Vila-real es una ciudad conectada. El segundo municipio más poblado de Castellón adapta sus infraestructuras para convertirse en una ciudad inteligente. En poco más de dos años la localidad ha desarrollado una red de 150 kilómetros de fibra óptica que aseguran la trasmisión de datos entre distintos puntos del término municipal. Un proyecto impulsado desde el ayuntamiento en el que lleva invertidos dos millones de euros. Todo con vistas a convertirse en un referente como Smart city.

El área de Telecomunicaciones de la Concejalía de Servicios Públicos ha diseñado y pilotado un proyecto que ha permitido cerrar un anillo de fibra óptica que permite tener conectados todos los edificios públicos y distintos puntos de la ciudad. Para ello, el consistorio no dudó en incorporar fibra óptica a la red en todas sus obras por pequeñas que fueran.

El alcalde socialista José Benlloch valora positivamente esta acción que hace de “Vila-real una de las ciudades mejor preparadas y dotadas en el ámbito de las comunicaciones de la Comunitat, circunstancia que nos ha valido el reconocimiento de la Generalitat Valenciana”. Merced a esa red que permite la rápida y segura circulación de datos, la Conselleria de Sanitat pudo usar las instalaciones del Centro de Tecnificacón Deportiva para trasladar a enfermos con síntomas de coronavirus y aliviar la presión que tuvo en los primeros momentos las Urgencias del centro hospitalario.

En esa línea de aprovechar los beneficios del uso de las tecnologías digitales se enmarca el convenio alcanzado en 2019 por la ciudad con la Unidad de Negocio de Empresas de Huawei, materializado en el Memorándum de Entendimiento, con el objetivo de convertir la localidad en una ciudad inteligente.

Ese acuerdo recoge el propósito que busca diseñar la Smart city del futuro que incorpore la transformación digital a la ciudad con tecnologías como Cloud, Big Data o el Internet de las cosas (IoT).