persistencia del lodo. Además, insisten una vez más en la urgencia de que el Consorcio de Seguros acelere el proceso de indemnización.
Zona industrial de Catarroja
En el polígono de Catarroja comienza a notarse algo inusual. Pese a ser una de las zonas industriales más afectadas, empresas y la Administración local trabajan al unísono para recuperarse lo antes posible y entre los destrozos comienza a verse cierto optimismo. «Se están haciendo grandes esfuerzos y, aunque las cosas no va todo lo rápido que desearíamos, lo cierto es que se trabaja más deprisa que en otros lugares, lo que nos hace tener esperanza», explica Patricia Muñoz, presidenta de la Asociación de Empresarios de Catarroja (AECA).
«Las empresas percibimos que hay muchos profesionales trabajando mucho y bien. Percibimos que se está tomando cada decisión pensando en no dejar caer a todas esas empresas, pequeños autónomos y empleados, que no van a poder continuar en la empresa en la que estaban debido al impacto de la DANA», asegura la presidenta.
Esta semana llegaba el anuncio de que muchas personas extranjeras que se encuentran en situación de desempleo debido a la falta de papeles serán regularizadas. «Existe la voluntad por parte de la Administración y se les instará a que certifiquen todo el conocimiento que tenían en sus países para que trabajen en la reconstrucción de la comarca», explican desde AECA.
Un punto que será fundamental en la reconstrucción será lograr que el empleo que generen las ayudas revierta en la zona y tanto AECA como el Ayuntamiento de Catarroja, con la alcaldesa Lorena Silvent al frente, trabajan en una misma línea para lograrlo. «Debemos reconstruir todo lo que hemos perdido, pero haciendo que lo que creemos sea mejor que lo que teníamos antes. Seremos mejor y más fuertes, pero la única manera de hacerlo es generando más empleos», asegura Muñoz.
Y concluye: «El desastre ha pasado y no lo podemos evitar. A partir de ahí podemos hundirnos o podemos hacer los deberes para ser más atractivos de cara a la inversión. Se está trabajando mucho y ya se está operando a muchos niveles para reconstruir la zona. Las empresas, y he de decir que también la alcaldesa, lideramos esa reconstrucción. Estamos contentos, vamos de la mano porque tenemos el mismo objetivo».
Zona industrial de Paiporta
En Paiporta los ánimos no son tan optimistas. Las mejoras están ahí, principalmente en materia de retirado de residuos y vehículos, pero hace falta una mayor celeridad para poder trabajar en la reconstrucción.
La principal preocupación, explica Verónica Bosch, gerente de la Asociación de Polígonos Industriales de Paiporta (APIP), se centra en que la firma Global Omnium comience los trabajos para arreglar el alcantarillado. Desde la APIP explican que se han presupuestado 23 millones de euros para reparar el alcantarillado de Paiporta, porque sigue sin tragar y es fundamental.
Con respecto a la comunicación con la Administración local, los empresarios echan en falta una mayor comunicación con el Consistorio. «Estamos en un momento extraño, pero no tenemos una relación lo fluida que nos gustaría».
«Sí percibimos que están haciendo labores de limpieza y reconstrucción, pero tenemos que ir detrás muchas veces del Ayuntamiento, no nos transmiten la información, lo que nos tiene un poco disgustados porque la información es fundamental», asegura Bosch.
Zona industrial de Sedaví
La situación en el polígono industrial de Sedaví está mejorando bastante. Es complicado, asegura Germán García, de la Asociación de Comercios y Empresas de Sedaví (Acese), porque seguimos sin noticias del Consorcio y eso hace que la gente sea muy escéptica. El principal problema, explica, es que carecen de información, lo cual se traduce en una gran incertidumbre.
Con respecto a la amenaza de la pérdida de empleos, las empresas afectadas en Sedaví son conscientes de que el tiempo que no han estado operativas han perdido clientes. «Eso será un sobreesfuerzo a posteriori, que se junta a la incertidumbre por saber cuándo se va a estar operativos. Todo puede retrasarse y la dinámica es compleja porque llevamos cerca de cuatro meses tratando de ponernos en pie y la competencia se ha movido», afirma García.
Y concluye: «Habrá despidos a partir de junio, porque tras la DANA hay mucho miedo y una gran sensación de alerta. No hay garantías tampoco de poder la infraestructura y la inversión, lo cual afectará al colchón de las empresas para gestionar un momento tan delicado».
Zona industrial de Quart de Poblet
En la zona industrial de Quart de Poblet ha cambiado poco la situación con respecto a la última actualización del Barómetro. El problema reside ahora, especialmente, en los accesos a la zona. «Las empresas se quejan de la insalubridad. Son muchos meses con barro, que ahora está seco, pero cada vez que pasan camiones se levanta el polvo», explica la gerente de la Asociación Empresarial de Quart de Poblet, María Ángeles Hidalgo.
Las ayudas han ido llegando, pero falta agilidad en las indemnizaciones por parte del Consorcio de Seguros, según Hidalgo. «Las empresas están desconcertadas, porque el Consorcio ha valorado los daños pero no saben si van a contactar con ellos de nuevo, qué dotación económica van a recibir o si van a tener que trasladarse», señala.
La seguridad en la zona va mejorando, aunque «la picaresca siempre existe». «Siempre hay gente por el área industrial que recoger restos, pero no es la avalancha que hubo al principio», añade.
