Javier Fur es el presidente del Círculo-Directivos de Alicante y uno de los promotores del congreso Fexdir. Detrás de este trabajo está el firme convencimiento de una nueva cultura empresarial que debe comenzar por los propios directivos empresariales consciente de este ya conocido entorno VUCA que, ahora, con la COVID-19 ha saltado por los aires.

Analizamos con él, el actual contexto socioeconómico de la provincia de Alicante.

-Con más de 40 días de confinamiento a nuestras espaldas, ¿había imaginado alguna vez esta circunstancia? ¿Cuántas videoconferencias hace al día?
-Nunca. Nuestra generación no tenía ninguna referencia que nos hiciera estar preparados para una situación como la que vivimos. Y de alguna forma la deberíamos haber considerado, máxime en una época caracterizada por la globalización como uno de los elementos básicos que marcan las relaciones sociales y económicas.

No diré que una situación como esta aporta nada bueno porque no sería cierto. Esto es un gran problema global, social y específico para la gran mayoría de las empresas, que nos está obligando a revisar muy rápidamente nuestros objetivos, nuestros valores, nuestras formas de trabajar. Por ejemplo, el teletrabajo que en el ámbito directivo tiene mucho que ver con las videoconferencias. Trabajamos a distancia, nos reunimos virtualmente, participamos en eventos por streaming, estamos en contacto con nuestras plantillas, clientes y proveedores en gran medida a través de medios telemáticos.
Pregunta cuántas videoconferencias al día y yo le diría que todas. Así es nuestro trabajo sin habernos preparado expresamente para ello aunque, afortunadamente, la tecnología nos lo facilita mucho.

Javier Fur. | Foto: Joaquín Reina

– ¿Qué aprendizaje saca de este tiempo?
-Destacaría cuatro aprendizajes fundamentales:

• Un exceso de deslocalización, sobre todo si está concentrada geográficamente, puede no ser tan bueno como habíamos imaginado cuando ocurren problemas allí donde habíamos confiado una parte fundamental de nuestro proceso productivo.
• El teletrabajo, siempre que sea posible, es una línea a desarrollar en nuestro país, que en este tema llevábamos un retraso importante respecto a otros países de nuestro entorno (en España estábamos alrededor del 4%, frente a tasas superiores al 15% en algunos países próximos).
• Debemos extremar la prevención de riesgos laborales, estableciendo planes de contingencia para cualquier circunstancia que se pudiera producir en el futuro.
• Esa transformación digital sobre la que tanto hemos hablado hasta ahora aunque hemos hecho bastante menos, la pandemia ha mostrado con claridad la importancia de acometerla con rigor, tanto desde el punto de vista de eficiencia como de comercialización, así como de muro de contención ante posibles problemas sanitarios futuros similares al que ahora estamos sufriendo.

-El Círculo-Directivos cuenta con empresarios de diferentes sectores, ¿qué preocupaciones comunes le trasladan?
-La mayor preocupación de los socios del Círculo, y yo diría que de todos los empresarios, es la incertidumbre asociada a esta pandemia, y que las autoridades tienen muchas dificultades para corregir. Es verdad que ante un problema tan grave y repentino como el causado por el COVID-19 es muy difícil aportar certidumbres, pero vemos muchas dudas, rectificaciones y cuando se plantean situaciones a futuro, siempre son las más pesimistas, lo que aporta poco a la confianza de los consumidores y al desarrollo de las empresas.

Es verdad que ante un problema tan grave y repentino como el causado por el COVID-19 es muy difícil aportar certidumbres, pero vemos muchas dudas, rectificaciones

– Por concretar dos aspectos fundamentales: la liquidez y los ERTE. ¿Le consta la llegada de liquidez vía ICO ya?
-Poco a poco va llegando liquidez a algunas pymes tanto por la acción directa de los bancos como por los avales del ICO que facilitan aquellos créditos, pero desde luego no es suficiente para mantener en activo a muchas empresas, especialmente a las más pequeñas y a muchos autónomos, que tendrán muchas dificultades para retomar la actividad una vez volvamos a una cierta normalidad.

En nuestra zona, de cumplirse la previsiones más catastrofistas lanzadas por algunos ministerios del ámbito social, las agencias de viajes, el alojamiento, la cultura y sobre todo la hostelería pasarán por dificultades que en muchos casos pueden ser insalvables, con un impacto muy relevante sobre el empleo.

