El director de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), Alfredo Serrano, ha participado en la II Jornada Alicante por el Turismo de Cruceros, un segmento que ha crecido un 6% en el primer semestre del año en el conjunto de España y que, en el caso de la capital de la Costa Blanca, mueve un volumen de unos 110.000 visitantes en 59 escalas al año.

Serrano ha radiografiado este mercado prometedor en un informe presentado durante este encuentro, auspiciado por el Ayuntamiento alicantino y respaldado por la Diputación. En la siguiente entrevista, aporta más detalles.

-¿Qué peculiaridades tiene el crucerista español en comparación con los de otros países?

-Nuestra mayor referencia es compararnos con los otros cruceristas europeos, y fuimos el cuarto mercado emisor con 530.000 el año pasado. En el primer semestre ha habido un 6% de crecimiento y veremos si esa tendencia continúa.

Como peculiaridades, el español tiene una edad de media más joven, 49 años, el segundo de Europa después de los 46 años de Italia, con muchas franjas de edad muy representadas, Además, es la edad media de los españoles. En cambio, los cruceristas británicos y alemanes son mucho más mayores.

También nos distingue dónde hacemos cruceros, nosotros en el Mediterráneo Occidental es lo más habitual, mientras que en el resto de Europa no es tan acentuado, tal vez porque aquí tenemos muchas posibilidades de embarque. En cuanto a la duración del crucero, de media europea es de 8 o 8,5 días, en España la semana, más del 80% de los casos, mientras que los británicos eligen más largos, de 10 a 12 días. Y en lo que se refiere al momento del año, España representa el 7% de cruceristas en Europa en el cómputo global de la temporada completa, pero no es igual en todos los trimestres, somos un mercado más estacional, en el primer trimestre solo representamos el 4% de Europa y en el tercero el 11%. El francés paradójicamente va menos en verano que en resto del año. Las razones pueden ser culturales y nosotros tenemos inviernos relativamente suaves y los veranos animan más a salir.

-¿Ve factible que Alicante sea puerto base de cruceros?

-Alicante tiene potencial y lo que he visto esta mañana en la jornada me lo confirma, tiene todos los mimbres para ser atractiva, la conectividad aérea, la capacidad hotelera… Es cuestión de trabajar, ha crecido el interés y hay más actores implicados, el compromiso de la sociedad y, por supuesto, de las autoridades.

Una peculiaridad del sector es que muy conservador, los puertos base llevan mucho tiempo siéndolo, cuesta introducirlos y cuesta sacarlos cuando ya están, es más fácil mantenerlos. Hubo intentos en Alicante en el pasado y en los últimos años se ve una mayor unidad de propósito de los diferentes actores, cuando llegue la oportunidad van a saber hacerlo bien.

-¿Qué demandan los turistas de crucero para las escalas? ¿Cómo se debe adaptar una ciudad de Alicante para tener aceptación?

-Sobre todo, experiencias que los turistas quieren disfrutar, soportan cosas que no ven como perfectas, digamos, pero si llegan a algo que les merece la pena, por esta experiencia, es lo importante. Pues lugares de interés, que están en su imaginario, infraestructuras, la seguridad, el medio ambiente, tanto en el puerto como en la ciudad, que la experiencia de su visita sea sostenible, valoran la variedad, oportunidades para todo el mundo, no solo para un tipo de pasaje y cliente, porque hay mayores con problemas de movilidad, por ejemplo. Cuestiones básicas y obvias como que al llegar se encuentren los comercios abiertos, guías que conozcan idiomas… Cosas similares a las que demanda el turismo habitual, pero teniendo en cuenta la concentración de pocas horas para su visita desde el crucero, que ese destino o escala no esté cerrado.

-¿Qué desconoce y sorprende a este tipo de turista cuando vive su primer crucero?

-Espera una especie de hotel flotante para desplazarse de un punto A a un punto B, piensa en el crucero como medio de transporte de una manera cómoda. Desconoce todo lo demás: la gastronomía, espectáculos, cosas que hacer en el barco, el ambiente con gente con interés afín al suyo, la calidad de atención. Le suele sorprender y eso hace que se produzca luego en el turista de cruceros un 95% de índice de repetición de destino y además repite el viaje a muy corto plazo.

-¿Cómo influye este segmento del turismo en la economía local, qué tipo de empresas auxiliares puede mover?

-A veces se nos olvida que cuando alguien visita una ciudad en un crucero, pasa una estancia corta de cinco o seis horas y eso le abre el “apetito” y piensa “me he quedado sin ver otras cosas”, también por lo que le cuentan otros compañeros de viaje que han hecho otras visitas diferentes en la misma ciudad. Es habitual que en el destino no puede disfrutarlas todas, y por eso cuando les preguntan, en las compañías de cruceros, si volverían a ese destino, los índices de repetición están por encima de ocho de promedio.

En el caso de Alicante, este segmento puede favorecer todo lo vinculado con el turismo. En nuestra costa, en la Comunidad Valenciana y Alicante, es poco frecuente que un crucerista vaya a las playas maravillosas que tenemos, pero va a buscar gastronomía y otro tipo de experiencias.

Además, hay posibilidad de aprovisionar el barco, especialmente si se es puerto base, desde productos frescos hasta servicios de todo tipo: ingeniería, inspecciones.., el sector marítimo náutico tiene una oportunidad, por ejemplo.