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Miriam González (España Mejor): "A Europa se le tiene que meter en la cabeza que necesita agilidad"

Publicado a 02/02/2025 8:00 | Actualizado a 03/02/2025 18:04

No es fácil construir un currículum como el de Miriam González Durántez (Olmedo, 1968). Licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid, esta abogada, especializada en comercio internacional y en la Unión Europea, ha trabajado en empresas de prestigio como Acciona y la firma internacional Cohen Gresser. Además, ha ocupado cargos de alto nivel en instituciones como la Comisión Europea y el Gobierno británico.

Más allá de su labor como abogada, González se ha convertido en una figura influyente por su compromiso con diversas causas sociales, especialmente la igualdad de género, con su fundación ‘Inspiring Girls’. También es impulsora de la iniciativa ‘España Mejor’, una plataforma que busca dar voz a la sociedad civil y promover propuestas de políticas públicas para afrontar los retos del país.

Miriam González: «A Europa se le tiene que meter en la cabeza que necesita agilidad»

En una entrevista con Economía 3, González analiza los retos pendientes de España para impulsar su crecimiento y lamenta la creciente «polarización» política, que considera «una desgracia» para el país. Como experta en comercio internacional, advierte que el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos traerá «años difíciles» para Europa.

Los deberes «pendientes» de la economía española

– Tomando el nombre de la fundación ‘España Mejor’, de la que usted es impulsora, ¿qué cree que necesita España para mejorar? ¿Cómo percibe la situación actual del país?

A nivel general, una de las buenas cosas que está ocurriendo en España es el crecimiento económico. Esto se percibe de manera diferente según la ideología, pero las cifras como tal son realmente buenas. Lo que más me esperanza ya no es solo la parte del turismo, sino toda esa parte del crecimiento de los servicios de valor añadido. Es una parte muy esperanzadora, aunque todavía no está lo suficientemente consolidada como para saber si puede ser un motor que tire del país.

Imagen: España Mejor.

Claramente, como país nos estamos aprovechando de la situación que tenemos ahora. Los países que están en el norte de Europa, que dependen más de la manufactura, tienen más dificultades, y los del sur, que dependemos más de los servicios, tenemos una situación comparativamente mejor. Aunque todavía no hemos hecho todos los deberes que tenemos que hacer.

¿Qué necesitamos hacer como país? Seguimos sin hacer reformas estructurales. Seguimos sin hacer todos los deberes que tenemos pendientes en el mercado laboral y seguimos teniendo demasiada interferencia del sector público en el sector privado.

Hay mucha regulación, que es estupenda y yo vengo de un background reglamentario, pero hay otra mucha regulación que simplemente se ha desarrollado porque tenemos capas y capas de estamentos políticos y cada una tiene que tener algo que decir y cada una tiene algo que aprobar. Hay que empezar a mirar esto con una visión crítica y lo que sea superfluo, quitarlo. Yo creo que en un momento internacional tan competitivo no nos podemos permitir ir con mochilas de carga. Hay que agilizar la economía española.

La «preocupante» polarización de la política

– ¿Cómo ve el clima político en estos momentos en España? ¿La situación actual favorece al crecimiento económico?

Lo veo como creo que lo ve la mayoría de los españoles: muy preocupante. Me preocupa muchísimo la polarización, creo que es una desgracia. Además, creo que la sociedad española no es que esté polarizada, sino que la polarización la traen los políticos. Cuando preguntas en la calle, la mayoría de los españoles quiere que funcionen las cosas y todos estamos dispuestos a ceder un poquito de nuestras ideologías para poder llegar a consensos.

A nosotros lo que más nos pregunta la gente es: «¿Por qué los políticos no se pueden poner de acuerdo?». Claramente se ve que la polarización la han traído los políticos, que no es algo natural en la sociedad.

Sin embargo, como siempre se puede ver todo de forma positiva: a pesar de la polarización y de un Gobierno que se mueve poco debido a las circunstancias parlamentarias, el país sigue creciendo.

La clase política «tiene demasiado poder»

– Hace unos años publicó un libro cuyo título es ‘Devuélveme el poder. Por qué urge una reforma liberal en España’. ¿Aún hace falta esa reforma liberal? ¿En qué consiste? 

El tema de la regulación o de los impuestos es lo que normalmente se ha llamado en España el liberalismo. La concepción española del liberalismo se ha distorsionado. Para mí lo liberal está en la desagregación del poder. Es el aceptar que hay dialécticas sociales, que nadie tiene el poder absoluto y que no creas concentraciones de poder. Aquí la clase política tiene demasiado poder sobre el resto de la sociedad y esa es una de las grandes lacras y de los grandes cánceres que tenemos en España.

Si retiras un poco el poder de esa clase política haciéndoles que rindan cuentas sin imponerse al ciudadano, este país funcionaría muchísimo mejor.

La necesidad de «cambios estructurales» en Bruselas

– Desde hace meses, la pérdida de competitividad europea con respecto a China o Estados Unidos está en el centro del debate. ¿Cómo valora la posición de la Unión Europea en un mundo cada vez más competitivo?

Claramente estamos en un momento difícil. Ya se ha dado cuenta de todo el mundo, pero llevamos hablando de esto ocho o 10 años. Una de las cosas que tenemos que aprender es que no podemos pasar tanto tiempo para despertar ante las situaciones cambiantes. Estamos en un cambio económico enorme que, a diferencia de otros cambios económicos, como la Revolución Industrial, este va mucho más rápido porque es tecnológico. Entonces no nos podemos permitir pasar ocho o 10 años para entender una dinámica.

Imagen: España Mejor.