En estos momentos, alrededor de un 90% de las empresas están operativas, lo cual no implica que su actividad esté al 100%. Muchas de ellas todavía continúan reparando o limpiando maquinaria y preparándose para ponerse en marcha de nuevo.
Zona industrial de Picanya
Más de tres meses después, la conexión a Internet sigue sin funcionar adecuadamente en la zona industrial de Picanya, compuesta por tres polígonos, aunque el suministro de agua y electricidad se restableció hace tiempo.
El presidente de la Asociación Empresarial de Picanya, Ricardo Rubio, asegura que, a excepción de un polígono, los accesos a la zona industrial son «relativamente fáciles». Sin embargo, el acceso al pueblo continúa presentando dificultades y hay carreteras de dos carriles con solo uno operativo.
«Sigue habiendo agencias de transporte que muestran cierta reticencia a entrar en las poblaciones de la zona cero, pero no porque no se pueda«, señala Rubio en relación a la logística en la zona.
En cuanto a las ayudas, Rubio destaca que la principal dificultad ahora radica en el Consorcio de Seguros, ya que las ayudas por parte de la Administración llegaron hace tiempo. «La situación avanza más lentamente de lo que nos gustaría. Desde el 29 de octubre, los únicos que nos hemos dado prisa hemos sido los ciudadanos», enfatiza.
Zona industrial de Riba-roja de Túria
Carlos Peinado, gerente de la Asociación de Empresarios La Reva (Asocreva) reitera de nuevo que el cuello de botella sigue estando en las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). Reitera que muchas de ellas no han sido peritadas tan siquiera y «van muy lentas», con lo cual «si el empresario no sabe lo que le van a pagar no puede aventurarse a adelantar la ayuda». De hecho las empresas grandes están tirando de músculo financiero «y están anticipando el dinero, bien porque lo han pedido a una entidad financiera o bien porque han accedido a líneas ICO».
En cuanto a la operatividad de la empresas y la posibilidad de que algunas de ellas no reabran, Peinado vaticina que algunas micropymes no abrirán sus puertas de nuevo «porque han perdido los clientes. Ya no es solo cuestión de ponerse en pie de nuevo».
Sobre los acopios de residuos en las parcelas vacías, sobre todo en una de ellas, que estaba prácticamente en el centro del polígono, el Ayuntamiento ha comenzado a vaciarlas, lo que supone «una ayuda tremenda para recuperar la normalidad», clarifica.
Zona industrial de Beniparrell
Leonardo García, presidente de la Asociación de Empresarios de Beniparrell (Aembe) reitera de nuevo que el CCS «no paga». «Pensamos que no llega ni al 10% las empresas que han recibido un adelanto de la indemnización», asegura.
«Sabemos -aclara- que el CCS ha pagado a particulares por sus viviendas y vehículos pero no está atendiendo a las empresas. A muchas de ellas ni siquiera les han hecho una valorado de sus daños», admite.
Del 20% de empresas que faltan por abrir, muchas de ellas son microempresas, pero algunas son grandes como aquellas del sector del mueble que han perdido todas las materias primas y la maquinaria y han decidido «no poner dinero de su bolsillo y están parados», clarifica. De ese 20%, «creemos que hay un 2% que ya no va a abrir», vaticina.
García confirma que algunas de las empresas que están de alquiler se están trasladando y otras están pensando en mudarse a otros polígonos porque «muchas de ellas han sufrido inundaciones en cinco años dos veces», clarifica.
En sentido positivo, el representante de Aembe reconoce que aquellas empresas que tenían en mente antes de la DANA cambiar maquinaria o ampliar sus instalaciones «están aprovechando esta situación para ponerlo en marcha».
Zona industrial de Chiva
Rodrigo Tarín, presidente de la Entidad Urbanística de Conservación La Pahilla (Chiva) confirma que las empresas del área industrial son propietarias de sus instalaciones la mayoría de ellas y «en el corto plazo ninguna de ellas tiene previsto mudarse».
Sobre los trabajadores, Tarín reconoce que algunas empresas grandes sí que han tenido que recurrir a un ERTE, pero «ya van recuperando la actividad».
Si que es verdad que algunas retomaron rápidamente la producción sin cambiar la totalidad de las instalaciones, «únicamente las han reparado y las han arreglado para poder trabajar . Sin embargo, la dinámica de trabajo es más costosa porque se producen errores técnicos y eléctricos de la propia maquinaria», incide.
«Hay que pensar -admite Tarín- que cambiar una línea de producción llevaría mucho tiempo y obligaría a la empresa a estar mucho tiempo parada. Con lo que no han valorado esta opción».
Corrobora también que en principio ninguna de las empresas del área empresarial al que representa tiene previsto cerrar. «Están funcionando relativamente bien y, si no ocurre ninguna sorpresa, nadie tiene una afección como para planteárselo».
Sobre el caballo de batalla de todas las empresas, las indemnizaciones del CCS, Tarín admite que «sí que han hecho algún anticipo pero ha resuelto operaciones pequeñas, en concreto entre un 15 y un 20%».
Corrobora también que van a tener una reunión con el Ayuntamiento de Chiva para tratar la reconstrucción de las infraestructuras, la limpieza y el baldeo de calles, entre otras cuestiones. «A día de hoy viene un camión, limpia una calle y nadie sabe quién lo ha mandado y no volvemos a saber nada. En definitiva, no tenemos un servicio de baldeo que sería lo primero que necesitamos», clarifica. De hecho, «estamos igual que cuando los empresarios limpiamos las calles».