El sector financiero español ha experimentado en los últimos meses cambios muy relevantes en su estructura. Las fusiones, absorciones e integraciones han sido protagonistas de las últimas noticias relacionadas con las entidades financieras. Liberbank y Unicaja o Bankia y Caixabank son ejemplo de las más recientes.

Por ejemplo, en el caso de esta última, la dirección de CaixaBank anunció un recorte en la plantilla de 8.291 personas tras la integración de Bankia, aunque la negociación con los sindicatos continúa y la cifra final puede verse algo reducida. Además, la entidad bancaria prevé cerrar 1.534 oficinas en el país, el 27,2 % de la red. Es decir, una de cada cuatro.

Fusiones, ERE y demás ajustes, motivados en gran parte por la digitalización del sector financiero y de los hábitos del sector, están provocando que una ingente cantidad de oficinas queden vacías. Pero, ¿cuál es la fotografía actual del sector? ¿Tiene España un exceso de entidades bancarias? ¿Y de oficinas?

Distribución del sector financiero español

Según un informe de UGT consultado por este diario, a finales de 2019, antes de las últimas fusiones, el sector financiero español presentaba la siguiente distribución: 124 bancos, diez cajas o entidades financieras de ahorro y 60 cooperativas de crédito.

Como consecuencia del proceso de reestructuración financiera que se ha llevado a cabo en nuestro país, el número de entidades de depósito se ha reducido desde 2008 a 2019 en 86. Esto supone un 20% menos. La mayor contracción se ha producido en las cajas y entidades financieras de ahorro como consecuencia del proceso de bancarización a que se han visto sometidas. Han pasado de 45 en 2008 a tan solo diez en 2019. En términos estrictos, podríamos decir que ya solo quedan dos cajas de ahorros, ya que las ocho restantes son bancos.

Asimismo, se ha producido el cierre de más de 21.000 oficinas bancarias, que equivale a un 47% menos. En concreto, se ha pasado de 45.814 oficinas en 2008 a 24.200 en 2019. Las cajas y entidades financieras de ahorro son las que han sufrido la mayor reducción, del 57%. Esto ha supuesto la clausura de más de 14.000 oficinas en dicho periodo.

Concentración bancaria en Europa

En relación a las fusiones bancarias, España es uno los países con mayor nivel de concentración financiera, si tenemos en cuenta el porcentaje que representan los activos totales de las cinco instituciones de crédito más grandes de cada país.

En el periodo 2008-2019, se ha producido la destrucción de más de 96.000 puestos de trabajo en el sector financiero, un 36% del total. Las cajas y entidades financieras de ahorro, de nuevo, han sido las más afectadas. Han perdido un 49% de sus plantillas, lo que supone más de 66.000 trabajadores. En cuanto a las grandes entidades financieras, cuatro de cada diez empleos han desaparecido, según recoge el informe de UGT. Además, estos datos no recogen el ERE anunciado por Caixabank (despido de 8.291 trabajadores y cierre de 1.534 oficinas) y el ERE de BBVA (unos 3.500 despidos).

Sin embargo, a pesar del significativo cierre de oficinas y de la notable destrucción de empleo que se ha producido en nuestro país, España se sitúa como el cuarto del ranking en la cifra de oficinas bancarias (por detrás de Francia, Alemania e Italia) y como el quinto en volumen de empleo (por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia).

El sector financiero español se deshace de sus oficinas

El número de oficinas bancarias con el que cuenta el sector financiero español sigue siendo de los más elevados de Europa, por tanto. Además de las profundas reestructuraciones, los hábitos de los consumidores de los servicios financieros están cambiando. Los bancos se lanzan ahora al concepto de ‘store’, un gran espacio en el que los clientes pueden tomarse un café mientras esperan a firmar una hipoteca. Un concepto muy distinto al de la oficina clásica.

En este sentido, Jorge Quevedo, director de Inversión de Olivares Consultores, explica a este diario que las entidades bancarias ya no tienen interés por locales de 150 metros cuadrados, sino mucho más grandes. La idea es menos oficinas, pero más grandes -de alrededor de 500 metros- y localizadas en las zonas ‘prime’ de las ciudades.