Una de las cosas que se le tiene que meter a Europa en la cabeza es que necesita agilidad. Hay que moverse con mucha más rapidez, según se van moviendo las piezas del tablero. Claramente hay una parte de competitividad que no se ha entendido bien. En Europa hemos creado una especie de máquina reglamentaria que se mueve por sí sola, que es Bruselas, y hay que dar marcha atrás y volver a las cosas esenciales.

Lo esencial de la Unión Europea es el mercado interior, que tiene funcionar cada mes mejor que el anterior. No hemos visto mejoras sustanciales y eso requiere cambios estructurales en Bruselas. Seguimos teniendo a los funcionarios ahí, con sus comisarios dedicados a regular en cada área, pero nadie cambia la estructura.

En la parte política, en energía, en defensa y en tecnología, también hay temas importantísimos que dependen más de que se vuelvan a poner en marcha ciertos Estados miembros cruciales. Estamos todos esperando a ver qué es lo que ocurre en Alemania y cómo se mueve la situación en Francia, que es muy preocupante a todos los niveles.

También queda una cuestión existencial: si la economía mundial se mueve cada vez más rápido, ¿es posible ser ágil cuando todo lo tienes que coordinar entre 27 Estados miembros? En algún momento tenemos que plantearnos este tipo de cosas porque a lo mejor hacen falta estructuras en paralelo que vayan dinamizando.

Trump traerá «años difíciles»

– ¿Cómo puede afectar a la UE el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, especialmente en lo que se refiere a los aranceles?

Yo creo que no son solo los aranceles, es a la destrucción del Derecho Internacional. No ha tardado ni una semana. Obama fue el primero que puso a la Organización Mundial del Comercio en el frigorífico, Trump y Biden siguieron con ello, y ahora Trump  ha dado un paso más allá. Teníamos muy claras las situaciones en las que se pueden poner tarifas y qué ocurre si las pones. Eso ha desaparecido y uno de los grandes logros del siglo XX fue que el gran poder económico, Estados Unidos, se sometiera a reglas acordadas por todos.

Ahora estamos en un momento en el que parece que va a a imperar la ley del más fuerte. No nos podemos engañar, esto es un problemón para el mundo, para Europa y, especialmente, para los países en vías de desarrollo.

Me hace mucha gracia ver a gente que romantiza a Trump. No podemos dejar ir todo lo que hemos construido, aunque en algún momento los demócratas se pondrán las pilas, se quitarán las vulnerabilidades y quizá podamos salvar una parte de todo este trabajo internacional. Pero ahora mismo hemos de estar preparados para cuatro años muy difíciles.

El Brexit, cinco años después

– Usted conoce muy de cerca la política británica y se acaban de cumplir cinco años del Brexit. ¿Qué balance hace un lustro después de la salida del Reino Unido de la UE?

El mismo balance que hice el día siguiente en referéndum de 2016: un desastre sin precedentes para el país. Al país le han ocurrido cosas que son globales, pero añadido a todo eso, los británicos se han disparado a sí mismos y tienen pocas perspectivas de recuperarse. El pesimismo se ha instalado en el país y va a ser muy difícil salir de ahí.

Dicho esto, Reino Unido tiene una base estupenda. Sigue siendo una potencia nuclear, tiene una capacidad en los negocios de muchísimo nivel, tiene mucha fuerza intelectual y, sobre todo, tiene una fuerza en defensa que nosotros necesitamos. Es algo que en Europa necesitamos y lo que espero que ocurra en cuanto se recupere el liderazgo alemán es que seamos todos pragmáticos.

Hay muchas cosas que hacer en Europa en materia de defensa y de tecnología, que se harán mucho mejor con una combinación de Alemania, Francia y Reino Unido. Este es un momento de crisis en nuestra parte del mundo, y hay que ser pragmáticos y unir lo que se pueda unir. Y desde luego, la población británica está completamente preparada.

Si les pones ahora un referéndum sobre la mesa, estoy segura de que todos dirían de volver a la UE, aunque no sabrían muy bien a qué vuelven, porque en todos estos años la UE también ha ido cayendo.

Las asignaturas pendientes en igualdad de género

– Economía 3 ha impulsado la Fundación Mujeres al Timón para visibilizar a empresarias y directivas que han alcanzado puestos de liderazgo por méritos propios. Como impulsora de la fundación Inspiring Girls, ¿cómo ve la situación de la mujer en la sociedad actual? ¿Hemos avanzado en los últimos años?

Estamos mejor, pero no estamos todo lo mejor que deberíamos estar en los países desarrollados. En términos generales tenemos igualdad ante la ley, igualdad más o menos en el trabajo, aunque no hemos internalizado lo que pagan las mujeres por la maternidad en sus carreras. Eso sigue siendo un poco tabú.

En las partes altas de casi todos los sectores hay muy pocas mujeres, pero es donde más trabajo se ha realizado, ya que es donde las empresas y la sociedad más pueden hacer. Todavía falta mucho, pero hay una asignatura superpendiente que es la igualdad en las casas, que influye en todo lo demás.

Las mujeres siguen haciendo más trabajo que los hombres en el cuidado de los hijos y en el cuidado de las casas. A pesar de todo lo que hemos hablado de las mujeres en estos años, no hemos logrado avances concretos en esto. Hemos tenido muchas discusiones basadas en el lenguaje, ha habido mucha palabrería.

Ahora tenemos un coste que hay que ver cómo resolvemos, porque hay una vuelta a la masculinidad muy clara, por ejemplo en Estados Unidos. En los últimos años se ha hecho mucho trabajo para dar referentes a las niñas y los hombres también tienen que plantearse cuáles son los referentes para los niños. Cuando les preguntas a los niños a quién tienen de referente o bien no lo saben o te nombran al clásico referente de hombre. No hay diversidad en ese sentido.

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