Consejo General de Enfermería

Al Consejo General de Enfermería le preocupan los conciertos sanitarios

Inestabilidad laboral, «fuga» de talento, salarios bajos e incertidumbre en su desarrollo profesional son solo algunos de los motivos que están llevando a gran parte de los profesionales de la Enfermería en España a desarrollar sus carreras en otros países.

En Economía 3 preguntamos a Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), por este y otros asuntos.

¿Cómo está la Enfermería?

-¿Cuál es el mapa de la sanidad actual? En concreto, ¿en qué estado se encuentra el sector de la Enfermería en España?

Según un informe que presentamos hace apenas un mes, en nuestro país faltan 95.000 enfermeras para alcanzar la media europea. Esta falta de profesionales no es algo nuevo que se haya visto agravado por la pandemia, en absoluto.

Se trata de un problema que venimos arrastrando y denunciando desde hace años. La pandemia, lo único que ha hecho, ha sido visibilizarlo y agravarlo, empeorando aún más las condiciones laborales de nuestras enfermeras. La situación entre unas comunidades autónomas y otras difiere, pero lo cierto es que hay algo en común a todas ellas –con una sola excepción, Navarra–: no llegan a la ratio europea enfermera-paciente.

Tras Navarra, tendríamos País Vasco, Melilla y Castilla y León como las mejor posicionadas, aunque siempre por debajo de esa media. En el lugar opuesto, con los peores datos, se encuentran Murcia, Galicia, Andalucía, Comunitat Valenciana e Islas Baleares. Si hablamos de provincias también superan la media europea Cáceres, Álava y Soria. Por el contrario, Pontevedra, Guadalajara, Murcia, Ourense y Alicante son las que presentan peores cifras.

Falta de profesionales

– ¿Cuál es el impacto directo de esta falta de profesionales en nuestro sistema sanitario?

La falta de enfermeras conlleva un grave riesgo para la seguridad de los pacientes, tanto en centros sanitarios como sociosanitarios. Al no contar con el número suficiente de profesionales no se pueden garantizar la atención y la calidad de los cuidados y eso atenta contra la propia seguridad del paciente.

Además, estamos asistiendo a una desmotivación de los profesionales, que no solo están desbordados, sino también desmotivados, ya que ven cómo a la sobrecarga laboral se añade una falta de reconocimiento. Eso se traduce también en que muchos prefieran irse de España, agravando así aún más el problema de la falta de profesionales.

En el último año se ha triplicado el número de solicitudes de enfermeras para trabajar en el extranjero. Hay que tomar cartas en el asunto y evitar la fuga de talento y profesionales.

– ¿Cuáles son las diferencias de otros países europeos con España?

Partamos de la media europea: ocho enfermeras por cada 1.000 habitantes. Superan esta ratio Bélgica, Finlandia y Dinamarca, con 18, 13 y 11 enfermeras, respectivamente. Y qué lugar ocupa España? El sexto por la cola, que no llega a seis. Nos siguen Eslovaquia, Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia, Letonia y Eslovenia.

Me pregunta por las diferencias entre nuestro país y aquellos que superan la media y la respuesta es sencilla: falta una apuesta decidida por la Enfermería, un compromiso político que vaya más allá de las palabras y los homenajes y pase a la acción. El sistema sanitario está en crisis y si no se invierte en enfermeras la situación va a ir a peor.

Fuga de talento en el sector sanitario

– ¿Qué podemos hacer para retener el talento e incluso para ‘rescatar’ a aquellos profesionales que ya nos han dejado?

En primer lugar, hay que proteger a nuestras enfermeras, reconocer su trabajo y garantizar su futuro y desarrollo profesional. Hay que apostar por políticas que retengan a nuestros profesionales y estas pasan por incrementar esas ratios de las que hablábamos, pero también por mejoras salariales, por poner fin a encadenar contratos ridículos durante años, por la inclusión en el grupo A1 de la Administración, por el desarrollo de las especialidades y por favorecer su acceso a puestos donde se toman las decisiones en salud que, curiosamente, se sigue cercenando a pesar de haber demostrado que la capacidad de gestión y liderazgo enfermero son un valor añadido para el sistema. Este tipo de medidas son las que retienen a los profesionales.

La mayoría de las enfermeras que se van de España no quieren hacerlo, son las circunstancias las que las llevan a ello. ¿Qué tipo de estabilidad tiene una enfermera que se pasa durante cinco años encadenando contratos por meses, semanas e incluso días? Ninguna.

Es comprensible que se vayan a otro país que les ofrece no solo estabilidad, sino también una considerable mejora salarial y más opciones de desarrollo profesional.

Las más demandadas

– ¿Qué especialidades cuestan más de cubrir actualmente? ¿Cuáles son las más demandadas?

El desarrollo de las especialidades de enfermería es una de nuestras grandes batallas. Es cierto que, en estos momentos, nos preocupa especialmente la atención a nuestros mayores y los intentos que desde el Gobierno, a través de su Ministerio de Educación, se han hecho por cubrir este vacío mediante la creación de perfiles no cualificados.

Algo a lo que nos hemos opuesto desde el Consejo General de Enfermería y las sociedades científicas correspondientes. Es preciso promover la contratación de enfermeras especialistas en geriatría de manera urgente porque son los profesionales capacitados para cuidar a las personas mayores de forma individualizada y promover el autocuidado en la medida en que sea posible, fomentando su autonomía y contribuyendo así a retrasar posibles situaciones de dependencia. No obstante, también faltan matronas, por ejemplo.