– ¿Cree que las medidas relativas a los ERTE han sido acertadas? ¿Es viable entrar en un ERTE y comprometerse a mantener empleo seis meses sin tener fecha de fin?
-El ERTE por fuerza mayor es una figura jurídica que ya estaba contemplada en nuestro ordenamiento y lo que pretende es apoyar el mantenimiento de la mayor parte posible del empleo una vez corregidas las circunstancias que limitaron o anularon la actividad de determinadas empresas. Pero no pueden garantizar absolutamente el mantenimiento del empleo si tras el periodo definido a la empresa le resulta imposible retomar la actividad.

De todas formas, parece que se está produciendo una cierta relajación en la aplicación estricta de la normativa que obliga a retomar todo el empleo tras el cese del estado de alarma permitiendo a las empresas acompasar las reincorporaciones al ritmo de normalización de la actividad de la empresa.

El ERTE, en definitiva, tiene sentido cuando las causas de reducción o cese de la actividad son coyunturales, lo que no impide que posteriormente se conviertan en estructurales y obliguen a adoptar otras medidas más lesivas para los intereses tanto de la empresa como de los trabajadores.

Foto: Joaquín Reina

– ¿Están colaborando las entidades financieras con las empresas?
-Siempre nos gustaría tener mayor colaboración, sin duda, pero creo que en estos momentos están mostrando una voluntad firme para apoyar a las empresas viables, sobre todo teniendo en cuenta que en las empresas y en el empleo acaba estando también el núcleo de su actividad.

Si las empresas no disponen de la financiación necesaria para desarrollar su actividad, no solo es que no crecerán, sino que, incluso, tendrán que reducirla, lo que redundará en menos actividad para los bancos y menos empleo, lo que afecta directamente a la línea de flotación de las entidades financieras. En mi opinión, esa colaboración es un gana-gana para empresas y bancos y estos últimos, afortunadamente, creo que cada vez lo ven más claro.

– Todos estamos hablando de la desescalada. La provincia de Alicante tiene un tejido muy diverso ¿cuál es su propuesta?
-Mi propuesta es retomar cuanto antes la actividad de las empresas asegurando las medidas higiénicas y de seguridad necesarias ya que, en otro caso, el riesgo de destruir nuestro tejido empresarial es importante, lo que produciría la segunda epidemia, la del desempleo, destrucción del estado del bienestar y los problemas sociales asociados.

Al principio de la alerta sanitaria, decía en el boletín semanal de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos que la emergencia social asociada a la pandemia solo se corregiría si había un apoyo real a las empresas, y eso no estoy seguro que lo compartan todas las autoridades con responsabilidad en esta crisis.

Fur considera que los grupos políticos con representación en las Cortes Valencianas, están dando un buen ejemplo, a nuestros representantes políticos a nivel nacional

Esa desescalada puede ser a diferentes velocidades por sectores y zonas geográficas, pero con una cierta velocidad en todos los casos, en cuya aceleración pueden influir de manera decisiva dos factores de los que incomprensiblemente casi no se habla ya y componen el núcleo más importante de investigación en estos momentos: el descubrimiento de una vacuna y/o un tratamiento eficaz contra la enfermedad.

– También se habla de un gran acuerdo valenciano, así lo ha llamado el presidente Puig, ¿cómo valora el trabajo que está haciendo el Consell?
-Creo que el Consell está intentando hacer un buen trabajo, apoyando en líneas generales las inquietudes manifestadas por las empresas, aportando las soluciones que están en su mano y actuando de correa de transmisión de esas inquietudes hacia el gobierno central en los casos en que exceden sus competencias.

También la oposición está siendo, en general, muy consecuente con el estado de alerta en que nos encontramos, habiéndose establecido líneas de diálogo fluidas entre las diferentes administraciones locales, provinciales y autonómica, así como entre los grupos políticos con representación en las Cortes Valencianas, dando, creo, un buen ejemplo, a nuestros representantes políticos a nivel nacional.

