En el Día del Orgullo LGTBI, el IVAM ha presentado su muestra documental Sexopolíticas del cine marginal. Años 70-80, que reflexiona sobre el espacio de creación en torno a las sexualidades disidentes, y cómo sus modos de expresión de hace cuarenta años sentaron las bases de la liberación sexual que -aún con matices- se ha instalado en el discurso oficial de los países civilizados; entre los que, además, -¡quién lo iba a decir entonces!- España fue uno de los pioneros.

El director del IVAM, José Miguel G. Cortés, ha indicado que «los años 70-80 fueron décadas prodigiosas por el conjunto de artistas que con frescura, atrevimiento, y desparpajo transgredieron los límites de la creación, aportando un aire fresco. Fueron unos años de indudable riqueza que muchos echamos de menos».

A partir del trabajo documental reunido en la Sala de la Biblioteca, y en el contexto de la semana del Orgullo, “es momento de que el IVAM se vincule con el movimiento desde el análisis, estudiando sus orígenes”. Por tanto, según G. Cortés, esta investigación trata de “ser un instrumento de ampliación del conocimiento”, echando la vista atrás a lo que una vez fue un contexto reducido, marginal y sobre todo, perseguido.

“Nos hemos basado en la escena del cine underground, cuyos centros eran Barcelona, València y Madrid”, ha explicado el comisario de la exposición, Alberto Berzosa. Los films amateurs -cotometrajes en su mayoría-, acompañados de fanzines y cartelería, pasaban de mano en mano en circuitos clandestinos de bares, centros de reunión y hasta casas particulares a las que sólo accedían los muy iniciados. La pequeña Sala de la Biblioteca presenta un orden temático expositivo pero, como el propio comisario ha admitido, sólo «porque había que ordenarlo de alguna manera, pero es un orden que cada visitante puede romper de la manera que quiera».

El primer espacio es La emergencia de los cuerpos disidentes o, en palabras de Berzosa, «cómo los cuerpos que rompían el orden heteropatriarcal establecido empezaron a salir al espacio público». Se centra en los tiempos en que gays, lesbianas y transexuales –travestis, en la época- comenzaron a organizarse en los primeros colectivos militantes. Se pueden observar carteles sobre muestras cinematográficas de cine gay en Barcelona a principios de los 80; y en una pantalla se proyecta el testimonio audiovisual de la pionera manifestación del colectivo en la València de 1979.

En segundo lugar llega la pared dedicada a Las políticas de alizanzas. Las acciones de liberación sexual «no eran hechos que se dieran aislados», sino que mantenían una fuerte relación con «partidos de izquierda radical», que también aglutinaban a otros «marginados sociales», en la terminología propia de aquellos años. La doble militancia marxista/homosexual fue algo habitual, de modo que los colectivos LGTBI primigenios se unían a las manifestaciones del Primero de Mayo, junto a movimientos tangenciales por entonces como el ecologista y el antinuclear. Por entonces, las películas del grupo barcelonés Els 5 QK’s, como Identitat (1975), ejemplifican estas conexiones político-sociales.

La Caperucita Encantrada en el Bosque Rojo, fotonovela dirigida por Nazario publicada en la revista Víbora Comixx, nº 8 y 9, 1980. | E3

Un apartado inevitable es el dedicado a La transgresión de los valores culturales y morales del franquismo. Berzosa ha manifestado que “se empleó la violencia cultural y artística contra las bases del franquismo, dando un especial protagonismo a la Iglesia Católica”, sin olvidar al ejército ni tampoco a las esculeas psiquiátricas que catagolaban la homosexualidad como enfermedad. La burla y la parodioa contra estas instituciones y actitudes quedan patentes en fotografías, cómics y films como Silenci de Xavier-Daniel.

La sexopolitización de la cultura popular se manifiesta en la apropiación y resignificación de elementos populares desde la óptica de la disidencia sexual, dándole la vuelta a cánones establecidos. Así se demuestra con la fotonovela La Caperucita Encantada en el Bosque Rojo, obra de Nazario publicada en la mítica revista Víbora Comixx en 1980; también se exponen carteles de películas al estilo colorista de las películas más identificadas con el cine español de los 50 y 60 pero con contenidos radicalmente distintos.

Directamente pintado en la pared de la biblioteca, se puede contemplar un circuito sobre cómo la herencia de este underground cultivado en España y en otros países llegó a saltar al mainstream a través de las obras de Eloy de la Iglesia, Pier Paolo Pasolini, Rainer Werner Fassbinder -hay un cartel de su film Querelle que tantas campañas de publicidad navideña ha inspirado-, del inolvidable Iván Zulueta y su inmortal Arrebato, más el omnipresente Warhol, Andy para los amigos.

Los márgenes se expandieron a partir de los años 90, perdiendo por el camino rasgos propios de su identidad clandestina -como su desvinculación del movimiento obrero- pero subiendo peldaño a peldaño hasta el reconocimiento definitivo de su plenitud de derechos; cambiando el encanto de lo prohibido por el encanto de lo aceptado y celebrado. Por desgracia, pocas cosas en la vida se pueden dar por superadas. Cobra fuerza un movimiento social hetero-géneo empeñado en mantener y ampliar sus derechos, y también reducir los de los demás. Fantasean con volver a aquellas décadas en que la lucha por la libertad de opción sexual se mantenía subterránea. Se quedará sólo con eso, con fantasía (erótica), aunque deberemos estar alerta para que hagan el menor daño posible durante su camino condenado al fracaso.

Feliz fin de semana del Orgullo LGTBI que se puede disfrutar, entre otras formas, asistiendo al ciclo de películas y charlas que el IVAM ha programado y que se pueden consultar en su web.