Viernes, 26 de Abril de 2024
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Las restricciones por la Covid marcan una junta atípica para despedir a Bankia

Las restricciones por la Covid marcan una junta atípica para despedir a Bankia

Con apenas 34 accionistas en la sala del Palacio de Congresos de Valencia –por las restricciones impuestas con motivo de la pandemia–, de un total de 2.704 presentes o representados –el 80,165% del capital social–, Bankia celebraba este martes, su undécima y previsiblemente última Junta General de Accionistas.

Una junta atípica, tal y como reconocía el propio presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri acostumbrado a encontrarse con un auditorio plagado –que en los momentos más duros de la crisis institucional y económica de la entidad le obligaron a dar la cara durante horas y horas sin apenas recesos–.

Esta vez no hubo gritos, pero sí reproches de los representantes sindicales que tomaron la palabra en calidad de accionistas, con una clara reivindicación: que no se produzcan salidas traumáticas ni despidos –si no salidas voluntarias–, y que estas no se centren en los empleados de Bankia por ser la entidad absorbida, además de que se realicen «en condiciones óptimas» porque entienden «que las circunstancias económicas del banco son buenas».

Al frente y respondiendo a cada intervención, un presidente que volvía a expresar su «enorme orgullo de pertenencia al equipo de Bankia”, y que despedía con «pena» –tal y como reconoció durante el anuncio de la fusión en València–, el fin de la etapa de Bankia, convencido si bien, de haber encontrado «el mejor de los compañeros de viaje» posibles: CaixaBank.

Sabía y así repitió Goiri que la junta tenía «una especial transcendencia» al marcar el hito más relevante de la historia de la entidad –cumpliendo con los pasos legales para culminar el proceso de absorción por parte de CaixaBank–. «Es en mi opinión la junta más importante que ha tenido Bankia, pasando, si así lo deciden, a conformar la mayor entidad financiera de nuestro país», dijo.

Lo que muchos no creyeron que lograríamos…

Por ello, quiso poner en valor el trabajo de estos ocho años al frente del equipo, consiguiendo, “lo que muchos no creyeron que lograríamos: ser un banco sostenible, solvente –de hecho, el más solvente entre los grandes del país, cuando partía en 2012, y tras recibir las ayudas públicas, del nivel mínimo requerido por los reguladores– y con alta satisfacción por parte de los clientes –más del 43% de sus clientes los recomiendan, cuando en 2013 solo lo hacían el 3%–, ha destacado.

Como punto de partida recordó el «cambio radical de nuestro Gobierno Corporativo» y su apuesta por ser una entidad «más cercana, ofreciendo productos y servicios más sencillos, sin letra pequeña y fáciles de entender».

No ocultó los retos que han venido a complicar el camino, la baja rentabilidad por un entorno de bajos tipos de interés –que ha subrayado «los analistas descuentan que no volverán a ser positivos hasta 2027»–; la disrupción digital y tecnológica, aprovechada también por nuevos competidores que aspiran a «cambiar el statu quo del sector» y la crisis económica y social provocada por la COVID-19, que ha acelerado necesariamente todo proceso.

Una crisis, ha alertado, que, además de «dolor«, va a tener «un coste enorme para nuestro PIB –según el Banco de España no recuperaremos el nivel de PIB anterior a la crisis hasta después del año 2022–», ha recordado.

De ahí, que el consejo entendiera como factor estratégico «la anticipación», lo que ha permitido contar con una «mayor opcionalidad» en el mapa de consolidación.

El mejor compañero de viaje…

Subraya que la integración con CaixaBank cumple todos los requisitos fijados: un socio con el que unidos consiguiesen ganar un tamaño crítico para obtener economías de escala y así mejorar la eficiencia y tener una mayor capacidad de inversión en tecnología e innovación; alcanzar una mayor robustez financiera, con un balance fuertemente provisionado y bien capitalizado, así como lograr una rentabilidad sostenible, gracias a tener un ‘mix’ de negocio equilibrado y con una fuerte capacidad de generar ingresos de fuentes diversificadas.

Y todo ello desde unos valores y una cultura común, porque según Goirigolzarri, «los intangibles no se recogen en los estados financieros, pero conforman el alma de una organización y son, sin duda, un motor decisivo».

En este contexto, ha pedido «comprensión» y «paciencia» a los equipos –la entidad sumará 51.000 profesionales–, «como siempre sucede en un proceso de integración, nuestro equipo va a tener que pasar por un periodo de adaptación que no va a ser fácil. Pero estamos convencidos de que este proyecto, que se regirá por una cultura estrictamente meritocrática, generará para sus integrantes grandes oportunidades de desarrollo profesional en el futuro».

A juicio del directivo, del compromiso y esfuerzo de todo el equipo dependerá el éxito de la integración, “nos unimos a otro equipo de profesionales formidable que ha conseguido construir una magnífica franquicia”, un equipo con el que compartimos el propósito «de contribuir al desarrollo de las empresas y familias españolas y apoyar la recuperación de nuestro país, liderando el proceso de transformación del sistema bancario español”, ha concluido Goirigolzarri.


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