Quevedo considera que este proceso supone una desgracia: «No se puede ver como una oportunidad. Son barrios con zonas no tan principales. En la calle más comercial de cada barrio hay sucursales bancarias que van a cerrar. Locales pequeños que a ver quién los ocupa».

Las oficinas, en el punto de mira de los inversores

El responsable de Inversión de Olivares señala que los inmuebles que los bancos están sacando al mercado en zonas ‘prime’ están teniendo una gran demanda. Los inversores están viendo en estos espacios una oportunidad. Muchas de las oficinas se localizan en zonas especialmente turísticas, por lo que la demanda de estos locales ha minorado. Sin embargo, Quevedo destaca que para los inversores no ha supuesto un problema hacerse con estos inmuebles y «sufrir durante un año», a la espera de una revalorización. «Son patrimoniales que buscan ese punto de rentabilidad donde el banco no se lo da. El banco no ofrece ni un 1% y nosotros podemos dar entre un 4 y un 8%», apunta.

Sin embargo, también sostiene que los inmuebles de este tipo situados en zonas menos ‘prime’ sufren más. «En el centro se van a absorber, en las calles principales de barrio irán ocupándose, pero en las calles secundarias estarán vacíos una buena temporada», comenta Quevedo, que puntualiza que en este caso, los locales irán a parar directamente a manos del usuario finalista, dado que el interés inversor es menor.

Por el contrario, los edificios de oficinas en zonas financieras están más que cotizados. «Tienen mucha salida. No hay edificios así. Nos sobran demandas. No hay estos grandes edificios de oficinas. Necesitamos más edificios terciarios en estas zonas financieras», afirma el director de Inversión de Olivares Consultores.

La reducción de oficinas del sector financiero «se ha multiplicado por cinco»

Por su parte, el director general del Grupo Alain, Pedro García, asegura que la salida al mercado de oficinas bancarias se ha acelerado profundamente en los últimos tiempos. «Con esta crisis de la covid y el teletrabajo, la reducción normal que se venía produciendo cada año se ha multiplicado por cuatro o por cinco», comenta.

García también destaca el creciente hambre inversor por estos activos. Según explica el director general de Alain, estos inmuebles se están posicionando como una opción más que interesante para los inversores porque los bancos buscan venderlos y desprenderse de la gran cantidad de oficinas con las que cuentan, por lo que se están ofertando a precios de mercado o incluso por debajo. «No es su negocio. No están especulando. Los bancos buscan monetizar su activo inmobiliario», indica.

De hecho, como ejemplo del enorme interés inversor que está despertando esta tendencia, García cuenta el caso de las oficinas de Bankia en dos zonas del centro de València, como la calle Colón y la Plaza de la Reina: «A la subasta fueron media València, media Madrid y parte del extranjero».

Una persona teclea en un cajero automático.

Los sectores que se interesan por estos inmuebles

En cuanto a los sectores que se están acercando con interés a este proceso de venta de activos por parte de las entidades financieras, García explica que depende de la ubicación, pero el principal receptor es el de la restauración. «Estamos teniendo mucha demanda. Normalmente las entidades financieras no suelen estar escondidas. Son visibles. En el centro. sobre todo está habiendo demanda del ‘retail’, pero hay muchas reconversiones hacia la restauración, porque normalmente estos inmuebles están muy bien situados», precisa.

En resumen, el director general de esta compañía desarrolla el proceso que percibe que están siguiendo los bancos: «La entidad financiera, históricamente, era de paso. Posteriormente, con la crisis de 2008, se posicionaron en zonas visibles. Ahora, con esta crisis, con tanta fusión, están acumulando oficinas en los mismos lugares. En los barrios, por el contrario, era más sencillo deshacerse de las oficinas porque el valor es más bajo y no había acumulación. Están saliendo de los barrios y haciendo ‘stores'».