Es preciso que potenciemos las especialidades de enfermería y el desarrollo de otras nuevas porque, más allá del reconocimiento de nuestros profesionales, apostar por las especialidades es apostar por la calidad de la atención y la salud de nuestros pacientes.

Falta de apoyo

– ¿Cree que la profesión cuenta con la suficiente visibilidad y apoyo?

Visibilidad sí; apoyo, lamentablemente, no. Es cierto que la pandemia nos ha visibilizado y la sociedad ha reconocido nuestra labor y ha empezado a darse cuenta de qué es y qué hace una enfermera. Parece increíble, pero la mayoría no lo sabían, nos veían todavía como una profesión supeditada al médico. Hoy saben que no es así, que enfermeras y enfermeros somos autónomos en la toma de decisiones, que somos los profesionales de los cuidados y nuestro abanico de actuación es muy amplio.

En este sentido, creo que hemos avanzado, aunque es cierto que hay que seguir trabajando en dar visibilidad a la profesión. De ahí que en octubre lanzáramos la campaña ‘Enfermeras imprescindibles’, un anuncio de 45 segundos que ha podido verse en cine, televisión y redes sociales durante casi un mes para contribuir a esa visibilidad y decirle a la población: “Ojo, que sin nosotros la sanidad se paraliza”.

En cuanto al apoyo, no hemos avanzado. Ha habido muchos homenajes, medallas, etc., pero falta un verdadero compromiso con la profesión y es ahí donde estamos trabajando para decir “basta ya”. Un buen ejemplo es la manifestación del pasado 18 de junio en la que más de 8.000 enfermeros de toda España salimos a la calle y nos plantamos ante el Congreso de los Diputados y el Ministerio de Sanidad para gritar alto y claro que no vamos a seguir aguantando esta situación.

– ¿Qué opina de la Ley de Seguridad del Paciente?

Todo lo que sea garantizar la seguridad de los pacientes y asegurar unas ratios enfermera-paciente adecuadas, estamos a favor, pero una vez más asistimos a una falta de voluntad política.

Ley de Equidad Sanitaria

– ¿Qué opinión le merece la nueva Ley de Equidad? ¿Están a favor?

Lo dijimos en su momento: celebramos la eliminación de copagos, pero nos preocupan las trabas a los conciertos sanitarios. Además, esta ley exige una mayor inversión en Sanidad. ¿Se va a hacer? De lo contrario, corre el riesgo de quedarse en un puñado de buenas intenciones.

Con respecto a los copagos, estamos a favor –como no puede ser de otra forma– de ayudar en lo necesario a aquellas personas que tienen dificultades para afrontar cualquier tipo de desembolso y facilitar la atención de los inmigrantes en situación irregular.

Por otro lado, insisto, nos preocupa mucho que la ley venga a poner trabas a los conciertos con la sanidad privada y esto se traduzca en un aumento de las listas de espera; agravando aún más los tiempos para intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas.

– ¿Están de acuerdo con la partida presupuestaria que se ha destinado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a Sanidad?

Es preciso adaptar la partida presupuestaria de Sanidad a las necesidades de nuestro país y tener como referencia a los países de nuestro entorno. Sin embargo, mientras Europa tiene un 9,5 % de gasto sanitario respecto al PIB, en España seguimos por debajo. En 2021, el gasto público sanitario apenas alcanzó el 6,6 % del PIB. Y si atendemos a lo previsto en los PGE del 2023 ascenderá al 7 %, es decir, seguiremos muy por debajo.

El futuro de la enfermería

– ¿Qué le espera a la Enfermería en el futuro? ¿Cómo avanza la digitalización en este sector?

En los últimos años, nuestra profesión se ha ido consolidando y adquiriendo nuevas competencias. Nuestra capacidad para prescribir medicamentos es una buena muestra de ello y esto es algo que a medida que se vayan publicando nuevas guías de indicación, uso y autorización de medicamentos se irá ampliando. En estos momentos, estas se circunscriben al ámbito de las heridas, la diabetes, la hipertensión y las quemaduras, pero se está trabajando ya en nuevos ámbitos. Algo, dicho sea de paso, que repercute en un claro beneficio para el paciente ya que agiliza su atención y acceso al sistema.

Además, la Enfermería está llamada a ocupar puestos determinantes en la toma de decisiones en salud. Esta es una tendencia que se percibe todavía tímidamente ya que no está exenta de obstáculos, entre ellos, la propia oposición de algunos sectores a los que parece incomodarles el ascenso de la profesión a puestos de liderazgo.

Pero es una tendencia a la que más vale que se vayan acostumbrando porque el movimiento ha empezado y no va sino a ir a más y así lo procuraremos desde el Consejo General de Enfermería. No en vano una de nuestras líneas de trabajo más potentes desde hace ya varios años es fomentar el liderazgo enfermero.

De otro lado, con respecto a la digitalización, no cabe duda de la importancia que esta desempeña en la Sanidad y que los enfermeros, como profesionales más numerosos del sistema, estamos llamados no solo a utilizarlas, sino también a contribuir a ese desarrollo.

Esto es algo que ya está cambiando y existen experiencias interesantes dirigidas, por ejemplo, al seguimiento del paciente. Esto se ve más en la sanidad privada, pero no cabe duda que en la pública habrá que dar el salto porque la tecnología permite optimizar y agilizar la atención. Desgraciadamente, el teléfono continúa siendo la tecnología que más utilizan las enfermeras en su día a día y ahí es donde tenemos mucho camino por delante. Debe darse un salto cualitativo para aprovechar todo el potencial de la tecnología en el ámbito de los cuidados.

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