El mercado del alquiler sigue subiendo en la ciudad de València, aunque de una manera más moderada que el año anterior. En concreto, este aumento del 11,76% supone una cuota mensual media de 793,4 euros al mes en el arrendamiento. Aunque en el ejercicio 2018 la cuota llegó a 709,9 euros, (83,5 euros menos que 2019), el crecimiento del precio fue del 29.97%.

Por tanto, el último cuatrimestre de 2019 en la ciudad de València, aunque sigue una dinámica alcista, presenta una desaceleración con una cifra de 18,21 puntos porcentuales menos que en el ejercicio anterior, según el balance del cuarto cuatrimestre del mercado inmobiliario presentado por la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana, Asicval.

A pesar de este enfriamiento, la zona norte presenta los mayores incrementos en los precios siendo los pisos de Rascanya los que se han encarecido con una media de 181,10 euros en tan solo un año. Un cifra relevante teniendo en cuenta que en 2017 una vivienda arrendada costaba alrededor de 466,30 euros y en el último cuatrimestre de 2019,  713, 30 euros.

Esto significa que alquilar en barrios como Torrefiel u Orriols cuesta 247 euros más al mes que hace dos años.  Otros sectores que presentan subidas destacables son el de El Pla del Real, con 105,40 euros de media y La Saïdia con 100,70 euros.

No obstante, desde Asicval matizan que estas cifras son consecuencia del desplazamiento de preferencias por parte de los inquilinos hacia otras zonas debido al aumento de precios generalizado. En el caso de Rascanya, por ejemplo, la zona de ‘Nuevo Orriols’ es clave en esta estadística, ya que ha subido la demanda por la corta edad de los pisos y los servicios que ofrece la zona.

El dato que rompe esta estadística es la bajada de precios en Ciutat Vella. Actualmente vivir de alquiler en el Centro Histórico de València cuesta de media unos 850,20 euros, frente a los 938.70 euros en el último cuatrimestre del 2018, 88,50 euros menos de media. Una de las principales causas, según la presidenta de Asicval, Nora García, es la incipiente tendencia hacia el alquiler tradicional, en detrimento del turístico, que está empezando experimentar esta zona.

«En el caso de Ciutat Vella hay una recuperación de un número de viviendas, que aunque aún no es muy significativo, pero estan mostrando la tendencia de reversión del alquiler turístico hacia el alquiler de renta habitual», indica la presidenta de la asociación que añade que los factores determinantes dentro del sector son la normativa de los alquileres de vivienda tradicional y porque «hay muchos arrendadores que se ha casado de esa modalidad de alquiler. A muchos propietarios no les merece la pena el trabajo que conlleva un alquiler turístico cuando la diferencia de ganancia ya no es tan significativa».