– ¿En qué pueden ayudar los empresarios a las administraciones?
-Como le decía, en mostrar caminos que solo es posible ver desde la trinchera, facilitando la toma de decisiones que favorezcan realmente el desarrollo de nuestro estado social que, insisto, solo ocurrirá si las empresas son viables y tienen facilidades para desarrollar su trabajo.
Y, por supuesto, en desarrollar la colaboración público-privada para avanzar a mayor ritmo en la salida del problema actual y el desarrollo futuro de nuestra industria.

«Creo que saldremos mentalizados de que hay servicios básicos, como la sanidad o la educación, que no se pueden reducir, a los que debemos dedicar mayores presupuestos, lo que exige una redistribución más adecuada del dinero público»

– En Fexdir, congreso que impulsa el Círculo, el liderazgo ocupa siempre un papel central, ¿cambia o refuerza su concepto de liderazgo ahora?
-Tiene razón, para Fexdir el liderazgo es siempre elemento transversal fundamental porque esa es la mayor aportación que puede hacer un directivo a la empresa. En mi opinión, el liderazgo en este entorno de alarma social frente a la situación de normalidad en la actividad de la empresa solo cambia en algunos matices de intensidad, pero sobre una pauta común de ejercicio del liderazgo que hoy, en cualquier circunstancia, debe ser integrador, promotor del trabajo en equipo, inspirador y, ahora más que nunca, primando la transparencia e intensidad en la información, la confianza en el futuro de la empresa, y el contacto frecuente y apoyo expreso a empleados, clientes, proveedores y, en general, a todos sus grupos de interés.

– Su empresa, está dentro del sector turístico, uno de los más perjudicados. ¿Con qué previsiones trabajan?
-Tiene razón, el turismo que en la anterior gran crisis de 2009 -que no podemos olvidar que tuvo un origen principalmente financiero- fue una especie de muro de contención, un refugio que contribuyó de manera decisiva a que aquella crisis no fuera peor, en esta ocasión ha sido el primer sector en sentir el impacto de la crisis y probablemente será uno de los que más tarde puedan alcanzar una cierta normalidad. Y estamos hablando de actividades que son fundamentales en nuestra Comunidad, especialmente en la provincia de Alicante.

Nuestra previsión es que deberíamos empezar a ver una cierta luz con el turismo nacional durante el verano, con el internacional volviendo a tomar posiciones en la zona a partir del último trimestre del año para volver a consolidar una industria fuerte a lo largo de 2021, dependiendo, lógicamente del control de la enfermedad en los diferentes países que son nuestros emisores y de la liberación progresiva del tráfico aéreo.

Quizás en el sector del camping de alto nivel en el que desarrolla su actividad nuestra empresa Alannia, con la red de campings de alto nivel a lo largo del Mediterráneo, se pudiera adelantar algo el reinicio internacional por la no dependencia del tráfico aéreo y la mayor independencia percibida por los clientes por el alojamiento, en general, en su propia instalación. Pero, en cualquier caso, tenemos un año complicado por delante.

– La crisis ha hecho ver la importancia de servicios básicos como la sanidad y el bienestar social, ¿saldremos mentalizados de que hay que pagar más impuestos tras la pandemia?
-Creo que saldremos mentalizados de que hay servicios básicos, como la sanidad o la educación, que no se pueden reducir, a los que debemos dedicar mayores presupuestos, lo que exige una redistribución más adecuada del dinero público y una mayor eficiencia en la actividad de todos los servicios públicos buscando, a la vez, mayores ingresos. Pero esos no necesariamente tienen que llegar por aumentar la presión fiscal sobre particulares y empresas; más bien yo diría que potenciando la labor de las empresas podremos conseguir más empleo y de mayor calidad, lo que aportará mayores ingresos al Estado y menores costes para atender situaciones personales de necesidad que es imprescindible corregir si no somos capaces de ayudar a las personas a alcanzar trabajos que les ayuden en su desarrollo personal.

– ¿Cómo concibe la nueva normalidad?
-A mi me gustaría pensar en una nueva normalidad similar a la anterior, pero esa tardará en llegar, tanto por la necesidad de controlar hasta su erradicación la pandemia actual, como por el miedo que quedará en muchas personas a las relaciones sociales intensas, a las concentraciones, así como por la necesidad de incrementar las condiciones higiénicas de empresas, particulares y espacios compartidos.
Creo que tardaremos en olvidar las mascarillas, pero estoy convencido de que acabaremos haciéndolo.