La decisión de la Generalitat Valenciana de aplazar las fiestas de la Magdalena a apenas 72 horas de su inicio ha dejado sin respuestas a los responsables municipales  que han mantenido ya esta mañana la primera reunión para abordar la crisis. A esta reunión de la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, con los portavoces de los grupos políticos municipales se sumará otra con representantes del mundo festero. Lo único cierto es que se revocan los permisos para ocupación de vía pública y que el lunes será festivo.

Sobre la mesa queda pendiente encontrar una fecha para retomar las fiestas: mayo y septiembre son los meses que se barajan para celebrar las fiestas fundacionales de la ciudad que celebran su septuagésimo quinto aniversario.

Marco compareció hoy en el salón de plenos del consistorio acompañada por miembros de su equipo de gobierno para pedir a los castellonenses “tranquilidad, sosiega y responsabilidad” ante la suspensión de las actividades festivas. Todo ello ante la mirada de los representantes de los grupos de la oposición municipal: PP, Ciudadanos y VOX.

Justificó la alcaldesa el aplazamiento de los festejos en aras de evitar la propagación del coronavirus. Pero dejó en el aire las fechas alternativas para retomar los festejos, que iban a ocupar la semana del 14 al 22 de este mes. Sólo indicó que “se estudiará cuándo se realizarán”. Añadió que “no me pregunten fechas. Las fiestas se realizarán cuando el coronavirus nos lo permita. Cuando se levante la restricción. No estamos barajando ninguna fecha concreta, porque no podemos saberlo hasta que no sepamos la evolución de este virus. Son situaciones excepcionales y ante esto se tienen que tomar medidas excepcionales».

Las palabras de la alcaldesa llegaban tras reunirse con la Junta de Gobierno (PSPV, Compromis y Unidas Podemos) y abordar el tema con la Junta de Portavoces para decidir las medidas a adoptar una vez asumido que se aplazan los actos festivos, tras la decisión que le notificó anoche el president Ximo Puig, para proteger la salud de la ciudadanía y de minimizar riesgos de contagio del coronavirus.

Marcó calificó la medida adoptada por el Consell de “muy acertada, ya que por encima de todo está la salud”. Asumió que era una decisión “muy difícil porque a nadie le gusta suspender lo que son las fiestas fundacionales de su ciudad”, pero asumimos las recomendaciones de los expertos en salud pública para prevenir, “no se trata de alarmar a nadie”.

Así pues, la que iba a ser semana festiva se convertirá en una semana más en la que desde el consistorio se revocan las 41 autorizaciones de ocupación de vía pública y las 52 para las collas, entre otras.

Recalcó que la voluntad del equipo de gobierno es, si las medidas sanitarias lo permiten, » que se puedan retomar las fiestas cuando haya plenas garantías de que su celebración no afectará a la población”.

Lo que nadie discute, y así lo ratifican desde una de la patronal hotelera castellonense Altur integrada en Hosbec, es el impacto negativo que el aplazamiento de los festejos tendrá en hoteles y la hostelería locales, que tienen en esta semana un punto fuerte en cuanto a ocupación y actividad. Si la supresión de los viajes del Imserso afecta a toda la provincia, esta nueva medida también tendrá efectos negativos.